Analizando a mi sumisa
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por yeyita7806.
Siempre fui curiosa en cuanto al sexo y siempre quise saber más, pero a causa de vivir en una ciudad pequeña y con una familia bastante tradicionalista, la única opción era hallar la forma de leer relatos (ya que pornografía no me gusta ver, se me hace por demás exagerado). Así que cuando ingresé a la universidad, pude experimentar mas, ya tenía novio y pues comencé a ser sexualmente activa. Pero siempre me sentía insatisfecha, como que algo faltaba; así fue pasando el tiempo, termine mi carrera y regrese a mi ciudad, después de mucho tiempo y de continuar sintiéndome frustrada, un día leyendo relatos en esta página, decidí registrarme, y ahí dio inicio todo. Con Javier comenzamos los mensajes como con cualquier persona del foro, pero por alguna razón con el tomé más confianza, comenzamos a platicar de mis dudas acerca de diversos temas (sobretodo sexo anal), siempre fue amable y paciente, resolvía mis dudas y eso me encantaba de él.
Con el correr del tiempo nuestros mensajes eran más fluidos y con mayor confianza, un día surgió el tema sobre ser su sumisa anal, a lo que sin pensar accedí…ya las pláticas tomaban otra dirección como era de esperarse y yo estaba absorta aprendiendo todo lo que me decía, igual al realizar pequeñas “tareas” para complacer a mi amo (una de ellas usar un plug anal todo los días durante casi todo el día). Pasaron los días y se me ocurrió preguntarle a Javier si le gustaría una foto para conocerme físicamente, a lo que respondió con una negativa (me sentí mal no lo negare), diciéndome que no sería justo que yo le enviase una foto ya que él no podría hacerlo, por discreción (ya que él tiene una relación estable). Le respondí que no me importaba, y que solo quería que él me conociera, y se la envié, le dije que revisara su correo, que le había enviado mi foto, a lo que él me respondió: “está bien, lo acepto, no puedo ser egoísta y que todo tenga que salir a mi modo. Continuamos con nuestras charlas más intensas y mas intimas, me sentía cerca de él, un día me comento que pronto haría un viaje por trabajo y que se ausentaría por casi una semana, me puso algo triste, y para nada esperaba lo que me diría a continuación; comenzó diciéndome que haría el viaje un día antes porque quería ese día libre para él y para su sumisa…me puse más que eufórica, al fin lo tendría frente a mí!!..y así, comenzamos a planear todo.
Él llegó a México tal como previamente lo habíamos acordado por correo electrónico. Lo esperé en el aeropuerto, vestida como él me había ordenado, en lo que importa al relato, jeans ajustados y tanga chica muy metida entre las nalgas, y con el plug anal puesto. Me vio y se sonrió, le vi y también sonreí. Nos saludamos cordialmente como si nos conociéramos de toda la vida. Platicamos prácticamente desde un inicio y de temas banales, lo ayude a llevar sus cosas hacia afuera del aeropuerto para subirnos a un taxi, nos fuimos directamente a un motel y si bien él estaba cansado, ambos estábamos deseosos de tenernos, no queríamos desperdiciar tiempo. Llegamos a un motel muy lujoso de la Cd de Veracruz, nos relajamos, pedimos algo para beber y seguimos con la plática, pero Javier no se pudo resistir y me dijo: “tu culo es mucho más sexy que visto por foto, estás para el infarto!”. Me sonrojé regocijada por su piropo y continuó “con ese culo, ¿a quién le puede importar tener sexo vaginal contigo?”, me animé y le dije: “¿quieres verlo mejor?”. –“claro!” me respondió. Y sin dejarme decir más nada me tocó el culo por encima del jean. Era lo que yo había deseado por meses, así que me dejé hacer parando un poco más el culo para que pudiera tener más espacio y meterme mejor las manos. Se excitó, me excité y nos besamos, casi sin más, pues ya estábamos super calientes, me saqué el jean y le mostré mi tanga negra. Él desesperado corrió la tira de ella hacia un lado y pudo ver el plug anal completamente enterrado en mi culo. Lo sacó suavemente mientras me seguía manoseando, besando y lamiendo las nalgas. Me puse más cómoda, a cuatro patas sobre un sofá para disfrutar de su gloriosa chupada en mi culo, o mejor dicho SU culo. Luego que retiró el plug anal, me lo dio para q lo chupara, siempre habíamos fantaseado con esa escena que a mí me calentaba sobremanera. Lo chupé y lo dejé muy limpio, probando “el sabor de mi culo de puta”, como él siempre me decía.
