Cayó la hija, cayó la madre y detrás todas las demás 7
El Amo Marcos lleva a sus cachorritas a una clínica estética para que les hagan unos arreglitos.
Apenas comenzó a entrar la luz de la mañana por la ventana de mi dormitorio cuando un ligero movimiento, una cálida y húmeda sensación en mi polla hicieron que abriera ligeramente mis ojos para encontrarme con el hermoso espectáculo del coño y culo de mi gatita a la altura de mi boca, mientras ella, golosa, empezaba a saborear mi miembro que por la acción de sus manitas, labios y lengüecita empezaba a reaccionar adquiriendo dimensión y dureza.
“Buenos días Amo. ¿ha tenido lindos sueños?”
“Ni lo dudes golfa, me dormí con la polla en la boca de mi gatita y me despierto de igual manera. Es difícil imaginar mejores maneras de empezar el día”
“Ji ji ji” rio graciosa la chinita mientras cogía con sus manos mis huevos a la vez que ansiosa lamia el tronco de mi polla “Si mi Amo lo desea quiero ser su elegida para sacarle y comerme la primera lechecita de la mañana. ¡Está deliciosa! Uuummmmm, Miauuuu” respondió runruneando mientras insistía en sus caricias iniciando una suave paja, cubriendo con su boca apenas el glande de mi polla mientras su lengüecita lo lamia como un helado.
Decidido a disfrutar el momento y dejar hacer a la que en escasos dos días se había demostrado una más que competente mamadora de pollas, me recosté en la cama dispuesto a disfrutar del show.
A través de sus piernas podía ver como sus agiles manitas igual acariciaban mis huevos, pajeaban mi polla o apretaban el tronco para retardar mi corrida, a la vez que su boca tragaba más y más polla a cada momento.
El calentón hizo que dejara mi inicial pasividad y agarrando su delicioso culito con mis manos lleve mi hambrienta boca a devorar su fresco coño y a penetrar con mi lengua el ojete de su culito. A la avidez y experiencia de mis caricias bucales la chinita respondió empezando a emanar de sus entrañas un abundante flujo que me lance a devorar mientras con mis dedos índice y corazón penetraban su prieto culito.
La chiquilla, intensificando el ritmo de la comida de polla dejaba escapar quedos gemidos de satisfacción que acentuaba llevando contra mi cara su cálido culito queriendo hacer más profunda la acción de mi boca y dedos sobre sus deliciosos orificios.
A tan gozosa tarea me aplique añadiendo tres dedos con los que a la vez que, más que comerme, devoraba su tierno coño penetre su húmeda cueva y una vez bien adentro los torcí contra mi buscando el punto de su máximo placer y a fe que lo conseguí pues estando en tales maniobras la chinita saco mi polla de su boca para suplicar “Amo me coorroooo, ¡Dios que gustazo, Amo por Dios Permisooo para corrermeeee!”
“¡Córrete guarra, pero sigue mamando so puta, ni se te ocurra dejar de mamar mi polla hasta tragártelo toda!”
Mientras la putita seguía retorciéndose no deje de comérmela y penetrarle sus agujeros lo que le provoco un encadenamiento de orgasmos con los que rego mi boca y lubrico continuamente la penetración de su joven culo que entonces horadaba con cuatro de mis dedos sin que diera muestra alguna de resistencia y planteándome que no sería difícil meterle el puño entero en tales circunstancias, pensamientos que dieron lugar a una tremenda corrida con que rellene la boca de mi gatita.
Relajado tras tan agradable despertar y viendo que mi putita remoloneaba y amenazaba quedarse de nuevo dormida le di una tremenda palmada en su lindo culo que le hizo dar un gritito y de un brinco ponerse de pie
“Vamos puta, espabila, vete para casa que voy a echar el último sueñecito y a ti te quedan cosas que hacer, que a las 10 estaré en tu casa y te espero arreglada como te indique. Ah, y en cuanto llegues despiertas a la zorra de tu madre y me la envías para acá para que me recoja el piso y me ponga el desayuno”
“Miauuuuu” contesto melosa “soy la puta gatita del Amo y para mí sería un honor ser la sexy chacha de mi Amo” a lo que le conteste arreándole un bofetón con el que le cruce la cara
“¿Cuándo aprenderás a contestar solo cuando se te pregunta? Y a lo demás chitón y a obedecer. Mira golfa, y que no se te suba a la cabeza o te bajare los humos de una buena azotaina, no quiero estropear unas manos y un cuerpo como el tuyo en tareas del hogar, a ti te reservo para mi polla, tu puta madre no es más que un agujero más del que usar. Pero no te duermas en los laureles porque en cuanto me aburras o me canse de ti te tirare como un kleenex ¿entendido?”
