Basta que me de un trago de alcohol, para que me transforme en puta.
Una chica que apenas se da un trago, se transforma en puta, lesbiana, o lo que se le presente. .
Cuando comencé a trabajar en un taller mecánico como secretaria, y todo iba bien, pero como a los seis meses de estar trabajando se dio una pequeña fiesta por no sé qué motivo.
Me abstuve de beber gran parte de la noche hasta que finalmente por la insistencia de la esposa del dueño del taller comencé a tomar una cerveza, y tras darme los primeros tragos con recelo de momento me provocó bajarla de un solo viaje.
Así lo hice luego me levanté y continué tomando cerveza, en esos momentos me topé de frente con el hombre más bello que jamás hubiera visto en mi vida alto corpulento rubios ojos azules, ustedes dirán que soy una exagerada, pero en esos momentos me pregunte a mí misma “¿Cómo tal hombre se podía fijar en mí?”
Ya que siempre yo misma me he considerado y visto como un patito feo, él haciendo gala de una caballerosidad extrema me sacó de donde estábamos discretamente, tras conversar conmigo un rato sobre temas me llevó hasta su lujoso apartamento en el seguí bebiendo cerveza.
Esa noche me entregué a él completamente sin pensar en mi novio ni lo mal que lo estaba pasando en el extranjero.
Mi galán me hizo sentir en las nubes, sus manos me acariciaron toda su boca beso cada centímetro de mi cuerpo y yo el cuerpo de él, me comenzó a desnudar mientras que él se quedó con su fina ropa puesta, olía a hombre y eso a mí particularmente me vuelve loca.
Al quedar desnuda a su lado él continuó besándome y una de sus tiernas manos me comenzó acariciar mi vulva, lo que me estaba haciendo inmensamente feliz, en esos momentos pensé en retribuirle el gozo que yo sentía y me agaché a sus pies mientras sacaba de su encierro su duro miembro, al tenerlo entre mis manos sin pensarlo mucho comencé a mamárselo, él no me acabó en la boca se contuvo y sus dedos continuaron haciéndome caricias pero en esa segunda ocasión entre mis nalgas luego sentí cómo me penetraba con dulzura por mi ano es verdad que me dolió pero lo disfruté enormemente después, finalmente me quedé dormida sobre su amplio pecho, luego de una larga sesión de amor.
Al despertarme me llevé una desagradable sorpresa, el tipo más feo, sucio y cochino de toda la fiesta estaba roncando a mi lado, me encontraba desnuda y él con la misma ropa sucia y hedionda con la que trabajaba a mi lado roncando como un marrano, apestaba tanto la casucha en la que vivía como él, en su boca vi una gran cantidad de baba chorreándole.
El sólo verlo me provocó nausea y repulsión, cómo era posible que yo me hubiera hecho lo que hice y dejado hacer lo que él me hizo y para colmo de males tenía un fuerte dolor de cabeza producto de la farra de la noche anterior y mi culo me dolía un montón.
Como pude recogí mi ropa y me marché maldiciendo una y mil veces más mi pobre tolerancia al alcohol, y lo puta que me hacía actuar.
Luego lo volví a ver, pero en todo momento le sacaba el cuerpo, por suerte el gordo asqueroso ese sólo se acordaba de que una tipa se lo llevó a él, claro que nadie del taller le creía eso, según él me describía en nada coincidía con mi persona realmente lo único que le faltaba decir que se había acostado con una mujer tan exuberante como una reina de belleza, el sólo recordar al gordo ese se me descompone el estómago.
En otra ocasión participaba yo en la fiesta de despedida de soltera de mi mejor amiga, yo no estaba tomando nada.
