Cumplí mis deseos sexuales juveniles – II
¿Qué chiquilla adolescente no ha tenido auténticos sueños porno-sexuales… y los ha deseado disfrutar todos? Yo soñaba con enormes pollas, pero ¿son posibles? .
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Como recordaréis de mi relato anterior, Ximo me había clavado su inmensa polla de unos 30 cm y más gorda que mi brazo, y se había corrido intensamente dentro de mi coñito. Tanto él como su madre, la portera, se portaron de maravilla conmigo y me cuidaron lo mejor posible. Rosa me limpió concienzudamente todo mi coño, me puso una gran cantidad de crema antiinflamatoria, me ayudó a vestirme y como suponíamos que mi madre ya estaría en casa, buscamos una excusa para que mis padres no supiesen que su hija Adela, de recientes 14 años, había perdido la virginidad por culpa de una polla enorme y un deseo sexual imparable.
Una vez estuve vestida, me acompañó la portera a mi casa. Yo prácticamente no podía andar del inmenso dolor de la fabulosa y brutal penetración, y se inventó un accidente. Al abrir mi madre la puerta, le dijo con toda la confianza de años:
–Doña Elena, hace un buen rato y al entrar en el portal corriendo, su hija ha resbalado, se ha caído sentada, se ha hecho daño, y al verla en el suelo y cómo lloraba, he cogido un taxi y la he llevado al Ambulatorio por si tenía algo roto. La han mirado bien y no tiene nada excepto el golpe y un fuerte dolor. Le han puesto una crema, le han dado un pequeño masaje y me la acabo de traer. No se preocupe porque no ha pasado nada y por eso no la he llamado al trabajo. Nos han dicho que en dos o tres días se le pasará la inflamación y el dolor. Aunque si es necesario, un Nolotil, Aspirina o similares, se le puede dar, pero sin abusar por su edad.
Mi madre le dio las gracias, ya se dio cuenta que la portería estaba cerrada y a oscuras, me cogió entre sus brazos me dio dos maravillosos besos de madre, y Rosa se despidió y se marchó. Esa noche también le tuve que contar a mi padre lo patosa que había sido y lógicamente, os podéis imaginar lo dificilísimo que era para mí el sentarme. Incluso en la cama tumbada me dolía intensamente el coño, el bajo vientre, las piernas… pero sonreí de felicidad. Ya no era virgen, y esa inmensa polla ya era mía y sabía cómo metérmela dentro. Y lamenté tener la edad que tenía y que mi coño no fuese tan profundo para que toda, absolutamente toda la polla de Ximo, pudiese tenerla dentro. Pero claro, 30 cm de polla eran muchos centímetros.
La pomada que me puso Rosa obraba milagros, y al levantarme al día siguiente estaba muy mejorada. Corrí lo máximo posible para ducharme, vestirme y desayunar, con el fin de tener tiempo para pasar por la portería, que me curase Rosa y que me pusiese más pomada antes de irme al cole. Gracias al horario de trabajo de mis padres, cuando yo solía desayunar ellos ya no estaban, y la asistenta solo venía dos días a la semana.
Cuando Rosa me vio entrar en la portería, miró cómo me movía y sonrió. Nos dimos un intenso beso en los labios y pasé al interior para esa limpieza. Ximo no estaba. Yo no llevaba bragas para evitar su roce con mis inflamados labios, me subí la falda hasta la cintura, y con mucha paciencia y cariño, me limpió, pasó por dentro de mi coño otro tipo de pomada muy refrescante, y por la parte exterior, la misma pomada antiinflamatoria de la tarde anterior, y con las dos, me dio un suave masaje. Me dijo que se estaba recuperando muy bien, y que esa tarde volviese y jugaríamos a otras cosas. Nos dimos otro inmejorable y profundo beso y quedamos para la tarde.
Esa tarde si estaba Ximo, de nuevo desnudo y tumbado en la cama con la polla enhiesta, masajeándola con su mano y sonriendo como siempre. También la estufa de gas estaba encendida, y con el calor de la misma y el calor que mi cerebro generaba al ver esa polla, no tardé nada en quedarme desnuda. Rosa, su madre, nos miraba sonriendo desde la puerta.
