Buscando empleo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Tenia diecinueve años. Habia terminado mis estudios secundarios y llevaba varios meses buscando trabajo. Una amiga me dijo que una forma de uno ayudarse era prestando servicios sexuales. Me dio un numero telefonico. Estaba desesperada por mi situacion economica. Muy nerviosa llame y me dieron una cita, advirtiendome que todo dependia de mis aptitudes. Me vesti sugestivamente y me dirigi hacia alla.
Era una casa de dos apartamentos independientes. Mi direccion indicaba que era en el segundo piso. Subi las escaleras y pulse el timbre. Una mujer mas bien cuarentona y de mirada alegre abrio la puerta. Pregunto mi nombre, sonrio y me hizo pasar. Respire profundamente y segui. El lugar estaba a media luz y no podia distinguir mucho. Sin embargo si pude presentir la presencia de otras personas. Casi estuve a punto de devolverme cuando la mujer me tomo de un brazo y me invito a tomar un trago en la barra de un mueble bar que estaba en el extremo mejor iluminado de lo que parecia un salon amplio.
Era un coctel muy fuerte que bebi de un tiron y que separo mi alma del cuerpo. Cuando termine con mi coctel La mujer se acerco y de la mano me llevo al centro del salon. Mis ojos que ya estaban mejor acostumbrados a la penumbra reconocieron como una especie de pista de baile con un pequeño reflector iluminando una comoda butaca de cuero negro. La segui docilmente.
Una vez en el centro, pude ver a varios hombres rodeando la pista en tinieblas, en completo silencio y siguiendo sin perderse ni un solo de mis movimientos.
Si darme cuenta, la mujer hizo que me sentara en la butaca y me dijo que a partir de ese momento debia seguir las instrucciones al pie de la letra. Ni siquiera me resisti. A partir de ese momento todo sucedio muy rapido. La mujer me pidio que me quitara la blusa y el sujetador, dejando que mis tetas quedaran al aire y empezo a moverlas para que todos pudieran contemplarlas en su vaiven. Estaba asustada, pero mis pezones se endurecieron. La sensacion de estar siendo observada hizo que me excitara y que mi coño se humedeciera.
De pronto uno de los hombres salio de la penumbra, se acerco y me dijo que me parara. Me pidio entonces que me desabrochara los jeans y luego me los bajo de un tiron junto con las bragas hasta los tobillos. Los dedos del hombre comenzaron a tirar de los vellos del coño. Me hizo sentar en el borde de la butaca, me abrio las piernas y abrio mi sexo con sus manos tirando de los grandes labios hacia los lados como para mostrarle a todos los demas mi chocha.
Enseguida introdujo el dedo indice hasta el fondo de mi coño e hizo girar la muñeca de su brazo para que entrara mas adentro. Me sentia cada vez mas excitada al verme asi totalmente desprotegida, expuesta como animal en feria. Note que el hombre queria ensayar el producto sexual para que sus clientes pudieran despues gozarlo y disfrutarlo cuando me contrataran. Eso era yo, un juguete sexual. Yo no les interesaba como persona. Mire entre las tinieblas y vi a todos aquellos hombres con sus pollas en la mano frotandoselas, endureciendolas, mirandome asi, completamente desnuda.
De pronto, alguno de ellos se acerco y puso delante de mi cara su enorme polla. Era larga y gruesa. La introdujo en mi boca para que la lamiera y la mojara bien con mi saliva. Luego me pidio que me parara, me doblara por la cintura y me apoyara en los brazos de la butaca con las manos y abriera las piernas. Mis nalgas quedaron exhibidas al publico en toda su plenitud. Mi cuerpo era esbelto, mi cintura estrecha y mis caderas eran muy admiradas por los hombres cuando iba por la calle.
El hombre se hizo de tras de mi y me metio su polla dentro de mi chocho. La sacaba suavemente y luego la volvia a clavar con fuerza mientras la mujer me sostenia de los hombros para que no pudiera eludir la presion. Senti un poquito de dolor, pues mi experiencia sexual no habia sido mayor cosa. Un vecino mucho mayor que yo me desvirgo cuando estaba en la secundaria , pero esa relacion no duro mucho pues el se fue del barrio y no volvio a mi casa.
