Con mi hijastra 3ra parte.
Rompiendo su vagina..
Rompiendo su vagina.
Después de culiar el ano de Elena y dejarlo completamente abierto, con mecos, seguía caliente y mi verga comenzaba a erectarse de nuevo, ahora usaría lo mejor de ella, su vagina.
Estuve unos minutos deleitándome con su ano mientras tocaba mis trozo de carne madura y caliente llena de pelos.
La voltié y dejé boca arriba la lleve a la orilla de la cama para abrir sus piernas que colgaban, me hinqué delante de ella para ver su vagina, la cual tenía restos de semen que le escurrió del culo.
Me acerqué, olí, metí un poco de dedo y después con mi lengua le jugueteé su panochita, la rajita estaba deliciosa, era pequeña, estaba caliente y húmeda.
Mi verga se puso súper dura, la cabeza me punzaba al ritmo de los latidos de mi corazón que estaba excitado y deseoso por meterse ahí en ese pequeño agujero.
Escupí su vaginita, me paré frente a ella y puse más saliva en mi verga erecta, me acerqué a ella y me puse en posición juntando la punta de mi verga con su rajita. La imagen era de verdad excitante y vista desde atrás serían unas piernitas colgando con una verga de maduro con bolas peludas y un trozote rojo palpitante empujando para entrar en esa panochita hinchadita.
Comencé a presionar y de apoco se abría paso, por momentos sentía como ahorcaba mi verga con tremenda estreches, por ratos la sacaba y ponía más saliva para que resbalara. Ella agarraba mis brazos con los cuales yo agarraba su cinturita para que no se me safara.
Duré un buen rato intentándolo hasta que en un momento sentí como algo se rompe y con ello da más entrada a mi verga, ella solo sollozó y exhaló, me quedé un momento dentro de ella sin moverme para disfrutar mi enorme verga dentro de esa rajita tan apretada, el calor interior más el de mi verga era verdaderamente fuerte, la habitación olía a sexo, semen, sudor, fluidos, excitación.
Comencé el mete y saca en Elena, ya era toda una mujercita, su panochita ya había sido rota por una verga madura que no pararía hasta vaciarse dentro de ella. Con cada embestida, ella exhalaba y daba un pequeño pujido.
Duré varios minutos en esa posición hasta que decidí cambiarla, entonces saqué mi verga y se escuchó un plop! Ya que había estado muy apretada dentro de ese agujero. La imagen era de verdad caliente y morbosa, su rajita un poco roja, abierta dilatada y con fluidos.
La puse de perrito a la orilla de la cama para darle desde atrás, mientras encajaba de nuevo mi verga, abría sus nalgas y miraba el hoyito que le había roto anteriormente, aún dilatado y caliente. Comencé a meter y sacar la verga y de momento se escuchaba como mis bolas peludas llegaban a rebotar en ella.
Ambos jadeábamos como animales apareándose en un momento de sexo y placer mutuo.
No pude resistirme mucho, cuando aumenté la velocidad y sentí por momentos, aunque así no fuera, como si metiera mi verga por completo en esa pequeña panochita, comencé a sudar, escurría mi sudor hasta llegar a ella, y de pronto un grito salió de mi, de placer al estar dejando mi semen espeso, caliente y oloroso dentro de ella, ella pujó tan rico en ese momento que yo solo trataba de que todo ese líquido quedara en lo más profundo de su vaginita.
Saqué la verga lentamente y un chorro de semen salió de su vaginita la cual estaba más roja y ya abierta. Me quede parado detrás de ella para gozar la vista mientras mi erección iba bajando.
Qué noche tan rica pasamos juntos, una unión de sexo y placer morboso.
Espero les haya gustado. Saludos.
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