Ama y Sumiso
A ver qué sale….
Atado sobre la mesa reposa el esposo sumiso, ojos vendados, media luz, desnudo, piernas abiertas, culo expuesto, pene flácido.
El hombre sumiso aguarda a su dueña, una mujer con la que ha compartido 20 años de su vida.
Esta mujer es hermosa, tiene unas manos suaves, pequeñas, experimentadas, con uñas hermosas, así le gustan al sumiso.
Es su cumpleaños número 43 y su esposa se lo va a festejar, el ambiente huele a lavanda, la temperatura es agradable, su cuerpo está limpio, su recto vacío.
La dueña del sumiso está en el cuarto de al lado, tiene sus manos sumergidas en lubricante comestible tibio, se asegura de tenerlas especialmente suaves.
La puerta se abre y se cierra, el sumiso escucha un encendedor, el sonido de recipientes, nadie habla.
De pronto unas manos tibias se postran en su pecho, puede sentir el lubricante tibio escurrir sobre su cuerpo, las manos lo esparcen impregnando toda su cavidad torácica, es un calor agradable y el tacto de unas manos conocidas.
El recorrido sigue su curso, sus piernas sienten el calor del lubricante, su pene comienza a reaccionar cuando las suaves y tibias manos pasan por su entrepierna.
Gotas de lubricante recorren su pelvis y humedecen sus depilados testículos, cosquillas le arrancan una sonrisa.
«¿Todo bien sumiso?»
«Si ama»
La pareja sonríe, el cuerpo del sumiso está totalmente relajado, sus músculos laxos se mueven al ritmo de las manos que los estimulan.
En medio de las piernas del sumiso su ama se prepara para lo que sigue. Su aliento alerta al sumiso, está respirando sobre su pene, ahora a media asta.
La piel del sumiso es ahora de gallina, las uñas largas rozan su pene lanzando señales eléctricas por todo su cuerpo desembocando en un gemido.
- Uhmmmm dios
Su ama sonríe y festeja con una risa cómplice, sabe que él lo está disfrutando.
- ¿Todo bien cariño?
Preguntó la ama con su voz más sexy y coqueta, sumiso sonriendo asiente.
La boca de su ama se apoderó de su glande, su ya conocida lengua hace magia, el pene reacciona y alcanza su máxima dureza en segundos.
No se trata de un pene enorme o muy grueso, es un pene normal, común, más cercano a pequeño y delgado, pero ella lo ama, lo adora, es todo suyo.
Sus labios rodean el glande, su lengua juega con su uretra que se abre, el sumiso gime de placer, se retuerce en la cama imposibilitado para moverse.
Su ama succiona y el sumiso gime, el glande se inflama por la poderosa succión, tensa sus músculos y su ama desiste.
Las manos retoman su ataque en la zona pélvica e ingle del sumiso, su ahora erecto pene se balancea al ritmo de las caricias.
Risa pícara por parte de su ama, sumiso está en el paraíso, disfruta de esto, ella lo sabe.
Sus manos recorren la ingle y rozan su escroto, le encanta hacer eso, sus suaves testículos le dan placer al tacto, la ama disfruta hacer esto, darle placer a su sumiso, escucharlo gemir de placer, retorcerse de felicidad, saber que ella lo domina, le da placer que nadie más puede y que no se atrevería a buscar en ningún otro lugar.
Con firmeza toma los testículos y los estira del cuerpo, un hermoso par de bolas aparecen debajo del escrito ahora perfectamente listo por la tensión. A la ama le encanta degustarlos, los envuelve con su jugosa boca para recorrerlos con su áspera lengua lentamente estimulando las pelotas a través del escroto. En un movimiento planeado, Ama le ajusta una argolla que estiran los testículos.
Pero ama conoce bien a sumiso, ama siempre está lista y lubricada, la mano libre ya juega con el no tan virgen ano, su dedo gordo masajea distribuyendo el lubricante en la entrada haciendo una sutil presión. Sumiso gime de placer, realmente disfruta del calor del lubricante y la suave caricia del dedo de su ama en su ano. All sumiso estar bien entrenado, el relajado ano cede permitiendo el acceso del dedo gordo hasta el fondo.
