El autobús III

Continuación de una historia que comenzó en un autobús.

El domingo muy temprano me despertaron temprano, me dijeron que me pusiera una de las tangas que habían dejado, un short de mezclillas, una blusa de tirantes y tenis porque iríamos de excursión para tener un pícnic en un lago que estaba relativamente cerca del pueblo, nos subimos a la camiones del director, avanzamos como 40 minutos por una carretera de terracería, y luego caminamos en una zona boscosa como 20 minutos más, mientras caminábamos empezaron a manosearme las tetas y darme de nalgadas, nos detuvimos un momento para que les mamara sus vergas, ahí a mitad del camino me quitaron la ropa, colgaron mi tanga en un árbol y seguimos caminando hasta que llegamos a la orilla de un lago, era un lugar muy bonito, se sentía una tranquilidad irreal, solo se escuchaba el ruido de algunos pájaros, no había nada ni nadie cerca, pusieron una manta en el suelo se desnudaron ellos también y estuvimos platicando un rato mientras sus manos recorrían mi cuerpo, pellizcaban mis panzones y me metían los dedos de vez en cuando, estuvimos así un rato

Director – a lo que vinimos perrita ensartate. Me dijo señalando su verga, yo obedecí y me monté sobre el puse su verga en la entrada de mi coñito y baje despacito hasta que la tuve toda adentro, me quedé así unos segundos y luego empecé a mover mi cadera de enfrente hacia atrás luego me sostuvo de las nalgas y empezó a mover sus caderas arriba y abajo para penetrarme a su gusto, el maestro se paró a un lado, me tomó del pelo y me metió su verga en la boca como si me estuviera cogiendo, hizo eso un momento después sentí posiciono detrás de mí, inclinó mi cuerpo y de golpe me clavó la verga en mi culito, los gemidos que me provocaba el director se convirtieron en gritos de dolor al sentir como me abrían el culito de golpe, ellos disfrutaban hacerme gritar, se reían, me daban más fuerte, me nalgueaban, en esa posición vaciaron sus bolas dentro de mi, quedamos tirados sobre la manta, después de un rato el director me llevó jalándome del pelo hasta la orilla del lago, ahí me puso en cuatro patas, mis manos quedaban dentro del agua y mis rodillas en la arena.

Director – un poco más adentro perrita que las tetas toquen el agua, pero quiero el culo afuera.

Di uno o dos pasos más

Director – así, muy bien que buena perrita, vamos a ver cuánto tiempo aguantas bajo el agua me tomo del pelo y hundió mi cara bajo el agua unos segundos, y luego me saco, apenas pude tomar aire y me hundió de nuevo, eso les divertía de reían y repetían eso, yo me sentía humillada y excitada al mismo tiempo, el director se paró detrás de mí y me clavó la verga de una en el culito, justo cuando abrí la boca mara gritar el maestro me tomó del pelo y me hundió en el agua una vez más, haciendo que tragara agua y me ahogara un poco, sacó mi cabeza y empecé a torcer.

Maestro -tranquila perrita eso es para que aprendas a no gritar, que tal que alguien pasa te escucha, tienes que acostumbrarte a que te vamos a estar culeando y en el pueblo no puedes gritar como aquí.

El director me la sacó toda y de golpe la dejó ir toda una vez más, abrí la boca para gritar y me volvieron a hundir.

Maestro – que te dije? No grites respira.

Estuvieron así hasta que pude dejar de gritar y mejor agarraba aire antes de que me hundieran en el agua

Director – muy bien parece que ya aprendiste perrita me levanto, me cargo lo abracé con las piernas y me senté un su verga, el agua les llegaba hasta el pecho más o menos, el maestro se puso detrás y me la metió por el culito una vez más, estuvieron así hasta llenar mis hoyitos de semen una vez más, salimos del agua y nos acostamos en la manta otra vez, me quedé dormida, no se cuanto tiempo, desperté con el la lengua del maestro recorriendo mi coñito y el director mamandome las tetas

Maestro – tiene la panocha inchadita ya.

Director – clávale la verga otra vez, va a apretar más rico.

El maestro rápidamente siguió la sugerencia y se abalanzó sobre mi y sin ningún tipo de miramiento me la dejó él toda, con fuerza, empezó a embestirme, la metía y sacaba una y otra vez, sentía como sus bolas golpeaban mis nalgas estuvo así hasta que una vez más me llenó de leche, en cuanto terminó, el maestro me dio vuelta, me puso boca abajo, me abrió más las piernas y se puso sobre mi, en una sola embestida me la dejó ir toda en el culito una vez más, yo me mordía los labios para no gritar

Director – también tiene el culo bien hinchado le entra fácil pero aprieta delicioso.

Los dos se reían, el director se vino una vez más, ellos se vistieron, yo caminé desnuda hasta la camioneta, ahí me dieron mi ropa, menos la tanga que dejaron como recuerdo en un árbol y regresamos a nuestras casas…

Espero les guste, si tienen algún comentario pueden hacérmelo saber en telegram @x71937