La fiesta era en su casa todas las presentes le hicimos una gran cantidad de regalos y maldades de doble sentido, en cierto momento me encontraba charlando con una ex vecina cuando entró un corpulento y musculoso joven trayendo pizza, una vez que la organizadora le pagó el pedido, como si se tratase de una oferta de empleo se dirigió al joven y le preguntó frente a nosotras si él se atrevía a realizar un show nudista para todas nosotras ya que estábamos haciendo una despedida de soltera para nuestra amiga, a la mayoría de las presentes nos pasó por la mente que él tío se iba a negar pero no fue así, era todo un profesional a mí se me caía la quijada de solo ver su cuerpo a medida que se quitaba la ropa, hasta que finalmente quedó en un pequeño y diminuto slip, que casi no le cubría su miembro en esos momentos, el joven era desde luego un profesional en esas artes.
Durante parte de su espectáculo a más de una de las presentes nos hizo unas cuantas maldades, como acariciarnos o sentarnos en su falda, en fin, todo un show.
Durante casi toda su presentación no me di ni un trago, pero cuando ya estaba por terminar, una de mis amigas me dio a beber una copa de vino tinto.
Tras marcharse el hermoso y bien formado joven con una buena cantidad de dinero entre sus manos y su ropa.
Yo continué tomando vino tinto como una desesperada, la mayoría de las invitadas ya se habían marchado y habíamos quedado la dueña de la casa, la novia su futura cuñada y yo, las cuatro nos conocíamos desde hace bastantes años, fue cuando tras darme otro trago de vino, agarré un gran qué consolador que imitaba un gran falo masculino y me puse a jugar con eso mientras estaba sentada en el piso de la sala, lo ponía a girar sobre un gran plato de porcelana ya que sobre la alfombra eso era imposible, de momento se me ocurrió llamar a las otras tres he invitarlas a jugar.
El juego era bien sencillo consistía en que la que perdía luego de cumplir con su penitencia, podía hacer girar dicho aparato y a quien apuntase debía hacer o decir algo que previamente la que había hecho girar el aparato había mandado, si la chica a la que el falo señalase se oponía o no quería hacerlo, debía entregar una prenda.
Previamente yo pasé por el cuarto de baño y me despojé de mi sostén, pantaletas, medias, el reloj, de mis pulseras y zarcillos, todo eso lo guardé como pude en mi cartera y luego al regresar al grupo fue que propuse que jugásemos eso para entretenernos un rato, lo cual las chicas aceptaron gustosas.
Yo me senté nuevamente en la alfombra, con una botella de vino tinto a mi lado, al principio era preguntas tontas, pero rápidamente cambiaron de tono, en una me preguntaron si le había sido infiel a mi novio, lo que me negué a responder y perdí un zapato, en la otra oportunidad que me tocó, me preguntaron si él, mi novio me había hecho el amor por detrás y también me negué a responder y se fue el otro zapato.
Realmente yo ya quería quedar desnuda, y me volvió a tocar el turno y me enviaron a buscar agua y me negué, perdí la blusa.
No es que a mí sola me hubieran tocado todos los turnos, pero mis amigas o respondían sinceramente o hacían lo que se les mandaba solamente la cuñada de la novia había perdido su blusa, pero había quedado en sostén, cuando me volvió a tocar el turno la pregunta era si me gustaría hacer el amor con otra mujer, y yo no quise responder, por lo que perdí la falda y quedé completamente desnuda.
El juego no terminó en ese momento, para yo recuperar mis prendas debía someterme a cumplir las penitencias que ellas cuatro me quisieran poner.
Lo primero que me mandaron hacer fue a que me dejase depilar completamente mi coño por la dueña de la casa, para mí eso era bien raro ya que ni siquiera acostumbraba hacerme la línea del bikini, yo me di un trago de la botella y me quedé acostada en la alfombra mientras la dueña de la casa buscaba los implementos en su baño para depilarme, me colocaron una toalla bajo mi cuerpo y luego comenzó a pasar sus dedos llenos de jabón por sobre mi monte de Venus, la manera en que ella acariciaba mi coño me hacía sentir de lo mejor hasta cerré los ojos para disfrutar de ese masaje tan especial previo a que me depilase a mi amiga la peluda.
Los dedos de la dueña de la casa en una que otra ocasión me penetraban disimuladamente o acariciaban mi clítoris haciéndome dar gemidos de placer, finalmente ella terminó.
