Confesiones de un conserje, hijo de puta….
Un viejo conserje cuenta como se ha ido a provechando de algunas estudiantes que se encuentran completamente borrachas o drogadas..
Confesiones de un conserje, hijo de puta….
Realmente aparte de ser medio calvo, algo barrigón ya en mis sesenta, por lo que aparte de viejo y algo feo, soy lo que se dice un tipo común y corriente.
Tan común y corriente, que difícilmente las chicas de la residencia universitaria en la que trabajo se fijan en mí, a menos que no sea para que les cambie una bombilla, destape un inodoro, les abra la puerta si pierden la llave de su habitación.
En ocasiones por consideración, cuando una de las estudiantes llegaba cayéndose de borracha, lo primero que me aseguraba era que realmente lo estaba.
Lo segundo que hacía, la llevaba hasta su apartamento, el que abría con la llave maestra que uso, luego la colocaba en su cama, y me retiraba.
Bueno eso era lo que únicamente hacía en un principio, pero un buen día a una de estas chicas, casualmente una de esas, que ni tan siquiera se digna a darme los buenos días, y las pocas veces que me había hablado lo hacía de manera bien despectiva.
Ella en esos momentos se encontraba completamente borracha y dormida dentro del ascensor, con todas sus llamativas y hermosas tetas por fuera, y sus piernas bien abiertas, cosa que, aunque soy corto de vista, me di cuenta de inmediato.
Así que la cargué hasta su apartamento, aprovechando el momento para agarrar sus paradas nalgas, mientras la cargaba como si fuera un saco de papas.
Después de abrir la puerta, la conduje a su dormitorio y la tendí sobre su cama, por aquello de hacer un buen trabajo le quité los zapatos.
En ese momento como nos encontrábamos completamente solos, y la tentación fue tal que al principio disimuladamente comencé a rozar sus oscuros y parados pezones, aunque se encontraban algo blanditos.
Ya estaba por marcharme, pero volví sobre mis pasos y volví agarrar esas hermosas y paradas tetas.
Y una cosa me llevó a la otra, al fin y al cabo, ella estaba tan borracha y dormida que ni cuenta de daba de lo que le estaba sucediendo, por lo que aproveché el momento para subir su falda y quitarle sus pantis.
Por un buen rato mis dedos juguetearon dentro de su coño, el olor a bacalao fresco me volvía loco, así que me bajé los pantalones y antes de separar sus piernas la vi con la boca semi abierta, y me pregunté a mí mismo como se sentiría que esa chica me mamase la verga.
Aunque la verdad estaba bien dormida, por lo que por un corto rato le metí mi verga dentro de su boca, luego separando sus piernas, clavé mi verga dentro de su depilado y son rosado coño, es cierto que ella ni se movía ni nada de nada, pero el sentir el calor y la suavidad de su piel, me excitaba tremendamente.
Al punto que por poco me le vengo dentro de su coño, pero no lo hice, acabé sobre su vientre, y después con una servilleta la limpié antes de volver a ponerle los pantis y bajarle la falda.
Al día siguiente, mejor dicho, en la tarde, la vi saliendo de la residencia, acompañada de un amiguito, al que ella le iba diciendo, que no se acordaba como había llegado hasta su propia cama, y el tipo medio afeminado le decía, es que estabas automática.
En condiciones normales, pasan a mi lado y apenas una que otra vez, se dignan a darme los buenos días, por lo demás si se dirigen a mí me dicen conserje.
Por lo que cuando llegó bien temprano en la madrugada para hacerme cargo de la residencia, y me encuentro a una de estas niñas ricas, que sus padres o quien sabe quién les pagan la residencia, completamente borrachas, y dormidas en las escaleras, o en el ascensor, o incluso hasta en la puerta de su apartamento.
En otra ocasión me encontré a otra de estas chicas, prácticamente desnuda, solo que ella estaba dentro de su apartamento, con una botella de ron en una mano, y sentada contra la puerta, únicamente usando una corta y transparente bata, y completamente ebria y dormida.
Yo me aseguré de que estaba bien dormida, y tras cerrar la puerta de su apartamento la cargué hasta su cama, solo que la acosté boca abajo, pero justo cuando estaba a punto de darle la vuelta y ponerla boca arriba, me quedé observando sus paradas nalgas, y por completo su lindo y apretado culito.
Así que, sin demora alguna, separé sus piernas, pero se me ocurrió buscar algo de aceite en su cocina, pero al pasar frente al baño vi un tarro de vaselina, hundí mis dedos en eso, y de inmediato regresé al dormitorio.
Le embadurné el culo con la vaselina, luego me bajé los pantalones, y sin encomendarme a nadie, coloqué mi verga sobre el hueco de su culo, y de manera suave y lentamente la comencé a penetrar.
La chica no se dio por enterada, yo solito me disfruté todo ese sabroso culito, solo que no pude controlarme y zas que me vine por completo dentro de sus paradas nalgas.
Aunque luego con una servilleta le limpie toda la vaselina que tenía por fuera, lo que le había dejado dentro, lo habrá botado luego.
Al siguiente día la observé caminando algo rara, pero nadie hizo comentario alguno al respecto.
En una sola ocasión, una de las chicas al parecer llamó a la policía, ella había llegado con dos chicos, y los subió por la escalera para que yo no me diera cuenta.
Como si yo me chupase el dedo, en la madrugada los chicos se fueron, y al poco rato apareció ella en el lobby de la residencia yo creo que más que borracha bien drogada, y quitándose la ropa, hasta que se quedó dormida al pie de la fuente de agua.
Bueno le hice el favor de volverla a llevar a su apartamento, cuando la darle un vistazo antes de marcharme vi ese llamativo coño de ella, la verdad es que no me pude aguantar, y sobre su cama se lo enterré.
Solo que antes de venirme, me pareció que ella se estaba despertando, diciéndome sin abrir los ojos dame más duro papacito.
Yo no me pude aguantar y apenas acabé salí de su apartamento, bien rápido, luego a eso de media mañana, llegó la policía.
La entrevistó a ella, y antes de irse me preguntaron que había visto yo si algo, les dije que la chica metió por la escalera a sus dos invitados, que ellos se marcharon en la madrugada, después de eso no volví a saber más nada de ese asunto.
Esas fueron algunas de las muchas veces que me he aprovechado de la situación, claro que a nadie le ando contando todas las cosas que hago, pero ya no podía aguantarme más, así que decidí contarlas en esta página.
Buen relato.
Ojalá le hagas segunda parte para ver como se aprovecho el conserje de otras muchachas.
Saludos.
Quiero un conserje así