“SI Amo” contesto mientras se arrodillaba adoptando la postura de inspección.
“Pues ya sabes guarrilla, levántate, dame un besito y lárgate” A lo que con los ojos fijados en el suelo, lentamente, temerosa y aproximándose a la cama poso sus labios en los míos con la intención de darme un piquito, momento en que cogiéndola por el pelo me lance sobre su boca dándole un morreo de campeonato, metiendo mi mano hasta el fondo de su caliente coño, reacción que pillándola de improviso pronto disipo sus temores, aflojo su tensión e hizo que la humedad volviera a su coño, sus ganas a su boca y sus ojos brillaran de alegría y adoración.
“Anda vete ya gatita, mira que me gustas golfa, pero ni se te ocurra volver a contestarme” y levantándose se dio la vuelta mientras aproveche para palmearle el culo gesto que me devolvió con una sonrisa.
Habiéndose ido la niña aproveché como había dicho para echar un último sueñecito, pero no me dio para mucho cuando, aun sin hacer ruido alguno, percibí una presencia en mi dormitorio y abriendo los ojos me encontré ante la mama zorra en postura de inspección con un cortito delantal, todo maquillada y con un rojo intenso en sus labios que hicieron que mi polla comenzara a reaccionar.
“Hola golfa, veo que gatita te ha dado mi recado, pero eso no incluía que me despertaras estúpida malfollada. Pero bueno ya que estas aquí aproxímate” y dando unos cortos pasos, con cara de susto en su cara, se puso a mi alcance lo que aproveché para meter mi mano en su coño que encontré húmedo y cálido.
“¿Te gusto mi sorpresa de anoche? No siempre soy tan benevolente con mis putitas, pero ayer me pareció un bonito regalo de bienvenida al club” le empecé a decir, iniciando un suave masajeo de su hinchado clítoris
“Uuufffffffff, le estoy muy agradecida al Amo por el regalo, Jenny, esa niña es un amor, me ha hecho pasar una noche de ensueño, uuuufffff siiii” contesto mientras mis dedos la penetraban más y más, y con el pulgar empecé a juguetear con su botoncito
“Pues no te acostumbres golfa, que tú y tus agujeros solo estáis para darme gusto a mí y a quien yo te indique ¿Entiendes? ¿Y a la perrita le disteis lechecita y la mandasteis a dormir so guarras egoístas?”
“Uffffff, no Amooo” comenzó a contar mientras abandonando su coño penetre con mi dedo corazón su prieto culito, intrusión que ella intensifico con un suave meneo de su pelvis “aunque se quedó desconcertada y con ganas por la rápida salida de la dueña, enseguida Jenny se hizo cargo de la situación cuando, tras terminar el morreo y magreo que me dio en la puerta, vio a perrita con sus labios húmedos de los flujos de Gatita y sus ojos suplicantes de vicio. La cogió de su manita y juntas las tres nos fuimos a mí, perdón, a la cama del Amo”
“Vaya, vaya ¿y entonces te dejo a ti con las ganas?”
“No Amo, Jenny es todo dulzura y mientras nosotras nos morreábamos y magreabamos en la cama dejo que perrita le comiera su jugoso coño, pero cansada como estaba, perrita al poco se durmió y nos dejó la noche completa para nosotras mientras ella dormía los pies de la cama” relataba mientras en mi brazo notaba que el recuerdo de la noche y mis caricias le hacía emanar abundante flujo de su coño.
