Cuando la naturaleza y nuestros instintos nos llaman
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Taba.
Sin siquiera haberme dado cuenta,cada mañana, de forma inconciente quizá, buscaba la manera de, a las seis y media, poder estar en mi jardín.
Buscaba cualquier pretexto pero en realidad la razón era solo una.
Esa razón era sencillamente que la necesidad de verla, a cada dia se me hacía más imperiosa. En más de un oportunidad quise negármelo, me decía a mi mismo que no podía ser, que no debería ser asi…
Existían las tan mentadas “normas” que dictaban que con tal diferencia de edad me estaban vedados aquellos sentimientos,o quizá deberia llamarlos instintos…
De cualquier modo, y sin ser plenamente conciente algo dentro de mi me empujaba a desoir cualquier norma, cualquier preconcepto
Aquella estudiante quinceañera, con su sonrisa y frescura, me atraía cada dia más.Ya ni intentaba refrenar el verla con ojos de hombre, de macho que ve , que vislumbra en aquel cuerpo de niña a la mujer, hembra que necesita lo suyo…
– Hola buenos días!!
Una vez más aquella sonrisa, con su deleitable frescura adolescente me hacía partir hacia el mundo de los sueños prohibidos…
– Hola buenos días
Ese instante,fue determinante, en ese segundo o quizá simple centésima de segundo, fue cuando una voz silenciosa en mi interior me dijo;”ahora sé vos, ya no importa más nada”.
Jamás habían recorrido mi mente tantas y tan dispares ideas, ideas de como lograr lo que bullía en mi…de cómo lograr plasmar en realidad aquella necesidad animal.
Lo primero que me vino a la mente fue tomarla de un brazo y abusando de la diferencia de tamaño y obviamente de fuerza física, simplemente arrastrarla dentro de la casa,eran no más de cinco metros, para dejar fuera al resto del mundo, la sorpresa haría casi imposible que reaccionara gritando…pero sus ojos, aquella sonrisa tierna me impidió hacerlo…
– Que bonito!!, cómo se llama?
Su voz me hizo abandonar aquella, mi exploración,de cómo se sentiría su piel bajo mis manos, de cómo mis manos sentirían aquellos pechos bien formaditos, con su redondez pujando bajo la blusita de su uniforme escolar.
– Compañero; le respondí
Era el perro que, quizá tambien llamado por su curiosidad de macho, se había acercado, viéndola y demostrandole con el movimiento de su cola, que era bienvenida a su territorio.
– Te gustan los perros?
– Me gustan todos los animales
– A mi igual, quizá se deba a que en definitiva, nosotros los humanos, en cierto modo tambien lo somos…
Esa respuesta me nació ya sintiendo que nada haría retroceder lo que sin saber tenía decidido…
– Puedo acariciarlo?, no me morderá?
– Claro que podés, en realidad él es lo que espera…
Al momento de inclinarse a acariciarlo la abertura de su blusa me regaló la vista del nacimiento de aquellos pechos, redonditos, firmes e injustamente aprisionados por un brassiere de un color verde… muy tenue…
– Ves?, le simpatizás, te gustan los pájaros?
– Siii; respondio hirguiendose e iluminandome con su sonrisa
– También tengo, estan alli, los ves?, en el porche
– No… el rosal no me permite verlos, solo veo una parte de su jaula
– Si es cierto de aqui no se ven bien, pero vení, pasá asi los ves de cerca
Al hacerme a un lado y ver que ella daba aquel primer paso, se me confirmó que ya no había vuelta atrás. Si habia pensado arrastrarla de un brazo aquellos cinco metros, ahora que la veía caminar alegremente hacia donde yo la queria, aceleró la circulación de mi sangre.
Una vez frente a la jaulita, se paró en puntas de pié para alcanzar a ver mejor
– Que boni…. ayyyy que hace???!!!!
Totalmente desprovisto de cualquier tipo de razonamiento humano, simplemente impulsado por un instinto de macho, que no conocía en mi, la habia tomado de sus hombros empujandola hacia adentro.
Intentó salir, dirigirse hacia la puerta aun abierta, con una bofetada la hice retroceder el espacio suficiente que me permitiera cerrar la puerta.