Fue la cuñada de la novia, quien como penitencia me comentó a tono de juego que ella quería que yo fuera su esclava el resto de la noche, y finalmente a la que le hacíamos la despedida de soltera, me puso como penitencia que en esos momentos me introdujese en todos mis huecos la mayor cantidad de consoladores, o vibradores que yo pudiera soportar.
En mi boca tan solo cabía uno, al igual que en mi ano, es cierto que a ese le pusieron algo de aceite o vaselina y me pudo entrar sin mucho dolor, pero en mi recién depilado coño me incrustaron tres aparatos de esos y a medida que una de ellas lo hacía, yo lo disfrutaba completamente, es cierto que ella exageró un poco pero la verdad es que yo también la dejé hacerlo y lo disfruté, tirada sobre la alfombra chupaba con mi boca el falo de plástico que nos había servido para jugar, en mi culo ella como les dije me había enterrado un vibrador y me lo empujó funcionando hasta que casi debió desaparecer dentro de mis nalgas, y en mi vulva le introdujo un vibrador y dos penes de goma, los que ella procuraba meter y sacar lentamente, mientras que yo estaba con la piernas bien abiertas y acostada sobre la alfombra, en esos momentos disfruté de un orgasmo único, el verme desnuda ante mis amigas y dejándome hacer lo que ellas querían, eso me volaba la tapa de los sesos.
Cuando ella terminó conmigo, yo ya me había olvidado de la novia, me encontraba tirada en la alfombra, de mi boca saqué el falo de plástico, y en mi coño tan solo quedaba el vibrador funcionando junto a mi clítoris, y ni me acordaba del que tenía metido dentro de mi culo.
Cuando me tomó por la mano y yo la seguí hasta una habitación, luego pasamos al cuarto de baño y me indicó mientras yo me daba otro trago a pico de botella que la ayudase a bañar, yo con gusto acepté.
Una vez que la ayudé a quitar la ropa ella se metió bajo la ducha y yo tras ella, en ese momento se me salió el vibrador que yo tenía entre mis nalgas, yo lo tomé entre mis dedos, pero me dijo. “Prefiero lo natural.”
Mientras decía eso comenzamos a enjabonarnos las dos mutuamente lo que disfruté mucho, finalmente me ordenó secarla lo que luego ella me hizo a mí, me volvió a tomar de la mano y me llevó hasta la cama, en la que sin decir mucho comenzamos a besarnos mutuamente.
Era la primera vez que me besaba con otra mujer, y que me acariciaba tan profundamente, definitivamente era algo bien diferente a estar con un hombre, ya que ella como que podía leer mi mente se adelantaba a mis deseos y yo creo que yo a los de ella.
Nuestras bocas se separaron y comenzamos a lamernos la una a la otra sin vergüenza alguna, hasta que su boca se posó sobre mi amiga la calva, mejor dicho sobre mi vulva completamente depilada, al sentir su lengua contra la piel de mi coño me quedé paralizada de placer, continuó con sus dedos separaban mis labios superiores vaginales mientras su lengua me la pasaba por mi clítoris y mis labios inferiores.
Yo procuré por unos instantes contener mi orgasmo, pero finalmente me dejé llevar por el placer, de momento sentí que mis senos eran acariciados era por la dueña de la casa completamente desnuda pasando sus finas manos por mis senos al tiempo que acomodaba su coño sobre mi rostro.
No lo pensé ni por un instante y de inmediato comencé a lamérselo profundamente, ella que también se había quitado toda su ropa, por su parte se comenzaba a besar con otra de las chicas, las cuatro nos besábamos mutuamente.
En cierto momento yo abrí mis piernas lo más que pude y de igual forma hizo una de ellas, yo me encajé en ella y ella en mi nuestros coños los comenzamos a frotar uno contra el otro, nuestros gemidos eran únicos, tanto ella como yo volvimos alcanzar sabrosos orgasmos en variadas ocasiones.
