Violé a mi amigo
Pasó en una noche de tragos entre amigos, todo de improvisto.
Me presento, mi nombre es Sebastián, en ese tiempo tenía 25 años, mido 1,70, moreno, guapo y tengo una verga grande de 19 cm que siempre hace gozar a chicos.
Tenía un nuevo amigo llamado Daniel, de 19 años, 1,60, bastante femenino, moreno, con labios carnoso, nariz respingada y delgado. Una verdadera belleza.
Nos habíamos hecho amigos hace poco y él me gustaba, pero parecía que yo no le gustaba a él pues nunca dio señales de querer nada más que una amistad. Una noche quedamos en salir, pasé por su casa, lo recogí y fuimos a un bar. Platicamos varias horas y tomamos mucho, whisky, vodka, cerveza, luego se nos ocurrió ir a casa de un amigo en común.
Llegamos a casa de nuestro amigo en común y los tres seguimos bebiendo, hablando, riendo y escuchando música. Ya era bastante tarde, tal vez 3 am y nuestro amigo en común se fue a dormir y Daniel y yo nos quedamos a dormir en la sala de la casa, en un colchón que mi amigo nos prestó.
Daniel estaba muy ebrio y prácticamente desmayado, y yo bastante ebrio pero consciente y con ganas de sexo. Lo veía, boca abajo, delicioso, pidiendo verga. Hasta que no me pude contener y comencé a tocarlo, vi que no sentía nada y no reaccionaba.
Le baje el pantalón y el boxer y vi un culito delicioso, deseoso de acción. Lo toque y pase mi lengua por su anito, lo bese y lamí y le hice un largo beso negro. Estaba poseído, me encantaba su culo. Mientras yo hacía esto, Daniel seguía dormido totalmente.
Una vez lubricado su culito, me baje el pantalón y tenía mi descomunal verga mega erecta y lista para atacar. Daniel estaba acostado, con el culo lubricado y totalmente dormido. Me acerqué y le clavé mi verga despacio para que no despierte, luego de un rato más fuerte y más fuerte. A ratos Daniel parecía que iba a despertarse, pero volvía a caer dormido.
Le di verga unos 30 minutos sin parar hasta que no pude contenerme y le llene el culito de leche, hasta las tripas.
luego de eso le subí el pantalón y me dormí junto a él. Al día siguiente, ya en nuestras casas, Daniel me escribió a preguntar qué pasó, pues me dijo que no recordaba nada, pero que le decía el culo muchísimo y que tenía sangre y semen. Le dije que yo tampoco recordaba nada pero que parece que cogimos ebrios.
él estaba preocupado por no recordar nada pero finalmente no dijo nada más. Luego entendí que yo también le gustaba pues tuvimos más encuentros y conscientemente cogimos varias veces. Pero esta vez fue especialmente deliciosa
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