Bukake
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por DomPeri.
Parece que me he quedado dormida, siento la cabeza extraña. No me duele, pero parece de corcho.
Siento el frió del suelo. Me sorprende. Estoy desnuda, echada en el piso. Pero, ¿por qué?.
Empiezo a recordar. Estaba con Arturo. Esta mañana me hablo en el bar y nos citamos para la tarde. ¿Cómo estoy ahora aquí?.
…………………
Soy Lolita, tengo veintitrés años, y aunque parezca mentira, aun soy virgen. No es que sea una estrecha, es que no he tenido la ocasión propicia.
Me sobra algún kilo, pero no tengo ningún complejo, me parece que soy atractiva, los hombres me miran. Así que no van por ahí los tiros. Simplemente es que no ha surgido el momento.
Tampoco es que sea muy selectiva, aunque si me gusta elegir.
Pues soy alta, morena, con el pelo rizado, largo, me encanta mi pelo.
Los ojos, marrones, siempre risueños, aunque les tapan un poco las gafas, acompañando a la boca sonriente. Me gusta mucho reír. En conjunto estoy satisfecha de mi misma.
Estoy orgullosa de mis tetas. Son del tamaño justo, ni grandes ni pequeñas y con los pezones sensibles y dispuestos para ponerse duros en cuanto se rozan.
El resto del cuerpo, pues conjuntado. El culo respingon. Como digo, los hombres me miran.
………………..
Estoy echada en el piso, en posición casi fetal, alrededor no hay mucha luz. Veo un circulo de piernas. Mi cuerpo si esta iluminado. Parece que hay una luz que me alumbra solo a mi, y el resto queda en sombras.
Solo veo las piernas alrededor mío. Están muy cerca, casi tocándome. Parecen hombres, y tienen las piernas desnudas. Todo esto me extraña, pero no estoy asustada. Siento la cabeza acorchada , y estoy tranquila.
…………………
Esta mañana, cuando salí a tomar café al bar de siempre, me hablo. Le conocía de verle en el bar otros días. Hablando con el camarero que también yo conozco. Hasta hoy no me había hablado.
Enseguida estuvimos charlando. Tiene treinta años, alto, moreno, delgado, no demasiado. Se le ve seguro de si mismo, autoritario. Es agradable. Se me fue un rato sin darme cuenta:
“Huí, es tardísimo, el jefe me va a matar”
“Oye, espera, cuando seguimos”
“¿Nos vemos esta tarde?”
Casi sin darme cuenta había aceptado una cita para después del trabajo.
…………………..
Termino tarde, así que a las ocho estaba esperándome en el mismo bar.
“¿Vamos al centro, no?”. Lo ha dicho con autoridad, afirmando. En realidad me da lo mismo. Me cae bien.
El coche estaba aparcado cerca. Con la charla no me di cuenta hasta que estuvimos en un parking. Ahora no recuerdo cual. Creo que era cerca de plaza Cataluña.
La salida esta en una calle estrecha.
Entramos en un bar. Creo que pedí un café, no estoy segura, después no recuerdo nada mas.
Hasta ahora….
……………………..
El suelo es de cemento, liso y pintado, verdoso. Esta frió, pero no es desagradable. No puedo recordar como he llegado hasta aquí, quien me ha desnudado.
Ahora empiezo a preocuparme. ¿Donde esta mi ropa?…
Se llama Arturo, eso me ha dicho. Es atractivo. Ni rudo ni delicado, un termino medio. Desde el primer momento me pareció seguro y experto. Pero, ¿cómo me ha traído aquí?.
Me he movido, han notado que me he despertado:
“Arturo, ¡ya esta despierta!”, alguien ha gritado, no muy fuerte.
Se abre el circulo de pies, llega alguien, zapatos y pantalones. Se agacha junto a mi. Es Arturo.
Estoy asustada, voy a gritar.
“Hola, Lolita”, “¿cómo estas?”. Es curioso, pero me siento mas tranquila:
“¿Dónde estamos?”, “¿Dónde esta mi ropa?”.
“Estate tranquila, Lolita”, “Pórtate bien, estate quieta y no te pasara nada”.
“¿Qué me vais a hacer?”, “Me acostare contigo, pero no me hagáis daño”
“Tranquila Lolita, nadie te va a violar, jaja”. “Solo vas a divertir un poco a mis amigos”, “¡Mira!”.
La luz ha subido un poco. Me levanta la cabeza con la mano. Veo un circulo de hombres, diez o doce. No puedo verles las caras, solo las piernas, peludas, las barrigas, casi todos tienen barriga, y los penes. Algunos le tienen en la mano, ya tieso, otros aun están colgando, pero se notan a punto.
Arturo me suelta. Desde donde estoy solo veo las piernas y los testículos y penes, brotando entre las matas de pelo.