Sollozando, con inmensas lágrimas en sus ojos me pidió
– Déjeme salir de aqui, porqué me hace esto?, yo solo quería ver los pajaritos…
– Pensás que te dejaría salir, cuando desde hace tiempo te estoy deseando????
– Que??, que dice?, que he hecho yo???
– No has hecho nada… solamente sos….sos algo que deseo
Su rostro demostraba una mezcla de asombro, temor y quizá hasta incomprensión.Se encontraba semi caida sobre la cama, fruto de haberla tomado de sus hombros para empujarla hacia alli, su blusa se habia desabotonado algo más, atrayendo más mi vista,avivando aun más aquel, mi instinto de animal…
Sus muslos se encontraban aun más expuestos, se los veía juvenilmente fuertes
– Déjeme ir… la escuela… por favor….
– Me gusta tu piel…quitate la blusa…
De un salto, se puso de pie, y torpemente intentó alcanzar la puerta del dormitorio, alcancé a tomarla por su cintura, a pesar de sus movimientos desesperados ensayando una suerte de resistencia,y aplicando una fuerza verdaderamente exagerada con relación a su peso, la elevé del suelo, y medio girando, volví a lanzarla a la cama.
Ya no existía retorno, retroceder era impensable, el animal sediento de su cuerpo que habia despertado en mi se había desbocado,ni sus llantos, ni sus ruegos lograrían desviar aquel instinto que me llevaría indefectiblemente, y a pesar de su negativa, a convertirla, no importando el grado de salvajismo ,en la hembra que aquel cuerpo adolescente clamaba a gritos silenciosos.
Me avalancé ciegamente sobre aquellos pechos, redodnditos, firmes, semi cubiertos por parte de su blusa y aprisonados por aquel pequeño brassiere…
Mientras los besaba, sentí sus puños golpear con furia mis brazos, hombros y hasta a veces algún golpe llegaba a mi espalda.
Su intento desesperado de gritar pidiendo ayuda, lo sellé con mis labios, ahogando con besos brutales, dejando su voz absolutamente solo para mi…
De pronto, percibí que aquella furia de fierecita asustada, quizá por el simple desgaste de sus fuerzas en aquel intento de resistencia, se transformaba en una especie de paz, de resignación… sollozaba, musitaba simplemente; – no me haga esto se lo pido…
Aproveché ese instante de su desconcierto, y con mi mano derecha, arranqué aquella última barrera que se interponía para llegar al oasis donde sasiar mi sed animal…
Al tiempo que sentí el rasguido de su panty, mis dedos rozaron sus vellos…
Intentó nuevamente gritar, y nuevamente sellé su boca con la mía, mezclando asi su fallido grito con una especie de gruñido de deseo que me brotaba de lo más profundo. Clavó con fiereza sus uñas en mi brazo, sentí dolor, que muy lejos de llevarme a la calma , me enloqueció más…
En esa lucha,entre su intento de huir, y el mio por poseerla, mi pantalón habia quedado solamente en mi tobillo izquierdo, no habia logrado quitarmelo del todo, asi como tampoco había tenido oportunidad de quitarme el boxer…
Logré asir sus muñecas, con esa firmeza que anuló por completo su esfuerzo,llevando sus manos y manteniendola como crucificada…
Sus piernas se debatían en movimientos desesperadamente irregulares, evidentemente en la búsqueda de poder lograr deshacerse de mi cuerpo que la mantenía oprimida… aquel descomunal e incontrolable deseo, hizo que de un brinco lograse aprisionar sus piernas entre las mia, colocándome de rodillas para asi poder semi sentarme apoyandome sobre sus rodillas, para de ese modo terminar con aquel pataleo… nuevamente sellé su boca con la mia, siempre manteniendo sus muñecas con firmeza, mis labios desde aquella boca, que a pesar de no responderme, no dejaba de ser tiernamente deliciosa, se dirigieron a su cuello, besandolo, lamiendolo, hasta que me sorprendí al momento de estar casi mordiendolo.