Me subí a la cama con algunas dificultades por el dolor de mi entrepierna, le abracé y besé intensamente y le dije:
–Gracias Ximo por la follada de ayer. Para mí fue brutal y dolorosísima la penetración que tuve, pero nada comparado con el placer que he tenido y que ahora mismo tengo, tumbada desnuda a tu lado. Pero ten cuidado hoy con mi coño, que me duele bastante y no veas los problemas que tengo para poder mear.
Me agarré a su polla y me asombré que tantos centímetros de aquello hubiesen entrado dentro de mí. Bajaban y subían mis manos arrastrando la piel y dejando todo su glande al aire. Rosa me había dicho el día anterior, que su diámetro era de 6 cm (y 30 de longitud), una sola de mis manos no podía abarcarlo. Apreté con la mano su prepucio para poder ver en profundidad su uretra y aquello era un pozo sin fondo. Intenté meter allí dentro mi lengua, y chupando y jugando un poco con ella, se me ocurrió decirle:
–Noto más el sabor de tus meados que el de tu semen.
–Es que cuando has entrado, acababa de venir del baño de mear y es lógico ese sabor ¿te molesta el sabor de los meados?
–No, solo que ese sabor es más ácido, y el del semen es un poco más salado y no ácido, pero no es desagradable. No huele mal.
–¿Te gustaría saber cómo es realmente el sabor de mi orín? Puedo mear un poco dentro de tu boca, te lo tragas, y ya lo sabrás para siempre.
Me quedé un poco parada. Follar era lo que yo deseaba hacía tiempo, sin importarme esas chorradas juveniles de si me quedaba preñada o no, pero consideraba que eso del orín, de la lluvia dorada, del beso negro… era alguna cosa no muy normal, bueno, bastante asquerosa. La mano de su madre se posó en mi hombro y giré mi cabeza, volviéndola a ver totalmente desnuda, con su cuerpo completamente tatuado y lleno de piercings, y me dijo:
–Poder follar con un hombre lo hacen todas las putas, beber sus meados y limpiar de cacas su culo, solo está hecho para mujeres muy especiales. Si quieres ser una puta “especial” y experimentar ese placer que volverá locos a tus clientes y llenará tus bolsillos de dinero, no te avergüences ni tengas asco. Si lo haces una sola vez, lo repetirás siempre y disfrutarás con ello, pero además, una puta folla por dinero, no por placer. Vamos a hacer una cosa si te parece bien, que Ximo se mee en mi boca para que veas como lo bebo, y luego lo hacemos en la tuya. Y ya más adelante, cuando tengas más experiencia y goces de estos placeres, le limpiaremos las dos el culo a mi hijo y también entre nosotras. Confía en mí y haré de ti una puta muy especial y pervertida en menos de un año.
Ni siquiera se lo pensó. Masturbó frenéticamente a Ximo hasta que sacó hasta la última gota de su semen, y ante mi mirada sorprendida por lo que había hecho, me dijo:
–Adela, cuando mi hijo tiene la polla dura, no intentes que se le rebaje, mastúrbale, porque hasta que no le vacíes los huevos de leche no se le pondrá flácida (o hipotónica).
Ximo se levantó de la cama y nos marchamos los tres al pequeño cuarto de baño. Rosa se arrodillo en el plato de la ducha, Ximo se puso de pié frente a ella, y Rosa empezó a jugar con su polla para relajarla un poco más (aunque nunca se la he visto relajada del todo), sacó todo su capullo, y antes de metérselo en la boca, le dijo a su hijo:
–Cariño, recuerda que yo solo estoy aquí para enseñar a Adela, así que no me metas a mi todo el orín que llevas dentro, se bueno, repártelo entre las dos y que ella se beba lo mejor, la parte final.
Se metió el glande en la boca solo lo necesario para que yo lo viese todo ¡y lo vi todo! Ximo empezó a mear, primero lentamente y poco a poco con más chorro y presión. Rosa hacía lo imposible por tragárselo todo, pero era imposible y le salía por las comisuras de su boca a pesar de que tragaba con el mayor esfuerzo posible. De repente Rosa apartó la boca, cogió su polla y la empezó a mover por su cara y por su pecho, quedando toda esa zona meada. Le hizo una señal y Ximo dejó de mear.
