Aprovechandome de la curiosidad 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Martina, una chica trigueña, extrovertida, estudiosa, inteligente, artística y talentosa en una gran cantidad de aéreas.
Pero su verdadero talento era siempre oprimido por sus padres.
Sus padres fueron criados a la antigua y muy rara vez la dejaban salir sola, la mayoría de las veces que estaba en la calle tenía que estar acompañada por uno de los dos.
Su madre era una controladora y su padre un ausente tratando de compensar.
Siempre admire su optimismo, a pesar de que lo peor sucediera ella siempre tenía una linda sonrisa en su rostro.
La razón que me forzó a ser su amiga cercana fueron las clases de educación física, siempre usando esos pantalones de Yoga súper apretados, y ella tenía un culo tan enorme que simplemente se destacaba, era demasiado difícil de mantenerme lejos de ese culo para que la tentación no me forzara a hacerle cosas en público.
Luego de terminar de volver a mi querida Mara en una sumisa decidí buscar mi chance con Martina, ella era heterosexual hasta la muerte y lo había dejado en claro, pero una buena cogida siempre doblega lo más recto.
Lo primero fue convencerla de que juntas haríamos un buen trabajo práctico que nos aseguraría una buena nota, lo segundo fue planear de qué forma poder reducirla.
La solución fueron mis abuelos, mi abuela andaba con problemas de insomnio y el profesor le había recetado unas pastillas para dormir inofensivas, ahí estaba, mi boleto hacia mi querida trigueña.
Tomar un par fue fácil, las suficientes para divertirme un rato y sin que mis abuelos lo supieran, Martina ya había quedado en venir sola, su madre confiaba mas en mi por ser una chica de buenas notas, grave error de su parte, yo ya había preparado la pastilla para disolverla en una de sus bebidas, junto con sogas, juguetitos y mordazas, esa tarde fue especial.
Una vez servidas las bebidas y discutido nuestras ideas de cómo ordenar los textos ella comenzó a bostezar, poco a poco se recostó sobre mi hombro hasta estar completamente inconsciente, la admire un poco, tenía unas hermosas pestañas, unos labios naturales muy hermosos, un busto pequeño pero aun así lindo.
Me hubiese gustado verla por más tiempo pero no tenía mucho tiempo, comenzó a desvestirla hasta dejarla solamente con el corpiño y una tanguita bastante erótica que traía, se las deje puestas para algo de juego previo.
Aprovecharme de ella mientras dormía iba a ser aburrido, así que para matar el tiempo hasta que despertara comenzó a tomarle fotos bastantes eróticas y se las mande a mi querida esclava, Mara, para que las disfrutara un momento.
Cuando despertó estaba furiosa y confundida, se movía violentamente sobre el sofá donde está atada, casi parecía que con su fuerza iba a romper las sogas, cuidadosamente acaricie su cabeza para relajarla pero ella quería arrancarme la mano en cuanto la acercara, cuando vi que no podía hacerlo por las buenas, comenzó por las malas.
La forcé a ponerse boca abajo y me senté sobre su espalda, se podía sentir la frustración de no poder sacarme de encima mientras tomaba su tanguita y la estiraba dejándola apretada entre esas hermosas nalgas suyas.
Cuando me canse de jugar con su tanguita comenzó a bajarla y admirar su hermoso culo, pero para que se portara bien tuve que disciplinarla.
Al principio fueron unas nalgaditas suaves, juguetonas, luego comenzó a hacerlas más fuertes, sus gritos comenzaron a cambiar de ira a mas adoloridos mientras esas morenas nalgas se convertían en rojizas, cuando dejo de moverse lo considere una oferta de paz.
Comenzó por frotar su vagina con uno de mis dedos, moviéndolo de arriba hacia abajo contra los labios sin meterlo, mientras ella cubría su rostro de vergüenza por cómo se mojaba tan fácilmente por solo mi toque.
Mi tentación aumento mucho más y comenzó a penetrar su culo con mis dedos también, ahí es cuando la lucha comenzó nuevamente, retorciéndose para evitar que entraran más dedos dentro de ella, y yo continuaba expandiendo sus hoyos vírgenes.
Entonces sucedió lo esperado, acabo sobre mis dedos.
Le quite la cinta solamente para meter mis dedos cubiertos con sus jugos dentro de su boca, ella como una buena sumisa limpio mis dedos y los chupo por un buen rato, me sorprendió las maravillas que había hecho con esa chica rebelde, pero no era suficiente.
Desate sus piernas solamente para poder comenzar el juego real, la senté en el sofá para comenzar a chupar su vagina, metiendo mi lengua todo le quedaba, saboreando cada jugo que salía de allí, levantaba mis ojos para ver su rostro de negación y excitación al mismo tiempo, luego comenzó a juguetear con mis consoladores, metiéndolos lentamente y con cuidado para que lo disfrutara antes de que comenzara a dolerle.
Con el placer tomándola como su esclava se dio mi oportunidad de hacer lo que más disfrutaba, verla rogar.
Use un segundo consolador en ella, dentro de su culito hermoso y los dejaba dentro mientras lamia y chupaba sus pezones, ella seguía retorciéndose tratando de que no la estimulara demasiado, sus propios jugos combinados con mi lengua bajaban por su pierna, entonces volvió a acabar, esta vez estaba exhausta.
Me tenía que asegurar de que no hablara contra mí, comenzó a masturbarme para estimularme un poco más y cuando llego el momento me asegure de mojar sobre todo su rostro.
Humillada, mojada, adolorida me asegure que una santa conociera el placer de una diabla.
Tome sus fotos para mi propio placer de la noche y asegurarme de que no hablara contra mí.
Cada vez que íbamos a Educación Física juntas, ella le pide al profesor un poco de tiempo fuera para ir al baño, beber algo y que yo la acompañe para rejuvenecerla usando mi lengua.
Ya que sus padres, los tontos conservadores, le iban a dificultar tener tiempo afuera, me asegure de prestarle uno de mis juguetitos para que se entretuviera en la noche.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!