Comenzó en el parque
Es la historia de como abusé de un pequeño .
Voy a contar la historia que no me atreví antes, voy a describir como fueron mis días después de que me quedé sin empleo, para empezar he de decir que vivo sola en un departamento en un suburbio de la ciudad, hay escuelas, negocios, muchas áreas verdes, parques, tiendas, etcétera, incluso un área de descanso o para organizar eventos familiares. En esos días se me había hecho un hábito sentarme en una banca que me permitía disfrutar de la soledad y de mis pensamientos ya que se encontraba relativamente alejada de las canchas de fútbol a dónde los niños jugaban, no me molestaban ni el ruido, ni ellos y yo podía leer esas novelas de genero erótico tan sugerentes que me hacían regresar a casa húmeda y super caliente. Me encontraba inmersa en mis pensamientos y lectura cuando se acercó a mí un niño de unos 11 o 12 años que me decía:
– Que si me pasa el balón por favor, señora…
Apenada pero con una sonrisa me disculpé y acerqué con mi pie el balón de aquel niño…
– ¡Muchas gracias señora!
¿Por qué estás solito? Pregunté
– Vengo a jugar todos los días después de la escuela, y me quedo hasta tarde porque no hay nadie en mi casa, es por eso que ya se fueron todos mis amigos y yo ya voy de regreso a hacer mis tareas y merendar en lo que llegan mis papás.0
Oh! Que chico tan responsable, ¿Cómo te llamas?
– Santiago… ¿Que es lo que estás leyendo?
Mi mente estaba en éxtasis, de inmediato me calentó la idea de revelarle lo que decía mi libro palabra por palabra y comencé a tener pensamientos pervertidos que mi imaginación alimentaba viendo de frente algo que estaba prohibido, sin embargo no lo podía dejar pasar era una oportunidad en un millón de saciar mis instintos incontrolables y avivados por la lectura que tenía en la mano, dejé de pensar y volvía a la realidad para encontrarme nuevamente con la cara de Santi, así es que con la calentura que tenía y mucho morbo le ofrecí que tomara asiento a un lado de mí en la banca para explicarle, el aceptó y dije: Voy a leerte un trocito, y comencé:
«“Venga! Hazme el amor”. “Tras aquellas palabras, la chica se levantó la falda para dejar al descubierto sus partes íntimas “. “Y en aquel instante, al chico se le abrió todo un mundo nuevo por explorar “. “Vamos, que mi vagina ya está empapada” como no te des prisa… pondré el suelo perdido» «Empieza invadiendo mi sucia boca con tu robusto miembro viril”.»
– Es una novela erótica?
Preguntó él con inocencia, mezclada con un poco de vergüenza y curiosidad.
La cara de asombro con la que me volteó a ver era de no creer, solo de imaginar lo que estaba por venir hacia que mis partes se mojaran, comencé a temblar al mismo tiempo que mis ideas se cruzaron con mis instintos y me abalancé hacia su boca besándolo, paseando mi lengua sobre sus labios inocentes y metiéndola a su boca hasta que él comenzó a hacer lo mismo con su lengua, sus manos estaban sobre sus rodillas y yo lo abrazaba con el brazo izquierdo por detrás de su cuello bajando mi mano hasta su pecho mientras que que con la otra mano acariciaba su juvenil rostro sin dejar de besarlo y disfrutando de sus reacciones y de lo terso de su piel… Mis pezones estaban erectos, ese beso robado me hacía palpitar la vagina, me alejé uno poco y pregunté: Santi, ¿Querrías venir a mi casa? Está aquí mismo, a unos pasos…
– Sí, me gustaría mucho…
Una vez en mi departamento le invité un vaso con agua, lo deje esperando en la sala del departamento y fui a mi habitación, al regresar con mi pequeño invitado me mostré ante él casi desnuda, quedando solo en mis prendas íntimas, un Bra morado que hacía juego con una tanga de encaje con amarre a los costados, me sentía sexy, bonita y deseada. Santi no tenía idea de lo que estaba sucediendo y se quedó como en pausa… Oye… ¿Por qué estás tan tenso? ¿No te morías de ganas de hacer algo así?
– Es que … verla asi, tan de repente… sin ropa…
¿Es la primera vez que ves a una mujer en paños menores?
– Ajá (balbuceando)
Que lindo eres… Te has puesto todo rojo! Cómo un tomate le dije mientras le sonreía y desataba mi brasier dejando desnudas mis tetas para que las admirara…
¿Que pasa, quieres tocarlos? Mientras yo le tomaba las manos y las posaba sobre mis pechos ya duros… Ea, ¡Ya tienes unos pechos en las manos! ¿Te gusta como se sienten?