Yo estaba alucinada de ver y oler todo aquello. Me entraron unas pequeñas arcadas y sentía un cierto asco, pero algo de ese olor y el ver cómo su madre lo bebía glotonamente, me impedía irme de allí corriendo. Algo “animal” brotaba dentro de mí. Rosa se levantó, vino hacia mí, me abrazó y me beso en la boca. Yo abrí mi boca para dejar entrar su lengua y sí que entró, pero acompañada de una buena cantidad de meado que tenía guardada en su boca.
Debido a la sorpresa me lo tragué y nos seguimos besando, y al mismo tiempo empecé a masturbarla y ella empezó a jugar con mis excitados pezones. Naturalmente ella no me masturbó debido al estado de mi chochito. En pocos minutos se corrió, y yo estaba al borde de hacer lo mismo, cuando Rosa se separó de mi y me dijo:
–Ahora te toca a ti. Ya sabes cuál es el sabor, es el mismo que te acabas de tragar.
Excitada como estaba por no haberme corrido, no me lo pensé dos veces. Fui a la ducha, me arrodillé frente a Ximo, cogí su polla y me la metí en la boca, pero cuando eres inexperta metes la pata, y yo metí la polla, pero demasiado dentro de mi pequeña boca, y cuando abrió el grifo de su uretra, salió un enorme chorro a presión que no solo me llenó la boca, sino que fue directamente a mi garganta y penetró hasta mi estomago. Como Rosa y Ximo vieron que me estaba ahogando, Ximo la sacó y cuando vieron que yo ya respiraba normal, me la metieron ellos sujetándola Rosa, que a la vez. apretaba un poco el glande para que no saliese tanto orín.
Esta vez controlé la respiración nasal, anulé la bucal, y me lo fui tragando todo, y cuando a su madre le pareció bien, me sacó la polla de la boca y con ella, mientras su hijo seguía meando, regó toda la parte superior de mi cuerpo hasta que la vejiga quedó vacía. La cara no, la dejó para que no me tuviese que duchar y enjabonar luego.
Enormemente sorprendida por lo que acababa de hacer, me levanté y apenas lo hice tuve dos enormes eructos que no solo me provocaron un raro movimiento de mi aparato digestivo, sino que pusieron en mi boca y garganta el peor sabor de lo que me había bebido, pero al mismo tiempo, esa explosión escatológica me excitó muchísimo. Rosa comprendió mi estado de perversa excitación y sonrió, acarició mi rostro, me besó en los labios suavemente y me dijo:
–Lo ves putita. Todo esto es muy fácil de hacerlo en ti. Llevas dentro una enorme cantidad de vicio, tienes alma de puta y solo falta hacer lo que te corresponde hacer como puta ¡follar a tope por dinero y entregarte a todos los vicios!
Le sonreí tímidamente… pero comprendí que posiblemente tenía razón. Mojó toda una toalla y le puso un poco de perfume de lavanda. Con ella me fue frotando el cuerpo y limpiándolo del meado. Cuando terminó, me secó con otra mientras yo tuve dos eructos más. Me ofrecieron tomarme un té o algo distinto para perder ese sabor, pero no acepté, algo en mí, me hacía querer mantener ese sabor del orín, un sabor que me hacía pensar en lo bajo que estaba cayendo ¡y sin miedo alguno!
Rosa me limpió el coño y me volvió a poner las dos pomadas, me masajeo un poco para que penetrara bien la pomada, pero lo que consiguió fue que me excitara una vez más y me corriera casi sin darme cuenta. Me vestí, y casi como una zombi sexual, pero físicamente cansada, cogí el ascensor y subí a mi casa.
Cuando llegué a casa, me desnudé y me fui a la ducha donde ahora si me duché un buen rato y me limpié dos o tres veces con gel. Volví a la habitación y dejé para lavar mi sostén y el polo, porque los dos olían fatal o eso me parecía a mí. Pero instantes después y para que no lo oliesen mi madre o la asistenta, los lavé yo misma a mano. Ni siquiera me di cuenta que todo esto lo estaba haciendo totalmente desnuda, ni siquiera me puse una bata o albornoz.