“A ver date la vuelta…no está mal…pero se puede mejorar” le dije mientras le daba un cariñoso azote en su cachete “ahora vete arregla la casa sin hacer ruido que mi chaval sigue durmiendo, me haces el desayuno y te vas para casa que a las 10 estaré allí y te quiero preparada y con la cartera llena que hoy va a ser un día de gastos y vamos a quemar tu tarjeta”
“Como el Amo ordene” contesto mientras apretaba su culo contra mi mano “pero Amo, el dinero, el cabrón siempre me tiene escasa, se dará cuenta y con lo avaro que es seguro que me pide explicaciones o me corta el crédito”
Impertinencia a la que conteste con un palmetazo con todas mis ganas en su culo que quedo marcado con mis cinco dedos “¿A ti quien te ha dicho que tengas que pensar so golfa? Tú asegúrate de estar siempre dispuesta para mis caprichos, que de lo demás ya me encargo. Anda vete a tus tareas que solo sirves para eso”
Y saliendo del dormitorio me dejo solo y cavilando de cómo poner remedio a lo anunciado por mi golfa madura pues si algo no estaba dispuesto era a prescindir de mi nuevo club de putas ni a tener que pagar por su disfrute.
Ante esa complicada perspectiva siempre me ha sido más fácil pensar después de una ducha, así que entrando en el baño deje caer alternativamente sobre mí el agua fría y caliente que me dejo relajado, fresco y con una sonrisa en los labios al haber dado con una solución.
Seco y fresco, con solo una toalla entorno a mi cintura me dirigí al salón donde encontré a mi madurita repasando y mullendo los cojines del sofá. “Muy bien zorra, muy bien” sentándome a la mesa para disfrutar de un sabroso desayuno
“Vamos guarra ¿no esperaras que yo me sirva?” le dije mientras chasqueaba los dedos a cuyo sonido acudió presurosa
“Perdón Amo, no sabía…no sabía” ya a mi lado comenzó a servirme el zumo, café y a untar mi tostada, mientras mi mano recorría sus desnudos muslos en busca de su chocho que encontré mojado y acogedor, iniciando un suave magreo de su prominente clítoris y sus grandes labios vaginales que la hacía frotarse contra mi tanto cuanto podía.
Manteniéndola de pie junto a mi mientras devoraba el copioso desayuno seguí con su masturbación metiendo más profundamente mis dedos índice y anular y con el pulgar empezaba a penetrar su ojete.
La intensificación de la caricia hizo que la cachonda madurita perdiera pie y para evitar caerse apoyo sus manos en la mesa, con lo que encorvada facilito aún más la penetración de sus agujeritos.
Viéndola próxima a disfrutar de un rico orgasmo retire mi mano de sus agujeros y llevándole mis dedos a su boca deje que los limpiara a la vez que le decía “Bueno golfa, ya es hora de que vayas a casa y te prepares, tenemos mucho que hacer” lo que reafirme pellizcando su culito.
Terminado el desayuno volví a mi dormitorio y tras arreglarme cuidadosamente dejé una nota a mi chaval indicándole que nos veríamos para el almuerzo…o no.
Con una sonrisa lobuna dejé atrás la puerta de mi casa y me dirigí a lo que prometía ser otro gran día.
Llegado a la puerta de la que comenzaba a ser mi segunda residencia abrí la misma para encontrarme ante el salón vacío de la casa, buscando a mis putitas llegué al dormitorio principal donde la vista que se me ofrecía mereció la pena.
Mientras perrita vestía un coqueto conjunto de top, tanguita, floreados con volantes y su linda cabecita estaba arreglada con dos trenzas, su zorra mama, con su cobrizo pelo engominado en modo húmedo, únicamente vestía un ajustado blazer verde esmeralda cuyo pronunciado escote dejaba escapar sus pechos a poco que se movía y que al cubrirle apenas por debajo de los cachetes del culo dejaba a la vista la blonda de las finas medias de fina rejilla con que cubría sus torneadas piernas que remataba con unos tacones de vértigo.
Si el espectáculo estaba siendo soberbio, la guinda del pastel lo puso la visión de la chinita. Aún de espaldas ya era impresionante, zapatitos bajos de negro charol, calcetines tobilleros, escasa faldita escocesa de cuadros rojos que, levantada por el respingón y crecido culito de la jovencita, dejaban a la vista la mitad de unas aniñadas braguitas de algodón con florecitas. Si de espaldas ya me produjo una fuerte erección al darse la vuelta me quitó el hipo y provoco en mi un ansia terrible de empotrarla contra la pared.
