De sexo no sé nada.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Bizarrot.
De sexo…no sé nada. Con la crisis Europea nuestra situación se hizo insostenible yo no tenía trabajo ni ingresos y mi mujer si bien tenía un trabajo de camarera, no era suficiente, queríamos tener algún dinero para volvernos no veíamos la manera. Hablando con ella de varios temas, trabajos, Ex, y mirando la Tv vimos un programa que hablaba de vida de las chicas de la profesión más vieja del mundo, lo mucho que podía sacar una escort bien cotizada, mi mujer miró con atención se miró la figura al espejo, hizo una pausa en la conversación, silencio… se le ocurrió la idea más extrema…venderse. Me dijo seria -“Será una noche sola, miles de chicas se ven forzadas a hacerlo a diario. Además no será en la calle, no haré nada que no conozca, ni estaré sola estarás tú… ¿no te pondrás celoso?, no era virgen cuando te conocí, es dinero , rápido y fácil lo necesitamos“- .Yo guarde silencio y dije –“¿Estás segura?”- -“Completamente”-Responde ella muy segura de tan arriesgada idea. En una Web de contactos pusimos dos días después: “Se subasta esposa caserita 100% amateur a caballeros solventes mayores de 40 ,por problemas económicos, todo, todo sin límites ,follala en su casa, en su cama y frente al marido, se garantiza higiene y discreción, se solicita lo mismo y foto de cuerpo entero” .Luego fotos de ella. Se puso una base de 1000 euros y para nuestra sorpresa la puja fue buena, si bien no superamos las 4 cifras. Una semana después cerramos la subasta y seleccionamos un adjudicatario. Era un hombre 46 años, extranjero, empresario. A mi mujer le gustó su foto, era rubio, pintaba ya canas, alto, delgado de rasgos finos. Llamé al móvil que dejo en el aviso, fijamos precio la mitad antes y la otra mitad después, el lugar y el día, siguiente viernes hora 24. Llega el día, 23:30 mi mujer pensando ya en el dinero fácil, se va a bañar, depilarse, emprolijarse. Yo no estoy muy seguro de esto tengo mariposas en el estómago. Ordeno el dormitorio acomodo una silla en rincón con oscuridad y buena vista. Muevo las luces direccionales del techo a efectos de que queden centradas sobre la cama dejando penumbra en los alrededores, enciendo velas y unos sahumerios. Quito la colcha y dejo las sábanas. Enciendo la TV y dejo el canal porno si volumen. Trato de copiar el ambiente que recrean las chicas en sus departamentos de encuentros. Tocan timbre, es él, se dice llamar Stefan, venía bien vestido y con un bolsito, de seguro eran objetos de higiene personal, casado con su mujer lejos, es holandés, representa a una firma farmacéutica y de equipo médico. Mi mujer sale del baño, envuelta en una toalla. Lo recibe, saluda, él la observa de arriba abajo, conforme con la mercadería que ha comprado sonríe y me da la mitad los $$$$ euros pactados. “-Dame unos minutos que me visto y estaré contigo-”. Dice ella. Para romper el nerviosismo presente, tomo un refresco cola, ron Habana y hago tres cargados cubatas con abundante hielo, lo invito a nuestro cliente, pongo música suave. Ella reaparece en el comedor. Peinada, ligeramente maquillada, uñas pintadas, con un babydoll morado medio transparente, debajo un conjuntito de tanga y sujetador blancos, zapatos stiletto que realzan los muslos. El tanga se le mete entre las nalgas. Era pura poesía un sueño erótico hecho realidad. Stefan dice -“Una auténtica perra latina-“.Toma de la mano a Stefan y lo conduce a nuestro dormitorio, él acude sin abandonar su bolsito, yo voy detrás con una bandeja, llevo las bebidas, los vasos el hielo. Me acomodo en mi lugar, ya más tranquilo por los euros que se abultan en mi bolsillo. Ella lo besa, él le abre la prenda muy despacito, observándola, el babydoll deja la escena cayendo a un lado de la cama, ella lo ayuda a desnudarse, tiene una buena erección su polla es gorda y grande, mi mujer abre los ojos sorprendida “-!vaya pedazo de carne!”- dice ella. Termina por desnudarse y la encara, sacándole el sostén para lamer sus pezones rojos y ya erectos, baja con su lengua hasta que llega a pubis y con sus dos manos tira de la tanguita hasta quitarla, dejando al descubierto un prolijamente recién rasurado coño, muy rosa y cerrado. Con su boca lo lame separa sus labios de la vulva y mete su lengua y lo recorre, su cliente le hace suspirar. Ella le facilita la tarea abriendo bien grande las piernas, enseñando todo su ser, a la vez que presiona la cabeza de él con sus manos, sumergiéndola entre sus piernas ,luego levanta piernas y las pasa por sobre la espalda de él, en un abrazo carnal. Gime,- ¡uff, uff, así, mas!