Disfrutando a mi hijita y volviendola puta III
El primer encuentro con Chayito, haciéndola gozar..
Dejé a mi nena en la escuela, y volví a la casa. Lupe estaba haciendo unas cosas en la cocina, y yo me dirigì al granero a revisar unos sacos de mercancia por los que pasarian en un rato. A pesar de no saber cómo actuar cuando llegara la tarde, ya que le habia prometido a mi nena que le enseñaría muchas cosas, estaba tranquilo. Terminé el trabajo, me dirigí a la cocina y le pedì a Lupe una taza de cafè. Sentìa la verga dura y babeante debajo de mi trusa. Me gustaba la sensación de sentir la cabeza húmeda, ya que cada vez que le daba un apretón a mi bulto, pensaba en mi princesa y en todo lo que me gustaría hacerle. Era un viernes
–Lupe, te puedes ir al mediodìa. Voy a llevar a Chayo a comer a la calle y a comprarle unas cosas para la escuela despuès, asì que llegaremos tarde y no te voy a necesitar hasta el lunes, le dije mientras le extendia la paga de la semana.
–Està seguro, patrón? Hasta el lunes? Ya ve que a la patrona le gusta que me quede aqui los sabados por si se le ofrece algo, me dijo con cierta desconfianza, còmo con temor de que la fuera a acusar.
–No, Lupe, mi mujer se preocupa demasiado, y ademàs casi nunca tienes dìas libres. Èsto queda entre nosotros. No te preocupes, nos vemos el lunes, le dije.
Me diò las gracias. Siguiò lavando los trastes y me dijo que habìa comida preparada en el refrigerador por si nos daba hambre despuès. Terminò de hacer su limpieza y exactamente al mediodìa se despidiò y se fue. No era fea la Lupe, debìa tener unos veintitantos, algo gordita, buenas nalgas, nunca me habia fijado en ella, pero le romperìa el culo si tuviera la oportunidad. «Quizàs algun dìa«, pensè.
Después de que se fue, me subì a la camioneta y me dirigì al preescolar a buscar a mi nena. Estaba agitado, nervioso, se acordarìa ella de lo que habiamos platicado por la mañana? En menos de 10 minutos estaba frente a la puerta, cuando me la entregò la maestra. Mi nena me saludò con un beso, la ayudè a cargar su mochilita, di las gracias y enfilamos al automovil. Apenas estàbamos entrando a la camioneta cuando Chayito me dijo:
–Papito, estoy muy emocionada porque me vas a enseñar muchas cosas, no se te habrà olvidado, verdad?, me dijo ella con una sonrisita.
–Nena, estoy un poco preocupado porqué se supone que sòlo a las niñas grandes se les deben de enseñar éstas cosas, y si alguién se enterara de ésto, podrían regañar a papito y castigarte mucho a ti, llevarte lejos de nuestro lado, asì que no sè si deba enseñarte cosas de grandes, le dije a mi nena esperando que ella me dijera lo que escuchaba oìr.
–Pero yo quiero aprender papito, no le dirè nada a nadie de lo que sè, me dijo la pendeja inocente. Ni a mamita, ni a la maestra, ni a nadie, yo sè guardar muchos secretos papito, de verdad, lo prometo, me dijo ella con carita de suplica y haciendo puchero.
–Està bien mi vida, le dije. Tambièn es parte de ser una niña grande el saber guardar secretos, vas por buen camino, nenita. Llegando a casa empezaràn las lecciones, ok?
Ella asintiò, y me contò de su dìa en la escuela mientras llegábamos a casa. Estacionè la camioneta dentro del granero. Lupe no vendrìa en todo el fin de semana. Los pedidos ya estaban entregados. Y si pasaba alguien a saludar y veia que no estaba la camioneta, seguirìan de largo pensando que no estàbamos. Tenìa planeado disfrutar a mi nena todo el fin de semana, y no quería interrupciones.
Entramos a la casa. Ella corriò a su cuarto a dejar la mochila y yo me servì un vaso de agua, y me senté en la sala. Era un dìa càlido. Estaba en el sofà acomodandome cuàndo llegò mi nena y me dijo:
–Ya estoy lista para las lecciones, papi…
La verdad era una muñequita, medìa menos de un metro, carita bonita, blanquita, los ojos negros, delgadita, nalgoncita, su shortcito se le pegaba muy rico en el culito, lo que cualquier padre quisiera. Le dije que estàbamos a punto de empezar. Pero que se tenìa que sentar en mis piernas para explicarle algunas cosas. Mi nena lo hizo, la acomodè de tal manera que su culito quedara en mi bulto, y al oìdo le dije :
–Mi amorcito, recuerda que èsto es un secreto, si en algún momento te sientes incòmoda y quieres parar, me dices y listo, vale? Quiero que aprendas mucho y muy ràpido, te prometo que será muy divertido.
–Si papi, es nuestro secreto, me dijo.