Ama se siente complacida con el gemido de placer, ríe coqueta con los testículos en la boca acompañando los gemidos de sumiso, ella conoce bien el cuerpo que estimula, 20 años es mucho tiempo, sabe bien dónde, qué, cuándo tocar, por eso su pulgar presiona suavemente la próstata con movimientos intermitentes.
Gemidos masculinos inundan la habitación, sumiso está disfrutando de esto como siempre, pero hoy más que nunca, es su cumpleaños.
Con maestría y amor Ama usa sus otras cuatro extremidades libres para rozar, acariciar y presionar el perineo con sus lubricados dedos. El placer que sumiso experimenta es fuera de este mundo, la mano libre de su Ama ahora masturba con movimientos demencialmente lentos el pene que estaba solito y sin atenciones.
Glande, falo, testículos, perineo, próstata, todo es atendido con verdadero dominio, sumiso está cerca del orgasmo y Ama lo sabe, con delicadeza abandona el amor que le brinda, espera que se calme, no quiere que su placer acabe tan pronto, todo es parte del rol de sumiso, sufrir un poco por no poder terminar, a Ama le gusta hacer eso, es su parte favorita.
Ama sabe cómo controlar, con una mano sujeta el pene cubriendo el glande, con su pulgar presiona y gira suavemente sobre la uretra al tiempo que le da palmaditas a los testículos.
Esto le da una mezcla de placer, ansiedad, dolor a sumiso, ahuyentando el orgasmo sin perder la erección.
- Quieeeeeto, tranquiiiiiiiilo mi amor, muack.
Pero hoy es el cumpleaños de sumiso y Ama se siente generosa, por eso le dió un beso al glande.
Un par de minutos de eso y Ama decide continuar, de la mesa toma un dildo diseñado para estimular la próstata, se lo lleva a la boca, lo baña de su saliva, sumiso observa y sonríe, sabe que Ama esta cachonda, sabe lo que viene.
El ano se expande de nuevo ante la nueva incursión, con cuidado, amor y ternura Ama introduce el aparato. De inmediato sumiso comienza a gemir, disfruta de este juguete, siempre está presente, está diseñado especialmente para él, queda justo en el lugar correcto, presiona con la fuerza exacta, vibra con la frecuencia correcta.
Años de experiencia adquirida con práctica le enseñaron a Ama los secretos de sumiso. El aparato se enciende, sumiso gime de placer, Ama castiga los testículos y uretra.
Es un balance perfecto entre cielo e infierno, el aderezo perfecto es la ansiedad, le impide eyacular prolongando el placer.
Sumiso es un estuche de monerias y Ama lo sabe, cuando tensa las nalgas está teniendo un orgasmo, pero aprendió a disfrutar sin eyacular, eso lo guarda para el final, así lo demanda su ama.
Postrado en la cama, atado, sumiso libera un gemido prolongado, 10 segundos de placer intenso, el primer orgasmo de la tarde. Ama sonríe y lo besa pero el no puede reaccionar, está prohibido, solo ella puede demostrar afecto.
El instrumento sigue en su ano, pero ahora está apagado, los testículos cuelgan, se le fue retirada la argolla, una delgada vara de metal cilíndrica, con pequeñas protuberancias redondas, ese es el instrumento favorito de Ama, en la punta del glande, en la antesala de la diminuta uretra.
Sin lubricante, girando de izquierda a derecha con sus dedos, el cilindro de abre paso por el ducto lubricado con líquido preseminal. Sumiso se retuerce, odia esto, pero Ama lo disfruta, por lo tanto él lo acepta. Solo un fragmento del diminuto cilindro ingresa, suficiente para darle placer a Ama.
- ¿Cómo se la está pasando en su cumpleaños mi sumiso obediente?
- Aaaah aaaaagh bieeéen ama.
- Qué bueno mi amor, te voy a torturar otro ratito y te voy a dejar venirte mucho muchito en mi boca
- Aaaaagh aaah gracias ama.