Con sus perennes orejitas de gata sobre su morena cabecita, coletas altas a cada lado, gafas ahumadas sobre su flequillo, sus traviesos ojillos brillando de vicio, labios pintados de brillo rosa donde con su lengua jugueteaba con un chupa chups, remataba su conjunto con una camisa blanca a la que había cortado las mangas y que ante la imposibilidad de abrochar entorno a sus turgentes pechos había optado por anudar algo más arriba de su ombligo.
“La Ostia puta, me habéis puesto cardiaco putitas” comencé mientras acercándome a mi gatita posé mis labios sobre los suyos, que me recibieron húmedos a la vez que mi mano recorría el lujurioso canalillo de sus pechos “pasaremos muy buen rato gatita, muy pero que muy bueno”, y separándome cogí de la mano a la rubia niñita para acercarla a casa de Mamem “Vamos perrita, esta mañana no entras en la juerga, pero no te pongas triste, pronto serás la protagonista de la fiesta” le decía mientras cogiéndole el culo ella me sonreía picara “Pero que no tarde Tito”
“Claro que no preciosa, claro que no…” y tras dejarla con la amable, chismosa y amoscada vecina retorne sobre mis pasos.
“Bueno guapas ¿listas? No tenemos todo el día” y cogiéndolas de la cintura nos dirigimos al ascensor.
Una vez dentro, no pudiendo aguantar la calentura y desde atrás de la chinita, comencé a comerle su cuello, el lóbulo de su orejita, mientras mi mano, introducida entre su braguita y su cuerpo, comenzó a sobar su fresco coñito a la vez que su calentorra mama posaba su habilidosa mano sobre mi duro paquete.
En eso estaba cuando el ascensor, camino del garaje, paro en la planta tercera. Mi chinita y su madre como aplicadas alumnas que habían aprendido de mis enseñanzas, no dieron signos de darse cuenta de ello, continuado recibiendo y dando placer.
En el rellano apareció Rosa una cincuentona de muy buen ver, pelo blanco muy corto, cuerpo tonificado por el continuo ejercicio físico y con sus rotundos, firmes, pechos cubiertos por un top de estampado de leopardo a juego con el liviano pareo que cubría sus piernas.
A la inicial sonrisa al reconocer a unos vecinos siguió el estupor al fijar la vista en el atuendo de la chinita y bajar su vista a la entrepierna de la jovencita, donde los movimientos de mis dedos sobre su sexo eran más que evidentes a través de la fina tela de su braguita.
Desencajada su mandíbula por la sorpresa, sus ojos quedaron fijos en la entrepierna de mi gatita que sugerentemente respondía a mis caricias cimbreando sensualmente sus caderas, echando su culo contra mi paquete y con su lengua chupando golosa el dulce que mantenía entre sus carnosos labios
“¿Bajas Rosa?” inquirí y como toda respuesta, como una autómata, la madura entro en el ascensor
“Vamos Sara deja sitio a nuestra vecina” le ordene a la calentorra madre que dejo a la recién llegada su espacio el lado de su hija, interrumpiendo con ello el agradable masajeo de mis genitales. Situada en paralelo a la lujuriosa niña la aturdida cincuentona no perdía detalle de como con una de mis manos abarcaba los jóvenes pechos mientras con la otra mis dedos masturbaban los húmedos labios vaginales de la chinita.
En un trayecto que pareció eterno la cada vez más agitada madura mantenía entreabiertos sus labios de los que empezaba a caer una ligera baba y su respiración henchía y hundía alternativamente su pecho.
Llegados al parking, la chinita, tras sacar mi mano de su sexo, llevarla a su boca y chuparla ansiosa, se desembarazo de mis caricias, y agarrando con una de sus manos la cabeza de la aturdida cincuentona, llevó sus jóvenes labios a la entreabierta boca de la madura, iniciando un sensual morreo a la vez que su otra mano se hacía dueña del coño de la madura que la recibió cálido y chorreante.
Si pudo haber una inicial resistencia, toda ella ceso al instante cuando la madura comenzó a devolver con lujuria la voluptuosa intrusión de la chinita en su boca y sexo. Durante un instante que pareció eterno sus manos abarcaron el culo de la muchacha y su nariz aspiro el fragante aroma de sexo de la joven que la lleno por completo.
Suavemente-mientras apretando el botón de retención yo mantenía abierta la puerta del ascensor- la chinita, separó sus labios de los de la madura y en apenas un susurro le soltó “Si quieres más…habla con el Amo Marcos…y podrás gozarme…pero date prisa, hay muchas candidatas y me puedo encaprichar de otra…” y dejándola plantada salió resuelta camino del coche seguida de su madre.
