Ana María, nuevas experiencias.
Perdí mi virginidad y comencé a experimentar con hombres mayores.
Cap. 2
Seguiré contando partes de mi pasado donde me ha sucedido de todo, en lo que respecta al sexo, experiencias, muy románticas, algunas otras muy alocadas y fascinantes, así como experiencias desagradables.
Una vez que a los ocho años se despertó la libido en mi ser a la mano de mi primo, el 10 años mayor, que yo no hubo retorno, todo lo que encontraba a mi mano que tuviese que ver con sexo y llamaba a mi atención, mi madre para ese, entonces, cuando yo tenía nueve años se hizo novia de David, en ese momento no fue un hombre que marcara mi vida, sin embargo, a lo largo de mi vida iría tomando más y más importancia, no quiero adelantar mi historia, pero él sería después de muchos acontecimientos, uno de los hombres más importantes de mi vida.
Justo cuando cumplí los 10 años, mi madre decidió salir de la casa de mis abuelos para vivir con David, la atmósfera, cambio, completamente por una parte, los dos eran jóvenes y tenían una vida sexual a tope, las noches serán eternas, escuchando los gemidos, gritos y expresiones de placer de los dos, incluso prestando atención, y más detrás de la puerta de su habitación, se podía escuchar como mi madre le pedía que la violara y la usara como una puta, el por su parte, la llamaba perra, zorra, putita, y otros adjetivos que en un principio me asustaban, pero después hacían que mis pantaletas terminarán completamente empapadas, acostumbrándome ya después a tocarme sobre mi ropa, llegando al punto de salir desnuda de mi habitación, pegarme a su puerta para tocarme imaginando que era yo la que gemía y gozaba con ese hombre entre mis piernas.
David, en un principio era indiferente conmigo, pero conforme pasaron los meses, fue aumentando nuestra confianza, realmente él nunca intentó nada, sino hasta después de saber que su nena consentida, era de todo menos inocente y pura. Sin embargo, lo que pasaría con David fue posterior a mis primeras experiencias intensas con hombres.
Además de ya no tener la severa vigilancia de mi abuela durante las tardes, también comencé a estudiar en una escuela oficial, realmente desconozco si el hecho de qué mi madre decidiera vivir con David, había enfurecido sobre todo a mi abuela, quien era la que se encargaba de mis gastos como ropa y escuela, por lo que mi mamá también tuvo que trabajar, sin embargo, sus ingresos y los de David no llegaban a ser los mismos que los de mis abuelos, por lo que me acostumbré más a estar en casa y jugando con mis vecinos y vecinas que está rodeada de familiares y adultos, como cuando vivía con ellos. Mis nuevos vecinos, casi todos hijos de matrimonios, separados o bien que trabajaban todo el día, eran chicos, más despiertos y que en parte compartía su curiosidad por el sexo igual que yo. Mi vecina Katia de 14 años, por ejemplo tenía la fama de haberse acostado con varios vecinos, algunos de su edad o un poco mayores, así como con algunos señores casados, y algunos que otro hombres mayores solitarios. Tal vez no era tan agraciada, pero sus curvas hacían que hasta el hombre más recto, la siguiera con la vista, entre ellos, David. No fueron pocas las veces que nos juntábamos toda la palomilla de chiquillos en la calle a jugar, y que Katia empezará a conversar con algún chico o con algún señor, y que terminará desapareciendo de nuestra vista por un par de horas.
Otro de mis vecinos, el mayor era Manuel, vivía sólo con su madre que trabajaba todo el día, este chico tenía 17 años en ese entonces, y el cual, junto a su compañero Ray siempre estaban juntos, ahí tendría de 16 años, vivía con su padre solamente. Otra amiga era Blanca de mi edad y su hermano Jairo, vivían con sus padres sin embargo, era visible la distancia que había entre ambos, señores, la señora Paty era muy guapa y siempre vestida, resaltando su hermoso cuerpo, el señor Efrén tenía un Taxi, por lo que todo el día y gran parte de la noche se la pasaba afuera. Una de las chicas más grandes en ese, entonces de 16 años era Alejandra, quien se convirtió en una de mis mejores amigas, Ale era muy gordita y alta, si bien no era del agrado de los chicos, si lo era de hombres mayores, quienes a la mejor oportunidad le hacían insinuaciones, pero que ella no tomaba en cuenta. En algún punto Alejandra se convierte también en alguien muy importante en mi vida, ya que años después mi madre y David se separarían volviéndose Alejandra mujer de este.
