El estreno de mi ano
Mi padrastro estrena mi anito.
Estoy sentada en el sofá de la sala, mirando hacia arriba, donde mi padrastro esta con los pantalones abajo de pie frente a mí.
-Abre la boca y saca la lengua puta.
Yo obedezco sonriendo, abro la boca lo más que puedo y saco la lengua para que mi padrastro con su mano coloque en mi lengua la pastilla que el doctor me había recetado 15 días atrás. Con ayuda de un vaso de agua que tengo en la mano logro hacer que pase la pastilla por mi garganta hasta mi estómago.
-¿Porque no simplemente yo misma me las puedo tomar? No se me olvidara.
-jajajaja.. Hay mi vida, hay que ser disciplinados con esto y tú eres medio pendeja y distraída, o quiero accidentes.
-Pense que como mujer es mi responsabilidad encargarme de eso.
-Pero también, como mujeres estas bien pendeja, ya más grande cuando no seas tan distraída te encargaras tú, por el momento tu único trabajo es abrir las piernas para cuando yo te diga y a quien yo te diga.
-ok, ok. -le respondo con la pregunta en la mente de ¿Como que me abriré de piernas a quien él me diga?
-Apúrate, tienes que ir a la escuela –me dice mientras que comienza a acomodase los pantalones.
-No puedo ir así -le digo mostrándole mi falda escolar manchada con su semen por la cogida que me dio cuando me vio con mi ropa de la escuela.
-jajajaja. Ve a cambiarte, no tardes.
– Si, pero antes. -Con total seguridad tome sus manos que estaban por abrochar su pantalón, lo detuve, metí mis manos en su pantalón bajo la mirada incrédula de él y haciéndolo lo más rápido que podía le saque su verga y aun gruesa y húmeda por mis flujos vaginales me la metí a la boca lo más al fondo que podía en ese momento. Lo chupe unas 4 veces, no fueron rápidas, pero tampoco fueron lentas; cuando me la saque de la boca, me puse de pie sonriendo y lamiendo mis labios- ¡No tardo nada! Le dije riendo como si hubiera hecho una travesura infantil.
En mi cuarto me quite lo más rápido que pude la falda escolar y la metí en el cesto de la ropa sucia, también hice lo mismo con mis bragas para ponerme un conjunto nuevo, pero antes me metí al baño y me metí dos dedos en mi vagina porque por experiencia sabia la cantidad de leche que tenía dentro y lo mejor era sacarlo para que no se humedeciera de nuevo mi ropa en la escuela. Cuando quede limpia me puse la ropa que estaba limpia y baje casi corriendo al encuentro de mi padrastro en la sala, él sonrió al verme, me dio un beso en los labios, un beso amoroso y tierno.
-Muy bien perrita, muy bien. Ya vámonos, estamos 5 minutos retrasados. -Me dio una nalgada para que comenzara a caminar, yo respondí con un grito de sorpresa y sobándome mi trasero le sonreí al mismo tiempo que caminaba hacia la cochera.
El trayecto de 15 minutos de mi casa hasta mi colegio nos la pasamos platicando sobre lo emocionada que estaba porque ya en 3 días seria mi cumpleaños, mi padrastro hasta ese momento no quería decirme las sorpresas que me tenían preparadas, después de muchos intentos decidí que era mejor seguirles el juego, pero también me tenía una mala noticia.
-Tengo un trabajo muy importante que no puedo dejar de lado, y antes de que te enojes no, no me voy a perder ese día, por nada del mundo me voy a perder el momento de verte soplar las velas.
-Aha, y por supuesto no te perderás la oportunidad de estrenar mi culito –le dije en tono sarcástico y malhumorada porque no estaría la mayor parte de mi cumpleaños.
-A ver pendeja, no quiero que me hagas problemas ¿entendido?
-sí, está bien. Le dije mirando hacia la ventana.
-Amor –me dice haciéndome girar el rostro para mirarlo a los ojos en el momento en que estábamos detenidos por un semáforo en rojo- no mi vida, si quitamos el hecho de que tú eres una puta, lo más importante es que eres mi hija, eres lo más importante de mi vida, y si solo piensas que quiero estar ahí por tu culo, pues mejor no hacemos nada y ya. Recuerda que cuando tú me diga que ya no quieres nada de esto, en ese preciso momento dejo de usarte. Te amo, eres mi hija y quiero verte soplar las velas, no me lo perdonaría- lo miraba con los ojos rojos y húmedos por las lágrimas de felicidad al escuchar sus palabras de padre.