Continuó acariciando, lamiendo y besando su culo, yo le decía: “al fin mi amo hermoso, al fin puedo sentir como disfruta su culo”, y él respondía: “¡que delicia! ¡que manjar!”. Así continuó, absorto en su culo por varios minutos más, hasta que le dije: “amo, su culo quiere sentir como esta su verga, quiere saber que tanto ha logrado excitarlo”, él accedió y me levanté del sofá girando hacia él y tras un beso en sus labios (que fue entre tierno y apasionado) me hinqué frente a él de modo que pudiera tomar su verga entre mis manos y ponerla en mi boca. Comencé a recorrerla con mi boca, desde sus testículos hasta terminar en su miembro erecto y que en ese momento era sólo para mí, lo acaricié, lamí, mame como si de ello dependiera mi vida. Me excitaba aún más escuchar a Javier disfrutar lo que hacía, esos gemidos que lograba arrancarle con cada movimiento de mis labios o mi lengua.
Me ordenó levantarme y nos fuimos a la cama, no necesitó decirme que tenía que hacer, me puse en cuatro sobre la cama ofreciéndole su culo, “mi amo hermoso, tu culo está deseoso de sentirte, ¿quieres usarlo para tu placer?”. De inmediato respondió: “siempre te dije que esa era una forma excelente de ofrecerme ese hermoso culo, MI culo y sabes que no te rechazaría “. Además de los besos y lamidas, ahora también podía sentir sus dedos dentro de mi culo, mientras él me preguntaba si no me lastimaba, si lo disfrutaba yo le decía que lo disfrutaba mucho que no parara. Acto seguido, me mostró un vibrador y lubricante, y me dijo que ahora eso iría mi culo y que si acaso sentía dolor le hiciera saber, pero lejos de eso, lo que sentía era un placer como nunca antes experimenté, mis gemidos eran cada vez más fuertes, tanto que estoy segura que debieron escuchar si es que había alguien en alguna de las habitaciones contiguas, después de hacerme tener mi primer orgasmo (que fue muy intenso y como no había experimentado antes) mi vagina estaba llena de fluidos y sentía mi cuerpo estremecerse pero con ganas de ya sentirlo dentro de mi culo. Entonces, me dijo: “¿estás lista mi hermosa y muy puta sumisa del culo?, ahora voy a penetrarte”.
Apoyó la punta de su larga verga sobre la entrada de mi ano y empujó sin mayor cuidado, mi culo ya estaba completamente abierto, distendido. Su pene entró prácticamente de un solo golpe, gemí como una desquiciada, sentía ese calor, ese fuego en el culo que me ponía loca. “¡Sí, por fin!”, le dije, a lo que é respondió inconscientemente con un leve pero sensual gemido de placer. Me tomó por las caderas y comenzó a bombearme, era un mete y saca con frenesí, sentía claramente su verga entrar y salir profundamente, la sacaba y la metía toda, mi culo estallaba de gusto y gozo. Así estuvo un buen rato (no lo sé bien, imagínense que no llevaba esa cuenta, pero para mí fue una eternidad de felicidad), luego me puso de lado y siguió dándome por el culo. Él siempre gemía despacito, se le notaba concentrado y disfrutando de mi culo como nunca ningún otro hombre lo había hecho con mi vagina. Todo era perfecto, soñado. Mi ano ya estaba tan estirado que seguramente era símil a una vagina.