Pasando al lado de la cincuentona le solté “Bueno Rosa parece que te ha gustado mi gatita…todo se puede arreglar…por el debido precio. Ya sabes dónde estoy” y dándole un fuerte palmetazo en su firme culo salí sonriente detrás de mis putitas.
Llegados al coche y partidos de risa por cómo había resultado el fugaz encuentro con la madura vecina nos dispusimos a partir hasta la población cercana donde se ubicaba el centro médico.
Habiéndose ubicado la mama zorra en medio del asiento trasero, resitúe el retrovisor interior para no perderle detalle durante todo el viaje, mientras mi gatita, en el puesto de copiloto se daba los últimos retoques mirándose en el espejo interior.
“Bueno guarras la verdad es que la mañana no ha podido empezar mejor. Y tu gatita has tenido una actuación de diez, quien podía pensar que esa estirada abuelita escondiera una lesbiana asaltacunas en su interior ja jajá. Estoy seguro que podremos sacar algún provecho a la situación.
Pero vamos a lo que vamos, en la consulta a que nos dirigimos no solo se dedican a la ginecología, sino que es una de las más afamadas clínicas estéticas de la isla, así que tú, mamaíta cachonda me refiero a ti, te iras a que te tomen las medidas para tus próximas tetas mientras yo paso con la gatita a que mi amiga Margot le eche un vistazo a los bajos de tu hijita y me los prepare para darme gustito y no tener cachorritas…por el momento ja jajá”
En eso estaba cuando echando una ojeada al retrovisor interior vi como la mama zorra, reclinándose ligeramente en el asiento trasero, humedecia dos de sus dedos en su jugosa boca procediendo a, echándose a un lado su escueta tanguita, separarse los labios de la vagina y apretando sus dedos en el clítoris iniciaba un suave toqueteo.
“Te veo a tono golfa…gatita mira a tu mamaíta…ayer una modosita que cuidaba como una loba de sus hijitas y ahora como loca porque me las folle a pares…ja jajá “
Volviendo la cara hacia su madre la chinita pudo observar como a dos manos su mama penetraba el coño del que en aquel momento manaba un hilillo de flujo que a cada momento agrandaba la evidente mancha de humedad que bajo ella iba cubriendo la tapicería del asiento.
“Zorra, abre bien tus piernas para que el Amo te vea bien” decía la gatita mientras con su móvil no perdía detalle de la masturbación materna “Amo ¿verdad que mama zorra esta hoy muy guapa?”
“Mucho, se ha esmerado y me ha puesto la polla a tono. Las dos me habéis puesto muy perro, si señor…Y por cierto mamaita te tengo preparado algo en lo que no puedes fallarme ¿me escuchas zorra?”
“Siiiiiiiiiiiii, si Amo” contesto mientras sus dedos aceleraban las caricias sobre su sexo y penetraban más profundo en él.
“Mi chaval, si, mi hijo Carlos, está ahora en un momento difícil. Ya sabes…las hormonas y todo eso ¿me escuchas zorra? “
“Si si si siiiiiiiiiiiiiii” contesto agitada, mientras, retorciéndose con su mano izquierda un pezón, continuaba con el mete y saca en su sexo
“Pues como te iba diciendo, el chico está pasando una etapa difícil, que le definirá para el futuro, un futuro en el que quiero que siga mis pasos…no en todo, ya me entiendes, podrá elegir ser médico, ingeniero o fontanero…lo que quiera, pero aquí y ahora, a lo que me refiero es a su relación con las mujeres y ahí entras tu zorra ¿me sigues..?.”
“Siiii, si Amo, mándame…lo que tú quieras, hare lo que quieras…lo sabes…” respondió y como parecía que había despertado su curiosidad e interés, bajó la intensidad de su masturbación prestándome más atención
“Bien…como te iba diciendo, quiero que mi chaval empiece a conocer su potencial, a explotarlo, a disfrutarlo y a exprimir de golfas como vosotras todo el placer que podáis proporcionarle, por lo que no voy a consentir que se encoñe con la primera niñata remilgada que le ponga ojitos y haga de él un calzonazos.
