17 y 38. Una historia de sexo que recién comienza
Todo esto pasó y sigue pasando. Un amor y sexo clandestino .
Lo más caliente de este relato es que es 100% real. Vengo a contarles mi aventura con Juan, un chico que todavía no cumplió 18 años y lo conocí en una app de citas en febrero de este año.
Quizás sea un poco extensa ésta historia pero es solo el comienzo, contar como nos conocimos y nuestro primer encuentro. Después contaré situaciones que vivimos más cortas para leerlas y ponerse calientes conmigo.
Me llamo Lucia tengo 38 años soy soltera sin hijos y vivo sola en Buenos Aires.
Era febrero, hacia unos meses que había terminado una relación larga así que lo que menos quería era volver a ponerme en pareja pero sí tenía muchas ganas de coger, soy muy sexual y tocarme ya no me alcanzaba así que decido abrir una aplicación de citas.
Empiezo a hablar con uno, con otro pero quedaba ahí. No pasaba nada. Hasta que aparece un perfil de un chico muy bonito, se notaba que era pendejo, cómo decimos acá a los que son más chicos, según su perfil decía Juan, 23 años. Se lo vea grandote, era de tes blanca, pelo negro y con bastante barba lo que disimulaba bien su verdadera edad. Su perfil me llamo la atención y le doy like. Hicimos mach y me habla enseguida. según él iba a la universidad y tenía 23 años, tenía pocas fotos así que le crei. Charlamos un montón, me parecía muy gracioso y pegamos onda enseguida, nos pasamos los números y le digo que tenía que salir a sacar a mí perro y me dice:
– te acompaño, de paso nos conocemos.
Me pareció una buena idea. Él vive a 6 cuadras de mí departamento. Así que quedamos en vernos en una plaza muy cerca de donde vivo.
Nos vimos y me encantó pero parecía mucho más chico que en las fotos. Nos sentamos en un banquito y le digo:
-vos no tenes 23 años? Tenés menos…
-bueno si, soy más chico pero no pasa nada.
-y cuántos años tenes?
-18
-ay no Juan, sos muy chiquito.
-ay dale lu, no hay mucha diferencia entre 18 y 23
-nos llevamos 20 años
-vos me dijiste que no estabas buscando ningún compromisos que querías pasarla bien. Me hablaste pensando que tenía 23 años. 15 años menos que vos. 20 años no hay mucha diferencia. Te gustan los más chicos y a mí me gustan las más grandes.
-nose juan, nunca estuve con alguien más chico. Si, me atraen mucho pero nunca se me dió.
-y bueno acá estoy yo.
Se acercó y comenzó a besarme.
Uff con esos labios bien gruesos me comió la boca. Un beso bastante largo y muy suave que me calentó un montón.
-que rico besas, le digo.
-vos también. Me gustas mucho. Yo te gustó a pesar que soy mucho más chico de lo que pensabas?
-si me gustas mucho.
-y si te digo que te mentí un poquito me vas a seguir besando?
-ay Juan en que me mentís te ahora?
– todavía no cumplí 18 y se rie
Me aparto de él y enojada le digo:
– no me parece gracioso. Sos menor, me mentíste.
– por favor, no te enojes. Si te decía la verdad no me ibas a querer besar y yo quería hacerlo. Me gustas mucho.
– no Juan, no podemos estar juntos.
– porque no lu, una sola vez. Quiero cumplir mi fantasía de hacerlo con alguien más grande y cuando te vi me gustaste muchísimo. Va a ser un secreto. Nadie se va a enterar.
– nosé Juan, sigo pensando que tenés 17 años.
– no pienses eso, te gustó el beso. Estás sola y no querés compromiso. Yo soy chico pero estoy re caliente, las de mí edad son más tímidas y tengo ganas de experimentar cosas, y me vuelven loca las chicas más grandes. Por lo menos probemos una vez y nos sacamos las ganas.
– bueno está bien. Una vez en mí departamento y no le cuentes a nadie.
– ay si lu, no te vas a arrepentir.
Llega el fin de semana y quedamos que el sábado pasaba tipo 10 de la noche.
Ni bien llega comenzamos a besarnos, no paramos de besarnos y así nos sentamos en sillón. Me siento arriba de él y seguimos besarnos. Me toca las tetas por arriba de la remera.
– mmmm estás sin nada abajo.