Pense que ya no quedaba mucho para que terminaran, pero fui demasiado ingenua, ya que apenas estaban comenzando. Todavia con la polla clavada hasta lo mas hondo de mi chocha, note una sustancia fria y resbalosa en el culo. No pude evitar un estremecimiento al imaginar lo que me esperaba. Las manos que ya me habian hurgado en el coño separaron bien mis nalgas, dejando ligeramente abierto el agujero de mi culo. Un dedo lubricado penetro en el hasta el nudillo sin ningun tipo de consideracion, abriendolo mas y mas.
Las sorpresas siguieron. El hombre le pidio a la mujer que me abriera las nalgas, mientras el cogio unos cubitos de hielo y me los metio a presion por el ano que ya me habia ampliado con su dedo. Despues supe que esto lo hacian para que la sensacion de frio volviera a cerrarlo y asi poder empezar otra vez la sesion de culo con el esfinter otra vez apretado.
Como otra fase de mi ensayo como trabajadora sexual me enseñaron una especie de cadena de bolas de latex de diferentes tamaños que iban de menor a mayor. Al oido me susurraron que me las iban a meter todas por el culo. El hombre separo mis nalgas ligeramente y apoyo contra mi esfinter la primera bola y presiono duro para que entrara en mi culo. Las tres primeras bolas, las mas pequeñas, apenas las note, pero luego fueron haciendose mas y mas grandes y la presion que tenian que hacer para que cada una de ellas entrara a traves de mi pequeño agujero era mayor, y el espacio que quedaba dentro de mi culo era menor, con lo que me sentia completamente llena. Creo que llegue a contar siete bolas en total metidas dentro de mi culo.
Despues de la metida de las bolas, crei la demostracion del producto habia sido suficiente para la concurrencia. Estaba desnuda, jadeando, con las tetas al aire, los pezones grandes y duros y la choca y el culo bien humedos. No fue asi. El hombre halo de la cuerda que unia las bolas y me las fue sacando lentamente una por una, en la medida que hacian un sonido como cuando se saca el corcho de una botella de vino.
Los mirones se fueron acercando a mi, uno por uno. Unos metieron con fuerza su polla en mi culo, otros me la metieron en la boca y empujaron hasta la garganta con una fuerza hasta casi hacerme vomitar alli mismo; otros se limitaron a clavarme su polla en mi coño, notando como los sus huevos golpeaban contra mi chocha haciendo un ruido de chapoteo.
Cuando todos pasaron, la mujer se acerco a mi, se arrodillo y empezo a chuparme el clitoris. A medida que se ponia cachonda me lo mordia pero sin hacerme daño. No aguante mas y un orgasmo se vino desde mi cabeza al tiempo que lance un gemido que produjo una excitacion mayor entre el publico asistente a la entrevista de ensayo. De pronto senti como si estuviera recibiendo una ducha tibia pero viscosa que salpicaba todo mi cuerpo. Era una lluvia con el semen de todos aquellos tipos que estaba cayendo sobre mi. Alguien me agarro fuertemente del pelo y me levanto la cabeza, mientras me obligaba a abrir la boca, y otro chorro de leche tibia, amarga y grumosa entro en mi boca hasta llenarla. Una voz me ordeno que me la tomara. Lo hice. No se cuanto tiempo pase complaciendolos, ni cuantos hombres gozaron de mi cuerpo. Prefiero no acordarme. Lo que si se es que en ningun momento llegue a negarme a lo que me hacian o a tomarme el licor que me daban. Yo ya no era yo.
La mujer me llevo a un baño donde me duche y me vesti. Luego me llevaron a una pequeña oficina donde me indicaron que habia sido admitida. Me indicaron el horario de servicio al publico en el que tendria que trabajar. Me dijeron que como mi situacion economica era apremiante me harian inmediatamente un buen prestamo en efectivo que iria pagando con mi trabajo. Me hicieron firmar unos cheques en blanco sobre una chequera que no era mia. Me advirtieron de las consecuencias de incumplir con el compromiso que hacia.
Sali en medio de la noche de regreso a mi casa, ubicada en un barrio popular de una ciudad grande. Todos dormian. A partir del dia siguiente iba a llegar diariamente con algun dinero para los gastos de la familia. La mayoria nunca ni siquiera preguntarian como lo obtenia. Me mire en el espejo y vi reflejada alli la imagen de otra mujer. En unas pocas horas habia envejecido por dentro. Desempeñe este trabajo por cosa de un año, cuando consegui con uno de mis clientes un empleo en la fabrica donde el se desempeñaba como contador. Con el comence otra historia.
Autor: Anonimo
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