Me tumbé en la cama y pensé en toda la cochinada que había hecho esa tarde, y en la locura sexual de la tarde anterior, y no supe responderme, cómo una cría de 14 años podía ser tan bestia o tan zumbada como yo. Pero también me di cuenta que acababa de traspasar muchas líneas rojas y no solo había sobrevivido, sino que estaba feliz y satisfecha de haberlo hecho ¡Realmente me sentía distinta… me sentía mayor!
No entendía mi relación sexual y mis sentimientos de entrega absoluta con Ximo ¡os juro que estaba dispuesta a ser su objeto de deseo, su juguete sexual! Me encantaba ser follada por “un niño”, muy grande y con enorme polla. Pero ¿cómo explicar mi relación sexual con Rosa, una mujer de alrededor de los 65 años, casi totalmente tatuada y llena de piercings? No lo entendía, pero sí me daba cuenta de que me estaba entregando a los dos sin condiciones y totalmente dispuesta a hacer lo que me dijesen, fuese lo que fuese, porque ¿cómo sería capaz de negarme a algo que me pidiesen después de lo de esta tarde?
Me habían llamado puta varias veces y no me ofendí, al revés, me gustó esa posibilidad de vida ¿me estaría haciendo una puta juvenil? Incluso empezaba a soñar con tener tantos tatuajes y piercings como la propia Rosa, pero yo sí que los exhibiría, no los ocultaría como ella. Y al pensar que Rosa me había dicho que cuando me acostumbrase a beberme los meados, empezaría a enseñarme a limpiar los culos recién salidos del inodoro, pues no sé cómo explicarlo, pero ya no me supo tan asqueroso. Solo era cuestión de probar. Solo eso.
Y un rato después de encerrarme en mi cuarto para estudiar después de cenar, me entraron unas ganas enormes de ir al baño a defecar, y cuando ya estaba saliendo un buen morcillón, me acordé de lo que me había dicho la portera sobre limpiar culos con la lengua y comer todo lo que sale del ano, y sin pensarlo dos veces y sin hacer esfuerzo para que no se rompiese lo que me estaba saliendo, extendí mi mano bajo mis heces y agarré todo lo que pude que era bastante más que suficiente. Me quedé mirando aquel enorme chorizo marrón oscuro maloliente, y tal y como lo estaba oliendo, tan cerca de mi nariz, mi respiración empezó a agitarse y «algo» dentro de mí, no solo no rechazaba aquello, sino que lo deseaba probar… ¡incluso después de cenar!
Acerqué las heces a mi nariz y respiré profundamente, luego a mi boca y pasé mi lengua por toda su superficie. No me molestó el sabor pero mi excitación fue brutal. Lo volví a hacer, pero haciendo algo de fuerza con la punta de la lengua, y trozos de mis propios excrementos se quedaron en la misma… y me los comí con un poco de aprensión… y tampoco pasó nada. Así que lo acerqué a mi boca y con mis dientes cogí un trozo, lo mastiqué y me lo comí… y tampoco pasó nada especial. El sabor era muy raro, agrio, acido, y con otros múltiples sabores de fondo. Y por fin me decidí, metí todo el resto de lo cogido en la boca, lo fui masticando, me lo fui comiendo y me lo fui tragando.
Mi cerebro sabía que, ahora sí, acababa de pasar todas las líneas rojas de la depravación sexual. Algo dentro de mí, me decía que ya nunca volvería a ser la misma y que mi vida estaba dando un vuelco terrible… y terriblemente deseado. Mi cuerpo se estremecía de mil sensaciones, ninguna de ellas con virtudes morales. Y con una sonrisa en mi boca, me levanté, cogí el vaso de limpiarme los dientes, y me medio senté para seguir defecando… pero esta vez en el bidet, no en el inodoro.
