Alquilada por mi Amo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sumisa-rebelde.
Ese día me había hecho saber que iba a ser alquilada, ya lo había sido otras veces pero me dijo que ese día iba a ser algo distinto y la verdad me picaba la curiosidad, le daba un extra de morbo a lo de ser alquilada que ya de por si me ponía muy cachonda
El saber que yo pertenecía a mi Amo hasta el punto de que él podía alquilarme a quién quisiera sacando un beneficio económico de mí, me ponía cachondísima.
Me abrió la puerta, me puso el collar y la correa y yo me puse a 4 patas en el suelo como siempre hacía en su presencia y me llevó hasta la habitación. Al abrir la puerta cual fue mi sorpresa al encontrarme con dos travestis. Tenían unas tetas enormes las dos y qué decir de sus pollas, eran mucho mayores que la de mi Amo, que ya era de un tamaño considerable, y estaban las dos totalmente erectas. Era evidente que habían estado jugando entre ellas mientras esperaban.
– Aquí tenéis a mi perra, les dijo mi Amo.
– Mmmm que buena que está. Bajo ese vestidito se intuye un cuerpo de vicio, dijo una.
Yo estaba estupefacta, a pesar de que sabía que a mi Amo le gustaban las travestis, nunca se me pasó por la cabeza que pudiera alquilarme a alguna…
– Creo que está un poco sorprendida tu perrita, le dijo la otra a mi Amo.
– ¿No te esperabas esto verdad perrita? Me dijo mi Amo.
– No mi Amo, contesté.
– Te encanta putita, reconócelo, seguro que ya estás mojada pensando en cómo te van a follar.
– Ay no se mi Amo, me da un poco de cosa…
– Vamos hombre no me vengas ahora con remilgos puta.
Y dirigiéndose a ellas dos les dijo.
– Bueno aquí os la dejo, excepto los límites que hemos acordado podéis hacer con ella lo que queráis, aunque llore o suplique no os preocupéis, a veces le gusta ponerse llorica. Yo me quedo en la sala de estar por si se pone demasiado rebelde.
Tras esas palabras, mi Amo cerró la puerta y me dejó sola con esas dos imponentes travestis.
– Ya verás que bien nos lo vamos a pasar putita, me dijo una quitándome el vestido, ya teníamos ganas de follarnos a una tía.
– Uff si, llevábamos tiempo buscando una tía, me dijo la otra mientras empezó a sobarme las tetas, parecen naturales ¿verdad? Le dijo a la otra, nunca había tocado unas tetas de verdad, me encantan, como se mueven…
– Son realmente grandes para ser naturales, dijo la otra mientras empezó a lamerme un pezón, que ricas tienes las tetas putita.
Me cogieron de la correa y me llevaron hasta la cama, yo estaba muy nerviosa por la situación tan inesperada pero a la vez estaba muy cachonda, sentía mi coño empapándose.
– A ver como tienes el chocho, dijo una abriéndome las piernas.
Se pusieron las dos entre mis piernas observándome el coño.
– Que labios tan gorditos tiene, es distinto de los que salen en las pelis porno, le dijo la una a la otra.
– Si, y como huele… lo tiene mojadísimo.
Yo me sentía como un bicho raro, siendo observada como si jamás hubieran visto una mujer aunque tan de cerca y desnuda probablemente nunca habían visto ninguna…
– El clítoris debe ser este botoncito que tiene aquí no? A ver si le gusta cuando se lo toco.
Empezó a acariciarme el clítoris con un dedo y yo empecé a gemir.
– Pues parece que sí que le gusta, jajaja
– Aaaaahhhh sigue por favor, quiero correrme, dije yo.
– Putita, tú te correrás cuando nosotras lo decidamos, antes tienes que darnos mucho placer tu a nosotras, ¿o a ver si te crees que hemos pagado para darte placer a ti? Y dejó de acariciarme el clítoris. Se puso de rodillas frente a mí con sus enormes tetas frente a mi cara.