-Está bien papi, solo quería tenerte conmigo desde el principio, pero ok, entiendo. No hay problema –le digo sonriendo y limpiándome una lagrima que recorrido mi rostro.
-A demás claro que tengo que darte el regalo que me dijiste, ese culito tiene que ser estrenado –me dice sonriendo en tono de broma.
Sonriendo le doy un manotazo en el hombro haciendo que el resto del viaje a mi colegio fuera entre risas y planes para mi cumpleaños. El medio día de la escuela me la pase entre clases y felicitaciones por parte de mis amigas, pero también de algunos chicos. Lo que si fue algo más interesante fue cuando me felicitaron los profesores, ya sea en el salón o que me los encontrara en el pasillo de la escuela, me abrazaban, y me apretaban mucho, su abrazo duraba más de lo normal.
Al terminar las clases mi celular estaba muerto por la cantidad de mensajes que recibía de mi familia, así es que no tenía forma de pedir un UBER y mi padrastro no podía venir por mi porque tenía que ir por mi sorpresa así es que la única opción era pedir un taxi o regresar en el transporte público.
Cuando subí al bus me senté en uno de los asientos libre del centro, junto a un hombre dormido, que por su aspecto estaba regresando y yendo a un trabajo de fábrica. Mientras señores pasaban a un lado de mi comiéndome con los ojos, las calles pasaban una tras otra y el calor por la falta de calefacción subía a cada instante, mire al hombre que tenía a mi lado y no lo culpaba por quedarse dormido, lo mismo me estaba pasando a mí.
Solo necesité un segundo con los ojos cerrados para quedarme dormida, o medio dormida porque de alguna manera sentí que tenía que despertar porque se aproximaba mi punto de bajada. Pero la sorpresa fue que tenía la mano del hombre que estaba a mi lado sobre mi pierna, su mano subía y bajaba lentamente. Me super asuste, mire al hombre que tenía los ojos cerrados, pero estaba segura que no estaba dormida porque tenía una ligera casi escondida sonrisa en la boca; no sabía que hacer, mi rostro se puso rojo por la vergüenza mientras mi corazón latía a mil por hora, la rasposidad de sus manos solo hizo que esa caricia fuera más intensa, mi vagina comenzó a cosquillearme pidiendo a gritos que esos dedos raposos subieran hasta ella. No sabía que hacer, estaba nerviosa, con miedo, pero también emocionada; mire para todos lados y no había peligro que alguien viera a aquel hombre acariciando mi pierna; mire hacia el frente del bus para ver cuanto faltaba para llegar a la parada mientras sentía como el hombre apretaba más su mano sobre mi pierna intensificando su caricia con dominio.
Unos tres minutos después el autobús comenzó a disminuir su velocidad porque estaba llegando a mi parada.
-pe… pe.. Perdon.. Perdoonne usted, pero ya jejejej ya me tengo que bajar jijiji –le dije tartamudeando por los nervios.
El hombre soltó mi pierna diciendo “Hasta la próxima zorrita” sin abrir los ojos, pero si sonriendo. Aun no terminaba de pararse cuando yo ya estaba caminando hacia la puerta del bus. Cuando por fin se detuvo, medí segundo después yo estaba bajando. El bus continuo su camino dejándome agitada por lo que acababa de suceder, ¿porque esas cosas me pasan a mí? ¿Eso les pasara a otras chicas? No creo, sino ya me habría enterado. ¿porque los hombres tienen ese instinto de hacerme cosas de esas solo a mí? ¿Tan linda estoy?… esas y más preguntas pasaban por mi mente mentiras caminaba sin darme cuenta llegue hasta la tienda frente a la entrada de mi conjunto residencial.
-Hola hermosa –el dueño de la tienda estaba recargado en la entrada.
-heeee hola, hola… Hola buenas tardes.
-jejeje hola, ¿Mucho calor? Estas sudando
-jejeje si un poco, jejeje.
-No quieres refrescarte, tengo bebidas frias, helados, lo que tú quieras, ¿una cerveza?