Son más suaves y calientitos de lo que imaginaba
Están así de calientes debido a la excitación de mi cuerpo… Ahora… Quítame la última prenda de ropa, por favor, te lo suplico… Él obediente enmudeció, estaba pensativo, supongo que ávido por ver de cerca la parte íntima de una mujer. Oye, le dije… no solo te quedes viéndome, aunque no lo parezca, me da mucha pena ser la única persona desnuda en la habitación, yo también quiero verte.
Se quitó el short, la playera de fútbol y el calzoncillo en un instante dejándome ver su jovial desnudez… Maravilloso! Tu pene está muy duro, dije mientras lo tomaba con mi mano más diestra y subía y bajaba el prepucio al masturbarlo, su tibia y dulce verga era un manjar que estaba a mi disposición, era mío a placer para usarlo y él no parecía importarle más que su placer, le acariciaba su juvenil verga y de repente acercaba mi cara para probarla, para sentirla en mi cara y oler lo dulce de su sexo, él temblaba en momentos y se escuchaba un gemido ahogado de su pueril carita.
¿Tanto te excita verme desnuda?
– Sí! respondió con la voz entrecortada.
Yo también lo estoy, mucho más de lo que te imaginas, no creo que pueda contenerme más.
Llevé a la cama su cuerpo desnudo y nos besábamos con mucha pasión mi vagina no paraba de gotear, no podía resistir a abusar de él y mi cuerpo opinaba lo mismo. Con el poco sentido común que quedaba en mí le dije: No deberías irte con extraños ¿Acaso tu madre no te lo había dicho? Mientras lo colocaba boca arriba en mi cama y tomaba su verga dura sin parar de masturbarlo. Era obvio que él no sabía exactamente lo que estaba a punto de pasar… Eres un irresponsable Santi, voy a tener que enseñarte un montón de cosas malas.
– Esto me está gustando mucho
Ah sí, me alegro, entonces voy a ir un poco más lejos. Yo acariciaba su piel desde la planta de los pies hasta su carita tan mona, sin dejar de hacerle una chaqueta le pregunté ¿Sabes por qué siempre estoy leyendo un libro en ese parque? Porque quiero llamar la atención de niños lindos y adorables como tú.
¿Te parece que soy lindo?
Mucho, de hecho tengo ganas de hacerte el amor como lo describe el autor en mi novela… Me levanté por el libro y le dije: Venga nene, empieza desde aquí, mientras le señalaba el inicio de un párrafo, él obediente y recostado en la cama comenzó a leer…
«“Ella me mostró su voluptuoso cuerpo sin reservas, sin ningún tipo de pudor y comenzó a zarandearlo frente a mí”»
Muy bien, así es que yo ahora tengo que exhibir mi cuerpo desnudo ante ti, sin reservas y después zarandearlo… ¿Así está bien? ¿Puedes ver mi voluptuoso cuerpo desde ahí? Mi vagina y mis pechos no pueden estar más a la vista… Al tiempo que impúdica me mostraba ante mi pequeña presa haciendo movimientos que sugerían que me lo quería coger.
– P-Puedo verlo todo… c-claramente.
Respondió él con voz temblorosa pero con una sonrisa en la cara y sin quitar la vista de mi cuerpo de puta pervertida… ¡Vamos! Continúa leyendo… Le pedía casi exigiendo…
«“Parecía un animal en celo y actuaba como tal, siguiendo sus instintos e intentando aparearse”.»
Que casualidad, yo también parezco un animal en celo. Mira mi vagina chorreando por todas partes, anhelando ser profanada. Sigue!!!
«“Me miraba como si fuera un mero Cacho de carne a punto de ser devorado, aquello me puso muy cachondo, entonces ella, como la bestia voraz que es, sin sigilo se acercó a mí, cogió mi verga tiesa y caliente y se la metió hasta el fondo de su ser de un solo golpe.“»
Muy bien, entonces voy a meterlo, le dije. Mis caderas se acercaban hacia su pene mientras mi vulva estaba más que lista para devorarlo. Prepárate para sentir mi vagina con tu enorme y recio pene. Puse mis labios internos sobre su glande y me senté en su deliciosa verga… Ohhh la sensación de tener su joven pene dentro me hizo gritar de placer, “Maravilloso” lo estaba cabalgando y era delicioso sentir el roce de su tersa piel en mis genitales, lo estaba disfrutando como loca al tiempo que él sin dejar de lado el libro gemía de gusto.
– Se siente increíble!
No dejes de leer, le pedía en mi perversión mientras con el vaivén de mis caderas disfrutaba de su verga dentro de mí.
«“Ella comenzó a mover sus lascivas caderas mientras estrujaba sin cesar mi pene con su vagina”»
Entonces, a mover mis lascivas caderas se ha dicho y después a estrujarte el miembro a más no poder… madre mía niño, tu vigoroso pene no deja de crecer!
«“Apabullado por su seductora presencia le hice una pregunta ¿Oye haces esto muy a menudo?»