Por momentos, él sacaba su pene entero de mi culo, abría mis nalgas y observaba el panorama, en una de esas veces me dijo: “¡Dios mío! En tan solo pocos minutos tienes el ano completamente dilatado, abierto, rojo de tanta fricción”, recuerdo que no dudé en decirle: “¡Qué bien!, lo estoy pasando de maravilla”. Me dijo que me sentara sobre él, dándole la espalda, como buena sumisa inmediatamente me puse su pene en el culo y comencé a cabalgarlo, él me daba nalgadas y me decía: “así putita, que rico culo que tienes, ya verás que nunca más usarás esa maldita vagina”. Si bien yo le escuchaba decir esas cosas, estaba sumamente concentrada en mi placer, estaba en otro planeta, feliz como nunca antes me había sentido. Y así estuve otro tantito cabalgando, hasta que los muslos comenzaron a cansarse y ya casi no me respondían, se lo dije y cambiamos de posición, me puse boca arriba con el culo sobre el borde de la cama, levantó mis piernas y siguió dándome sin piedad. Yo me tocaba la vagina y el clítoris, estaba completamente feliz, plena, satisfecha, realizada como amante. Olvidaba comentar que durante todo ese lapso de tiempo que duró la relación sexual, ya me había acabado (corrido) cuatro veces. Soy consciente de que hacía tiempo no tenía relaciones sexuales y que ya venía predispuesta a acabar al suceder lo más mínimo, pero cuatro orgasmos en pocos minutos, nunca antes había tenido, ni aún en los momentos más calientes que me tocaron vivir. Javier seguía ensañado con mi orificio anal, seguía cogiéndolo y gimiendo, gozándolo, diciéndome cosas que me calentaban aun más de lo que ya estaba y más allá de que pensara que ya había llegado al máximo de mi calentura.
En un momento dado me tomó por las caderas, me levantó levemente el culo del borde de la cama y me la metía con una fuerza bestial, estaba por correrse, me di cuenta y le dije: “¡Si mi amo, acábame en el culo!”, comenzó a gemir con más fuerza y el sudor le caía en gotas desde su cara. Mientras me daba fuerte por el culo, toqué con mayor vigor mi clítoris para llegar a mi quinto orgasmo. Se le notaba sumamente compenetrado en su labor, su cara de hombre agotado pero feliz. No se cuanta leche me dejó en el culo, pero seguro fue bastante porque estuvo bombeándome largos segundos hasta que cesó de hacerlo. Una vez que descargó su néctar en mis intestinos, tomó el plug anal y me lo metió en el culo, quería que su leche quedara allí adentro, mezclada con mi mierda, como siempre me lo había dicho desde que nos conocimos aquí.
Estuvimos un rato tendidos en la cama mirándonos y platicando de lo sucedido, ambos estábamos de acuerdo en había sido algo increíble, sencillamente perfecto! tal como muchas veces lo platicamos y mejor aún, quito el cabello que tenía sobre mí cara y me repitió lo que me dijo después de haber visto por primera vez mi foto: “tienes un rostro casi inocente, hermoso. Y aunque ya no tenía dudas, ahora me has dejado más que claro que eres de mi exclusividad mi dulce sumisa”, esas palabras resonaron en mi cabeza y me hizo sentir que eso era la culminación de la perfección de esa mañana. Le pregunté si apetecía salir a desayunar algo o prefería que nos quedáramos en la habitación, me respondió que le gustaría solicitar algo a la habitación, mientras llamaba a la recepción el no dejaba de acariciar y besar mis nalgas, repitiéndome que tenía un hermoso culo y que era solo suyo.
Al terminar la llamada, me dio un beso en los labios y nos recostamos, rendidos y dispuestos a descansar para poder seguir aprovechando ese día con mi amo hermoso. Todo era perfecto, y ambos lo pensábamos así, entre nuestra plática le pregunté a Javier si le gustaría ir un rato a la playa después de desayunar y asearnos. A él le encantó la idea, y así lo hicimos, después de desayunar dimos un paseo por la playa donde el deseo y la pasión que sentimos, volvió a manifestarse sin importar la gente que estuviese cerca…pero se los relataré después.
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