Si bien, todos convivíamos, los chicos tenían a una favorita con la cual hacían más confianza y se hacían parejitas, Manuel y Blanca aún cuando tenían una diferencia de siete años. se seguían mucho, Katia y Jairo también se daban sus escapadas, y pienso que más de una vez Jairo tuvo que mezclar sus fluidos con los de algún vecino, que ya habían disfrutado de los placeres de la carne con Katia, Ray desde un principio mostró estar enamorado de mí, sin embargo, los seis años de diferencia lo hacían de cierta forma verme con mucho respeto, en las tardes, casi todo salíamos a jugar y a platicar, sentados en la banqueta, cada quien con su parejita y no faltaba que Manuel estuviera tomando ventaja y metiéndole mano a Blanca, principalmente a Katia y en algunas ocasiones cuando no era posible hasta a Alejandra, todos sabíamos quién era de quién, sin embargo, cuando alguien faltaba o no podía salir en el grupito, se acomodaba, por lo que más de una vez con la ayuda de la noche y de autos estacionados, incluso yo terminará besándome y fajando con Manuel, con Jairo y muy ocasionalmente con Ray.
Para cuando cumplí los 11 años, la amistad con mis palomilla ya era plena, las chicas cuando estábamos solas, sin ningún recato comentaban de sus experiencias, inclusive Katia hacía comentarios que a todas nos ponían calientes cuando por ejemplo nos contaba que el señor Cipriano se la había cogido por el culo a cambio de 200 pesos y que le había lastimado sin poder sentar durante un par de días. En esas ocasiones en que terminábamos todos hablando de sexo y de nuestras experiencias, los que las tenían indudablemente todas terminábamos, manoseadas y húmedas. Inclusive alguna vez me aventuré a darle una mamada a Manuel y terminando con su semen embarrado en mi cabello y en mi ropa.
Por supuesto que después en las pláticas entre todos hablaban de sus experiencias y no faltaba el comentario de qué alguien quería probar, tal o cual posición con alguna de nosotros, todos reíamos, pero sabíamos que en algún momento terminaríamos, poniendo en práctica nuestros conocimientos y experiencias, por ejemplo también supimos que Katia y su hermano Jairo llegaron a tener sexo alguna noche que su madre iba de rumba y su padre trabajaba en el taxi, Alejandra les decía que tuvieran cuidado y usaran condón para evitar que Katia pudiera terminar embarazada, esto ya fue demasiado para mí y mi calentura llegó al máximo, por lo que una tarde al estar en mi casa sola y encontrar a Ray. decidí que con él perdería mi virginidad, ese día, ninguno de los otros chicos apareció por lo que viendo tele en mi casa, le dije a Ray que me esperara. Una vez que estuve dentro del baño desnuda, le pregunté si no le apetecía bañarse conmigo y empezamos una aventura que terminaría en la cama de mi madre y David, con Ray corriéndose dentro de mi en dos ocasiones, practicamos el 69, y en ese momento agradecía a mi primo el haberme hecho una mamadora experta. Él también se dio gusto besando y lamiendo mis tetas, pero sobre todo entre mis nalgas y mis labios, vaginales el término con su boca llena de mis fluidos y yo degustando su semen.
La primera penetración vaginal que me hizo, pensé que sería dolorosa, sin embargo, mi himen ya había desaparecido, seguramente en alguna de las largas sesiones de masturbación que tenía desde los ocho años, imagino que mis ojos se ponían en blanco, al sentir la punta de su pene, chocando, furiosamente contra mis cérvix, milagrosamente no resulte embarazada, ya que desde los 10 años tuve mi primer periodo así como empezaron a crecer mis tetas y a aparecer una leve pelusa en mi vulva. El pene de Ray si bien era muy delgado, para el tamaño de mi órgano reproductor, era más que suficiente, y en varias ocasiones él decía que me amaba y quería que yo fuera su mujer para siempre.
