CELOS DE NADIE, por ErotikaLectura
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ErotikaLectura.
El se llama Luis. Trabaja conmigo y me gustaba hacia tiempo. Yo tonteaba con el cada vez que podia y la verdad es que no parecia molestarle en absoluto mi actitud.
Un dia que se me hizo tarde y tenia el coche en el taller el se ofrecio a acercarme a casa. Durante el trayecto la conversacion estuvo plagada de insinuaciones por parte de los dos, pero tambien de risas, lo que le daba a todo un aire muy relajado y divertido. Justo antes de bajarme del coche me planto un beso en la boca con toda la naturalidad del mundo y se despidio sin darme tiempo a reaccionar.
Al dia siguiente llegue al trabajo con el corazon desbocado, pero el no dio muestras de que hubiese pasado absolutamente nada, y asi transcurrio toda una semana a lo largo de la cual yo fui perdiendo la esperanza de que ese beso hubiese significado la promesa de algo mas. Precisamente por eso la sorpresa fue enorme cuando, una mañana entro en el despacho donde yo me encontraba seleccionando ciertos informes y, al verme sola, cerro la puerta, se acerco a mi y comenzo a besarme mientras recorria todo mi cuerpo con sus manos. Crei que iba a poseerme alli mismo, y me hubiera gustado, la verdad, pero no, no lo hizo, paro de repente, me dio un azote sonriendo y me dijo: nos vamos a ir juntos de viaje ¿lo sabias?
Aquella misma tarde nos lo dijeron, iba a celebrarse una conferencia a la que seria conveniente que asistiesemos. Ibamos cinco en total: dos chicos de otro departamento, su jefa, que seria ponente en la conferencia, y nosotros dos.
Pase todo el fin de semana en un estado de excitacion constante. El lunes el viaje se me hizo larguisimo y aburrido. Y la decepcion final fue comprobar, al llegar al hotel, que compartiria habitacion con Alicia, asi no habria forma de conseguir un rato a solas con Luis.
Tras una mañana densa fuimos a comer y acabamos haciendo planes para la noche. Alicia queria dar los ultimos retoques a su comparecencia del dia siguiente, los otros dos chicos tenian planeado que nos fuesemos de juerga despues de cenar, pero Luis se desmarco y, delante de todos, me invito a una cena romantica. Me puse roja como un tomate y pude ver las miradas de sorpresa que intercambiaron nuestros compañeros, pero acepte.
Cuando esa tarde llegue a la habitacion Alicia no estaba, me meti en la ducha. Empezaba a notar los nervios tipicos previos a una cita, para relajarme comence a masturbarme bajo el chorro del agua. Sentir el agua caliente correr por mi piel mientras me acariciaba e imaginaba lo que pasaria esa noche me puso a mil. Estaba a punto de emplearme a fondo cuando oi ruido en la habitacion y al momento llamaron a la puerta del baño.
– Esther, ¿estas ahi? – Pregunto Alicia
Conteste y me quede a medias en mi placer, totalmente cortada por la presencia de ella tras la puerta. Alicia y yo nunca habiamos tenido demasiado trato, no por nada, simplemente no coincidimos en el trabajo. A mi me parecia una mujer inteligente, amable y con buen gusto, me caia bien.
Acabe de ducharme, me seque, me unte de crema hidratante, me seque el pelo, me maquille y estrene mi ropa interior nueva; un conjunto de lo mas sexy, tanga y sujetador negro, semitransparente que tapaba solo lo justo para provocar la curiosidad de querer verlo todo. Me habia dejado el vestido fuera y como no me parecia adecuado pasearme en tanga y sujetador delante de Alicia me enrosque en la toalla y sali.
La habitacion estaba en penumbra, pero distingui a Alicia en el suelo, de rodillas pero erguida, los muslos separados, la cabeza gacha y el pelo suelto, Alicia es rubia y tiene el pelo largo y liso, pero siempre lo lleva recogido de alguna forma. Me quede paralizada, algo pasaba, pero no atinaba a descubrir lo que era.
– Alicia, ¿estas bien?
Como respuesta ella se levanto y la pude ver mejor, estaba medio desnuda, con un tanga y unas botas de tacon alto que le llegaban hasta mitad del muslo, de cintura para arriba solo vestia una especie de correa negra al cuello, daba un respeto terrible, pero estaba guapisima.