-jejejejeje no, gracias jijij no tengo edad para tomar.
-Está bien, pero ¿qué tal una Coca-Cola?, sé que son tus favoritas –me dice tomándome del hombro y con delicadeza, pero con dominio me hace entrar en su tienda.
No me pude resistir, no sé como pero ya estaba dentro de la tienda con una Coca-Cola en las manos.
-Al parecer tienes fiesta
-¿Com lo sabe?
-porque de tu casa han mandado a traer cosas para un cumpleaños ¿quién los cumple?
-heeemm yo.
-¿Como crees? ¿De verdad?
-Sipi
– !Pues felicidades!
Sin pedir permiso me abrazo presionándome contra su cuerpo, con sus manos peligrosamente cerca de mi trasero
-jejeje. Grac.. Gra.. Gracias. Gracias.
-pero si ya eres toda una mujer jejejeje.
-Ya tengo que irme.
-¿No te puedes quedar otro rato para festejar conmigo?
-No lo siento, pero no, ya tengo que irme, suélteme por favor.
-Está bien, pero un día de estos tenemos que festejar.
-Tal vez, tal vez.
El dueño de la tienda me acompaño a la puerta y al salir, me dio una nalgada. Carajos, otra nalgada. Solté un grito y apresure el paso para alejarme rápido de ahí, cruce la calle y los guardias de seguridad rápido y super amables conmigo me abrieron la puerta y sin quitarme la vista de mi cuero me vieron cómo me alejaba rumbo a mi casa.
– ¡SORPRESA! -al entrar a mi casa todos gritaron dejándome aturdida, dentro de casa, en la sala, estaba mi padrastro con mi madre, y toda la familia de mi madre; mi abuela, una prima muy lejana y dos amigas que no conozco, ella ya está en la universidad, obvio sus papás también, un poco más atrás estaba mi tío Héctor de 45 años y su hijo que es dos años menor que yo, y llegando a mi espalda su esposa.
Todo paso muy rápido, todos se abalanzaron hacia a mí en un abrazo multitudinario, cuando de repente, siento unas manos gruesas y grandes apretando mi culito, por un momento pensé que era mi padrastro, pero él estaba de pie junto a mi madre un par de metros atrás, ¿de quién era esa mano?
La última en soltarme fue mi abuela de 74 años, con lágrimas en los ojos me felicito por seguir creciendo. Todo ese día la pasamos entre casa y la playa que está bien al frente de la casa, mi prima lejana, sus amigas y mi primo pequeño salimos de casa con nuestros respectivos trajes de baño directo a meternos a los holas del mar mientras escuchaba los comentarios de sus dos amigas envidiando mi casa. Al regresar a casa yo tenía los dedos arrugados por estar tanto tiempo en el agua, cuando entramos a casa ya eran las 6 de la tarde. Me metí a bañar mientras los demás hacían lo mismo y al regresar mi padrastro había prendido fuego a una fogata instalada en la parte trasera de la casa, entre la alberca y el mar. Yo fui la última llegar, mi madre me paso un pincho con bombones y quemarlos al fuego y comerlos. Fue una noche maravillosa, esa noche, mi primito durmió conmigo.
Al día siguiente era sábado y todos salimos para pasear por la ciudad; yo tenía puesto unos tenis blancos con calcetas del mismo color, una falda de un rosa clarito con estampado de flores pequeñas de color café y verde, la altura de la falda me llegaba ya arriba de media pierna, también tenía puesta una playera muy corta del ombligo e igual de corta que el suéter amarillo, en la parte de abajo era lo suficientemente corta para dejar ver bien mi ombligo todo acompañado por mi cabello suelto.
Fuimos directamente al Interactive Aquarium de la ciudad, como la familia de mi mami es del centro del país, pocas veces tienen la oportunidad de ver algo así, yo estaba fascinada viendo los peces con mi primo pequeño, que no dejaba de hacer preguntas sobre todo lo que veía y yo encantada de responderle. A mitad del recorrido tomamos un refrigerio que provocó que quisiera ir al baño, así es que discretamente me separe del grupo y busque los sanitarios más cercanos.