A partir de ahí muchas tardes, en mi casa o en la de Ray, teníamos sexo, desenfrenado, incluso llegando él a sus 16 años, ser casi un marido para mí, ya que cuando iba a mi casa, yo le preparaba la comida, lo consentía, y al final teníamos un sexo delicioso en el cual cada vez ya éramos más cuidadosos y utilizábamos condones o bien, él se corría sobre mi cuerpo, estos encuentros también se daban en su casa, y ahí fue cuando llegó mi experiencia con el primer adulto de mi vida. Sí, como se imaginarán ese hombre fue el padre de Ray, a quien llamaré don Raimundo, ya que ambos tenían el mismo nombre.
Don Raimundo era un hombre joven, tal vez no llegaba a los 40 años, sin embargo, solitario, ya que su esposa, la mamá de mí novio amigo Ray se había marchado con otro hombre, ya hacía varios años atrás, en alguna ocasión hablando con Katia, me enteré que Don Raimundo, a pesar de ser un hombre joven, se veía muy serio, pero qué por lo menos una vez al mes, llamaba a mi amiga, desde que ella tenía 12 años e incluso en una ocasión tuvo que pagar para que Katia interrumpiera su embarazo, si bien estoy seguro de qué ni ella sabía quién era el padre de su hijo, don Raimundo decidió pagar y no sin cobrársela con varias sesiones de sexo.
Yo supongo que la comunicación entre Don Raimundo y su hijo era muy abierta, ya que en la ocasión que llegué a su casa y mi amigo se encontraba en casa de un compañero, haciendo un trabajo, su papá me invitó a pasar, no lo vi como algo malo, por lo que yo vestida todavía con mi uniforme de primaria, accedí a pasar un rato a hacerle compañía. La plática en un principio era de lo más normal, me preguntó sobre mis padres de cuánto tiempo llevaba como amiga de su hijo, y que si también era amiga de los demás chicos que vivían en la calle de nosotros, cuando comenzamos a hablar de ello, él me preguntó qué tan amiga era yo de Katia, sabía que esto comenzaba a tomar un rumbo, ya que por palabras de ella sabía que varias veces se había acostado con el señor Raimundo.
Ro: Sabías que Kathy y yo somos muy amigos?
Obviamente, respondí que no sabía nada, aunque en varias ocasiones él fuera tema de nuestras conversaciones.
Ro: Supongo algo, ya le has aprendido a tu amiguita Katia o me equivoco Anita?
Al notar mi expresión, y que yo permanecía en silencio solamente le bastaron un par de segundos para acercarme a mi y abrazarme por la cintura, no sentí miedo, incluso sentir la fuerza de ese abrazo hizo que mis mejillas se ruborizaron y a partir de ahí perdí el control sobre mí, aunque en un principio me resistía a sentir su respiración al lado de mi cara. Después fue aflojando mi cuerpo, hasta que en algún momento sentí su boca besar mi cuello, así como sentir su mano izquierda, apretar mi trasero, y con la mano que tenía libre, comenzar a sentir los bordes de mí corpiño.
Ro: Sabes, eres una princesita, pero conozco perfectamente también distinguir entre una putita de una niña decente.
A: ¿por qué me dice así, don Raimundo?
Ro: ¿acaso crees que no sé quiénes son las putitas de esta calle?, déjame decirte que desde que olí unas de tus pantaletas que dejaste olvidada cuando viniste a coger con mi hijo, tu olor me fascinó, hueles a mujer caliente y a pipí de niña, además de qué por ser gordita, tus tetas, y tus nalgas se sienten mejor que las de tu amiga Katia.
No sabía qué decir, Raimundo era un atrevido, pero a la vez me excitaban sus palabras, así como cuando sentí que su mano entraba por el elástico de mi ropa interior, y comenzaba a masajear el canal de mi trasero.
Apenas y quise decirle una palabra para poderme retirar, él pegó sus labios a los míos, y a partir de ahí no dejamos de besarnos, el de su boca, su barba y sus manos sabían cómo tocarme, ni su hijo, ni mi primo Joaquín pudieron lograr que con un masaje de no más de 10 segundos en mi ano, mis piernas comenzarían a temblar y yo a gemir, cada vez más fuerte al tener esa sensación de que estaba a punto de orinar en mi ropa interior.