Mi corazón a esa altura, golpeaba furiosamente mi pecho, quise hablarle, para que aceptara que era yo, y nadie más que yo quien de alli en más decidiría… palabrasme fue imposible emitir, lo que si , y mezclandose con sus sollozos pertenecientes a aquella nenita que estaba a punto de dejar de serlo, para entrar en el mundo de las hembras, sentí jadeos que me nacían no se desde donde…
Estando así, semi sentado o casi montado apretando sus piernas con mis rodillas al inclinarme hacia su boca fue inevitable sentir la ferrea rigidéz de mi verga aprisionada por el boxer presionar sobre sus muslos, exaxtamente entre ambos…violando su boca con mi lengua, presioné con aquel bulto, encontre la firmeza de esas piernas jóvenes al tiempo que sentí como al presionar aquella, mi dureza, a pesar de estar envuelta en el maldito boxer lograba abrirse paso…
Junté sus manos, aprisionándoselas con mi mano izquierda detrás de su cabeza… estaba totalmente indefensa… quieta… casi resignada, solo los estremecimientos de sus sollozos transmitían leves movimientos que recorrian todo su cuerpo, sobre el cual yo mantenía absoluto control.
En ese momento, utilizando mi mano libre,solté, bajando algo el boxer, aquel miembro hambriento de destrucción.
Mi mano, una vez que liberó la parte de mí que más necesitaba a aquella piel tierna pero al mismo tiempo irresistiblemente excitante, transitó en una mezcla de caricia con zarpazo bestial, a través de la hendidura formada por sus muslos aprisionados entre mis rodillas, que apenas permitian una trabajosa penetración de dos de mis dedos, hasta que al cúlmino de aquel corto pero exuberante recorrido, en una casi imperceptible abertura sentir aquellos vellos, aquel pequeño monte que abrigaba el oásis en donde sasiaría mi sed animal… segui sintiendo palmo a palmo la tersura excitante de su piel, hasta de un zarpazo certero arrancar aquel indeseable brassier y dejarme enloquecerbabeando, lamiendo, succionando brutalmente aquellas exquisitas frutas, sus pechos, redondos, firmes incitantes con su reacción contradecían toda intencion de negativa enredada en sus sollozos, en sus súplicas porque la dejara salir de alli…
No cabía ya la más mínima duda, era el momento.Aquella , hasta unos minutos antes niña/adolescente irradiante de frescura inocente, de forma inconciente ya se estaba enfrentando con un hecho innegable.
Desde ese instante su cuerpo tomaba caminos diferentes a los que su razonamiento le indicaba.
Ante cada “noo, dejeme!!”mi boca succionaba aquellos pezones, mi lengua los presionaba, y al dejarlos era evidente que si bien su vocesita decía no, ellos con su erección decian SI.
– Está bien, le dije, calmate…
Y soltándole las manos, para apoyarme en mi brazo, hice que sintiera que el peso de mi cuerpo sobre sus piernas disminuía, la sentí moverse debajo de mi, pero esta vez de un modo mucho menos crispado, de manera distendida, quizá, pobrecita, creyendo que ya todo habia pasado.
Me sentí como ese gato que juguetea con su pequeña presa, el ratoncito asustado y agotado…
– Si, dijo, dejeme levantarme, quiero irme
Me semi erguí apoyandome en mis rodillas, y al mismo instante que percibí que sus piernas abandonaban aquella tensión, rapidamente coloqué mi pierna derecha entre las suyas, para antes de que reaccionara tambien colocarla izquierda, dejando caer nuevamente el peso de mi cuerpo sobre ella.
Mi pecho, sudoroso de tanto forcejeo aplastó sus tetas redondas y firmes, y mi boca se apropió de la suya.
Ahora si,ya no cabía nada más que lo que la naturaleza dictaba.
Con sus piernas separadas por mi cuerpo, no importaba el movimiento de resistencia que hiciera.
Animalmente empecé a embestirla. Aquella primera estocada se estrelló con lo que supuse sería su ingle, alzando mis caderas al instante que la suya se hacian a un lado, disparé mi segunda estocada, sintiendo esta vez como la cabeza ya babeante deseosa de lubricar el camino, daba contra sus vellos.