Ama enciende el dildo metido en su ano, con movimientos circulares muuuuuuuuuy lentos va retirando el cilindro aún más lento, con su otra mano masaje los testículos, todo eso es una tortura para sumiso.
El placer en su ano, el dolor en sus huevos, la ansiedad en su uretra.
- Quiero que tengas un orgasmo, compláceme…
Sumiso no puede negarse, está a los pies de su ama, hace todo lo que ella desea, lo siente en su próstata que envía la señal a sus nervios sacrales y estos al lumbar.
Las nalgas tensas y un nuevo orgasmo sin eyacular sacude su cuerpo.
- Muuuuuuuy bieeeeeeen mi amooooor ¿Quién es el sumiso de mami?
El pobre sumiso sonrien de satisfacción y placer, babea, no es capaz de articular palabra, su pene le duele, los testículos le puzan, su uretra le arde, le urge eyacular, lo desea, lo necesita, pero no puede, la ansiedad se lo impide.
- Yo – dijo sumiso en un un hilo de voz – Yo… soy el… sumiso… de mami.
Ama esta más que complacida, en sus ojos hay amor, sumiso sonríe, está feliz por su regalo de cumpleaños.
Ama se sube al mueble y coloca su hermosa, depilada, caliente, húmeda, deliciosa vagina sobre las fauces de sumiso que devora la almeja que le ofrecen para beneplácito de ama que continúa su labor retirando por completo el cilindro de la uretra dandode alivio a sumiso.
La lengua recorre todo, a Ama no le importa el orden o el como, ella quiere que sumiso coma pucha fresca, limpia, jugosa, Ama está excitada, le gusta torturar con placer a su sumiso, disfruta de la avidez con que se bebe todo lo que tiene por darle, orina o semen, da igual, sumiso se bebe todo.
La nariz de sumiso siente una picazón, del ano de Ama brota un pequeño diamante, le lastima, le irrita, pero está contento, significa que habrá sexo anal, ama tiene depilado y muy limpio el canal de su ano, sumiso sabe que le tocará beberse todo lo que entre o haya ahí dentro.
Cuando ama se siente safistecha aprieta los huevos de sumiso, el sabe que se debe detener y atiende.
- Es tu cumpleaños, hay algo especial – ama se posiciona, su ano está sobre la boca – ya sabes que amor sumiso.
Con sus dientes sumiso muerde el diamante y Ama comienza su baile, arriba, abajo, arriba, abajo, el proceso se repite por 5 minutos, se está deleitando con el dildo que entra y sale de su ano, de su interior brota lubricante que se filtra por los dientes de sumiso impregnando su sabor chocolate, el favorito de sumiso.
Saciada Ama se incorpora dejando tras de si un dildo poco más delgado y corto que el pene de sumiso junto con una estela de lubricante sabor chocolate.
- Ahora, cómo has sido un buen niño, te voy a dar tu primer regalo.
Ama retira la argolla de los testículos, el dildo del ano, coloca ese piercing que decora la punta de su glande, baja las caderas de Sumiso, se monta penetrando su hermosa vagina y comienza el espectáculo.
Sumiso gime de placer, su Ama estruja su pene con sus músculos vaginales, el piercing cumple su doble propósito, impide la eyaculación y estimula el interior de Ama.
Ama sabe, ama conoce, con sus suaves manos ataca los pezones de sumiso, aprovecha y los decora con sus piercings, lástima y complace a sumiso que se retuerce de placer, pero está vez, Ama está con él, ambos se van a venir juntos, salvó que Ama se vendrá sin limitaciones.
Nalgas tensas y un nuevo orgasmo sin eyacular invade a sumiso, Ama por su parte disfruta del pene y de los pezones, ella disfruta torturando esa zona y hasta se viene.
Ama es fácil de complacer, aprendió a disfrutar cada segundo con sumiso, se viene fácil, sobre todo cuando lo tortura, la sensación de poder le pone sus sentidos al máximo, cualquier caricia o roce es potenciado, por eso no se deja tocar, saber que en las calientes manos de Sumiso es de chocolate y se derrite.