Estaba por levantarme del inodoro cuando escucho las risas escandalosas de mi prima y sus amigas con las que no había cruzado palabra desde el día siguiente, supongo que no me integraban a su grupo por la diferencia de edad; me quede quieta porque me dio curiosidad sobre lo que estaban hablando.
-Pero él es feo.
-Pero tiene mejor verga que tu novio jajajaja
-¿Y tú como sabes como la tiene?
-¿No te acuerdas que me lo prestaste la noche del antro?
-jajajaja estaba tan ebria que no me acuerdo de nada.
-Hace mucho calor.
-Tú siempre tienes calor.
-No hablo de ese calor jajajaja hablo de que, si hace calor aquí, me estoy derritiendo.
-Yo me derrito por tu tío.
-Cálmate zorra.
-¿Como se llama? ¿Héctor?
-Cálmate zorra.
-jajajaj es broma jajaj o ¿acaso te da miedo que me convierta en tu tía?
-jajajajaja
-Hasta el momento ningún hombre se me ha resistido
-¿Porque será?
-jajajajaja ¿Envidia? Yo sé lo que tengo, estoy muy buena.
-jajajajaj y zorra jajajaja ¿cómo vas con el profesor? ¿ya te subió la calificación y la falda?
-jajajajaja uuuffff.. Ni me lo recuerdes porque con este calor y su recuerdo voy a explotar
-jajajajaja ¡ya te cogió!
-Si claro jajajajaja antes de venir a este viaje, te digo que ningún hombre se me resiste.
– ¿y qué tal es?
-uufffff el mejor macho, el sí sabe cómo tratar a una mujer como yo, sin duda lo repetiría de nuevo.
Lo siguiente que escuche fue la puerta cerrarse y sus risas apagarse en la lejanía. Eso quiere decir que no solo a mí me miran los maduros, en ese momento pensaba que como ellas ya eran universitarias era normal, pero aún seguía teniendo la curiosidad de saber porque me miran a mi… un momento. Mi madre me dijo que ya había crecido mucho y no era la primera que me lo decía, también mi abuela y hasta mi tío Héctor la noche anterior mientras me tenía abrasada por la cintura peligrosamente cerca de mi trasero; eso quiere decir que como me ven bonita es por eso que los hombres siempre están pendientes de mí, y a diferencia de la amiga de mi prima, yo no tengo que hablar con ellos para que me pongan atención, simplemente el verme es suficiente, porque pues, modestia aparte, soy mil veces más bonita que ella.
Con esa nueva revelación y sabiendo el poder que tengo sobre los hombres, regrese al grupo para terminar el recorrido. El día lo terminamos en un restaurant de lujo.
El día siguiente era el día de mi cumpleaños, la fiesta la celebraríamos un par de horas después del mediodía porque mi madre como la familia de ella tenían el vuelo reservado de regreso a su vida normal. Contrataron a un par de chefs para que hicieran comida japonesa en casa, y hasta un pequeño show hicieron donde termine con media cara embarrada en pescado crudo; Todo fue rizas y diversión, mientras yo miraba constantemente a la puerta para ver la llegada de mi padrastro. Dos horas después él llego con un enorme pastel de chocolate, y mientras prendía las velas todos me cantaban el feliz cumpleaños; necesite repetir tres veces el soplido para poder apagar todas las velas, corte porciones grandes para cada uno y hasta repetimos por lo rico que estaba y aun así sobro medio pastel. En el centro de la casa había varias cajas de regalo, que fui abriendo y agradeciendo; pero había una caja que al abrirla tenía una nota que decía “Ábrela a solas” y con el pretexto de subir todos los regalos a mi cuarto, busqué la forma de estar sola.
La caja no tenía una dedicatoria así es que no sabía de quien era, y sabía perfectamente que no era de ninguno de mis padres. Al destapar la caja me llevé una enorme sorpresa y me puse muy pero muy nerviosa al instante; frente a mí, dentro de la caja había un consolador.
