A los 12 años con la hermana de mi mejor amigo
«Veo que no solo eres guapo también eres bastante sexy para tu edad. No puedo esperar para comenzar esto. Recuestate en la cama», me dijo. .
Anonimo
Cuando tenía 12 años mi mejor amigo tenía una hermana de 15 que era muy guapa. Alta, delgada, muy blanca, piernuda, ojos avellana y cabello castaño claro. Básicamente todos los varones de 10 años en adelante estabamos enamorados de ella.
Pero el que el hermano de la muchacha más bonita de la colonia fuera la hermana de tu mejor amigo era lo máximo. Nos poníamos a espiarla mientras se vestía por una ventana que daba a un pasillo que comunicaba el patio de su casa con la calle, y era delicioso ver su hermoso cuerpo. Varias veces me masturbé hasta el orgasmo imaginándomela mientras se desnudaba.
Un día que estaba en la casa de mi amigo, estabamos espiando a su hermana, cuando sus padres lo llamaron para no se que y yo me quedé solo viendola. Sin embargo, volteó hacia la ventana y me atrapó mientras la observaba. Pensé que me iba a acusar, pero pasaron varios días y no pasó nada.
Sin embargo, un día que iba por la calle me abordó y me dijo: «Se que el otro día estabas de calenturiento mirandome por la ventana. Estoy dispuesta a decirle a mis papás que me estabas viendo desnuda, pero si haces lo que digo, no lo voy a hacer. El sabado en la tarde ve a mi casa, de lo contrario, ya sabes. Te espero a las 5:30».
Sin saber lo que iba a pasar, fui a la cita en su casa. Toqué el timbre y ella salió a abrirme. «Pasa, mis papás y mi hermano no se encuentran en casa, y voy a castigarte por calenturiento». Tomó mi mano y me llevó hasta su recámara. Cerró la puerta y le pusó seguro. Había puesto algo de música instrumental erótica, pero en ese momento no sabía lo que pretendía hacer. Comenzó a desvestirse y cuando vio mi mirada de asombro me dijo: «Parece ser que verme desnuda a escondidas sí puedes hacerlo, pero cuando voy a hacerlo para tí, te mueres de miedo. Sé que eres más chico que yo, pero a pesar de todo te veo guapísimo».
Ella llevaba ropa interior de encaje color negro. Se veía radiante. Entonces me dí cuenta que mi pene estaba erecto a pesar de los nervios que tenía. Nunca había estado con una mujer, evidentemente, y la verdad es que me daban ganas de salir corriendo de repente, pero algo hizo quedarme. Creo que esta sensación era porque me daba miedo que regresaran sus padres y nos descubrieran. «Quitate la ropa, quiero saber como eres cuando estas encuerado», me dijo. Me daba un poco de pena, pero me quite los zapatos, calcetines, pantalón y playera, quedando unicamente en ropa interior. Ese día me había puesto unos boxers holgados color azul marino a cuadros con el elástico gris. Como jugaba fútbol, tenía el abdomen algo marcado.
«Veo que no solo eres guapo también eres bastante sexy para tu edad. No puedo esperar para comenzar esto. Recuestate en la cama», me dijo. Yo la obedecí y me recoste sobre ella. Comezó a acariciarme el cuerpo con sus manos. Mientras eso pasaba, las nuevas sensaciones que recorrían mi piel eran deliciosas. Me sentía extraño, pero al mismo tiempo lo disfrutaba. De repente, comenzó a arañarme suavemente el pecho y el abdomen, era un suave cosquilleo que me recorría por todos lados, y me retorcía y ella parecía disfrutarlo demasiado.
De repente, llevó sus manos hacia mi pene, lo sacó, creo que lo admiró de ver lo erecto que estaba, y sin previo aviso se lo metió a la boca y comenzó a chuparlo. Simple y sencillamente, era lo más delicioso que había sentido en la vida. Estaba gimiendo, y de repente, ella se detuvo y me dijo. «No quiero hacerlo hasta que termine y te vengas dentro de mi boca, quiero que eches tu leche dentro de mí». Se quitó el brassier, y dejo a la vista sus relucientes pechos. «Primero quiero que mames mis pezones», me dijo, y los llevó hacia mi boca. Mientras los chupaba, ella gemía de placer. Finalmente, los sacó de mi boca y de repente comenzó a besarme todo el cuerpo. Llegó a mis labios y me plantó un beso tan apasionado que jugamos con nuestras lenguas un buen rato.
Ella se quitó las bragas y me sacó los boxers, quedando comepletamente desnudos. Ella se montó sobre mí pene, su vagina ya estaba muy húmeda y mi cosita se deslizó sin grandes problemas. Comenzó a cabalgar sobre mí, y el placer fue amentando. Cada vez se sentía más rico y más rico. «Que rico, que rico…,», decía. Sentí que el semen se acumulaba en la base de mi pene cuando ya casi llegaba al orgasmo. Aahh, que rico, se sentía, y en ese momento, finalmente, sentí como el semen brotaba por la punta de mi pene y se descargaba en la panocha de la hermana de mi mejor amigo. Ella gritó como una loca cuando llegó al orgasmo. La sensación era igual que masturbarse, pero más intenso, se sentía mucho más rico.
«Ahora te toca a tí, yo me pongo boca arriba, tu te subes y sacas y metes hasta que te vengas nuevamente dentro de mí», me dijo. Mi pene se volvió a poner erecto y lo lleve hacia la vagina de ella. Estaba húmeda por sus jugos y por la leche que antes había descargado dentro de ella. Nunca había cogido antes, pero era como si mi pene encontrará institntivamente aquello para lo que la naturaleza lo había destinado. Lo metí y comence a bombear. Era delicioso. Seguí bombeando cada vez más rápido, aahh, que rico. Mis piernas se cansaban, «Ahh, que rico», decía ella. Sentía que el semen salía y el placer no dejaba de aumentar. Ella soltó un grito muy fuerte cuando eyaculé con las últimas fuerzas que tenían mis piernas. La sensación de estar sobre una mujer tendiendo sexo era mucho mejor todavía. Estaba exhausto, pero feliz. Sentía que me había pasado un auto encima. Me recosté a un lado de ella y ahí estuve un rato. Después ella me dijo que sus papas podían llegar. Me vestí y me fui a mi casa. Había pasado un rato maravilloso con la hermana de mi mejor amigo. Era estupendo, y la verdad es que no fue la única vez que me la cogí.
JAJAJAJA
Delicioso y rico relato!