Ama saca el pene de su vagina y apunta con sus manos al otro agujero, es estrecho, el piercing incomoda a sumiso, pero es ¡sexo anal! Ama se lo permite en fechas especiales, su cumpleaños, aniversario y otro puñado de celebraciones locas.
El pene entra en el ajustado ano dándole un inmenso placer a ambos, Ama sube y baja como cuando estaba sentada en su boca, ambos gimen de placer, disfrutan del sexo anal, particularmente Ama que se siente bastante cómoda con el tamaño del pene que la invade.
- ¡Oh sí! ¿Te la espada pasando bien en tu cumpleaños mi pequeño sumiso?
- ¡Si! Ama ¡SÍ!
Ama y sumiso disfrutan del coito anal, un nuevo orgasmo viene para ambos, el 4 para sumiso, sus testiculos lo torturan, un calor intenso lo recorre, les urge explorar, pero su glande es torturado por el piercing, no consigue llegar a ese punto final de placer para liberar la tensión en plenitud.
De nuevo se viene juntos, Ama en plenitud, sumiso sin eyaculación.
Ama sabe que sumiso está en su límite, si lo empuja más perderá la erección y todo se arruinará, su pequeño sumiso debe acabar ya.
En medio de sus piernas Ama se dedica a acariciar todo lo que tiene a la mano, piernas, abdomen, pechos, al mismo tiempo devora entero el pene de sumiso que disfruta de la vista.
Si sacar el pene de su boca que degusta con placer, el dildo se abre paso en el ano, con cuidado y amor lo coloca en posición encendido.
Con la lengua de fuera sumiso disfruta, ahora sus testículos son estirados y devorados, está vez la argolla no está presente, las manos de Ama estimular el perineo y pene, sumiso gime de placer, está disfrutando esto, feliz, sabe que podrá venirse, no hay nada que se lo impida, su Ama le dará paz.
La boca cambia de lugar, ambas manos atienden testiculos y perineo, la boca con el pene metido hasta la garganta, así le gusta a Ama, comerse entero el pene de sumiso hasta hacerlo venir, recibir en su boca la descarga, después de todo ¿Por qué no? Es su esposo a quién tortura con placer, es su compañero de vida quien le entrega su cuerpo para que haga su voluntad y encima, es su cumpleaños.
Sumiso esta cerca, sus gemidos con lamento lo anuncia, será un orgasmo fuerte, como pocos.
- Uhmmmm Amaaaaa aaaaaah uhmmmmm
Los gemidos que más parecían alaridos de dolor fueron acompañados con copiosos, espesos, calientes y deliciosos proyectiles de semen que Ama recibió en su boca con gusto.
Chorro a chorro la boca de Ama se fue llenando, sus labios bien cerrados al rededor del miembro impedían que nada se filtre, con su lengua juega el glande y semen, succiona con suavidad prolongando el ya intenso orgasmo que duró 23 largos segundos, tiempo en que el cuerpo de sumiso sufrió un ataque tónico clonico que ayudo a expulsar hasta la última gota de semen de sus exahustos testículos.
Sobre la cama yace sumiso, Ama lo desata y acomoda su cuerpo para que esté cómodo, lo cubre con una sábana tibia, contempla su rostro destrozado, pero feliz, no puede ni sonreír, una mueca que muestra agotamiento y felicidad.
Ama esta complacida, se acuesta a su lado, su cabeza descansa sobre su pecho, con sus suaves y lubricadas manos acaricia su abdomen, esa pancita que la vuelve loca, le ofrece una bebida fresca, sumiso bebe con desesperación.
Ama repta sobre su cuerpo hasta alcanzar su oreja, la muerde, besa, lame y sopla con cariño.
- Feli cumpleaños mi amor.
Sumiso no puede moverse, sonríe y asiente, su esposa lo abraza, lo recarga sobre su pecho…
El esposo duerme profundamente en el regazo de su esposa, ella lo abraza y duerme con él.
Esto me encantó. Tuve que masturbarme de lo duro que se me puso.