¡PERO QUE CARAJOS! Tome con mi mano un consolador grande, de una textura fina, como aterciopelada, agradable al tacto, ¿quién me lo había dado? ¿cómo carajos se atrevieron? El grosor del consolador era más pequeño que el pene de mi padrastro, pero igual de duro; en la parte inferior tenía un botón que era casi imperceptible, lo presione y el consolador tomo vida en vibraciones; me asuste tanto que el consolador cayó al suelo, lo levante muy rápido y lo apague espantada, mire a la puerta mientras escondía el consolador debajo de mi almohada. De la caja que también había caído, salió otra tarjeta escrita a mano, ahí fue cuando estuve completamente segura que no era de mi padrastro ya que la letra era totalmente diferente, pero no reconocí de quien era. Mientras escuchaba la voz de mi madre que me llamaba pude leer en la nota “Ya eres una mujercita, ya es momento de que conozcas el placer” La voz de mi madre se hizo más insistente y con el miedo de pensar que podía entrar a mi habitación tome el consolador y las tarjetas, y todo lo guarde en la caja y está la escondí en la parte más profunda de mi armario para después salir corriendo de regreso a la sala.
Dos horas después tanto mi familia como mi madre me abrazaban uno por uno despidiéndose de mí, la fiesta había terminado y ya estaban retrasados para regresar a sus vidas. Mi padrastro se ofreció en llevarlos al aeropuerto, pero ellos no quisieron ya eran muchas molestias que no querían dar, y mi madre dijo que era mejor así para que pudiéramos descansar.
– ¿Porque no te das un baño? Así te refrescas y descansas mejor, han sido dos días muy cansados.
-Si es verdad, pero falta mi regalo.
-jajajaj si claro, ve a darte una ducha y refréscate, yo voy a guardar el pastel –me dio una nalgada que yo respondí con una sonrisa pícara.
– si papi
Mientras el agua recorría mi cuerpo desnudo solo podía pensar en que por fin había entendido porque los hombres me miran tanto, soy bonita, aunque la verdad en ese momento no me consideraba bonita, y hasta el momento sigo que exageran un poco, pero si soy considerablemente bonita, lo suficiente para robar miradas y uno que otro manoseo; Recordé la mano rasposa de aquel hombre en el bus sobre mi pierna, y mi vagina también lo recordó porque me estremecí en un placentero apretón. Mis dedos, de forma automática y lenta recorrieron mi cuerpo hasta llegar a mi vagina, mis dedos acariciaron mis labios vaginales para después entrar. Solté un ligero gemido de placer mientras imaginaba que mis dedos eran los dedos rasposos y gordos de aquel hombre con traje de fábrica. Mi pierna, donde su mano se posó y acaricio con dominio, no olvido esa sensación, mientras mis dedos entraban y salían, puedo jurar que sentía mi pierna como si aquel hombre estuviera ahí conmigo.
La puerta de mi baño se abrió asustándome, saque rápido mis dedos mirando hacia la puerta; era mi padrastro desnudo cerrando la puerta detrás de él y abriendo la división de la regadera para entrar. Su cuerpo desnudo fue engullido por el vapor y el agua y sin decir palabra algún alce las manos para tomarlo del cuello y jalarlo para besarlo.
Mi legua se introdujo lo más que pudo y fue recibida por su lengua, sus labios gruesos apretaban y masajeaban mis labios delegados mientras que sentía la seguridad de sus manos tomándome con fuerza de la cintura.
-¿Soy bonita? -le pregunte entre besos y besos.
-Claro que sí, eres lo más hermoso del mundo.
-¿De verdad no me engañas? -Me separe de él y lo mire a los ojos sonriendo.
-Claro que no te engaño jajajaja
Y sin dejar de sonreír y sin dejar de mirarlo me fui poniendo de rodillas. Al irme poniendo de rodillas su verga acaricio mi abdomen, mis senos, mi cuello y mi rostro, y sin usar las manos, abrí la boca para atrapar la punta de su hombría entre mis jóvenes labios. Mi lengua masajeaba la punta de su verga mientras que con mis manos acariciaba los cuadros de su abdomen; la sonrisa de su rostro y sus ojos llenos de placer me dieron la confianza de abrir la boca y comenzar a meter su carne hasta el fondo de mi garganta. Mi cabeza se movía metiendo y sacando su verga, al ritmo de los gemidos de mi padrastro, en momentos me la sacaba para agacharme un poco y chupar sus huevos, pasar mi lengua por ellos, para apretarlos con mis labios y así regresar a meter su verga en mi boca.