Así que, desde este mismo instante, mamaíta calientapollas, vas a poner todo tu empeño en que mi chaval entienda que todas las mujeres sois unas golfas…que con el aparato que gasta entre las piernas va a tener a cuanta zorra desee y que puede hacer con vosotras lo que quiera, usándoos y apartándoos cuando se canse porque detrás tendrá más que se seguirán arrastrando a sus pies suplicándole que les meta su rabo por donde y como le apetezca ¿te ha quedado claro guarra?”
“Oooooooh siiiiiiiiiii” respondió la caliente mamaíta mientras se retorcía disfrutando de un magnifico orgasmo acrecentado con la perspectiva de seducir y disfrutar de un joven cuerpo entre sus piernas
“Zorraaa ¿Te he dado permiso acaso para correrte, sucia puta?” le solté indignado “No paro el coche y te doy una somanta de ostias porque no quiero cubrirte de cardenales antes de que mi chico haga de ti lo que quiera, pero fallarme en esto y desearas no haber nacido so golfa”
“Perdón, perdón…perdón mi Amo…no..no..no volverá a pasar…perdón…Claro que si Amo, no te defraudare.”
“Pues ya sabes. Ahora deja de gimotear y recomponte guarra que estamos llegando”
“Perdón mi Amo ¿pero no sería más propio iniciar a tu hijo con alguien como yo? Soy más joven, bonita que esta zorra y cumpliré a conciencia lo que me órdenes” pregunto un poco mosqueada mi gatita
“Ja jaja…me encanta tu disposición a cumplir mis deseos putita…pero en este momento de su vida, y aunque seas un bombón para cualquier chaval, y en especial para el mío, no dejas de ser una jovencita en la que más temprano que tarde fijara sus ojos como una igual y…lo que ahora necesita conseguir es que alguien como una mama madura, en la que no habría pensado…o si…pero que crea es inalcanzable para él, se arrastre como una vulgar zorra calentorra suplicándole que le meta su joven y duro rabo por todos su agujeros…que le dé duro…que se corra en su cara mientras ella le mira con cara de vicio dispuesta a dejarlo todo por tenerlo entre sus piernas…y eso ahora no se lo puedes dar tu…que ya le darás otras cosas cuando yo te diga.
¿te enteras zorra?”
“Si Amo, no te fallare”
“No lo dudo, y más viendo cómo te corrías pensando en tener la polla de mi chaval rompiéndote todos tus agujeros so golfa”
Estacionado el coche en el parking privado de la exclusiva clínica, y cogiendo por la cintura a mis dos sonrientes putitas nos dirigimos al amplio ascensor que tras subir una planta nos llevó a un luminoso hall donde toda su actividad era protagonizada por mujeres a cada cual más impresionante.
Camino del mostrador de recepción nos intercepto una sonriente e impresionante joven negra de melena abundante y encrespada, cuyos pechos amenazaban por romper su ajustado uniforme, que cubriéndole apenas hasta el comienzo de sus muslos dejaba ver la liga con al que sostenía las blancas medias con que cubrían sus rotundas piernas.
Cariñosamente la sexy enfermera me saludo con un cálido piquito mientras con la mano que no ocupaba sosteniendo la carpeta acariciaba mi duro paquete por encima del pantalón “Bienvenido Don Marcos. Hacía tiempo que no nos concedía el privilegio de su visita, supongo que vendrá a ver a la Dra. Stephan ¿verdad?”
“Acertaste a medias Adanna, pues si bien he quedado con Margot para la puesta a punto de esta linda gatita, aquí su mamaíta viene para que le toméis medidas para un recauchutado, de modo que pueda lucir unos pechos que merezcan tal nombre”
“Ya veoo, estoy segura que la doctora quedara encantada…sí señor, y por partida doble, con su visita Don Marcos” contesto la escultural africana mientras con todo descaro deslizaba sus largos dedos por la cintura de la chinita hasta el nacimiento de los pechos y con su mirada desnudaba a la joven chinita.
“Britta, ven cariño” llamó la negra a una despampanante nórdica y dirigiendo su vista a la mamaíta continuó “acompaña a la señora a la consulta, ve rellenando su ficha, recoge las muestras precisas y tómale medidas para unos pechos a gusto de Don Marcos. Copa del 100 o 105, ¿verdad?”