Al despertar al día siguiente a mi lado estaba la dueña de la casa dormida y tan desnuda como yo, mis otras dos amigas al parecer ya se habían marchado, yo con el pequeño dolor de cabeza que produce el exceso de vino me levanté y me di una ducha, luego me vestí y comencé a limpiar el desastre que la noche anterior mis amigas y yo habíamos dejado.
Me acordaba de todo lo que había hecho, pero ya en esos momentos no me atraía el cuerpo de mi amiga y mucho menos mantener otra relación con ella, recién yo terminé ella se levantó las dos nos vimos avergonzadas yo le comenté que la noche había sido algo salvaje y ella sólo se limitó a decir unjú….
Recogí mis cosas y tras tomar un poco de café que ella preparó me marché, de paso les diré que ni ella ni yo recibimos invitación para la boda, a una de las chicas la vi un tiempo después, y avergonzada me cruzó pocas palabras, yo la entiendo de la misma manera me encuentro yo cuando me las encuentro a ellas, pero eso no hubiera pasado si no fuera por la borrachera de vino que me di esa noche.
Pero eso no ha sido lo menos malo que me ha pasado, les contaré lo que me pasó en mi primer y último día de trabajo en una suplencia para la que me contrataron.
Así como también por culpa del alcohol, me han sucedido un sin fin de situaciones, de las que luego termino avergonzándome siempre.
Yo había sido contratada como recepcionista de un bufete de abogados, y justo ese mismo día le celebraban su cumpleaños a uno de los socios.
Luego de un buen almuerzo en la misma oficina ya que era una sorpresa, las secretarias se retiraron debido a que les dieron el resto del día libre.
A todas estas yo no me había enterado por estar al frente a cargo de la recepción atendiendo llamadas, en cierto momento uno de los abogados más jóvenes me trajo una copa de champán rosado entiendo yo como algo de cortesía, la cual me tomé rápidamente, y a partir de ese momento comencé a sentir algo raro dentro de mí.
El joven abogado tras darme la copa se despidió de sus jefes, y yo viendo que no quedaban más empleados me dispuse a buscar otra copita del mismo champán, cuando pasé a la salón donde los tres socios y otros dos abogados se encontraban charlando amenamente, me dirigí a la mesa de las bebidas y me serví otra copa con la idea de regresar a mi puesto de inmediato, pero les digo esa segunda copa me hizo sentir mucho mejor que la primera.
Ya estaba por salir cuando el homenajeado se fijó en mí, y preguntó quién yo era, alguien le explicó que era la nueva recepcionista y me llamaron para ser presentados formalmente.
Entiéndanme, físicamente no soy muy dotada, apenas y mido un metro cincuenta y nueve, delgada de senos pequeños de caderas pequeñas y nalgas discretas.
Siempre visto de manera muy conservadora falda larga un poco más abajo de la rodilla, blusa cerrada y chaqueta mi calzado es más cómodo que llamativo, y las medias que uso por lo general son del tipo ortopédicas que me llegan hasta un poco más arriba de la rodilla, ah, y se me olvida depilarme muy a menudo, mi cabello es de color marrón oscuro y me lo peino con sencillez.
Como podrán ver no soy una conquistadora, que anda buscando pelea todo lo contrario, soy hasta cierto punto extremadamente muy tímida, no le hablo a una persona que no conozca previamente.
Pero al momento que me llamaron me sentí una campeona, caminé sensualmente hacía el grupo y con voz seductora me presenté al viejo, para serles franca no sé qué vio en mí en esos momentos pero me pidió que no me retirase, de fondo sonaba el ambiente musical que tienen en dicha oficina, y sin encomendarme a nadie le di un gran beso al viejo el cual quedó todo aturdido ante la mirada atónita de sus colegas, de inmediato al ritmo del ambiente musical me comencé a desabotonar la chaqueta, para mí en esos momentos era algo sencillamente gracioso como que mi juicio se había ido de paseo, no les vendré con el cuento de que no sabía lo que estaba haciendo porque sería tratar de engañarme a mí misma y eso entiendo que sería el colmo.