Mi padrastro me tomo por debajo de mis brazos y en un solo movimiento me cargo a lo que yo solo abrí las piernas para abrazarme con ellas a su cuerpo y con mis manos roderas su cuello, mi padrastro me sostuvo de mi culito con una mano mientras que con la otra tomo su verga y la apunto a mi vagina para dejar que mi cuerpo callera un poco y clavarme en su hermosa barra de carne.
-haaaaaammmmm mmmaaaa sssssiiiii – gemí al sentirme llega de él, mi gemido se ahogó en su boca por el meso que le estaba dando. Y ya con sus dos manos en mi culo comenzó a subirme y bajarme.
Mi padrastro me subía y bajaba de su verga, mientras que uno de sus dedos entraba y salía de mi culito; el placer era tanto que me impedía dar un beso en forma; entre gemido intentaba besarlo, en momentos soltaba un gemido fuerte alzando mi rostro al cielo lo que aprovechaba él para mesar y mordisquear mi cuello, pero también en otros momentos me decía “puta apretada, perra así es como debes ser siempre, después a abrirte de piernas para mi” en un susurro al oído cuando yo escondía mi rostro en su cuello tratando de aguantar los placeres de su verga en mi vagina y su dedo en mi culo. “Estas bien buena… harás feliz a mis amigos” decía entre susurros en medio de la neblina de placer.
Solo sentí como el agua dejo de caer, y mientras yo tenía el rostro pegado a su cuello, mi padrastro salía de la regadera conmigo en brazos y su verga hasta el fondo de mi cuerpo; cada paso que daba, cada movimiento que hacía era un pretexto para que su verga se moviera dentro de mi vagina lo que hacía que soltara gemido tras gemido lleno de placer; mi cuerpo estaba a punto de llegar al orgasmo.
Salimos del cuarto de baño e inmediatamente me recostó en mi cama, lo mire a los ojos sonriendo y él sin decir nada, se salió de mi vagina. Con sus manos en mi cintura me cargo y con facilidad que le dan sus músculos me dio media vuelta para jalarme y colocarme en posición de perrita.
-Puta madre, te vez hermosa –me dice al mismo tiempo que me da una nalgada.
-¿De verdad? -le pregunto mirándolo a los ojos y sonriendo por encima de mi hombro izquierdo.
-Si mamita, estas muy buena y esto es lo que provocas.
Y de un empujón brutal me la metió de nuevo hasta el fondo provocando que soltara un grito entre dolor y placer infinito. Me la sacaba y se quedaba un par de segundos con la punta de su verga entre mis labios vaginales para después con sus manos en mi cintura me jalaba con fuerza al mismo tiempo que empujaba su cadera para metérmela con fuerza brutal hasta el fondo de mi cuerpo y así salir no lento, pero tampoco rápido y volver a repetir lo mismo. Mis gemidos en cada entrada eran más pujidos de placer que gemidos, mis manos apretaban con fuerza el cubrelecho de mi cama, mientras esperaba la siguiente estocada con ojos apretados, por la octava o novena estocada brutal no pude más y mis brazos perdieron fuerza haciendo que mi pecho y rostro terminara sobre la cama y como mi padrastro me tenía bien sujeta de las caderas mi culito quedo parado e indefenso ante su cogida.
La saco y metió un par de veces más mientras sentía un hilo de saliva recorrer la división de mis nalgas y acumularse en mi entrada trasera; mi padrastro me saco su verga para sustituirla con dos dedos, hurgando en el interior de mi cuerpo lo que hizo que temblara y estar a punto de correrme; saco sus dedos para volver a meterme su verga y con esos dedos acariciar la pequeñita entrada de mi culito; eso lo hizo varias veces hasta que una vez que saco su verga, ya no uso sus dedos en mi vagina, sentí la punta de su hombría acomodarse en mi entrada trasera. Mi cuerpo reacciono temblando por lo que se aproximaba, mi padrastro me dio una fuerte nalgada diciéndome “No seas pendeja, no te muevas” para volver a acomodar la punta de su verga en la entrada de mi culito.