“Lolita, pórtate bien.”
“ Mis amigos solo quieren divertirse, no te van a hacer daño.”
“Si no te mueves y me obedeces en lo que te mande, todo ira bien”.
Intento levantarme. Un pie me empuja, sin brusquedad, pero me hace volver a quedar tumbada, boca arriba.
“Ves lo que te digo, Lolita”
“No te muevas, obedéceme y no te pasara nada”
“Arturo, joder, ¿esta lista la perra o que?”. No se quien ha hablado, pero la voz suena impaciente.
Arturo se levanta, veo sus zapatos entre los demás, esta un poco mas atrás.
“Listo chicos”, “Esta se va a portar bien, ya lo veréis”
Vuelvo a sentir la música, rítmica, fuerte.
“Vamos, Lolita, túmbate boca arriba, que te vean bien”. La voz de Arturo ha sonado autoritaria, pero curiosamente me siento menos asustada. Hago lo que me pide. Me cubro la cara con el brazo, para protegerme de la luz.
Aun no se que quieren de mi. Les veo alrededor mío, parece que se están masturbando, “meneándosela”, como ellos dicen .
“Ábrete bien, guarra, que te vea el coño”.
Me ha sorprendido, no puedo identificar a quien habla. De la cintura para arriba solo son sombras. Me siento extraña, extendida, desnuda e iluminada, entre el circulo de pies.
“Separa las piernas, Lolita. ¡Haz lo que te dicen!”. Es Arturo, su autoridad me tranquiliza.
“Esto es un bukake, Lolita”. “Se van a correr encima de ti”. “No te preocupes, si te portas bien y haces lo que te manden no te pasara nada”.
Vaya, era eso, el caso es que algo había oído, o leído, pero nunca pensé que lo fuesen a hacer conmigo.
La voz de Arturo, aunque autoritaria, me tranquiliza. Les veo masturbándose cada vez mas rápido. Cierro los ojos. Abro las piernas y espero.
“Ábrete mas, puta”. Obedezco. Siento la música y espero.
“Estoy a cien, perra, te voy a llenar de leche”. La voz me ha hecho abrir los ojos. Ha avanzado un poco hacia mi, los pies casi me rozan. Tiene la polla tiesa y se la menea furiosamente. De improviso brota de ella algo blanco, que me cae en las tetas. No es desagradable. Es caliente. Sigue saliendo, a golpes, y mojándome las tetas, el estomago…
“Toma puta, toma leche, guarra”.
Otro se ha puesto entre mis piernas, siento que me moja el vientre, los muslos.
“Que bien que este depilada, Arturo”, así da gusto dejar caer la leche en el coño.
Vaya, esto me recuerda que esta mañana, bromeando, el cabrón de Arturo me pregunto si estaba depilada, así que era para esto. Cerdo…
Los murmullos han subido de tono. Ahora oigo gritos e insultos.
Me siento mojada por todas partes.
“Quítate la mano de la cara, guarra”. “Y abre la boca, puta, a ver si te acierto”.
“Lolita, quítate la mano de la cara, pero no hace falta que abras la boca”, ha sido Arturo. Me había asustado, pero le siento de mi lado y me tranquiliza.
Me cae en la cara, siento que me moja. Lo siento caliente y viscoso. Es desagradable.
“Mírame, perra”. Me ha sorprendido y he abierto los ojos. Me ha caído en uno un chorro de semen. Intento quitármelo con la mano.
“Deja las manos quietas, guarra, ya te limpiaras después”
“Si, Lolita, estate quieta, ya falta poco”. Obedezco a Arturo, cada vez le siento mas cerca de mi. Como si no hubiera sido el quien me ha traído aquí.
Es curioso, pero no tengo miedo. Creo que me estoy excitando. No lo entiendo, pero me gusta.
Solo quedan tres o cuatro a mi alrededor, mas atrás están los demás. Huelo a tabaco, algunos están fumando. Veo también los zapatos de Arturo. Esta junto a mi, me siento bien.
Me apetece moverme, ya no siento el suelo tan frió. Estoy pensando que me gustaría también verle a él excitado.
“Arturo, esta puta esta cachonda, jaja”
“Venga, gilipollas, terminar ya que tenemos que irnos”.
………………..
No oigo música. Me parece que estoy sola. La luz del techo ya no ilumina directamente. Me siento pegajosa por todas partes, me tira la piel en algunos sitios.
Intento incorporarme.
“Espera, Lolita”, “Límpiate un poco”. Esta a mi lado, me da una toalla grande. Tiene el la mano una bolsa de plástico.
“Aquí esta tu ropa”. Me he limpiado un poco la cara. Veo su mano ayudándome.
“Levántate”. “Aquí hay una ducha”.
Estamos en un garaje, su coche esta aparcado en una esquina. No hay mas coches. Me lleva a un aseo.
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