“Lo dejo a tu criterio Adanna, siempre has sabido elegir lo que más me gusta. Y ahora vamos a ver a Margot, ya sabes que odio la impuntualidad”
“105 entonces. Pero síganme por favor. En un momento estoy contigo Britta” y llegando a una puerta sin marca alguna que indicara la calidad o título de quien la ocupara golpeo suavemente con sus nudillos, procediendo sin esperar respuesta a permitirme el acceso al mismo.
“Sea bienvenido Don Marcos, ya estaba tardando este año en visitarnos” saludó la Dra. Stephan mientras se levantaba y solicita salía al encuentro de su invitado que no pudo dejar de admirarse del aspecto de su anfitriona, que aun cuando rebasaba con holgura la cincuentena lucía un esbelto cuerpo, embutido en un traje chaqueta blanco con falda y, en la que aparte de sus metro setenta y cinco resaltaba su rostro, adornado por unos rasgados ojazos de color almendrado, rematando su cabeza con una muy alta trenza rubia que parecía heredada de sus antepasados tártaros.
“Buenos días Margot, te veo esplendida cariño” salude ciñendo con una de mis manos su cintura, mientras depositaba unos castos besos en sus mejillas.
“¿Qué puedo hacer por usted?” pregunto por pura educación, pues no se le escapaba que el objeto de mi visita no era otro que la seductora chiquilla que me acompañaba y a la que no quitaba ojo, mientras me ofrecía asiento en un cómodo sillón de piel de búfalo para a continuación tomar acomodo en su gemelo que, dispuestos casi en paralelo nos permitían seguir conversando sin perdernos de vista, mientras la chinita tomaba asiento frente a nosotros en una sobria silla de respaldo recto.
“Querida Margot, hace tiempo que me conoces y sabes de mi gusto porque todo aquello que sea mío este en perfectas condiciones por lo que solo pongo mis cosas en las mejores manos, que son las tuyas” comencé a narrarle mientras como observaba como mi chinita había logrado captar toda la atención de la doctora. Y es que la mi seductora jovencita, a la par que habíamos comenzado a conversar, había procedido a, lentamente, ir abriendo sus piernas de modo que ofrecía a nuestra vista la contemplación de sus infantiles braguitas de algodón, a las que jugueteando con sus manitas y estirándolas contra sí, había conseguido reducir a una estrecha línea por cuyos bordes rebosaban húmedos sus carnosos labios vaginales. No contenta con ello, la caliente jovencita seguía lamiendo lenta y sensualmente su chupa chups mientras le sostenía sin rubor la vista a la madura y sensual eslava. “por ello te traigo a mi más reciente adquisición para que le hagas una revisión de sus bajos, le apliques el método anticonceptivo que consideres más adecuado y me des tu opinión profesional sobre las condiciones en que se encuentra y que podría hacer para mantenerla así…o mejorarla”
Mientras hablaba, la chinita, lenta y sensualmente se había levantado de la incómoda silla para, pasando junto a la doctora, dejarle percibir su olor a sexo joven. Como distraída, la jovencita se dedicó a inspeccionar la espaciosa estancia sin en ningún momento permitirse romper el contacto visual con la doctora que, respirando cada vez con mayor ansiedad, la seguía cada vez más indisimuladamente con la mirada.
Llegada junto a una camilla ginecológica, la jovencita se aupó ágilmente a la misma y poniendo un pie en cada una de sus extensiones quedo totalmente expuesta de frente a nuestra vista.
Hacía tiempo que la conversación había cesado por la absoluta falta de atención de mi interlocutora a mis palabras, solo tenía ojos para la gatita que a la vez que desanudaba su camisa dejando a la vista sus turgentes y firmes pechos cuyos duros y tiesos pezones apuntaban al cielo, llevaba sus deditos a su joven coño, apartando la tirilla húmeda a que había quedado reducida su braguita, para, introduciendo sus deditos, rebañar el flujo que manaba de su sexo para, a continuación, llevárselo, pasando por sus duros pechos a su boca, mientras con su otra mano retorcía uno de sus pezones.
Desencajado el rosto por el vicio que la consumía, la madurita cruzo su vista con la mía y percibiendo que me pedía permiso, asentí con mi cabeza a lo que respondió levantándose de un brinco y de dos trancos situarse delante de la chinita
“Por Dios golfa que has sabido ponerme de lo más perra” le decía mientras abriéndose la elegante chaqueta dejaba a la vista unos rotundos y firmes pechos que sostenía con un coqueto sujetador de encajes blancos de media copa, y poniéndose de rodillas avanzo su babeante boca contra el joven sexo de mi gatita.