Porque yo quería rebajarme más, quería saber si sería capaz de hacer lo que hace solo unas horas hubiese sido imposible, no solo que lo hiciese, sino que simplemente pensase que alguien lo pudiese hacer. Puse el vaso delante de mi coño, lo llené de orina y lo dejé sobre el lavabo. Seguí haciendo fuerza para defecar y vaciar totalmente mis intestinos. Con una lujuria incomprensible, y unos deseos enormes de entregarme a esos “placeres”, terminé de hacer todas mis necesidades fisiológicas, me arrodillé en el suelo y me incliné sobre el bidet, y con una mano empecé a coger todos mis excrementos, y en la otra el vaso lleno de orina y empecé a comer y a beber. Y no paré hasta que me lo terminé todo.
Vacié todo el contenido del bidet y el contenido del vaso… y pude comprobar que no era tan asqueroso como alguien lo podría pensar ¡hasta me quedé con hambre y sed! Me senté de nuevo en el bidet y me lavé mis partes concienzudamente. En el lavabo lavé mis manos y me limpié concienzudamente la boca durante bastantes minutos, pero necesitaba hacerme unos enjuagues y me fui al baño de mis padres que aún no se habían acostado. Cogí su frasco y con ello limpié profundamente la boca. Y estaba tan excitada, que al volver a mi habitación me tumbé en la cama, apagué la luz, y me masturbé como una loca a pesar de mis dolores vaginales, mientras una voz interior me decía «ahora si tienes ya alma de puta depravada y deseos de serlo»… y me dormí feliz y satisfecha.
Al día siguiente, volví a Rosa antes de irme al cole para que me curara la inflamación vaginal, y me dijo después de hacerlo, que ya no hacían falta más curas… sino que su hijo me follase muchas más veces para dilatar mi coño y así, bien dilatado, no me harían falta más curas ni cremas por mucho que me follasen. Nos reímos las dos, le di un fuerte beso en la boca, y quedamos en vernos con Ximo esa tarde a mi regreso de las clases. No sé por qué, pero no le dije lo que me había comido y bebido la noche anterior, y que pensaba ir repitiendo para acostumbrarme por mi misma.
Y efectivamente, después de mis clases particulares de inglés, llegué de nuevo a mi casa, entré en la portería, de nuevo estaba la estufa encendida y Ximo en pelotas en la cama con la polla tan grande y dura como siempre. Su madre, detrás mío, cerró otra vez la portería, la luz y nuestra puerta.
–Y ahora putita, ves desnudándote porque hoy será la parte final de tu principio ¿Sabes que en el mundo porno, cuando una actriz permite que la follen por el culo bajan su sueldo, su caché? Porque cuando una mujer cede su culo, se rebaja mucho. Y lo mismo les pasa a las putas. Excepto a las putas caras y viciosas, porque ese culo femenino puede servir para muchas cosas, para dar placeres sin fin, no solo para que le metan pollas y se corran dentro.
***Te dije anteayer, que a lo largo de mi vida he entrenado a muchas putitas y las he entregado a toda clase de perversiones y placeres, aunque eres la primera con solo 14 años. Veo que eres muy viciosa pese a tu edad, y me gustaría hacer de ti la más perfecta de las putas que he amaestrado. Y ya ves, te he hablado de lo bajo de usar el culo y quiero que hoy, ahora, Ximo te lo abra para siempre. Te va a doler, más de lo que imaginas, pero como tus padres ya te ven andar mal por la follada vaginal, no les extrañará que andes mal por esta enculada y el ensanchamiento brutal que va a tener tu ano.
***Si lo aceptas, si aceptas que tu culo sea brutalmente abierto para siempre, serás ya una puta marcada que admite toda clase de perversiones. Y si lo aceptas de verdad, te trataré como puta, te hablaré como puta, y en cuatro o cinco semanas estarás preparada para tener tus primeros clientes y dedicarte profesionalmente a follar sin descanso. Te iré enseñando, amaestrando y emputeciendo. Y como te dije, no tomarás anticonceptivos. Quiero probarte y comprobar hasta donde estás dispuesta a llegar para “mojarme” yo por ti. Te irán preñando, tú irás abortando, y yo te iré tatuando. Y como no fumas y no bebes, Ximo y yo te enseñaremos desde mañana a fumar de todo, a emborracharte hasta perder el sentido, y a consumir toda clase de drogas que pagarás con tu cuerpo.