Primero me despojé de la chaqueta, mientras los tres socios y los dos abogados empleados tomaban asiento al tiempo me observaban confundidos, cuando me comencé a bajar la falda dejaron de hacerse preguntas entre ellos y se dedicaron a verme con mayor detenimiento, una vez que mi falda tocó la alfombra de la oficina me comenzaron aplaudir, eso y otra copa de champán que me tragué me hicieron sentir de maravilla, a parte del fondo color blanco como la blusa era algo larga me tapaba en parte y ellos a coro me pedían que me la quitase, y yo bien tonta pero no perezosa, me la comencé a desabotonar con calma al ritmo de la música de fondo.
Al terminar de quitarme la blusa se repitieron los aplausos y surgieron comentarios de índole sexual, no soy una santa con respecto a ese tema, ya que mi novio el que se encontraba estudiando fuera para esa época, desde que yo tuve los dieciocho años aparte de que fue mi primer amor mantuvo relaciones sexuales conmigo de manera casi diaria hasta que como les dije se fue a estudiar fuera del país.
Pero de regreso a lo que me paso ese día, cuando terminé de quitarme la blusa quedé con el fondo, las medias y mi sostén de color blanco
Mientras la música continuaba yo me senté en la alfombra y de manera seductora y de frente a ellos me fui despojando de mis medias, luego me levanté y lentamente dejé caer el fondo para quedar con mis pantis blancas y mi sostén del mismo color, ya en esos momentos más de uno de los presentes comentaba a viva voz que si lo dejaba me iba hacer pasar tremendo buen rato, yo continué bailando pero antes me había dado otro trago de champán pero directamente de la botella, lo que me dio como una fuerza mayor en esos momentos, mejor dicho, una fuerza no, una desfachatez mayor y a los pocos segundos me despojé del sostén, mis dos pequeñas tetas apenas y se notaba que se movían, pero les aseguro que sí se movían para finalmente despojarme de la panti blanca.
Al quedar como Dios me trajo al mundo, a manera de broma me comencé a tapar con mis manos tanto los senos como mi peluda amiga, ellos continuaban haciendo fuertes comentarios y ofertas económicas sacando gran cantidad de billetes y mostrándomelos, el más original fue el viejo que se abrió la bragueta y puso una gran cantidad de billetes metidos dentro, yo haciéndome la exótica me tiré a la alfombra y comencé a gatear hacía él de manera seductora, de momento le mostraba mis nalgas y en ocasiones levantaba la pierna de la manera en que lo hacen los perros cuando van a orinar, finalmente llegué hasta el cumpleañero, y con una confianza que sólo creo que tienen las putas tras quitar los billetes me dediqué a sacar su verga de su escondite, a pesar de su edad el Don en esos momentos la tenía completamente dura y parada como la de un chico de veinte, sin mucho protocolo me la comencé a mamar como si para mí eso fuera algo del diario vivir, cosa que a mi novio nunca se lo había hecho.
El viejo estaba sentado en un sofá ejecutivo y se echaba para atrás de lo contento y alegre que se encontraba por la mamada que yo le estaba dando en esos momentos, se debió sentir como un chico.
Cuando estaba de lo más concentrada con el viejo sentí a mis espaldas que alguien me estaba agarrando las nalgas, cosa que hasta esos momentos, como ya les he dicho ni mi novio me las había tocado, yo actuaba como una perra en celo sedienta de macho, me puse en cuatro y procuré abrir más mis piernas, para serles sincera francamente no sé quién fue el primero que me la introdujo dentro de mi coño, pero sí sé que lo disfruté un mundo, el viejo se vino dentro de mi boca y yo le chupé hasta la última gota de sus leche, tras lo cual quedó agotado y se limitó a ver luego cómo cada uno de sus socios y empleados me lo clavaba una y otra vez.
Yo esa tarde estaba hecha una fiera, en cierto momento alguno de ellos comenzó a pasar sus dedos por mi ano y eso me estremeció de inmediato me imaginé cómo se sentiría el ser clavada por el culo por lo que dejé que continuase sin rechazarlo, como tantas veces había rechazado los avances de mi novio por esa área.
