DELINCUENTES JUVENILES
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Es un día cualquiera, en lugar sin nombre. Varios amigos y yo vagamos sin rumbo por el vecindario, es una tarde más en nuestra vida de adolescentes.
El grupo lo conformamos 5 jóvenes con similar edad y afinidad de gustos, aunque no somos peligrosos delincuentes tenemos nuestros "defectos", y alguna que otra adicción. Un poco de marihuana, alcohol u otro elemento que tranquilice nuestros nervios o nos ponga en onda.
Nuestros nombres en realidad no importan, basta decir que somos chicos de barrio que se divierten antes de llegar a la edad adulta y asumir responsabilidades. Hoy caminamos por ahí, dando una vuelta como decimos.
Aunque somos menores, todos sin excepción hemos tenido nuestras aventuras amorosas, y gran parte de nuestras conversaciones giran sobre el tema. Tenemos un amigo en común, quién recién estreno novia. El "chucho" (calificativo que damos a los perros en El Salvador y con el cual apodabamos a nuestro compañero) estaba recién casado jajajaja. Se había conseguido una chica bastante guapa de otro vecindario y la tenía en su casa, para nosotros era una total desconocida.
Ese día al transitabamos por un predio baldío y la vimos, estaba sola. Uno de nosotros a quién apodabamos Pelo lindo y era bastante efectivo para lanzarse con las chicas, fue el elegido, tenía que acercarsele y ver sí podía conquistarla, queríamos saber sí era "levante" o sí era una tipa normal que valía la pena. Nuestro amigo se dio a la tarea, pudimos ver que conversaban tranquilamente, luego se encaminaron hacia un lugar más apartado. Desde nuestro sitio observamos sus toqueteos, el la abrazaban y ella le correspondía. Se besaban como novios, definitivamente la tipa era una zorrita -pensamos-.
Fue nuestro amigo Mario quién tomo la iniciativa, se llegó a ellos y de manera amenazante le dijo a la tipa que era una puta, indicándole que se desnudara porque la íbamos a coger. Ella se mostró nerviosa y sorprendida por nuestra presencia, pidió clemencia y suplicó que no le hiciéramos nada. Mario fue quién tomó control de la situación y la empujó con fuerza aunque sin mucha violencia, la chica sollozaba y denotaba temor. Los 5 formamos un círculo, aunque Pelo lindo aparentaba inocencia. Entre Mario y otro a quién llamábamos El sapo la sujetaron de las manos, y ella comenzó a desnudarse por completo. Tenía un cuerpazo, culo grande y pechos abultados, pero lo que sobresalia entre sus atributos era un vientre plano y lleno de abundante vello. Su chocho era grande y abultado, sus labios vaginales regordetes y carnosos, sí al principio alguno de nosotros tuvo duda de participar, ver aquella hembra desnuda era para que la verga se despertara y sólo quisiera cogerla.
La acción había comenzado, ella había sido lanzada al suelo y estaba a disposición de nosotros, su raja dejaba ver un cliptoris grande y paradito, sus nalgas en el suelo parecían balancearse de manera exótica. Mis amigos y yo habíamos sacado nuestras vergas, y nos pajeabamos, sin necesidad de tomar decisión entendíamos que los primeros en cogerla serían quieren tomaron la iniciativa. Mario tenía una verga grande y gruesa, estaba empalmado. El sapo también tenía lo suyo, su pene era tan grueso que lo apodabamos "bote de gerber", iniciaron la cogida. Mario se colocó entre sus piernas y la penetró de una vez, el otro dirigió su verga a su boca. Nuestra víctima parecía gozar con dos pijas en sus agujeros, nosotros le magreabamos sus pechos mientras nos masturbabamos. Tocar ese cuerpo duro y exuberante nos daba placer aún sin penetrarla.
Nuestros amigos terminaron sin derramar sus semen dentro, la rociaron en su boca y pecho, llegó nuestro turno. Me metí entre sus grandes piernas y pude sentir mi verga recorrer cada parte de su vagina, era estrecha y a pesar de la humedad de su chocho mi estaca parecía acoplarse a la perfección. Desde mi posición podía ver cada entrada de mi miembro, sus labios vaginales eran calientes y su cliptoris parecía dilatarse a cada embestida. Pelo lindo también la cogía por su boca, a cada empujón de mi verga yo no podía dejar de gemir de placer. Tomé sus piernas en mis hombros y pude ver su ojete, sin consultarla la voltie y lami su culo y raja, le coloque la cabeza del pene y empuje sin piedad, la cogí por el ano. No supe sí verdaderamente era virgen, pero casi quiebro mi estaca al penetrarla, pude ver un hilito de sangre y caca salir de su agujero cuando terminé. Mis huevos quedaron adoloridos aún cuando acabé, mientras todavía la cogía el último de mis amigos me masturbe y termine sobre ella.
Cada uno de nosotros saciamos nuestras ganas en aquella chica, nos vestimos y nos largamos dejandola aún desnuda en el lugar. Habíamos gozado, pero sabíamos de nuestro error, íbamos preocupados y caímos en cuenta que podíamos ser hasta apresados por un delito.
Pasó la tarde y nuestros temores sólo quedó en eso, sólo en temores. Nadie comentó del caso, la chica no volvió a verse en el lugar y su marido nuestro amigo nunca dijo nada. Fue nuestro secreto
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