Violado y castigado a mis 12 años (2)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Lueago de que llegué a la casa de mi tío después de la escuela me estaba esperando en la sala.
Él: cómo te fue en tu paseo, Pecas?
Yo: bien tío.
Él: a ver, quítate la ropa
Yo: está bien.
Me desvestí y me saqué el calzoncillo con el dildo, que estaba metido muy profundo en mi recto luego de la cabalgata.
El calzoncillo estaba manchando de mi semen luego de mis multiples eyaculaciones y mi tío notó esto
Él: veo que eyaculaste sin mi permiso Pecas.
Yo: lo siento tío no pude aguantar
Él: te voy a tener que castigar.
Ponte en cuatro patas
Yo: ah.
Bueno tío.
Obedecí, y mi tío se puso detrás de mí.
Se bajó los pantalones y se ensalivó su pene.
Mi ano ya estaba muy abierto luego de haber tenido ese dildo todo el día metido dentro, por lo que mi tío fue directo a la acción
Él: Eres un niño muy travieso Pecas.
Te enseñaré modales
Mi tío abrió mis nalgas con las manos.
Puso su pene contra mi ano, y de un sólo empujón me metió toda su verga dentro.
Los 20 centímetros de mi tío entraron hasta el fondo en mi recto hasta ese entonces virgen.
Era mi primer pene real, y era uno muy grande y muy grueso.
Abrí los ojos y mirando al vacío me propuse a gritar, pero mi tío me tapó la boca.
Él: este es tu castigo Pecas, es lo que te mereces por ser tan travieso.
Decía mi tío mientras sacaba todo su pene de mi ano y lo volvía a meter hasta el fondo con gran fuerza.
Me dolía bastante por lo brusco que era mi tío.
Pero yo estaba muy excitado.
Mi pequeño pene era incapaz de ponerse duro por la jaula, pero me goteaba líquido pre seminal.
Poco a poco, el dolor fue pasando y se convirtió en puro placer.
Mi tío me sacó la mano de la boca y yo podía gemir con libertad
Yo: ahh.
Así.
Se siente bien.
Tíooo ahhh
Él: te gusta Pecas?
Yo: sí tío quiero más aaaahhh
Él: ese es mi sobrino.
Aquí viene tu lechita
Mi tío me embistió una última vez y explotó dentro de mí.
Sentí un líquido caliente en mis intestinos y lo escuché suspirar
Él: Ya está Pecoso.
Te llené de semen.
Ve a bañarte y tienes el día libre
Yo: sí tío
Mi tío desenjauló mi pene con su llave y me dejó irme a limpiar.
Cuando salí de la ducha, mi tío volvió a ponerme la jaula en mi pene y se fue a su cuarto
Me la pasé el resto del día mirando tv y descansando.
Me dolía un poquito el trasero pero no era nada muy terrible
Volví a dormir desnudo esa noche.
A la mañana siguiente, mi tío me despertó temprano
Él: hoy no irás a la escuela Pecas
Yo: ah? Por qué no?
Él: hoy te voy a dar un entrenamiento especial
Yo: entrenamiento?
Él: sí.
Ven a mi habitación
Fui a su habitación sin saber qué me esperaba.
Ahí mi tío tenía unas cosas listas en una bolsa
De la bolsa sacó unos rollos de cinta de esa gruesa y unas bendas
Él: ven para que te amarre
Yo: amarrar? Porque?
Él: es parte de tu entrenamiento.
Mi tío me inmobilizó con la cinta en todo mi cuerpo.
Quedé en posición fetal sin poder moverme.
Luego, me tapó la boca con la cinta para que no pudiera hablar ni moverme.
Él: ahora lo divertido.
Mi tío sacó del cajón un gran dildo.
No sabía cuánto medía, pero era más grueso y grande que su pene.
Lo lubricó y dilató mi ano por unos minutos.
Luego, empezó a meterme el dildo
Era muy grueso.
Casi tan ancho como mi brazo.
Entró casi entero.
Luego, mi tío rotó un poco esa gran verga de plástico y sentí cómo se iba metiendo por mi intestino grueso.
Luego, mi tío la pegó con cinta a mi ano para que no pudiera salirse.
Era uno de esos dildos que vibraba.
Mi tío sacó un control remoto y lo encendió.
El dildo empezó a vibrar ferozmente en mi interior , pero no no podía moverme ni gritar.
Mi tío me levantó y me llevó al clóset.
Me bendó los ojos, y cerró la puerta.
Él: disfruta tu entrenamiento Pecas.
Dijo mi tío dejándome encerrado en el clóset.
Con los ojos bendados.
Amarrado.
Y con un gran dildo en mi interior vibrando ferozmente
Permanecí ahí prisionero todo el día.
Desde las 7 de la mañana hasta las 8 de la noche.
Al dildo se le acabó la batería eventualmente, pero el sólo hecho de tenerlo en mi culo la era demasiado.
Cuando mi tío vino por mí yo tenía la cara roja de tanto llorar.
Había una mancha de semen en el piso por todo lo que eyaculé y mi ano estaba palpitando.
Quedó muy abierto.
Mi tío me dio comida (en la que había eyaculado) y luego de eso me fui a dormir.
Aún me quedaba un tiempo más con mi tío antes de que volvieran mis padres, y yo no sabía cuánto más podría resistir
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