Se acerco hasta mi y suavemente me quito la toalla, casi ni me di cuenta, tal era mi sorpresa.
– Estas muy guapa Esther – me susurro al oido.
– Alicia, perdona, no se como decirte esto, pero… me parece que te estas equivocando – acerte a susurrar yo tambien.
– Ahora no me llamo Alicia – dijo un poco mas alto, como si quisiese que la escuchase alguien mas, y luego casi pegada a mi oido: – No le hagas enfadar conmigo hoy.
Desconcertada por sus palabras mire alrededor. En un rincon de la habitacion, sentado en una butaca adivine la silueta de Luis. Ahora si que estaba descolocada por completo.
– ¿Es un juego? – pregunte, mas que nada para reaccionar de alguna forma y sentirme menos estupida.
Luis se levanto y vino hacia mi.
– Me gustas mucho Esther, pero quiero que me conozcas tal como soy, no quiero ocultarte nada, luego tu decides si me aceptas o no. Otra cosa: Ella no tiene nombre – señalando a Alicia, que habia dado un paso atras y agachado la cabeza al acercarse el – parte de lo que te quiero mostrar de mi lo representa ella, por eso esta aqui.
Cogio una correa y la engancho en el collar que ella llevaba al cuello, luego la llevo hasta el rincon donde habia estado el sentado, hizo que se arrodillase y enrosco su correa en la pata de una mesita.
Luis se me acerco, paso sus manos por mi cintura y empezo a rozar levemente mis hombros con sus labios, deslizo un tirante de mi sujetador hasta que bajo por mi brazo, beso mi escote y la parte de mis pechos que quedaban al descubierto. Empece a recuperar la excitacion, olvidada a causa de la insolita situacion. Iba bajando con sus besos por mi abdomen, por mi ombligo, por mis caderas, mientras sus manos acariciaban dulcemente mi espalda y mis muslos. Al darme cuenta de que pasaba por alto las zonas de mi piel tapadas empezo a estorbarme la poca ropa que llevaba. Me deje llevar por la pasion que me estaba encendiendo y le obligue a subir hasta mis labios, le bese apasionadamente y el respondio agarrando mi pelo y arqueando mi cabeza hacia atras mientras se hacia dueño de mi boca.
Sin perder ni la mas minima concentracion en el beso delicioso con el que me estaba haciendo derretir, metio una de sus manos bajo mi sujetador y dejo al descubierto uno de mis pechos que, si ya estaba excitado antes, se convirtio en una tortura de exquisita sensibilidad al ser expuesto asi. Lamio mis labios, que no querian separarse de los suyos y seguidamente empezo a pasar su lengua por el pezon que habia quedado al descubierto mientras acariciaba mi otro pecho. Si no llega a bajar el los tirantes de mi sujetador para dejar mis tetas al aire me lo hubiese arrancado yo misma. Pasaba de un pezon a otro besando, mordisqueando y lamiendo, sus manos acariciaban y masajeaban, mis pezones competian por conseguir su atencion, mi cuerpo entero queria mas.
– Me estas matando de gusto – dije con voz entrecortada por los suspiros que me provocaba.
– Ahora quiero que seas buena chica y hagas lo que te diga. Te prometo que no vas a participar en esto, no es eso lo que quiero de ti, solo quiero que lo veas, es mas facil que explicarlo.
Me guio hasta una silla y me sento en ella, cogio los zapatos que yo habia preparado para nuestra cena y me calzo, yo estaba tensa por sus palabras y excitada por su presencia. Se puso a mi espalda y comenzo a atarme las manos al respaldo de la silla, iba a negarme pero me dijo:
– No te asustes, puedes deshacer el nudo simplemente tirando de aqui, prueba – y puso en mi mano el extremo de una soga. Mis manos quedaron libres con un solo tiron. Volvio a atarlas. Luego ato mis tobillos, cada uno a una pata de la silla.- Me gusta verte asi, medio desnuda, tan nerviosa y excitada, estas preciosa.