– ¿Te gustan mis tetas zorrita? Vamos dime lo mucho que te gustan mis tetas.
– Si, me gustan tus tetas.
– No lo has dicho muy convencida, ¿Qué pasa que te crees que las tuyas son mejores por ser naturales? Me dijo enfadada.
– No, no pienso que sean mejores, dije atemorizada.
Ella empezó a zarandear sus tetas frente a mí golpeándome la cara con ellas, eran grandes y me hacía daño.
– Aaaahhhh.
– ¡Esto para que aprendas a respetar mis tetas, zorra! Y ahora vamos a ver qué tal se te da lo de mamar polla, seguro que te encanta meterte una buena polla en la boca, tiene pinta de puta comepollas.
– Si, dadme polla, me encantan vuestras pollas, son más grandes que la de mi Amo, jajaja.
No podía yo ni imaginar cómo me iba a arrepentir de esa frase, un rato más tarde…
Sentada la cama se pusieron las dos a mis lados con sus enormes pollas apuntando hacia mí y sin pensarlo empecé a chupar la más grande de las dos mientras masturbaba la otra, quise metérmela toda en la boca pero no pude, era la polla más grande que había visto en mi vida.
– ¿No sabes metértela toda en la boca zorra? Las buenas zorras se la tragan toda, ¡vamos puta traga polla!
Yo hice un esfuerzo por metérmela más pero no podía, me venían arcadas.
– Ay no puedo, me dan arcadas, dije lastimeramente.
– ¡He dicho que te la tragues toda, me importa una mierda si te dan arcadas! Y me cogió la cabeza y empezó a follarme la boca con brutalidad.
Me follaba la boca con extrema violencia, metiéndomela toda hasta los huevos, empujando con fuerza mi cabeza. A mí me venía una arcada tras otra, se me saltaban las lágrimas y hasta me costaba respirar. Por un momento me soltó y pude respirar pero al momento volvió a metérmela toda entera, yo luchaba porque me soltara dando manotazos pero la otra me agarro las manos y con su sujetador me las ató a la espalda.
Me pusieron a 4 patas en la cama y tuve unos instantes de respiro pero rápidamente volvió a metérmela toda entera y la otra me metió toda su polla de un solo golpe en el culo provocándome un dolor tremendo, yo creía que no iba a resistirlo, tenía una polla en la boca asfixiándome y otra desgarrándome el culo pero aún así mi coño no dejaba de chorrear fluidos hasta el punto que sentía mis muslos mojados.
– ¿Te gusta que te den por culo eh zorra? A todas os gusta jajaja, me dijo la que me follaba el culo mientras me azotaba las nalgas y me sujetaba por mis manos atadas.
Yo quería gritar pero la enorme polla que tenía en la boca me lo impedía, había aflojado un poco el ritmo pero aún así seguía provocándome arcadas cada vez que me llenaba la garganta.
Al fin me soltó la cabeza a pesar de que aún no se había corrido. Yo estaba roja por la falta de respiración, la boca llena de babas producidas por sus embestidas y con todo el maquillaje corrido por las lágrimas.
– Tienes que aprender a tragarte mejor las pollas que se te den putita, es esencial para ser una buena puta, me dijo cogiéndome la cara, y sin dejarme decir nada me atrapó la cara entre sus dos tetazas siliconadas dificultándome de nuevo la respiración.
– Como te gusta ahogarla, jajaja le dijo la otra.
– Me encanta, se pone tan patética, jajajaja. Y me soltó dejándome de nuevo respirar.
– Basta por favor me vas a matar, dije yo llorando.
– Yo diré cuando basta zorra, me dijo dándome un bofetón agarrándome por el pelo. ¿O quieres que te vuelva a meter la polla hasta los huevos eh zorra?
– No por favor, dije yo, suplicante.
– ¿Cómo que no zorra? Una puta tiene que estar siempre dispuesta a recibir polla por donde sea.
