Disfrutando a mi hijita y volviendola puta II
Continúa la saga con ésta nenita que aprenderá a sentir placer con papi. .
Gracias x sus mensajes a propósito del relato anterior. Ésta parte no contiene tanto sexo pero es indispensable para el desarrollo de la historia.
Después de haberme deslechado aquella noche oliendo el calzoncito de mi nena, regresé a mi habitación y pensando en lo que había hecho, me eché en la cama. Me hacia falta drenar los huevos, y mi esposa todavía estaría un rato fuera del pueblo, así que empecé a pensar cuál sería el siguiente paso con Chayito. Me daba miedo cruzar esa línea y no poder parar, volverme una bestia. Fue tan excitante que solamnete imaginaba que se sentiria oler y probar esa rajita, en vivo y a todo color, sin necesidad del calzoncito. Seguramente podría hacer algo para ir rompiendo el hielo entre mi nenita y yo. Sinceramente, al dìa siguiente y cuando ya no estaba tan caliente, me diò remordimiento y sentimiento de culpa. Cómo habia podido excitarme con una prenda de mi nena, y viéndola dormir? Era una clase de mounstruo? Un criminal?
Cuando entrè al comedor esa mañana, mi niña ya estaba desayunando y Lupe la ayudaba. Yo sólo pedí que me sirviera un café, y sin decir palabra, me senté a la mesa. Mi nena comìa su fruta y por esa boquita deliciosa, le escurria el jugo de una fresa que estaba mordiendo. «Còmo me gustaría que así te resbalara mi leche por la boquita, pequeña puta«, pensé. Què?! Qué clase de pensamiento era ese? Cada vez màs mi imaginación calenturienta me hacia pensar en esas cosas. Muy dentro de mi, sabía que no había vuelta atrás.
–Papi, se me va a hacer tarde y luego no me dejan entrar a clases, vámonos!, dijo mi nena, tomando su mochila y jalándome del brazo, lo que me obligó a levantarme de la silla.
Nos subimos a la camioneta, y la observè de nuevo. Traía su shortcito nuevamente, era una mañana fria, y aunque era chiquita, a travès de su playerita se le podían ver sus pezoncitos chiquititos y paraditos, pensé en lo rico que sería meterme esas inexistentes tetitas a la boca. Aunque los menores de edad no deben viajar en el asiento delantero, en provincia es muy comun eso, asi que mi nena iba de copiloto. El shortcito se le subia arribita del muslo, y ella, inocente como era, llevaba las piernitas abiertas. Me delitaba pensando en lo bien que se verìa esa panochita pelona siendo atacada por mi lengüa, cómo sería el clítoris de mi niña? Estaba en esos pensamientos cuando mi princesa me dijo:
–Papito, que es eso?, dijo viendo directamente a mi entrepierna.
Me quedè helado! Efectivamente a raìz de esos pensamientos, traía la verga durísima y eso habia formado una carpa en mis pantalones, era muy notorio. Mi nena se tenía que dar cuenta sí o sí. Necesitaba inventar algo rapidamente para que pasara cómo algo desapercibido, y a la vez, despertara su curiosidad.
–Nada mi amor, es sòlo que a veces a los hombres nos pasa algo adentro de los pantalones cuando estamos muy felices, no es nada malo mi cielo, le respondì.
–Ahhh! Y tu estás feliz ahora papi?
–Claro mi amor, muy felíz porque estoy contigo! Por eso ves un bulto grande, le dije.
–Y eso a mi no me pasa , papi? , me preguntó la inocente nenita.
–No mi amor, eso solo le pasa a los hombres, recuerda que mamá te explico que el cuerpo de las nenas y los nenes es diferente, recuerdas?
–Si papito, es solo que nunca supe cuál era la diferencia, mami solo me dijo que somos diferentes, y que no debo dejar que ningún extraño toque mis partes privadas, verdad papi?, me dijo mi nena…
–Si mi amor, te gustarìa que papi te explicara la diferencia entre los cuerpos de las mujeres y los hombres?, pregunté sabiendo muy en el fondo cuál sería la respuesta.
–Si papito, quiero que me enseñes, por favor!
Pfff mi nena estaba pidièndome que le enseñara! No había nada mejor que eso! Las cosas se estaban acomodando a mi favor. Tendrìa el valor de dar un paso más alla? Sentía el calzon mojado de lo babosa que tenia la verga, de lubricar pensando en el cuerpecito de mi nena y el mio desnudos, dàndole una clase de anatomìa humana.
–Què te parece si al rato, cuando llegues de la escuela, te enseño todo lo que tu quieras, mi reina? Te gustaría que nos divirtièramos toda la tarde de hoy, sólo papi y tu?, le dije, poniendo mi mano en su rodilla, y subiendola por su muslo, para ver cuál era su reacción…
–Si papito, enséñame por favor, haré lo que tu quieras para tener una tarde divertida, me dijo ella.
No podía creerlo, estaba poniendome la vida todo en bandeja de plata. Jamàs se me hubiese ocurrido la tarde tan caliente, perversa y divertida que pasariamos juntos. Pero esa, serà la otra parte del relato…
CONTINUARÀ.
P.D. Pueden escribirme a @JRDavalos en TG y darme sus sugerencias para el relato.
La historia promete mucho, pero la haces muy tediosa, eso de los abonos «chiquitos» como que hace que se vuela muy pesada.
La historia promete mucho, pero la haces muy tediosa, eso de los abonos «chiquitos» como que hace que se vuela muy pesada
Buenísimo, pero sería mejor que fueran más largos.
A mi me gustan los detalles! Esta genial! A leer el tercero y esperar el cuarto!!!