-. Una sensación extraña es la de ver, tu mujer enteramente desnuda, bajo otro tipo, en el lugar que siempre ocupaste tú. Mi mujer le mama su falo erecto y toma unos condones de la mesa de luz, entonces, el reclama -“No voy a usar condón, he pagado mucho por una noche sin límites y esas gomas lo son”-. Entonces mi mujer accede y lo condiciona, -“Bueno pero sin terminar, dentro pues no tomo las píldoras”-, -“Está bien”- responde él. Para volver a concentrarse en ello el toma una crema de ella del armario para manos y cuerpo, untando suavemente todos los rincones, de pies a cabeza a mi esposa, dejándola brillosa por el aceite, huela a coco. El hombre se acuesta boca arriba, con su verga grande erecta, apenas con vello y ella con su cuerpo brillando lo monta, veo en cámara lenta, como su glande rojo y abultado, empuja los labios de la vulva, unos segundos de resistencia y entra hasta la base, mostrando unos labios que envuelven una polla de la que solo se ve el vello del pubis de él, haciendo brotar de los labios de mi compañera un gemido, suave, casi suspiro, un -“¡aahh! “-lascivo, prohibido, para una casada que empieza a consumar el coito, con otro que no es su marido. Ella mueve las caderas abiertas sobre él como una profesional, cuanto más rápido el acabe más rápido terminara la noche, pero no logra sacarle el polvo sino aumentar esa sensación de placer que la embarga y le viene desde abajo emitiendo largos ¡aaahhhhhh! Siii, ¡aaaaahhhhhhh! ¡Dámela! Stefan!, llegando a un largo, intenso y no fingido orgasmo, clavando sus manos en el colchón, poniendo los ojos en blanco y el gesto de un rictus de placer, entreabre sus boca y emite un –“¡aaaaahhhhh! “-largo, sonoro, rítmico… inesperado. El rápidamente sale de dentro de ella y le dice “bebe de este biberón, tengo lechita para ti”, ella pensando en la frase de él “sin límites” accede, para acortar esa noche de sexo con un extraño, mete su polla en su boca, hasta que un -“arggghhhh-” de él indica su eyaculación dentro la boca de mi mujer, que cierra los ojos, con fuerza, evitando el vómito. Entonces él le dice, -“abre la boquita y muéstrame.-” Ella lo hace, mostrando una buena cantidad de esperma cubriendo su lengua y dientes, él le dice “Ahora trágala y abre la boquita luego”, ella hace un gran sacrificio, su glotis se mueve, traga el viscoso ,tibio y salado fluido entonces abre su boca ya despejada. El hombre conforme ríe. Sudando descansa 5 minutos, luego le pregunta a ella -“¿Quieres jugar un ratito más”?- mi mujer le responde con un tímido -“Bueno tu eres el que paga-”, haciéndose la profesional y fría, disimulando el calentón que tenía, tratando de no recordar los intensos orgasmos a la que la hizo llegar el extraño, eso la hacía sentirse sucia, más aún conmigo presente. El holandés, revuelve su bolsito saca unas pastillitas azules del laboratorio Pfizer y las ingiere con el cubata, dejando solo un vaso con hielo. Luego le dice a ella que se ponga en cuatro, que es un jueguito, me mira a mí y dice -“Deja de pajearte en esa silla y ayúdame un minuto”-, me pide que la ate a los barrotes y patas de la cama, con 4 cuerditas que saca del bolso queda indefensa inmóvil y atada. Abre su bolso, aparece un vibrador, lo enciende y juega con el coño de mi mujer, hasta hacerle rogar que lo saque y la penetre con su verga, luego saca una mordaza y sin darle explicaciones se la pone a ella también, aparece un extraño aparatito con un cable largo, terminado en bolita y una pantallita. Esas pastillas surten su efecto logrando hacerle una gran erección, mete el cable dentro de la vagina de ella y luego su polla, -“Dice este aparatito se llama endoscopio y tiene una sola función…ver dentro”-, lo enciende la pantallita se ilumina, mostrando un glande masculino dentro de un canal membranoso rosa y húmedo , brillante ,él mueve sus caderas enviste, una y otra vez, tira el aparatito donde ella pueda ver la pantalla, con voz entrecortada le -“dice mira la pantalla ,mira, mira…ahora”-, ella con curiosidad, baja la vista para ver en la pantalla en vivo