Y volvió a agarrarme la cabeza metiéndome la polla hasta el fondo de mi garganta follándome la boca con fuerza.
– ¿Le tapo la nariz? Jajaja , le dijo a la otra.
– No te pases tía que a ver si le va a pasar algo, le contestó.
– Va solo unos segundos, nadie se ha muerto por no respirar unos segundos, jajajaja
Y me tapó la nariz dejándome sin respiración por unos segundos que a mí se me hicieron eternos, por fin me soltó la cabeza.
– Esto te enseñará a no rechazar una polla cuando te la ofrecen puta desagradecida. Y tú sal de su culo que quiero follármela.
Estaba claro que esa era la que llevaba los pantalones en la relación.
– Joder que aún no me corrí.
– Pues échate en la cama y que se ponga encima y le follas el coño mientras yo le doy por culo.
Y eso hicieron, me desataron las manos y la que antes me folló el culo se tendió en la cama y me puso encima de ella haciendo que metiera su polla en mi coño mojado y la otra se puso detrás de mí y empezó a metérmela por el culo. Tenía dos pollas enormes llenándome el coño y el culo, sentía cierto dolor pues eran tan grandes que llegaban hasta donde nadie antes había llegado pero a la vez me daban un indescriptible placer que me hacía gritar como una bestia pidiendo más y más polla hasta correrme en un brutal orgasmo.
– Joder me has empapado toda con tu corrida cerda, me dijo la que estaba debajo de mi.
– Estoy segura que jamás te habías tenido unas pollas tan enormes dentro de ti ¿eh zorra? Me dijo la otra.
– No nunca, dije yo jadeante, me encantan vuestras pollas, ojala mi Amo vuelva a alquilarme a vosotras de nuevo.
– Seguro que si perra, al final estás resultando una buena zorra.
Se salieron las dos de dentro de mí y poniéndose una a cada lado empezaron a pajearse.
– Seguro que te encanta que te llenen de leche ¿Verdad zorra? Dijo una.
– Siiii, me encanta, dadme leche, llenarme toda.
Al cabo de segundos una de ellas empezó a correrse soltando chorros de leche por su polla que aterrizaban en mi cara y en mis tetas y producto de la excitación que le provocó la escena al momento se corrió la otra llenándome también de leche. Cuál fue mi sorpresa que tras correrse se pusieron a lamer sus corridas de mi cuerpo hasta no dejar ni una gota.
Se vistieron y salieron de la habitación despidiéndose de mí con un…
–Hasta la vista putita.
Oí que hablaban con mi Amo y al cabo de poco oí la puerta de la calle cerrándose y los pasos de mi Amo acercándose a la habitación, que nada más entrar me dio un bofetón que me hizo caer al suelo.
– ¿A qué viene esto mi Amo? Se han ido satisfechas de aquí, dije llorando.
– ¡Te has burlado de mi polla zorra! Me gritó él.
– No amo eso no es verdad, ¿Cómo puedes pensar eso? Yo adoro tu polla.
– No me mientas puta, tengo una cámara en la habitación con la que grabo todas las veces que te alquilo, lo hago por tu seguridad zorra, y mira por donde hoy me ha servido para ver y oír como te burlabas de mi polla, ¡les ha dicho riéndote que sus pollas eran más grandes que la mía puta!
– Ay Amo por favor perdóname, no era mi intención reírme de tu polla, no sé porque lo he dicho.
– ¡Cállate zorra! Me dijo él agarrándome por el cuello lleno de furia, por de pronto te quedas 3 meses sin polla, y ya veremos si serán más meses, así aprenderás a tenerle a mi polla el respeto que se merece. Y ahora vete de aquí que no quiero acabar haciendo algo de lo que me arrepienta.
– Amo por favor, perdóname te lo suplico, dije yo tirándome a sus pies llorando.
– ¡QUE TE LARGUES PUTA! Me dijo el dándome un puntapié.
Yo asustadísima me vestí y me fui, jamás había visto a mi Amo tan enfadado.
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