De como alimentar a una zombie
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
La situación era compleja y estresante, la población afectada por el virus ya era mayoría y los zombis también iban muriendo.
Unos por los disparos de los no afectados y otros por falta de alimento, simplemente se consumían.
Aquella enfermedad, aquel virus experimental, coagulaba la sangre la engordaba e impedía al cuerpo humano sus funciones osmóticas necesarias para la transmisión de nutrientes en el aparato digestivo.
De ahí el debilitamiento y la necesidad de obtener proteínas y nutrientes humanos que sólo los podían encontrar en la sangre humana.
Proteínas, minerales, vitaminas y nutrientes ya adaptados al sistema metabólico humano que sólo en los humanos los podían encontrar.
Pero yo era inmune y todavía podía encontrar alimentación, armas, defensa, lo que no podía encontrar era sexo.
De una forma u otra, todas las mujeres no infectadas que encontré en mi camino iban desapareciendo.
Mi frustración sexual era tan fuerte como las ganas y la necesidad de acabar con todo incluso con mi vida.
Un día, una extraña idea me sobrevino a la cabeza, ¿ y el semen , serviría de alimento para un@ zombi? ……….
¿Pero quien tiene cojones para follarse a un tigre hambriento?
La cuestión es que no me lo quitaba de la cabeza y una tarde diseñé una trampa para cazar una zombi sin lastimarla pero que la pudiera inmovilizar.
Como casi siempre el cebo era yo, pero esta vez no se trataba de descerrajarle un cartuchazo en la cabeza y abandonar la presa.
Esta vez había preparado un embudo de objetos grandes como armarios y muebles dentro de un edificio que conducían a un cubículo reducido donde la podría controlar con una gruesa red de esas que usan los estibadores en los puertos.
Y así fue, después de esperar varios días hasta encontrar un ejemplar hembra y que no estuviera muy dañado, apareció una rubia extremadamente delgada por la falta de alimentación, sucia pero no dañada ni con mordeduras evidentes.
Antes de la infección habría sido una mujer espectacular.
Salí a la calle y me expuse a su vista, inmediatamente me vio y se dirigió hacia mí.
En la distancia dudó pero a medida que se acercaba me olió y sintió como su cuerpo le pedía alimento y no tardo en iniciar su torpe carrera en busca del preciado líquido, la sangre.
Entré al edificio y la guie hacia la trampa.
Al final del recorrido yo me salía por una puerta del armario y ella quedaría en un callejón sin salida encima de una gruesa red que lo envolvió y prácticamente la inmovilizó.
Mi experimento había comenzado.
La miré allí abatida pero agresiva en sus arranques de furia intentando liberarse de su red carcelera.
Desmonté el cubículo y utilice los bultos, cajas, armarios, muebles para hacer una barricada de acceso a otros zombis y tener libertad de movimiento con mi presa.
También había llevado al interior de la estancia un potro de esos de salto para hacer gimnasia.
Baje sus patas al mínimo y con cuidado eché a mi presa con red y todo sobre el potro de salto con red y todo.
Inmovilicé sus manos y piernas con cuerdas a las patas del potro dejándola totalmente inmóvil.
Con mi inseparable cuchillo Bowie corte la red hasta dejar a mi presa sobre el potro inmovilizada pero ofreciéndome el culo y el coño para mi experimento.
Culo y coño que liberé de la prendas de ropa que lo cubría hasta dejarla completamente desnuda.
La excitación me invadía y la polla se me puso dura como hacía meses que no se me levantaba.
Me desnude de cintura para abajo y mantuve los calcetines y las botas por si tenía que salir por patas de allí.
Sexy sexy no estaba, no, pero que perdía de sexy lo ganaba en tracción.
El espectáculo estaba mejor de lo que esperaba.
Tenía un coño limpio y rubio, y un culo rosadito que parecía mentira que estuviera también cuidado después de todo
.
Había tenido la precaución de coger de un centro comercial en ruinas, un bote de gel de estos para practicar sexo, “gel efecto calor” ponía, lo pille efecto calor porque no sé la imaginé de un frio cadavérico.
Y efectivamente, su contacto era más frio de lo normal pero no desagradable.
Y antes de metérsela reflexioné, por donde le llegarían mejor los nutrientes del semen para comprobar su efecto en mi cautiva…….
pues lógicamente por el culo no?.
El culo, intestino grueso…sistema digestivo.
Claro, el culo era la mejor opción.
Le unté el culo de gel y comencé a meterle los dedos por el ano.
Primero uno, entraba suave.
Con una mano abría los mofletes de su culo y el otro untaba el camino.
Lo sacaba y lo miraba comprobando su olor y estado………… limpio, extremadamente limpio.
Claro allí no había residuos desde hace meses, pero prieto, apretado cerrado inaccesible.
Tuve que violarlo hasta con tres dedos hasta que se abrió algo más.
A todo esto la zombi se retorcía aunque no sabría diferenciar si era por escapar, por gusto o por dolor y la verdad, me importaba una mierda.
Le acerque la polla y con dificultad conseguí introducir el capullo en el culo de la cautiva rubia.
Joder, casi dolía, pero era tal la excitación por los movimientos de la chica atada al potro, era tal el morbo de aquella violación de una muerta viviente y tal, la necesidad de meter la polla en lago caliente, que forzando forzando, conseguí meter los 18 cm de carne que estaban a punto de reventar.
Ya una vez dentro comencé con el vaivén y añadiendo lubricación el trabajo comenzó a ser realmente placentero.
Bueno hecho el morbo era tal que los empujones hacían moverse a la chica al potro y al mobiliario cercano en el cual apoyaba las botas.
Estaba sudando como una bestia y humedeciendo el culo de mi presa a chorros de líquido pre-seminal.
Gel y yo que sé pero sonaba de una forma tremendamente sensual.
Y me percaté de que la zombi ya no trataba desesperadamente de huir de su cepo, aguantaba estoicamente las embestidas y es más…….
yo diría que las admitía de buena gana.
Esto ya me puso burrro total y con las últimas embestidas después de quince minutos de follada infernal exploté dentro de su culo llenando su recto de semen caliente que brotaba de mi polla a litros después de tanta abstinencia.
Semen caliente que trataba de que quedara dentro de su culo para ver el efecto de aquella dosis de jarabe líquido.
No sé si fue tal, no sé si le dio placer, si fue calor, si su recto admitía el semen como alimento o simplemente estaba agotada pero su cabeza se reposó sobre el potro, su cuerpo se destensó y una placida sensación de tranquilidad inundó su cuerpo.
Ya sacando la polla flácida de aquel culo caliente, cogí la escopeta de cañones recortados que había dejado en el suelo “por si acaso” y le reventé la cabeza a la altura de la nuca de dos cartuchazos.
Al fin y al cabo no tena ganas de salir corriendo con la polla en ese estado y sin pantalones si le daba por tirarse a morder a la hijaputa.
Y del experimento…….
Bien…….
suficientemente bien…………como para repetir!!!
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