Yo sí que comprendo a mi hijo…..
Una madre al ver el estado en que se encuentra su hijo al ser rechazado por la novia de él, mientras se dan unos trago ella procura levantarle el animo, al punto en que se lo levanta tanto que terminan acostándose. .
Cuando mi hijo, regresó a casa, mucho antes de lo que yo lo esperaba, me sorprendí al verlo, ya que supuestamente, él iba a tener una cita con su novia, pero al parecer discutieron, ella se molestó tanto con mi hijo que, según mi hijo, ella se puso de pie, y sencillamente se marchó.
Mi hijo estaba súper confundido, ni idea tenía de que él había dicho, o hecho para que su novia, actuara de esa manera, Al ver a mi hijo tan acongojado, tomé asiento a su lado, y abriendo una botella de ron, serví dos tragos y comencé a preguntarle que le pasaba.
Mi hijo rápidamente se tragó todo, y de inmediato e volví a servir, volviendo a preguntarle que le sucedía, al principio no quiso decirme nada, pero comencé a insistir tanto, que me comenzó a contar todo lo sucedido, mientras seguimos bebiendo.
En una de esas se le escapo decirme, que desde hace varias semanas trataba de convencer a su novia, para que se acostase con él, fue cuando le pregunté cuándo fue que tuvo sexo, con su novia.
Algo avergonzado me respondió, que hasta ahora lo más que habían hecho, era besarse, de inmediato le pregunté “¿pero ya tú te has acostado con alguna mujer?” Y cayéndosele la cara de vergüenza, me respondió que no.
Yo me quedé boquiabierta, sin creer lo que mi hijo me decía, por lo que, mientras volvía a llenar los vasos, le dije. “Probablemente tú novia, se ha dado cuenta de eso, y quizás no quiere correr el riesgo de pasarla mal”.
Mi hijo mientras bebía, creo que se quedó más confundido, al escuchar mis palabras, por lo que continué diciéndole. “Ya sabes, tu novia no es una Santa precisamente, acuérdate de aquella vez en la fiesta patronal del pueblo, el año pasado, que desapareció por varios días, y cuando regresó a su casa estaba prácticamente desnuda, y bien borracha”.
De inmediato me respondió. “Pero eso fue antes de que fuera novia mía”. Le volví a servir, diciéndole. “A ti lo que te hace falta es un poco de experiencia, porque de esa manera, no vas a conseguir, que ninguna chica se acueste contigo”.
Por la cara que puso mi hijo, me di cuenta de que él no podía creer lo que yo le estaba diciendo, pero seguí diciéndole. “No es que te busques una puta, no que va, esas pueden tener cualquier enfermedad, y pegártela. Tú lo que necesitas es alguien, así como yo, que te quiera tanto, que sea capaz de hacerte el favor”.
Mi hijo, entre lo mucho ya que había bebido, y las palabras que le dije, estaba que no entendía nada, mientras le servía otra copa, y él se la tomaba, le dije. “Vente colócate tras de mí, y actúa como si yo fuera tu novia”.
Tímidamente colocó sus manos sobre mi espalda, y de inmediato le dije. “Así no, con más fuerza, con decisión, agárrale las tetas a tu novia” él siguió al pie de la letra, lo que yo le decía, sin atreverse a contradecirme.
A medida que mi hijo continuó apretando mis tetas, le fui diciendo, lo que debía, y lo que no debía hacer, hasta que, poniéndome de pie, le dije. “A ver, querido comienza a quitarle la ropa a tu novia, y a medida que lo vayas haciendo, le vas a ir diciendo, que hermoso cuerpo tiene”. Y de esa misma manera lo hizo.
Luego, lo comencé a desnudar sin que él dijera, o hiciera nada por detenerme, y cuando se vino a dar cuenta, yo me encontraba mamando su verga. Mientras que él seguía bebiendo.
Ya en esos momentos, lo único que se le ocurrió decirme fue. “Mami que rico, tú si sabes lo que yo necesito”. Y así seguimos, mi hijo acariciando mi desnudo cuerpo, mientras se recostó sobre el piso, y yo tras agarrar su parada verga la dirigí directo a mi peludo coño.
Él comenzó a penetrarme, mientras que yo daba saltos, como si estuviera cabalgando, moviendo mis caderas de un lado a otro, diciéndole en varias ocasiones. “La pendeja de tu novia, no sabe lo que se perdió”.
En cierto momento, se vino, a medida que yo continuaba restregando mi coño contra él, por un rato, los dos nos quedamos tendidos sobre el piso, sin dejar de beber, cuando, le pedí que me mamase el coño.
Mi hijo lo hizo de inmediato, sin importarle que momentos antes el mismo hubiera acabado dentro de mí, y mientras él seguía mama que mama, mi coño, yo me dediqué a mamar su verga, hasta que nuevamente me le puso como un hierro.
Tras lo cual me volvió a penetrar, después de que le terminase de quitar toda la ropa, al día siguiente, me di cuenta de que mi hijo se sentía avergonzado, pero al ver lo feliz que yo estaba, mientras le servía el desayuno.
Ahora en algunas ocasiones, apenas mi hijo llega de la calle, abro una botella, y nos ponemos a conversar, de todo un poco, y cuando nos venimos a dar cuenta, ya nos encontramos los dos metidos en mi cama.
Está muy bien. Es muy entretenido, pero te habrías aventurado a abundar más en el momento del clímax, se sintió muy apresurado la parte erótica.