Sentí cómo su saliva me era untada y cómo sus dedos exploraban mi interioridad, en esos momentos se lo estaba mamado a uno que era algo gordito, uno de los socios estaba acostado boca arriba en un sofá por lo que de momento comencé a sentir que era penetrada por detrás, o sea por el culo el dolor fue fuerte y tuve que hacer un esfuerzo por no mordérsela al gordo que se venía en mi boca en ese preciso instante, este nuevo intruso me penetró lentamente y cuando ya no pudo continuar se detuvo por unos instantes, dentro de mí le di gracias por no meterlo de un solo viaje porque ahí sí el gordo hubiera salido lastimado de seguro.
Luego que nos ajustamos, me di cuenta que mientras se lo mamaba a uno, otro me daba por el culo y un tercero por el coño, debido a mi estado de excitación perdí la cuenta de cuantos orgasmos alcancé.
Al finalizar me vi tirada sobre la alfombra ellos hablaban aparte, y le tocó al más joven ayudarme a vestir y llevarme hasta mi casa, realmente lo que hizo fue mandar a detener un taxi le dio mi dirección y le pagó ya en esos momentos la cabeza me daba vueltas y tenía unas grandes ganas de vomitar, lo que por suerte le advertí con tiempo suficiente el chofer pero a pesar de ello siempre le ensucie el auto, es verdad que fue la parte externa de la puerta pero creo que voté hasta la bilis, me estaba recuperando cuando de momento siento que me toman por la cintura me levantan la falda y zas que me empujan otra verga por mi adolorido coño, yo estaba tan y tan agotada que ni resistencia puse, tras el chofer saciarse conmigo me empujó dentro del vehículo y cuando desperté estaba el sacándome del auto, y me dejó parada a duras penas en la entrada del edificio donde vivo, como pude llegue al elevador y finalmente a mi apartamento, en el cual vivía sola para esos momentos.
Al despertarme al día siguiente con un fuerte dolor de cabeza y en casi todo mi cuerpo, en particular entre mis nalgas y en mi coño comencé a recordar lo sucedido, y no podía creer lo que me había pasado.
Al principio pensé que el joven abogado que me dio la primera copa de champán le había echado algún producto o droga para que todos abusaran de mí, pero también me acordé de que él se marchó antes de que todo comenzara, también me acordé con suma claridad lo mucho que me divertía el pobre juicio que tuve al darles un show nudista a ese grupo de hombres que recién había conocido prácticamente ese día.
Me acordé cómo me fui acercando al viejo, del dinero que me ofrecían y de todo lo demás, hasta de lo agotada que estaba para ofrecerle resistencia al chofer.
Cuando me levanté del sofá donde dormí la borrachera me di cuenta que por mis piernas comenzaba a bajar un líquido viscoso de color blanquecino, eso sin contar unos manchones de leche por casi todo mi cuerpo.
Me fui al baño y me di una buena ducha al tiempo que me reprochaba a mí misma la manera en que había actuado, mientras me estaba lavando con un líquido antiséptico mi vagina, me vino a la mente lo del dinero asustada me puse de pensar qué pensarían de mí mis nuevos jefes, que sería una puta barata que se les coló en la fiesta eso me produjo una gran depresión estuve llorando casi todo el tiempo sentada en el bite de mi baño, cuando revisé mi cartera asombrada vi una gran cantidad de dinero, definitivamente muchísimo más de lo que yo podía ganar durante un mes trabajo honrado, con tristeza también leí una carta hecha a mano por uno de los abogados en la que me decía que por las razones que ya yo me debía imaginar quedaba cesante del empleo ese mismo día, es verdad que tenía una buena cantidad de dinero pero para ellos yo era una puta cualquiera y eso me hizo sentir muy mal por mucho tiempo.
Me tomó tiempo salir de la depresión, pero no aceptaba que mi mala bebida fuera la responsable de lo que me había pasado.
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