Esta, al sentir los labios de la madura sobre su coño, cogiendo con rabia la trenza de su anfitriona, la apretó al máximo contra su sexo y restregándola contra él musito “¿A qué esperas guarra para comerle el coño a esta gatita? ¡Come puta, come!” a lo que la eslava se aplicó con deleite dejando que su lengua explorara la chorreante vagina de la niña, sus labios succionaran sus labios menores y mayores mientras sus dientes arañaban el duro clítoris que rojo de la excitación afloro de entre ellos y con sus manos abría cuanto podía las piernas de la jovencita para hacer más profunda y placentera la comida de coño que se le ofrecía.
Como hembra experimentada que era, pronto sus caricias llevaron a la joven a una sucesión de orgasmos en convulsiones con las que amenazaba con arrancar la trenza de cuajo de la cabeza de la caliente doctora, tortura que más que refrenarla, encendía más y más a la lasciva madura.
Saciada por un momento, la caliente madura levantó su rostro del sexo de la joven para ofrecer el espectáculo de su cara a rebosar de babas propias, flujos de la joven y la mirada perdida de puro vicio. Tomando aliento se irguió y a la vez que con su ansiosa boca tomaba posesión de los pechos de la muchacha, con su mano, sin levantar siquiera la vista, rebuscaba en un cajón próximo hasta que dando con un grueso strap on, que inserto por un extremo en su chorreante coño procedió a penetrar el estrecho coño de mi gatita ”Tomaaa putaaa, toma polla, ¿te gusta guarraaa?” aullaba mientras tomando con sus manos las caderas de la chichilla comenzaba a bombear con desesperación su pelvis contra el de la jovencita que por su parte la asía por su maduro culo aumentando la intensidad de sus embestidas.
Estando como perdido el juicio de puro vicio, solo un perverso brillo en los ojos de mi gatita le aviso de que algo ocurría pero, antes de que pudiera hacer nada al respecto, rasgue su falda y apartando su braga de encaje, untando mi durísima polla en los jugos que chorreaban de su coño penetre su culo de una estocada en la que apenas conseguí meter un tercio de mi miembro pero, ayudado por la momentánea parálisis que le provoco mi intrusión aproveche para, haciéndome con sus caderas y dándole un nuevo empujón meter mi polla hasta en fondo de su duro culo mientras un gritito salía de su garganta y los ojos se volvían brillantes por el llanto contenido.
Llegada mi penetración a su máxima profundidad, con sus recias nalgas dándome calor apretadas contra mi vientre y habiendo conseguido mi pretensión de sorprenderla, le deje unos segundos para recuperarse. Entonces empecé a retirarme de su interior, ella, anticipando la galopada, hundió su cara en los pechos de la chinita mientras le volvía a introducir mi duro miembro de un golpe, bien hasta el fondo, y de su ocupada boca surgía un gemido amortiguado.
Comenzando lento pero constante mete y saca, afuera hasta que sólo quedaba la cabeza, y adentro hasta el fondo, la lujuriosa madura pronto acompaso sus penetraciones a las mías de manera que al poco funcionábamos como un tren bien engrasado dando y recibiendo placer al unísono.
Tras unos minutos de frenético mete y saca, solté mi mano de su cintura y agarrándola de su trenza, tomé el pelo de la madura a modo de brida y aumentando el ritmo, empecé una cabalgada enérgica que poco a poco logro arrancar de mi madura amante, primero unos sollozos casi inaudibles, después el sonido de su respiración acelerada y durante los últimos dos o tres minutos, unos cada vez más enérgicos berridos de placer.
Levantando mi vista puede aún contemplar, mientras las contracciones de mi miembro anunciaban mi pronta corrida en el prieto culo de la doctora, como la repetidas embestidas junto a la comida de tetas que esta le estaba proporcionando a mi gatita, mantenían a esta en una sucesión constante de convulsiones, imagen que termino por provocarme la descarga y rellenar de mi leche el prieto culo de la doctora, que de inmediato unió su gozo al mío cayendo desfallecida, reclinada sobre la camilla , sobre la inerte jovencita.
Continuara…
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