Ahora me toca leerte a mí ¿No? Mientras le quitaba el libro de las manos…
«“Sí” solo puedo pensar en una cosa: en el sexo soy una furcia de mucho cuidado, mi actitud seria es pura fachada… Lo cierto es que siempre estoy en busca de falos que me hagan vibrar que me hagan sentir, soy esclava de las vergas y la tuya me está encantando,
Que rico! Como me gusta sentir la penetración de un gran miembro erecto si fuera por mí me pasaría toda la vida fornicando creo que no podré seguir así mucho más tiempo”»
Había dejado de lado el libro y solo describía lo que esa joven polla me estaba haciendo sentir. Deje mi posición de vaquera y pegué mis tetas a su cuerpo, que delicia, lo seguí besando sin dejar de cogérmelo, no podía dejar de mover mis caderas…
– Me voy a hacer pipí! Para, por favor no sigas!
Así me rogaba con fuertes gemidos, pero eso solo me calentaba más! Estaba a punto de correrse por mí y yo solo lo podía embestirlo más duro -¡No te quejes, que te escucho perfectamente! Dije mientras aumentaba el ritmo. ¡Quiero que tu pene deje mi lasciva vagina hecha un completo desastre!
Siiii siiiiiiiii siiiiiiiiiií…! Me voy a correr tu pene me está haciendo venir nene, que rico, ahhhhh que delicioso es sentirte adentro por favor no te contengas! Dame tu semen, échalo dentro de mí, hazlo por favor… Me estoy viniendo!!! Ahhhhhhhh gritábamos ambos al tener un orgasmo al mismo tiempo, me ha hecho venir el sentir que te corrías dentro de mí, le decía extasiada, aunque no satisfecha, quería más mucho más, así es que inmediatamente después de sentirme llena por el semen de mi pequeña presa bajé hasta su pene para probar su ms fluidos mezclados con los míos, el sabor era delicioso, no podía dejar de mamar, él seguía en shock y balbuceaba
– ”Que rico” ¿Que es lo que acaba de pasar?”
Yo sin dejar de chuparle sentía que su verga pasaba de ablandarse a volver a estar dura lista para volver a entrar en mí… que delicia es sentir crecer una verga en mi boca, pensaba… Si tan solo no fueras tan ingenuo no te hubiera pasado esto, respondía a su pregunta. Yo no he hecho nada malo solo me limité a ser tranquila y sumisa, fuiste tú quien se acercó a mí, hiciste mal. Un chiquillo tan guapo como tú no debería acostarse con la primera extraña con la que se cruza. Le decía, y sin darle oportunidad de reaccionar me lo volvía a coger… si sigues haciendo cosas como esta te puedes encontrar con alguien como yo que quiera dejarte más seco que el desierto, esto que guardas en los testículos debería de ser para la chica que te haga sentir especial, descargar algo tan valioso en la vagina de una mujerzuela como yo es un error. Pero vamos nene, se bueno y dame otra dosis, Dale tu preciada carga a una mujer cuyo nombre ni siquiera conoces.
– Oh noooo… Mi pene está a punto de volver a echar lo mismo que hace un momento!
Sus palabras retumbaban en mi culo, en mis tetas, en mi vagina que se tragaba su verga, era maravilloso tener un juguete tan lindo para variar… Sí, córrete! Córrete una vez más! Suéltalo todo! ¡Échalos dentro de mi ansiosa y perversa vagina que abusa de ti!
– ¡Está saliendo! ¡Está saliendo! mi leche está saliendo y ahora está dentro de ti!
Me corro! Me corro contigo nene! Que delicioso estás! Me encanta sentir tu lechita dentro de mí, gracias por esforzarte y darme otra dosis de tu valioso semen… Has sido maravilloso. Me posé a un lado de mí nuevo amante y le daba un par de besos azarosos en el cuerpo al tiempo que lo lo incitaba a vestirse para mandarlo a su casa.
– Oye, lo que has hecho ¿no está escrito dentro de la novela verdad?
Me has descubierto nene, jeje… Le sonreí y lo acompañe afuera de mi apartamento, lo despedí con un tierno beso y me tiré en la cama satisfecha por el día tan redituable.
Al cabo de un par de días ya tarde me volví a poner en la banca de siempre, llevando mi libro, cuando se acercó de nueva cuenta Santi, sin decir nada puso su balón en la banca bajó sus shorts y trusa, levantó su playera y orgulloso me mostró su pene ya con una erección:
– Listo por favor hazte cargo de mí también el día de hoy.
Volteé a para confirmar que no hubiera nadie cerca y no podía desaprovechar el manjar que me ofrecía, usando lo pardo de la tarde y lo solitario del parque hice caso y me incliné a mamarle esa delicia que estaba frente a mí, lo engullí de un solo golpe, él se vino en unos pocos minutos y yo obtuve mi recompensa. Me tragué su semen y me relamí lo que quedó en mi comisura labial y le dije… Nene… ¿Te parece si hoy vamos de nuevo a mi casa?
Pero esa es otra historia para después…
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