Contra la pared
Cuando tenía 10 años, mi prima de 16 me pervirtió.
Me llamo Elías y voy a contar algo de cuando tenía 10 años y cómo una prima segunda que entonces tenía 10 años me inicio en el sexo. Fue bastante sorpresivo, debo admitir que lo que me hizo ese día me hizo sentir incómodo, pero ahora que han pasado los años, pienso que solo fue mi iniciación. Era bastante inocente en aquel entonces, era el año 2000 y en México en aquellos entonces no era tan fácil conseguir porno más que en revistas. Pero bueno, eso era entonces.
Eran las vacaciones de verano y llegamos al rancho un sábado a medio día. Ahí estaba mi prima segunda, Regina, sin embargo, yo no le hice mucho caso entonces. Lo que hice fue irme a jugar con mis primos afuera, que me estaban esperando para jugar a las escondidas, el bote volado y ese tipo de juegos, sin notar que mi prima me veía a lo lejos. Estaba muy concentrado en los juegos de exterior que ni me fije que me observaban de cerca. Estábamos jugando a las escondidas y a un primo le tocaba contar.
Sin darme cuenta, Regina me siguió hasta un establo donde me escondí. Ninguno de mis primos me siguió, por lo que nadie se dio cuenta que una chica de 16 años me iba a acorralar en ese lugar . Me metí en un cubiculo que estaba vacío, el resto tenía vacas. Cerré la puerta tras de mí. De repente mi prima entró detrás de mí, pensé que ya me habían encontrado, pero respire de alivio cuando vi que era ella.
Me saludó y me dijo que me siguió para enseñarme una cosa que sin duda me iba a gustar. Y de ahí comenzó a decirme que estaba muy guapo y seguramente alguna que otra niña andaba caminando por la calle de la amargura por mí. No sabía que decir, era la primera vez que me hacían cumplidos de ese tipo. Poco a poco ella me hizo caminar hacia atrás hasta que terminé de espaldas y contra la pared. Y parecía hasta ese momento que me quería tener en esa posición por algún motivo. Comenzó a preguntarme si alguna vez había besado a una niña y que si ya había tenido novia, en fin ese tipo de cosas, pero hasta ese momento todavía no había tenido novia ni había besado a ninguna niña.
Ella se río, y luego acercó su rostro a mi oído, donde me dijo que iba a hacerme algo que sin duda me iba a gustar, pero tenía que prometer por mi vida que no se lo iba a decir a nadie. Como todo niño, la curiosidad me mataba y le dije que sí, y que no iba a decirle nada a nadie. Y comencé a sospechar cuando me pidió que le enseñara el pito. Eso me sacó de onda, nunca le había enseñado el pito a un extraño, a mis primos y amigos en los juegos, pero nada más. Me insistió tanto, y por la curiosidad de lo que iba a hacer, al final llevé mis manos al cierre del pantalón, lo bajé y saqué a pajarito. Tenía diez años, así que era ridiculamente pequeño.
Sin embargo, lo que hizo Regina en seguida fue bastante impresionante para mí. Se agachó para besarlo, y en seguida se lo metió a la boca. Lo estaba lamiendo como si fuera una paleta de dulce. Yo no sabía que hacer, algo me decía que eso que me estaba haciendo ella no estaba bien, quería zafarme y salir corriendo, pero ella no me dejaba. Mi verga se puso erecta con las lamidas, succionadas y mordiscos leves que me daba mi prima. Los minutos se me hicieron eternos, casi eran siglos. Conforme pasaban los minutos comencé a sentir rico, creo que ese era el objetivo de aquello. Y fue cuando comencé a aminorar mi resistencia, me comenzaba a gustar lo que me hacía Regina.
No sé cuánto tiempo pasó, pero empecé a sentir un suave cosquilleo que se hacía cada vez más y más fuerte, hasta que llegó un momento en el que se hizo tan fuerte que me estremecía al tiempo que gemía. Era algo que se sentía muy rico, mi primer orgasmo sin lugar a dudas. Con mis manos apreté su cabeza, me estaba gustando mucho aquello que me estaba haciendo, la primera mamada de mi vida, pero en ese momento no tenía idea de que era eso, solo estaba disfrutando de ese momento de lujuria. Solo gemía de placer de una manera incontenible.
Yo no sabía que decir, estaba impactado con lo que había visto y sentido ese momento. Salimos del establo, mis primos se habían cansado de buscarme y habían comenzado a jugar sin mí. Me tocó contar, pero estaba como ido por lo que había pasado en el establo. Reggina me había dicho además que si quería más, que fuera a buscarla, que seguramente tenía otro juego de ese tipo para darme esa sensación tan rica que habái experimentado y no me imaginaba que existía. La única condición que me puso es que no le contara a nadie lo que había pasado.
En la noche la fui a buscar a Regina, me estaba esperando en ese mismo Establo. Había dispuesto un montón de paja para lo siguiente que tenía que hacer. Ella llevaba un vestido, se recostó en el montón de paja, se bajo los calzones y comenzó a explicarme sobre la vagina de la mujer. El objetivo era que yo le metiera mi pene. El solo ver aquella Panocha, de hecho, me hizo tener una erección. Y cuando me pidió que se lo metiera, pensando en aquel placer que había sentido, lo hice sin chistar. Ella me guió en todo el proceso, pues todavía estaba muy verde en cuestiones sexuales. Poco a poco empecé a meter mi pene dentro de Regina. Ella estaba divertida por lo torpe que yo era. Una vez que estuve a dentro, tuve ganas de bombear, hacer un saca-mete. No sé de dónde venía eso, tal vez solo era instinto. El punto era saciarme como lo había hecho hacía un rato. Y sí, ese suave cosquilleo se hizo presente. Que delicioso, era agotador, pero valía la pena. Y de repente, comencé a sentir cómo llegaba el orgasmo, gemía como nunca lo había hecho. Justo cuando lo alcancé, me quedé quieto por unos segundos. Que delicia, estaba cogiendo a la primera mujer de mi vida. Y sin duda es un momento que atesoro hasta el día de hoy.
Cuando terminé, estaba sudoroso y tenía la boca seca, pero estaba feliz de haber perdido la virginidad de esa manera. Mi prima y yo regresamos a la casa con la promesa de no decirle a nadie lo que había pasado entre nosotros.
Oh, Dios, esto se nota que sí fue delicioso, un niño de 10 años descubriendo las mieles del placer sexual, muy buen relato
Qué rico relato, ella era virgen para ese momento?
Buen relato, me gustó. Ojalá tenga continuación
Ay lo amo, inocente super tierno él. No cojeríamos pero le chuparía todo a un nene así, las bolas y el picho bien ensalivado y que me enleche la boca. Genial tu relato.