– si, no uso nada. Porque no sentis por debajo de la remera?
Me empeza a tocar las tetas, los pezones, me apreta.
– me dan muchas ganas de chupartelas…
Me saco la remera y pongo una teta en su boca y él me agarra con su mano y comienza a chuparme. Me calentaba mucho ver eso.
– Mmm Juan me pones muy caliente. Siento que estoy muy mojada..
– me encanta ponerte así, vos me pones muy dura. Quiero ver cómo tenés mojada. Déjame verte.
– bueno vamos al cuarto así estamos más cómodo. Sacate todo que quiero verte.
– mm si lu, me encanta que me mandes, me pone más caliente. Vamos que quiero ver cómo estás mojada.
Nos desnudamos y me acuesto en la cama. Me abre las piernas y se acerca con su cara a mí concha.
– que linda concha tenés, se nota que estás caliente.
Con su dedo empieza a tocarme los labios y de a poco me va abriendo y va sintiendo lo mojada que estaba. Se chupa los dedos y vuelve a tocarme. Después con la lengua empieza a recorrer toda mí conchita. Juega con mí clítoris. Me escupe y me mete dos dedos, los saca y mete mientas me chupa toda la vagina.
Comienzo a gemir de placer, lo estaba haciendo muy bien.
Seguía disfrutando ese maravilloso sexo oral que este pendejo me estaba haciendo hasta que siento que me mete la verga.
– uy Juan, que dura la siento pero debemos cuidarnos. Toma, ponete esto y seguimos cogiendo.
Se pone el condón, me pone las piernas en sus hombros y me mete su verga. Empieza a darme una, dos, tres… Así después me doy vuelta y me pongo de 4.
-cogeme fuerte que me gusta y podes darme nalgadas
El pendejo estaba loco y muy caliente, cómo yo.
Cogimos duro un largo rato. Debo confesar que tiene mucho aguante el niño. Hasta que le digo que quería estar arriba de él que esa pose me hacía venir y tenía muchas ganas de venirme.
Me acomodo arriba de él, nos besamos y empezó a moverme lentamente, el mientras jugaban con mis tetas, con mis pezones lo ponía bien duros, comienzo a moverme más rápido y no aguante mas y me vine toda mientras él seguía moviéndose yo podía sentir su verga bien dura.
Me relajo y me vuelve a dar la vuelta, esta vez me quedo acostaba boca abajo y el me abre la cola, juega un rato con sus dedos mí culito, levanto un poco la cola, estaba toda mojada, me mete la verga en mí vagina. Empieza a darme, más lento después más rápido. Se podia escuchar el ruido de cómo estaba mojada. Seguía cogiéndome hasta que saca su verga, se saca el condón, se toca un poco y me tira toda la leche sobre mí cola.
-Ups perdón, pero tu cola enorme me tienta a llenarte de todo mí semen.
– bueno ahora vas a tener que limpiarme. Vamos a ducharnos.
Nos fuimos a duchar. Él empieza a enjabonarme todo el cuerpo lo mismo yo. Nos empezamos a besar mientras nos caía el agua. Me arrodilló y meto esa verga en mí boca. La tenía bien dura lista para sacarle nuevamente la leche.
– Uff lu, me encanta como lo haces. Si seguís así vas a hacer que me venga en tu boca
– es que con esa verga no podía resistime. Cuando quieras dame toda la leche que quiero probarla
– si mí amor. Es toda tuya. Ahí va.
Salió todo calentita. Llene la boca y me tragué todo su semen.
Salimos de ducharnos, pedimos para comer y seguimos cogiendo. Se hizo tarde y se tenía que ir. Supuestamente era el primer y último encuentro. Nos despedimos como si fuéramos novios y se fue a su casa.
Me quedé pensando toda la noche en lo que pasó y la verdad que me encantó. Dude en seguir hablando pero la verdad que el pendejo hacía de todo para convencerme.
Nos hicimos muy viciosos del sexo. Hace 3 meses que nos seguimos viendo y no podemos dejar de coger, de chuparnos, de tocarnos. Somos unos enfermos. Tenemos el mismo morbo y juntos vamos cumpliendo todas nuestras fantasias.
En los próximos relatos voy a ir contando algunas cosas que hicimos.
Espero que les guste mí aventura y se pongan calientes como yo al recordarlo.
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