Vida en el rancho | Mi primita Alison, el primer oral de Manuel [2]

dejando ante la cara de su primita su pene hinchado, moreno, venoso y grueso, le dijo – «Es hora de que regreses el amor a tu novio, vas a tomarla con tus manitas y a jalarla suave, luego quiero que la lamas como si fuera un helado y al final la empiezas chupar como una paleta, sin usar los dientes .
Protagonistas principales:

• Alison: 11 años, estatura 1.54 m, delgada, pelo castaño ondulado, ojos color miel, labios carnosos, piel blanca, pechos pequeños recién desarrollándose, cintura pequeña y culo redondo, durazno clásico, muy nalgona para su edad.
• Manuel: 17 años, estatura 1.75 m, fornido, cabello negro corto, ojos negros, lampiño de cara y piel morena clara

Durante la semana Manuel convenció a su madre de quedarse en casa, le dijo que quería trabajar porque necesitaba juntar dinero para comprarse un nuevo celular y que además casi no le gustaba ir a casa de sus tíos porque era muy aburrido. De mala gana su madre le dijo que se podía quedar si su padre aceptaba y como su padre siempre parecía que le daba igual todo le dijo que sí también. Por fin llego el viernes y sus padres hicieron salida como a medio día, apenas dejo que pasará como media hora cuando escribió a su nueva noviecita Alison para avisarle que estaría solo en su casa para verse a gusto. Ella le dijo que pediría permiso a su madre para visitar a sus abuelitos y así se podía quedar en su casa porque ellos eran muy distraídos y para su suerte vivían justo enfrente de su casa.

Manuel estuvo esperando que Alison le escribiera de nuevo, pero nada, por un momento pensó que quizás no le habían dado el permiso, pero de repente tocaron a su puerta, abrió y era Alison – «Hola Manu, sí me dejaron venir con mis abuelos» – dijo guiñando el ojo. Manuel la invite a pasar y cerró la puerta espabilando que no hubiera visto nadie, luego llevó a Alison a la sala, donde se sentó y la tomó por la cintura a su pequeña prima para montarla a ahorcajadas sobre su cadera, quedando frente a frente en esa posición. Alison solo sonreía coqueta y él la miraba con ganas de comérsela sin perder más tiempo – «Mi amor, que linda te ves montadita encima de mí, te extrañe mucho» – dijo Manuel. Alison puso sus manitas sobre su pecho y respondió – «También extrañaba verte y que me dijeras cosas lindas» -. Manuel la tomó de su cintura y se empezamos a besar, Alison empezó a agarrarle el gusto y sus labios carnosos se abrieron contra los de él, su lengua pequeña y curiosa exploraba la suya con una dulzura voraz, aún era algo torpe pero poco a poco mejoraba. De a poco el beso se fue haciendo más apasionado, el sabor de sus bocas, su saliva dulce era saboreada por la boca de Manuel, mismo que dejo una mano en la cintura de Alison y la otra la fue bajando a su culito, redondo y aduraznado, le agarró una nalga y la amaso mientras la besaba, Alison de primera instancia llevo su manita hacia la de Manuel queriéndola quitarla pero solo amago, porque de inmediato le dejo de dar importancia y llevo sus manos al cuello de su hombre para seguir besándose mientras él ya más decidido llevo su  segunda mano a la otra nalga de su primita y se las amasaba y apretaba mientras seguía besándola. Alison se empezó a menear sobre la pelvis, sentía su cuerpo pequeño frotarse con el de su primo, sus nalgotas en las manos de Manuel y su lengua y labios ya estaba entregados a la pasión del momento. El pene de Manuel empezó a crecer y ella lo sintió, porque se detuvo unos segundos, pero luego retomo el contorneó de sus caderas sobre Manuel y haciendo más presión sobre el roce con su verga. Manuel la detuvo, la beso en el cuello y Alison dio un gemido pequeño, luego Manuel se puso en pie con ella abrazada a su cuerpo, con sus piernas rodeando su cadera, llevándola cargando a su recamara, ella solo seguía besándolo.

