Christina y Britney
Christina y Britney reciben una lección anal.
Christina y Britney, ambas superestrellas del pop en la cima de su carrera, estaban desesperadamente entrenándose para su gran show en el Madison Square Garden. Después de horas de ejercicio y prácticas, se dirigían a casa con un sentimiento de satisfacción y logro.
De repente, mientras caminaban juntas por la calle oscureciente, notaron una presencia amenazante siguiéndolas a lo largo de una sombra. Sin poder distinguir quién era, comenzaron a huir desesperadamente en busca de ayuda. Su agresor, sin embargo, era demasiado rápido y las atrapó con facilidad, lanzándolas contra un parque cercano. Allí, les mostró su identidad: la famosa Madonna, vestida con un atrevido atuendo negro que adornaba su cuerpo perfecto y musculoso.
Su aspecto mostraba a una mujer decidida y sedienta de control, algo que aterrorizaría a cualquiera que se encontrase a su paso. Madonna, que en ese momento gobernaba el mundo del pop con suma autoridad, había decidido que Christina y Britney eran demasiado prometedoras y podrían amenazar su posición dominante. Así que, tomando ventaja de su situación vulnerable, decidió ponerlas en su lugar. Primero, cautivó a Christina tirando de sus largos mechones rubios con tanta fuerza que casi arrancó un pedazo de su cabeza.
Su expresión facial mostró una mezcla de dolor, confusión y miedo que desató una sensación profunda de placer en Madonna. A continuación, la obligó a retirarse y la hizo presenciar lo que le iba a ocurrir a Britney. Madonna, entonces, procedió a agarrar al torso de Britney y levantarle la falda de vuelo a fin de exponer su culito rosado e increíblemente liso. Una vez que Britney se vio totalmente expuesta y vulnerable, Madonna comenzó a golpear su íntima zona, creando un ruido terrible que retumbó en los árboles del parque
. A medida que los golpes aumentaban en intensidad, Britney emitía sonidos guturales y angustiados de dolor, que solo sembraban excitación en Madonna. Al ver que Britney parecía estar agotada bajo la furia de Madonna, Christina perdió la compostura y trató de intervenir para detener el castigo. Obligándola a arrodillarse, Madonna le quitó la ropa a Christina con las piernas abiertas al aire. Sus pechos pequeños y redondos colgaban vulnerables y sujetos a las miradas de Madonna, quien disfrutaba de la humillación que imponían las circunstancias. Con Christina totalmente expuesta, Madonna procedió a agarrar su cabeza pelirroja y empujarla hacia abajo.
Ella obedeció la órden al instante, sabiendo que cualquier resistencia solo aceleraría su propio sufrimiento. Así comenzó la violación anal de Christina por parte de Madonna: sus extremidades se tensaron y sus músculos se contrajeron mientras su cuerpo se consumía en una explosión de luces blancas y dolor. Gritó, suplicando por misericordia, sin embargo, ningún ruego alcanzó a Madonna, quien persistió en su crueldad.
Al mismo tiempo, los gritos de Britney seguían resonando a través del parque, como un terrible recordatorio de su propia pérdida de dignidad. Al llegar al clímax, Madonna hizo que Christina se tragara su semen viscoso y amargo. Esto hizo que Christina vomitara en su propia palma, despojándose de la última gota de dignidad.
Cuando Madonna se abrió camino, dejando a Christina temblorosa y exhausta en el parque, procedió a hacer frente a Britney para continuar con su castigo. Britney, ahora completamente sola y sin la compañía de su amiga, se vio confrontada con el terror de tener que soportar la crueldad de Madonna sin ningún tipo de apoyo. Sabía que toda oposición solo conduciría a más daño y, sin embargo, no podía evitar entrar en un estado de pánico y ansiedad irreprimible. Sintiendo que esa vulnerabilidad extrema solo añadiría más placer a su placer sádico, Madonna decidió subrayarlo: hizo que Britney se desnudara por completo y luego la ató a un árbol, con sus manos y pies en alto. Aunque Britney protestaba y lloraba, Madonna, divertida, ignoraba sus súplicas y continuó con su plan de tortura. Poco después, comenzó a golpear el cuerpo de Britney golpeando su espalda y muslos con una vara de hierro. Este dolor agudo y continuo sacudió su cuerpo, haciéndolo caer aún más en un estado de caos mental y desesperación.
Mientras tanto, los ruegos de Britney por merced eran tan solo música de fondo para la satisfacción de Madonna. Satisfecha de su plan de venganza inicial, Madonna liberó a Britney y la obligó a agacharse delante de ella. Entonces procedió a golpear el ano de Britney y hacer que chupara su polla engolosinada. Al tocarse la cara y el cuerpo de Britney, Madonna pudo aprovechar la degradación completa del orgullo y la dignidad de la joven cantante. Luego, Madonna la tomaría desde atrás, agarrando fuertemente los hombros de Britney y empujando su gran pene endurecido dentro de ella con fuerza implacable y sin piedad.
Britney se retorcía y gemía, consumida por la combinación de dolor y vergüenza. Mientras tanto, sus gatos rugientes y sus gritos de exterminio llenaron la noche, indicando a los vecinos cercanos que algo terrible estaba ocurriendo en las sombras del parque. Al final de todo esto, cuando Madonna se burló de Britney y Christina, declarando que nunca volverían a amenazar su reinado en la industria del pop, se marchó a la oscuridad, dejando a ambas mujeres rotas y exhaustas en el suelo del parque.
Desde ese día en adelante, Christina y Britney nunca volvieron a amenazar el reino de Madonna. Ambos sufrieron en silencio, avergonzados por haber sido sometidos a tal grado de humillación y tortura. Ahora sabían que su ascenso a la cumbre de la industria musical siempre estaría marcado por la sombra de la reina del pop. Con este final sombrío y perturbador, la historia de Christina y Britney se convierte en un recordatorio de la crueldad de la fama y el poder en la industria del entretenimiento.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!