Esa vez no alcé mis caderas sino que delizandome apenas hacia atrás, logré esta vez sentir la calidéz de su entrada…
Vi su mirada, con aquel dejo de sorpresa, casi de resignación…
Quizá su inocencia, al sentirse ya casi poseída, le hizo pensar que eso sería todo, que eso habia sido todo…
Asi, sin moverme en absoluto, quería disfrutarla al máximo, la besé, una y otra vez, hasta que nuevamente su cuerpo, como antes lo habian hecho sus pezones, su boca desdijo su negativa, comenzando a recibir mis labios sin rigidéz, casi regalandome esa suavidad que solo existe en una boca tan deliciosamente tierna…
Buscaba con mi lengua la suya, pero me rehuía, miré sus ojos, empapados de lágrimas y simplemente me nació susurrarle un…
– Shhhh, ya chiquitita, ya está…
Y en ese instante preciso, solté al animal, y le prodigué la embestida….
Nuevos sollozos envolviendo un casi alarido de dolor, uñas clavandose en mis brazos, mi entrar y salir, lento por momentos, furiosamente salvaje en otros…
La sentía tremendamente apretada, en cada entrar y salir sentía que mi verga se hacía su lugar, había sentido exactamente el instante cuando rompí aquella barrera que separaba a aquella niñita de la hembra que ya ahora podía decir con orgullo que habia liberado.
– Te dolió?, pregunte agitado por el bombear constante
– Ahhh siiii
– Te duele menos ahora?¨n
– …ahhh
– Era el momento de hacerte hembra…
– Snifff
– Sos ya una hembra… mi hembra….
La besé, y me empecé a mover mas lentamente, en ese instante sentí que sus manos se distendian para en vez de clavarme las uñas hacerme sentir casi una caricia, volvi a besarla, sus sollozos se transformaron en gemidos…
Salí de ella, para colocarme de rodillas y tomandola de sus caderas atraerla para nueva mente penetrarla casi con vehemencia.
Esta vez el quejido fue de sorpresa, ya no de dolor.
Cogiendola asi podia ver en su totalidad su rostro, sus ojos cerrados, su boca entreabierta y su lengua recorriendo sus labios… su cuerpo ordenaba cada vez mas que su razonamiento
Asi, salí una, dos, tres … no sé cuantas veces, para volver a entrar en ella, cada vez me sentía mas creador de aquella hembra que a cada entrada reaccionaba mas, empezaba a descubrirse, ya no lloraba, gemía, sus manos ya no golpeaban, sino que se aferraban a aquellas tetas firmes y redonditas por momentos, y por momentos se extendían hacia mi pecho
La había domado….
Salí de ella y tomandola por sus manos hice se sentara, para poder depojarla de su blusa, de los restos de panty y del brassier…
Volví a besar sus labios, esta vez su respuesta fue no de resistencia sino de complicidad, su lengua ya no rehuyó la mia, sino que timidamente la buscó.
La atraje, besé sus pezones que reaccionaron aún más, recorri su cuerpo a besos y caricias y la recliné nuevamente, y una vez más me apropié de ella…
Ya no resistia mis embates sino que instintivamente, como lo hce toda hembra, comenzó quizá de un modo un tanto torpe a moverse…
Gemiamos…. por primera vez su lengua buscó la mia, para asi desencadenar una tormenta de besos que agitó el mar de sus caderas…
La sentí estremecerse y aferrarse a mi varias veces, me habia llevado a la sinrazón del placer y el deseo,nada me importaba, solo, lo único que sentía era que la habia hecho hembra y que tenía la certeza de que era lo que debiamos haber hecho yo como macho, ella como incipiente hembra…
Eran doce y media casi cuando vimos la hora
– Uyyyy, ya casi terminan las clases…
– Te vas a ir ya?
– No, hoy salia a la una y cuarto… quiero quedarme un rato más, puedo?
Abrazandola fue suficiente respuesta, rocé sus labios y fui a buscar una bebida, estabamos sudados…
Cada mañana, ya no hacía falta que saliera al jardin, bastaba conque dejara la puerta sin cerrojo, para que su brisa tierna , su frescura, y ahora su aroma de hembra me invadiera, para dejarme un beso, y decirme en que momento vendría para fundirnos el uno en el otro….
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