CHANTAJE Y SUMISSION. (segunda parte)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Como saben, cuando me permiten vestir mejor, tengo que llevar la ropa que me pusieron como simbolo de mi esclavitud. Por otro lado, a veces me ordenan llevar menos ropa. No puedo hablarles jamas en voz alta, tengo que usar un tono sugestivo y de sumisión, con la cabeza mirando hacia abajo. Tengo por obligación siempre estar en una postura sensual y en tacones (a veces me los quitan ellas, para darme masajes de pies, segun ellas para no disminuir mi energia, no porque me tengan piedad. Y por supuesto, jamas me permiten quitarmelos con mis propias manos. De hecho, cualquier ropa que me quite o me ponga lo hacen ellas, pues yo lo tengo prohibido).
Además, trabajo como sirvienta. Cuando ven tele o peliculas, me acuestan en la cama, y en medio de ellas. A veces, con la ropa de mi sumisión, a veces con solo brassier, a veces con solo tanga, y esta medio puesta. A veces, con solo mi microfalda, pero siempre en tacones. Me acarician y me besan toda, e incluso me ponen cremas y aceites. A veces me ordenan bailar sensualmente. En las noches tego sesiones de besos, caricias, me atan y me hacen cosquillas, o en el jacuzzi que tienen me bañan con toques sensuales. Esta situación, la de que me utilizen solo como objeto y la humilación de no poder jamas cambiar eso, me deja con una enorme frustración, pero esto me lleva a un goce muy fuerte. Me da placer mi situación, y el ser solo una esclava. Y me da placer el estar chantajeada y no poder destruir evidencias.
Una vez, por cierto, estaba yo lavando los trastes, en tacones y con mi brassiere (sin nada abajo), cuando mi señora me grito desde su habitación para que fuera. Fui caminando de manera sexy, y cuando llegue y me puse ante ella con la cabeza gacha, me dijo que ella y su amiga iban a salir, pero que me quedaria sola con su hija y as otras (Andrea, María y Diana, respectivamente). Me dijo que por ningun motivo las fuera a desobedecer, que yo estaba aqui solo para obedecer, y me recordo lo que sería de mi vida si se me ocurria liberarme de ellas. Le dije que si, y le di las gracias por chantajearme y humillarme.
-Recuerda, golfa, aqui tu solo tienes obligaciones, ningun derecho. Tu solo eres un objeto, nada mas.
-Si mi señora, gracias por recordarmelo.
-Bien, buena esclava.
pasaron las 4 de la tarde. Por fin se fueron. Cuando estaba lavando los trastes por segunda vez, Andrea me llego por atras, me abrazo por la cintura, me beso y me dijo:
-que bien te ves hoy mi amor. Pero sabes, te tenemos una sorpresa.
Me puse nerviosa.
-Ven mi amor, al sotano.
fuimos, bajamos las escaleras, y al llegar, en el sotano siempre habia una cama. Me tumbaron de rodilas, apoyando mis codos en ella (la cama). Despues, me vendaron los ojos, y me amarraron de las manos.
-Saben, hay que castigar a esta zorra.
-Tienes razon Diana.
De repente, comenze a sentir latigazos en mis nalgas. Mi clítoris se excitó, y yo estaba encantada de la situación. Por fin, terminaron los latigazos.
despues, una de ellas se sentó en la cama, y me levantaron de pies frente a ella. Cuando estuve a su lado, la que estaba sentada me agarró de la mano, y me recostó en sus piernas, de tal manera que mis piernas caian y mis nalgas estaban expuestas a su disposición. Comenzó a darme nalgadas. Asi, las otras tambien lo hicieron.
Al fin terminaron. Despues, me tubaron en la cama. Una de ellas me hablo en el oido:
– Esto es solo el comienzo, zorra.
No sabia a que se referia, pero tenia que ser algo malo. Dos se quedaron conmigo. Al fin, llego la que fue arriba de la casa. Cuando llego, las demás se rieron. Comenzaron a tocarme mis nalgas, y me sesaron la espalda: Yo estaba inquieta, esxcitada. No podia creer que vi vida fuera a dar a eso. Estaba cayendo en lo mas bajo, y la verdad, me excictaba eso.
De repente, comenzé a sentir gotas calientes. Eran gotas de cera, pues estaban usando velas. Se reian de mi, y yo estaba muy caliente. Mis nalgas quedaron enceradas, y yo excitada por completo.
Al fin terminaron. Me dejaron en la cama, boca abajo. Al fin llego mi señora con su amiga. Las llevaron al sótano, y cuando me encontraron en mi humillante situación, yo estaba apenada, pero la pena y la vergüenza me daba placer. Andrea le dijo a su madre que yo había pedido que me hicieran eso.
Yo me puse de rodillas en la cama, y le dije a mi señora que no era cierto, que ellas me hicieron eso sin permiso de mi señora. Pero solo recibi una cachetada de mi señora y una reprimenda de su amiga. Me dijo mi señora:
– Nunca, jamas, vuelvas a contradecir a mi hija. Entendita puta. Aquí tu no tienes credibilidad en nada, pues eres una puta y una zorra. Esto aunque te estes muriendo de coraje. Tu no tienes credibilidad en nada, y aunque fuera cierto lo que me decís, tu no tienes derecho a decir lo contrario a lo que mi hija dice, y mi hija no recibirá castigo. Eso te lo haré a ti por no convencer a mi hija de que desista. Entendiste.
Yo baje la cabeza:
-Si mi señora. Gracias por castigarme y por recordarme mi lugar en esta casa.
-Pues que no se te olvide. De hecho, te voy a castigar por lo que paso sin mi permiso. Me importa que tu no hayas sido responsable de lo que ocurrió.
fueron a cenar (tambien yo. Cenes arroz con crema y otros bocados). Cuando la cena hubo terminada, me condujeron abajo, en el sotano. Todavía estaba vendada y con las manos amarradas. Me tumbaron boca arriba en la cama, y comenzaron a encerarme las tetas. Que placer sentía!. Cuando terminaron, me condujeron a una habitación, me quitaron toda la ropa y me llevaron al baño que hay en esa habitación. En ese baño, hay un sauna, ya saben ustedes, una tina para llenar de agua. Despues de limpiarme el cuerpo, me metieron y acostaron adentro del sauna, me dieron una almohada, y me dijeron que de castigo dormiría aquí completamente desnuda y sin cobijas. Le di las gracias a mi ama por mi humillación. Despues, me acariciaron las pompas y me dijo la amiga de mi señora:
-Adios mi cielo, disfruta tu castigo. Te dejaremos vendada y atada de manos.
-No creo que le importe -dijo Diana- Sabemos que le encanta esto.
-Vamonos- Dijo mi señora.
Salieron, y la ultima que cruzo la puerta, me grito chao, y me encerraron.
Yo estaba encantada de todo. Humillada por ser un objeto, y excitada de saber que todo era por un video y unas fotos comprometedoras que jamas podría borrar.
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