y en directo lo que sucede dentro de ella y con sorpresa, abriendo muy grande los ojos, ve de como de la boca del glande sale un chorro de esperma pega en la boca del útero, es verdad, simultáneamente, siente ese húmedo calor en sus partes bajas, una sensación solo compartida con el marido y ahora con un entraño, eso solo significa una cosa ,semen en su interior, ella intenta gritar, pero no puede solo un “uunnnngggg” ahogado logra hacer, entonces él le dice -”te he inseminado los ovarios con mi lechita”-, le quita su polla y cable, un chorro de esperma abandona el coño de mi esposa mojándole los muslos y mis sábanas. Ella intenta zafarse de la ligaduras me mira, pero no le entiendo ya me he bajado tres cubatas y no sé la diferencia entre alucinación y realidad. El hombre saca otro paquete pequeño un objeto con forma de bala, parece de cera lo toma abre las nalgas de ella y lo introduce entre los quejidos ahogados de ella,-”un supositorio de vaselina para lubricar, hay que esperar que derrita y mientras esperamos…”-saca del bolsito, unos cables terminados en pequeñas pinzas de metal, tres eran unidos por una llave como la de una lámpara de mesa de luz, una batería de moto. Toma el agua-hielo del vaso del cubata y moja los pezones a mi esposa poniéndose duros, luego le moja con hielo, el coño no mucho pues ya, estaba untado en esperma que goteaba, toma las pinzas, engancha los pezones y el clítoris. Mi mujer estaba asustada pero aún no vendría lo peor. Habiendo pasado minutos, el calculó que el supositorio se había derretido ya, unta su polla en crema la apoya en el ano de mi desesperada mujer y empuja la polla presiona el ano cede y dilata la polla entra mi mujer parece gritar, lágrimas brotan de su cara, respira fatigada, la polla entra más, ella se queda quieta como petrificada soportando que el tipo la desvirgue analmente, pero él espera que ella se mueva y no se da cuenta que es la primera vez de mi mujer, -“mueve la cola, putita”- entonces presiona el botón… Siente descarga eléctrica en partes sensibles y mojadas, como si la pincharan miles de agujas a la vez, la hacen saltar con cada descarga, tres veces, se contrae, hace que salte semen de dentro de su coño, entiende el mensaje mueve su cola, hasta que él, que siempre mantuvo su pene dentro, con el masajeo del trasero de ella eyacula. Saca su pene flácido, toma una jeringa de 250 ml de su bolsito, un dildo, llena la jeringa en un vaso de cubata lo inyecta en el culo de ella, una y otra vez hasta hinchar el vientre de mi desdichada mujer de ron-cola-leche, poniendo el dildo como tapón. Ella está desesperada, hinchada, siente que va a evacuar sobre la cama, entonces él la suelta y ella corriendo se mete en el baño aún con el dildo en el culo, el se viste tranquilamente mete sus juguetes en el bolso, saca un sobre con la otra mitad del dinero lo tira sobre la cama, y dice -“Estuvo bien, el dildo es…de regalo”- y se va. Un rato largo después de sentir la cisterna y la ducha aparece mi mujer envuelta en una toalla, enojada, furiosa dispuesta a echar a la calle al primer hombre que en su vida la sodomizo, sin entrar en el dormitorio pregunta-” ¿El pervertido se fue?”- Si le respondo. Frustrada por no poder insultarlo, desahogarse. Entra, mira unos segundos los grandes manchones de esperma, baja sus manos al bajo vientre y recuerda lo vivido hace apenas una hora y tira con violencia las sábanas sucias al suelo. Luego gimotea , -“Al principio estuvo bien, no te quiero mentir, gocé estaba ebria de placer y disfrute el polvo pero después…Yo te gritaba, que le devolvieras el dinero y se fuera, ese pervertido, me inseminó, me lo mostró y no conforme, me desvirgó ,sentía el dolor de cómo me abría y partía el cu… entraba en mí una y otra vez , no podía ni moverme, aún así me obligo, una impotencia… mañana vamos al ginecólogo seguro que ese hijo de p…me ha dejado encinta, yo creí que de sexo nadie tenía que enseñarme nada me equivoque de sexo…no sé nada.” Desde entonces respetamos más a las chicas de ambiente sabiendo a lo que se exponen. Mi mujer quedó con sentimientos contradictorios, contrapuestos, al pensar en el holandés las primeras palabras en pronunciar son, placer, lujuria, sometida, odio…placer. Al mes nos volvimos a América, tierra querida.
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