De encima de la mesa cogio algo, una especie de pala lisa, no supe lo que era hasta que golpeo la palma de su mano abierta, entonces intui que era un instrumento para azotar. Al sonido de aquella palmada Ella no pudo evitar un pequeño sobresalto e inmediatamente se puso a cuatro patas y ofrecio su trasero a Luis. El lo acaricio levemente antes de comenzar a azotarlo. Se le veia totalmente concentrado en cada golpe que daba. Ella emitia cortos y leves sonidos cada vez que recibia un azote y seguidamente daba las gracias y recitaba una especie de letania de sometimiento a Luis. Yo estaba atonita.
No sabria decir cuanto tiempo paso ni cuantos azotes le dio. Cuando acabo el culo de Ella estaba rojo y debia de estar ardiendo. El le dio un besito en cada una de sus nalgas y acaricio su cara en un gesto de aprobacion.
– No quiero notar ni que estas aqui – oi que le decia.
Vino hasta donde yo estaba y se arrodillo delante de mi. Puso las yemas de sus dedos en mis zapatos y empezo a subir y a bajar sus manos por mis pies y mis piernas deteniendose a acariciar mis tobillos y mis rodillas mientras metia su cara entre mis muslos. Notaba su aliento calentando mi piel mientras olfateaba mi tanga humedo. Apoyo su frente sobre mi pubis y comenzo a mover su cabeza de un lado a otro y de arriba abajo presionando cada vez un poco mas sobre mi. Yo queria arrancarme el tanga, agarrar su cabeza y hundirla en mi, pero el juego de estar atada me estaba dando muchisimo morbo; me puse a forcejear con las cuerdas y eso le excito mucho, su respiracion le delato.
Desato mis piernas y me quito el tanga y el sujetador, los zapatos me los dejo puestos. Me abrazo para desatar mis manos y me puso de rodillas. No hizo falta que dijera nada, le desabroche el pantalon y le desnude de cintura para abajo. Tenia su ereccion desafiante ante mi, no me hice de rogar, le comi la polla de una forma dulcisima, mirandole a los ojos, con movimientos lentos y largos, el no podia evitar emitir suspiros de placer con los ojos entreabiertos. Cuando le resulto dificil controlar el movimiento de sus caderas me hizo parar, me llevo a la cama en brazos, se acabo de desnudar y se tumbo sobre mi. Me penetro mientras me besaba. Me corri en poco tiempo, me corri dos veces casi seguidas, me estaba volviendo loca su peso sobre mi inmovilizandome, sus besos imparables por toda mi cara y los dichosos zapatos de aguja en mis pies. Hubiese seguido asi siempre, pero el quiso cambiar.
Con cuidado giramos sobre un costado y quede encima de Luis que mandaba contracciones a su polla y se traducian en pulsiones en mi interior. Me estaba pidiendo guerra y se la di. Puse mis manos en mi cabeza como si recogiese mi melena y empece a moverme. Casi sin separarme de el al principio y poco a poco cogiendo ritmo y altura, los mechones de mi pelo caian entre mis dedos y acariciaban mis hombros, mis tetas se bamboleaban para su deleite. Cuando le avise de que no podia mas e iba a correrme de nuevo me agarro de las caderas intentando meterse mas dentro aun, mas fuerte, mas rapido. Estaba yo acabando mi orgasmo cuando llego el suyo y me volvio a contagiar de placer.
Han pasado ya muchos meses desde esa primera vez. Luis y yo somos novios ahora. Ella es parte de su vida, renunciar a ella seria amputar parte de su ser, lo he aceptado. Se que me quiere. He asistido a sesiones de las suyas, a sus humillaciones, castigos y premios. He visto marcas sobre su piel resultantes de sesiones a las que no he querido asistir. Nada de eso me importaba. Pero hoy despues de hacer el amor, con Ella en la habitacion, Luis me ha propuesto que nos casemos. No he podido evitar preguntarle:
– ¿Y que pasa con Ella?
– ¿Ella?, ella no es nadie – mirandola de pasada como si no se acordase de su existencia.
Entonces he visto como a Ella se le dibujaba en el rostro una sonrisa de absoluta felicidad al oir esas palabras y algo se ha despertado dentro de mi. ¿Como puede ser ella mas feliz con su desprecio que yo con su amor? He sentido con todas mis fuerzas un deseo absoluto de ser ella. He sentido una envidia terrible de su entrega y de la dicha que le proporciona. He sentido los celos mordiendo mi corazon, celos de Ella, celos de nadie.
Un relato de Erotika Lectura.
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Autor: ErotikaLectura
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