– Ok, princesita. A ti te gusta cuàndo papi te da besitos, verdad? Mira que lindo se siente mi bigote en tus cachetitos, te gusta?, le pregunte mientràs la besaba tiernamente, para despues seguir dàndole besitos en el cuellito y en la nuquita.
–Jejeje, se sienten cosquillas papito, pero si, me gusta mucho.
–Sabes que es màs rico? Cuàndo las personas que se aman se besan en los labios, còmo en la tele, en las pelìculas, no crees?
–Creo que si, papi, que se sentirà eso, me preguntò la nena.
–A ver mi amor, para la boquita, que papi te va a enseñar lo que es un beso en los labios…
Mi nena parò su trompita, y yo uni mi boca a la suya. Se sentìa el saborcito de sus labios de fresa, le empecè a acomodar muchos piquitos en sus labiecitos, hasta que por impulso saquè un poco la lengua y se la pasè por la boquita, ella me mirò asustada.
–Papi, me babeaste!, me dijo.
–Nena, asi se besan los grandes, lo que quiero que hagas ahora es que saques tu tambièn tu lengüita y juegues con la de papi, te prometo que se snetirà muy rico y divertido, ademàs acuèrdate que ya vas a ser una nena grande, y debes de saber èstas cosas, le dije.
Asi que tomè su carita entre mis manos, y vi como ella sacò su lengüita. Yo saquè la mìa y empezamos una lucha de lenguas. Se la chupaba, ella hacìa lo mismo con la mìa, uno de los besos màs morbosos por su inexperiencia. Hasta que no pude màs y metì mi lengüa por completo a su boca. Ella pareciò entender de que se trataba porque cuando se la saquè, ella metiò la suya a la mía.
–Te està gustando mi reinita? Sientes rico cuando papito te besa còmo los grandes?, le preguntè.
–Si papi, me gusta mucho. Siento mucho calor y cosquillitas, me respondiò.
–Eso tiene arreglo mi amor, podemos quitarte la ropita para que no sientas calor. Total, estamos solos, recuerdas?
La seguí besando asì y la parè enfrente de mi. Me separè un poco de ella y le quitè la playerita y despuès la camisetita de tirantes, a pesar de ser chiquita, tenìa sus pezoncitos duritos, por la excitaciòn del momento. Se los toquè y a ella le diò un poco de risa. Volvì a besarla y mientras la atraía hacia mi, empecè a manosear un poco sus nalguitas. Encontrè el elàstico del shortcito y se lo bajè, quedando ella en su pantaletita de estrellitas, una delicia mi nena. Mi verga estaba ya que reventaba, sentìa la verga punzándome, dura y babeante debajo de mi calzòn, seguro tenìa ya los pelos mojados de todo el precum que estaba soltando. La volvì a sentar en mi regazo, dàndome la espalda y besàndole el cuellito.
–Sientes rico, bebè? Quieres que papito siga?, le preguntè.
–Si papi, por favor, siento bonito cuando me besas y me acaricias mi pechito, me dijo la inocente putita.
–Quieres sentir màs rico mi nena? No te vayas a asustar por lo que voy a hacer, vale…?
En ese momento empecè a acariciar su panochita encima de su calzoncito, juro por dios que podía sentir un poco de húmedad mientras lo hacìa. Ella respiraba fuerte, hasta que me atrevì y metì la mano en su calzòn. Pfff, no podìa creerlo, la panochita de mi nena estaba encharcada, tiraba juguitos, calientitos, babosos, mis manotas de cabròn atacando sin tregüa a esa papayita sin pelos, cerradita, deliciosa, virgen. Seguì tocando sus labiecitos, los abria con mis dedos, mientras con otra mano pellizcaba su nacientes tetitas en desarrollo. Ella empezò a gemir màs fuerte y me dijo:
–Papi, papi, esperàte, por favor, me estoy haciendo pipí, papito, papiii, papitooooo…!!!
Wow, se acababa de mear mi pequeña putita en un orgasmo delicioso, el primero de su vida, uno que le habia provocado su caliente y pervertido padre, mi mano quedo completamente mojada y su calzoncito tambièn. Cuàndo volviò a tomar aire, còmo si supiera de lo que se trataba me dijo:
–Perdòn papito, me hice pipì, y me diò un beso de lengüa, còmo para que la perdonara.
–No te preocupes, mi reina, a papi le gustan las nenas que se mean asi còmo tù…, le dije mientras la apartaba un poco y me levantaba. Ahora es turno de papi de sentir bonito también, me ayudas…?
CONTINUARÀ…
P.d. Gracias por sus mensajes, ideas y demàs para el relato, no olviden calificar y dejar sus comments, @JRDavalos en TG.
Ahh me dejaste con gusto a poco, quiero leer más
Me paso lo mismo kede con la pija re dura jajaja
La haces muy larga pa… Tenés que avanzar más en la historia. Escribí más y pública menos
Muy rico este relato interesante estaré esperando la próxima parte me tiene excitadisimo.
Cada vez se pone mejor. Ya estoy deseando la continuación.