En el cuarto la acostó sobre el colchón y la miró con detalle, su cuerpo frágil esperando que él abalanzará sobre ella, su carita no podía ocultar el deseo, aunque tratara, sus ojos color miel brillaban con una picardía inocente, sus labios carnosos, pintados de un rojo sutil, se curvaban en una sonrisa que prometía secretos y lujuria, su cabello castaño ondulado, se encontraba peinado en un doble trenzado que le había hecho su mamá. Manuel la miró unos segundos y dijo – «Mi amor, me tienes muy enamorado, quiero enseñarte a ser una mujercita y hacerte todo lo que hacen los novios que se aman» -. Alison lo miro y dijo – «Te amo, también me siento enamorada, pero eres el primer novio que tengo, no quiero decepcionarte porque aún no se bien todo lo que deben hacer los novios» -. Manuel se descalzo los zapatos y dio un paso hacía la cama, luego otro y fue subiendo al colchón hasta estar sobre su primita, aproximo lentamente su boca a la piel de ella y los puso en contacto con el cuello, la tomó de su cinturita y luego subió a sus labios, los cuales también besó, ya estando sus caras muy cerca una de la otra le dijo con voz más suave – «No te preocupes mi amor, yo te enseñare con amor, pero necesito que no me pongas peros a nada, solo quiero que obedezcas todo» -, ella lo miro y completamente dominada por el momento le dijo – «Sí amor» -. Manuel satisfecho con la respuesta de Alison sentenció – «Primero te voy a quitar tu ropa para acariciar todo tu cuerpecito rico» -, ella algo sorprendida le dijo – «Pero Man…» -, Manuel la interrumpió – «Dijiste que no pondrías peros, o ¿no confías en mí?». Ella con un poco de dudas en sus adentros se resignó y confió – «Está bien mi amor» -. Así que él desabrocho su vestido veraniego, un vestido rojo de tela delgada con estampado de florecitas, bajo el cual sus pechitos pequeños recién floreciendo, como capullos de rosa a punto de abrirse, se insinuaban con cada respiración profunda de la pequeña, Manuel termino de desabrocharlo por la espalda y lo deslizo fuera del pequeño cuerpo de su primita dejándolo solo con su top blanco y unos calzoncitos de niña blancos de algodón, se miraba toda sumisa, viendo a Manuel, con algo de vergüenza mientras se hacía bolita sobre sí misma encogiendo sus piernitas y cubriéndose con sus manitas. Manuel le dijo – «No tengas pena mi amor, eres muy sexi, estas muy rica, no te cubras» -. Ella se relajó un poco y se dejó de cubrir, lo cual Manuel aprovecho para bajar y besar su abdomen, su piel se puso chinita al instante, luego Manuel capturo uno de sus pequeños pechos con su boca, aun con su top puesto y después subió a su cuello, el cual besó con ternura lo cual de nuevo la hizo gemir, la abrazó por su cintura y acercándose a su boca se fundieron en un beso de lengua, luego bajo de nuevo y llego a su calzoncito, abrió las piernas y sin quitarle el calzón olfateo ese rico aroma de niña, olía a un poco de orines mezclado con sus jugos que ya empezaban a empapar su calzón, le empezó a sacar el calzón y ella solita levanto su pelvis para ayudarle a que saliera más fácil, luego le quite el top y la tuvo desnuda frente a él, sus pechitos apenas despuntaban con su areolas rosaditas, su abdomen plano y su cadera pronunciada avisando de esas nalgotas que se cargaba esta niña, simplemente perfecta, se presentaba ante los ojos de su amado.

Manuel le besó y luego bajó a sus pechos, lamio y besó sus tetitas, con sus labios, firmes y calientes, succionaba los pezones rosados, lamiéndolos con la lengua plana en círculos lentos, saboreando el sabor salado de su piel que se perlaba de sudor fino, pasaba de un pezón al otro y cuando ocupaba sus labios con uno de los senos al otro seno lo masajeaba con la palma, con el pulgar rozaba el pezón endurecido hasta que Alison jadeaba, suspiraba y gemía de a quedito, su cuerpo delgado temblando como una hoja en el viento. Luego bajo y empezó a pasar su lengua por el sexo lampiño, húmedo y resbaladizo de Alison, la lamio y separó sus labios mayores con los pulgares, revelando el clítoris rosado e hinchado, y lo lamió con la punta de la lengua, un trazo largo y deliberado que hizo que las nalgas durazno de Alison se contrajeran, apretando las sábanas de la cama, el sabor de Alison era almendrado, con un toque ácido de excitación, y él lo devoró con hambre, introduciendo la lengua en su interior mientras sus dedos amasaban el culo redondo, hundiendo las yemas en la carne blanda que se moldeaba a su tacto, ella puso sus manitas en su cabello y él sentía como ella lo empujaba para que metiera más mu lengua en su conchita, de repente se estremeció – «Que rico Manu, siiiii, que rico se siente, sigue, sigue» – susurraba Alison entre quejidos y gemidos, eso hizo a Manuel intensificar el oral que le hacía hasta que la niña convulsiono su cuerpecito y se vino en un orgasmo, Manuel se comió toda su conchita y bebió todo lo que salía de ella. Luego la volteó boca abajo y acariciando sus nalgotas dijo – «Que rico culo tienes mi amor, estas nalgotas son hermosas y ese anito se ve delicioso» -. Ella se dejaba hacer y solo dijo – «¿Enserio amor, te gusta? Pero mi anito está sucio, por ahí hago caca». Manuel respondió a esas palabras bajando a besar sus nalgas y poco a poco acercó su boca al surco que quedaba entre las nalgotas de la niña, abrió las nalgas con sus manos y su ano rosadito, diminuto estaba frente a sus ojos, primero lo olió, disfruto ese aroma de culito sudado de niña, luego paso su lengua por todo el surco de sus nalgas hasta que llegue a su ano y empezó a lamerlo, luego metió su lengua y con sus manos apretaba las nalgas de Alison tratando de llegar lo más profundo en ese culote que poseía su pequeña prima. Ella solo se contorsionaba y gemía – «Ahhh, uuuuummm, siiiii amor, sí» -. Manuel ya sentía la verga a reventar dentro de su pantalón. Entonces se detuvo – «¿Te gusto amor?» -, ella aun recuperando el aliento – «Sí mi amor, sí» – contestó.