***Ser una puta por vicio es atarte a ese oficio de por vida, incluso romper con tus padres, porque poco a poco te iré entregando a hombres que te conocen. Si esta vida es lo que deseas, sube a la cama y deja que mi hijo destroce tu culo con su pollón, y empieza hoy a vivir esa vida. Una vida llena de sexo, drogas y alcohol.
Yo la miré detenidamente. Me giré y miré a Ximo y su pollón impresionante. En mi boca se abrió una pequeña sonrisa. Sin pensarlo dos veces, me acerqué a Rosa que estaba muy nerviosa, y cogiendo desde abajo el ligero jersey que llevaba puesto, se lo fui subiendo. Ella comprendió y sonrió, levantó los brazos, saqué ese jersey, y miré su desnudo y supertatuado cuerpo. Chupé y mordí sus pezones y luego aplasté mis labios con los suyos. Nos estuvimos besando y jugando con nuestras lenguas largo tiempo, y cuando estaba yo a punto de correrme, me aparté ligeramente de ella y le dije.
–Si me juras que me vas a hacer tan puta como dices. Si me juras que voy a tener clientes superviciosos antes de dos meses. Si me juras que este año me quedaré preñada. Y si me juras que esta misma semana me pondrás mis primeros tatuajes, y dos aros en mi coño, subiré a la cama y seré tu puta para siempre.
Rosa me miró fijamente. Una amplia sonrisa adornaba su rostro y solo me dijo:
–Te lo juro ¡qué puta más maravillosa y viciosa voy a hacer de ti!
–No Rosa, no. No quiero ser una puta viciosa, quiero que hagas de mí la cerda que me dijiste. Quiero revolcarme en esas charcas inmundas y vivir en la mierda. Quiero que me entrenes, y me entregues a la prostitución más depravada que exista. Siempre haré lo que me ordenes, sea lo que sea.
***Pero hay un problema ¡MI MADRE! Qué como bien sabes, siempre está encima de mí.
–¿Te importa más el matrimonio de tus padres o el poder cumplir todos tus vicios? –me preguntó-
–Quiero ser la puta depravada que las dos deseamos.
–Pues entonces, mañana mismo te daré unas gotitas para tus padres que tú les pondrás en las cenas. Tu padre tendrá sueño y dormirá horas. Y tu madre tendrá unas enormes e irrefrenables ganas de follar y ser follada. Le facilitaremos todas las noches y en vuestra propia casa, buenas y constantes pollas que la follarán sin condón. Grabarás sus orgias nocturnas y ya nunca se preocupará de ti, si no de satisfacerse ella. Pero sé consciente de que tu madre se quedará enganchada al sexo, sin importarle qué tipo de sexo. Lo que pase entre tus padres, ya es cosa de ellos.
Comprendí rápidamente lo que me estaba diciendo y sin dudarlo lo acepté. Me desnudé lentamente ante ella. Yo solo miraba a Rosa, las dos nos sonreíamos. Las dos sabíamos que estábamos firmando un contrato de perversión ilimitado. Pero al mismo tiempo, las dos sabíamos que yo me estaba entregando a todos los deseos y perversiones de Rosa. Ni siquiera me había negado a hacer puta a mi madre y a romper su matrimonio. Verdaderamente, me estaba haciendo una gran y depravada puta.
Una vez desnuda, nos besamos y me dirigí hasta Ximo. Poco antes de subir a la cama la miré detenidamente, y con una sonrisa, me pregunté cuántas miles de camas con hombres esperándome para follarme, subiría yo desde ahora. Me abracé y besé con Ximo, y solo le dije:
–Ximo, amigo mío, haz de mi culo lo que quieras ¡disfruta de él!