Ro: No me equivoqué, eres una pequeña puta, te voy a tratar como lo que eres, de aquí te irás bien llenita de tu matriz, me encantaría tener un hijo contigo, ¿ya tienes la menstruación?
A: Si.
Ro: Uy que rico nena, la puta de tu amiga Katia no quiso cargar con una panza mía, espero verte bien preñada y poderme alimentar de tus tetas, se ven deliciosas.
No pude evitar el impulso de levantar mi blusa de la Escuela, con todo y mi corpiño quedando desnuda de la cintura para arriba, Raimundo, sin esperar un solo momento, comenzó a mamar mis pezones, en lo que luchaba por abrir el cierre de mi falda, para dejarla caer y quedar únicamente con mi pantaleta mojada, mis calcetas y mis zapatos.
A: Don Raimundo su hijo es mi novio.
Ro: Eso no me importa, el puede también usarte, que ricas tetas tienes nena.
A: No me las muerda.
Raimundo no dejaba de tocarme y sentirme, al estar los dos completamente desnudos no resistió ponerme boca abajo para perder su cara dentro de mis dos nalgas para poder aspirar el olor de mi sexo y de mi ano, también lamia como desesperado mientras sentía el interior de mis orificios, así llegue a tener un orgasmo mas, no sabia que tenia ese hombre pero me hacia poner los ojos en blanco y a gemir como desesperada.
Cuando yo ya no era consciente de que un hombre maduro estaba disfrutando y diciéndome obscenidades el me coloco boca arriba sobre la cama y comenzó a penetrarme mientras me besaba y lamia mi cara, su resistencia era increíble y tal vez durante mas de 20 minutos me penetro sin parar. Finalmente sentí como su mástil expulsaba chorros de leche que me llenaban hasta mi útero, el gritaba y me abrazaba mientras su manguera tomaba vida propia haciendo que nuevamente me sintiera toda estúpida por el orgasmo.
Ro: Que delicioso coges nena, ahora veo por que mi hijo esta enamorado de ti, eres toda una putilla.
A: Don Rai, ya no puedo, me duele mi cosita.
Me abrió de piernas y pude ver lo enrojecido de mi vagina y la leche saliendo, el tomaba los sobrantes con sus dedos y los untaba en mis vellitos,
Ro: Ve a lavarte furcia, la próxima vez te voy a reventar el culo.
Tome una toalla y me fui a bañar, cuando volví al cuarto el hombre había sacado un billete de su cartera y me dijo, la próxima te daré mas, mientras tanto vístete y lárgate que estoy ocupado.
Me vestí rápidamente y tome mi ropa interior dentro de una bolsa, salí escurriendo semen, llegue a casa y nuevamente me bañe, por una parte me sentí usada y violada pero por otro lado feliz de haber sentido una verga adulta y que me tratara de esa forma tan caliente. No fue la única vez que me acoste con el papa de Ray, cuando menos dos veces al mes me hacia señas para visitarlo por las tardes.
Cada vez era mas intenso Don Raimundo conmigo, me hacia vestir con ropa tipo prostituta, varias veces metió sus dedos en mi ano pero el dolor lo hacia desistir cuando intentaba penetrarme por mi agujero posterior, si bien me decía que un día me lo reventaría nunca intento mas por el miedo de dejar una lesión en mi.
Una vez que me recupere de la tremenda cogida que me dio el papá de Ray pasados dos días, volví a tomar mi rutina con Ray y los amigos, al principio Ray era muy distante conmigo y en un momento solos me comento que sabia todo y que por favor ya no fuera a su casa, que se sentía mal por lo que su padre me hizo sin embargo le dije que todo estaba olvidado, sin embargo ya nada fue igual, Ray comenzó a acercarse mas a Alejandra y en vez de sentir celos comprendí que ahora el sabia que yo no seria solo de el, de vez en cuando volvimos a tener sexo pero de igual forma como lo tenia con los otros chicos, sin embargo en mi cambio algo para siempre, entendí que los adultos son mejores amantes y que podían darme dinero así como satisfacer todos mis caprichos, esto siguió por algún tiempo, incluso llegando a participar en orgías con los clientes de Katia, con amigos de Ale y claro con don Raymundo que al parecer se obsesiono conmigo, esto lo contare en los siguientes capítulos.
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