Manuel se desabrocho el pantalón y se despojó de este, dejando ante la cara de su primita su pene hinchado, moreno, venoso y grueso, le dijo – «Es hora de que regreses el amor a tu novio, vas a tomarla con tus manitas y a jalarla suave, luego quiero que la lamas como si fuera un helado y al final la empiezas chupar como una paleta, sin usar los dientes y sin morder, ¿entendiste mi amor?» -. Ella solo asintió mientras prácticamente ya tenía sus manitas delgadas rodeando la verga de su macho, poco a poco fue siguiendo las indicaciones y de a poco ya la lamia muy rico, lamió lentamente la corona, saboreando el sabor de la verga de su amado. Sentir esa lengüita en su verga hacia a Manuel querer correrse al instante pero se contuvo, era su primer oral en la vida y se lo estaba dando nada más ni menos que su propia primita, Manuel veía como los labios carnosos de Alison se abrían para envolver la cabeza de su erección, empezó a chupar el glande de Manuel, se metió la cabeza de la enrome verga y la chupaba, Manuel sentía la lengua de Alison jugando con su glande dentro de su boquita, viendo su cintura pequeña arquearse mientras se inclinaba más, para permitir que su boca descendiera centímetro a centímetro, la saliva brillaba en hilos finos que conectaban sus labios a la base venosa, disfruto un rato pero le fue ganando la testosterona y tomó a su primita por sus trencitas y empezó a follarla lentamente por su boca – «No muerdas mi amor, aguanta que quiero cogerte rico tu boquita amor» -. Siguió dándole bombeo a la boquita de la niña y la sujetaba firme de sus trenzas, la saliva goteaba por su longitud y perlaba sus testículos, poco a poco sentía como se le llenaba de leche la verga y ver a Alison aguantando la follada de boca que le hacía con sus ojitos todos llorosos le excitaba demasiado – «Mi amor me voy a correr, va a salir leche mi verga y quiero que te la comas toda mi amor» -. Ella solo dijo que si con su cabeza mientras seguía soportando la follada que le daban a su garganta, Manuel sentía la leche en la punta de la verga y tomando a Alison de su cabello  la pego a su pelvis para evitar que se fuera a zafar y explotó con un rugido ahogado, el primer chorro caliente y espeso golpeando el paladar de Alison, salado y viscoso como crema batida con un toque amargo que ella tragó con deleite, permitiendo que el exceso desbordara por la comisura de sus labios carnosos, él sentía como le palpitaba la verga y con cada palpitación como soltaba chorros de semen en la garganta de su primita, al final cuando la soltó ella respiro profundo y recupero el aliento, Alison sentía el semen caliente bañar su lengua, espeso y pegajoso, tragando lo que restaba en su boquita con un gemido gutural mientras lamía los restos que perlaban la punta de la verga de Manuel – «Ay Manu fuiste algo rudo conmigo, sentía que me ahogaba con tu… (bajo el tono de su voz)… verga» – dijo apenada de decirlo por primera vez. Manuel solo respiraba recuperándose de esa corrida, se acostó junta a ella y le dijo – «Perdóname princesa, pero fue difícil detenerme, una vez que me deje llevar solo quería vaciar mi lechita en tu cálida boquita» -.

Alison miraba el techo de la habitación, recostando su cabeza contra el pecho de Manuel – «Tu leche sabe rara, no es desagradable, pero es una mezcla entre dulce y pegajosa, me gusto» – confeso. Manuel revisó la hora y se percató que apenas llevaban 1 hora juntos, le dijo – «Lista para el segundo round, ahora llenare tu conchita de leche, ¿o prefieres que sea tu rico ano el que desflore primero?» -. Alison miro con asombro a Manuel, pero salió de su trance cuando este la beso con dulzura en los labios – «Está bien, primero por mi conchita, luego será mi culito, aunque me da cosa porque siento que es un lugar muy sucio para meter tu verga» – dijo Alison.