Pero no fue Ximo sino su madre, quien primero tocó mi culo. Una gran cantidad de una crema muy suave la extendió por mis anillos anales. Profundizó todo lo que pudo con sus dedos, y yo empecé a lamentarme de mi decisión, porque si ya con los dedos me dolía de cojones ¡con esa puta polla…! Luego puso crema por la polla de su hijo y retirándose, le dijo:
–Ya es tuya hijo. Reviéntale el culo y métesela hasta los huevos. Ya has oído lo que ha dicho ¡quiere quedarse preñada! Así que a partir de mañana, y antes de que dentro de pocas semanas se la follen sus clientes sin condón, préñala tú. Haz que su primera barriga sea tuya ¡y será la octava puta que preñas tú!
Nos trajo una gruesa almohada que puso bajo mi estómago. Y ya tumbada sobre ella y ofreciéndole totalmente mi culo a mi follador, intenté pensar en cómo estaría yo de buena con un buen barrigón, el tamaño de mis tetas… y el follón que me armarían mis padres al verme preñada ¡habría que divorciarles, o hacer puta a mi madre y cornudo a mi padre!
Y de esa manera, intentando relajarme e intentando que mi cerebro no pensase en la burrada que estaba haciendo, el capullo de mi amigo empezó a hacer fuerza para entrar en mi virginal culo. Sus manos me agarraban de las caderas… sus manos me separaban los glúteos con los dedos pulgares casi en mi culo para abrírmelo lo máximo posible… Y poco a poco empezó a entrar, pero joder ¡era una polla de 6 cm de gruesa!
Apenas había entrado nada y los dolores eran terribles. Notaba como si mis músculos estuviesen a punto de romperse. Pero al mismo tiempo y como se estaban abriendo pequeñas grietas, dolían como si unos cuchillos cortasen y al mismo tiempo, el enorme y brutal roce de la polla entrando y rozándose con cada pequeña grieta y los esfínteres, me daba unos calores terribles. Tuve un poco de miedo de querer abandonar la follada por el dolor, y le pedí a Rosa una botella del licor con más alcohol que tuviese. Me sacó una de coñac, bebí directamente de la botella sin que en ningún momento Ximo dejase de intentar penetrarme. Y cuando me consideré bastante bebida, le dije:
–Ximo, ¡déjate caer encima de mí con todo tu peso… no te preocupes de mi dolor! ¡Clávamela!
Y se dejó caer. Cómo si se hubiesen puesto de acuerdo, la madre me tapó la boca con fuerza, mientras la polla del hijo me destapaba para siempre mi culo. Mi grito fue espantoso tapado por esa mano… que mordí. Pero el dolor fue tan indescriptiblemente horroroso, que me desmayé unos minutos. Aunque os aseguro, que esa polla entró hasta casi los cojones.
Ya que yo era en esos momentos solo un cuerpo inerte y mi culo tenía que ser follado si o si, Ximo me agarró fuertemente de las caderas y me folló el culo como quiso. Su experiencia en follajes de jovencitas, alentado y amaestrado por su puta madre, le había enseñado que nunca debes abandonar un buen follaje y aprovechar todas las circunstancias favorables ¿y qué más circunstancias favorables que yo no me quejase ni me moviese? Sacó la polla de mi culo, su madre le puso más crema en ese mástil y me volvió a penetrar, esta vez totalmente en solo dos empujones. Y según me dijeron, mi cuerpo se estremeció nuevamente con esa penetración total ¡mi cerebro fue consciente de esa salvaje dilatación y profundidad!
Cuando Rosa se dio cuenta que yo empezaba a recuperarme, me dio otro vaso entero de coñac que me bebí, y una rayita de coca que esnifé con un deseo inmenso. La sensación que tenía era terriblemente dolorosa y no solo en mi culo. Desde allí me llegaban mil sensaciones terribles a mi cabeza, pero toda la zona de mis caderas y bajo vientre estaban como comprimidas, terriblemente encogidas y doloridas. Y las piernas como acartonadas e imposibles de estirar. Ximo volvió a agarrarme con fuerza de mis caderas para seguir follándome, y en ese momento, su madre le dice:
–Dale duro cariño. Todo lo duro que puedas y no te preocupes si sangra. Quiero que cuando dentro de muy pocas semanas se la follen sus clientes por el culo y vea el dinero que gana y lo poco o nada que le duele gracias a tus dilataciones, se sienta orgullosa de su dolor de hoy y comprenda el por qué nosotros damos cada paso para formarla y deformarla. Para emputecerla definitivamente, y que no desee jamás abandonar esta sagrada profesión.
–Te juro Rosa que no la abandonaré. Pero necesitaré mucha más droga, mucho más alcohol, y ser tratada como una cerda, para poder emputecerme totalmente a gusto tuyo. Y que ese gusto sea también el mío. Hazme viciosa, alcohólica y drogata para siempre.
–¡Oh cielo, te aseguro que nada de eso te faltará! Solo tienes que follar por dinero y gastarte tu propio dinero en esos vicios. Y así comprenderás que necesitas emputecerte para follar, y necesitas follar para emputecerte. De esa manera tendrás dinero y podrás gastarlo en todos tus vicios. Es el círculo de todas las putas por vicio. Necesitas gastar dinero para tener ropas, joyas, drogas… Y necesitarás follar contantemente y aceptar todas las depravaciones que te pidan, para poder tener todo ese dinero. Es el “movimiento perpetuo”. Necesitarás follar para tener dinero, y desearás ese dinero solo para tus vicios y caprichos. Y desearás y necesitarás seguir haciéndolo. Ya verás como nunca dejarás de ser puta ¡por puro vicio!
***Ya ves como ya antes de entrar en este oficio, has sido capaz de entregarme a tu madre para que juegue con ella ¡qué no serás capaz de hacer dentro de pocos meses!
Y haciendo una señal a su hijo, este empezó de nuevo a follar mi culo con mucha fuerza. Notaba una dilatación asombrosa. Cada vez que me introducía la polla, solo su roce me producía un calor gigantesco de quemadura intensa, a pesar de la crema que le puso su madre en la polla. Intenté bloquear mi cabeza, aislarla, pero me era imposible.
Simplemente me dejé hacer. Ximo tardaba mucho en eyacular. Mi cuerpo se fue relajando un poco a pesar de los intensos dolores y sensaciones… y de repente oí el clásico grito de Ximo cuando iba a correrse, y antes de darme cuenta, su polla empezó a escupir semen en lo más profundo de mis intestinos ¡y tal y como salía esa leche, me refrescaba un poco esas paredes intestinales! Si el semen es cálido ¿Cómo tendría de calientes esas paredes por el roce y dilatación de esa polla? Misterios insondables. Rosa le dijo a su hijo que dejase relajar su polla y la sacase luego poco a poco.
Yo estaba medio borracha, medio drogada, encogida, y totalmente dolorida, pero según Rosa, yo tuve dos maravillosos orgasmos de los que no me enteré. Y un cráter en mi culo más grande que los que vemos en la Luna. Hasta la misma Rosa silbó cuando me lo vio y fotografió, Luego lo fue limpiando con cariño. Poniéndome un par de pomadas distintas y dándome una pastilla antidolorosa y otra antiinflamatoria (y me dio otras para tomarme en casa). Tal y como me fui recuperando, me fui levantando de la cama en varias etapas, hasta que me bajé de la misma y me puse vertical en el suelo, y allí si necesité la ayuda de los dos para estar de pie. Mi cabeza me daba vueltas, o era la habitación quién daba vueltas, o una de las dos cosas… o las dos.
Poco a poco me fui recuperando, y entre los tres guardábamos un profundo silencio. Los tres éramos conscientes de la salvaje penetración y de la bestial dilatación de los esfínteres, aunque ellos más conscientes que yo por su experiencia. Andar por la habitación era enormemente doloroso para mi entrepierna que me dolía extraordinariamente, y además, mi dolor vaginal aumentó con esa follada anal que le despertó los dolores de mi desvirgamiento, pero debía andar y me pasearon lentamente. Alrededor de media hora después, con un saludo de la mano, salí de la portería, cogí el ascensor y entré en mi casa. Me tumbé vestida sobre la cama y me dormí.
Y ese día empecé a andar y recorrer mi camino. Un camino sexual, pervertido, extraordinariamente vicioso, y muy deseado por mí ¿por qué? Nunca he tenido respuesta a esa pregunta. Pero inicié ese camino, y fui y soy, muy feliz.
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Me a encantado, ojalá pronto publiques más 👍🏼