Comenzó a empujar, pero mi trasero no cedió, él me dio una nalgada diciéndome “Afloja perra estúpida” para inmediatamente empujar más fuerte. Mi entrada trasera comenzó a abrirse muy pero muy lentamente, al mismo tiempo que comenzaba a sentir un ardor que crecía al ritmo que se abría mi puerta trasera
-grgrgrggrgr –El ardor comenzaba a hacer estragos en mi cuerpo, ¿porque estaba haciendo esto? Duele mucho, pero todas lo hacen, yo tambien tengo que hacerlo, puedo aguantar un poco mas, no falta mucho- aaauuuu.. -duele mucho ya, ¿ya me la metio toda? -haaaaaaauuuuu…
-tranquila perrita, tranquila, ya entro la punta. -¡pero que carajos! ¿Solo la punta? Uuffff esto no es bueno, duele mucho
-Pa.. Haaaauuu gregrgrgrgr dueleeee!!!!!
-aguantate, ¿No es regalo que querías?
-haaaaaauuu!!!! Pero duelee!!!!
-Cállate perra, esto tenía que pasar, las putas como tú se les usa por todos lados, ya era hora que aprendieras a complacerme con tu cola. -me dice mi padrastro mientras sigue entrando en mi trasero.
Apretaba con fuerza el cubrelecho debajo de mí al mismo tiempo que apretaba con fuerza mis dientes; mis pujidos eran cada vez más constantes, mi respiración era entrecortada, quería escapar de ahí, esto no era nada placentero.
-Por favor.. Duele!!!! Sa… saaacalaaaa!! Sacala por favor!!!
-jejejeje nooo jajajaja ¿te duele
-sii papito siii duelee!!!!
-pues te aguantas puta, porque estas bien rica, estas super apretada jajajaja que bienme la estoy pasando, hasta a mi me duele de lo apretada que estas.
-haaaauu.. Por favor sacala yaaa!!!!
-aguantate, ya casi esta toda dentro.
-por favor!!!
-¡Te dije que no! -me dio una nalgada muy fuerte, dolorosa lo que hizo que comenzara a llorar por el dolor de la nalgada y el dolor de mi culito- es mejor que te acostumbres para que goces porque asi te voy a suar tambien cada que yo quiera.
-haaaaa!!! Uuuufff!!! Duele duele..
-jejejej esos cabrones se van a divertir usando tu culo jajajaja.. Recuerda que soy tu dueño y que solo yo te doy permiso a quien si le vas a dar el culo jajajaja.. ¡Que rico!
-uuufff haaaaauu!!! Gregrgrgrgr!!! -mis pujidos y sollozos eran más fuertes.
-Ya está pendeja jeejej ya está toda dentro –me dice mi padrastro acariciando mi trasero como tratando de consolarme.
-por favor sacala plis, plis.
-jejejeje si seras pendeja, claro que no la voy a sacar hasta quedar satisfecho, acostúmbrate puta, porque como mujer debes dejar que tu macho de turno te use por donde él quiera, bueno solo si yo doy permiso de usar tu culito jajajaja..
Mi padrastro comenzó muy pero muy lentamente a sacarla una corriente de alivio, ardor dejo impregnado a su paso, pero no la saco por completo, solo dejo la cabeza dentro, y al esperar unos segundos comenzó a entrar de nuevo.
Mis suplicas de que terminara con todo eso no fueron acuchadas, al contrario, cada que me quejaba y le suplicaba que me la sacara me daba una nalgada y me decía que no fuera estúpida, que como mujer este era mi deber, hacerlo feliz y que me acostumbrara rápido para que yo también disfrutara.
Con las fuerzas que me quedaban me pude enderezar dejando mi peso sobre mis codos, volteé sobre mi hombro para verlo, mis ojos y mejillas estaban llenos de lágrimas, con una mano la puse sobre su abdomen para poder detenerlo, pero el solo me la tomo, y me la sujeto en mi espalda, no pude con el peso y caí de nuevo sobre mi pecho y cara; mi padrastro tomo mi otra mano y las junto sujetándolas con una sola mano y así siguió entrando y saliendo lentamente.
Por mi cabeza pasaban mil pensamientos, trataba de concentrarme en aguantar hasta que terminara de disfrutar de mi virgen ano, me sentía indefensa, humillada al mismo tiempo que llegaron a mi mente los recuerdos de la conversación de mi prima con sus amigas, por lo bonita que estoy los hombres quieren hacerme esto mismo, tomar mi cuerpo y usarlo a su antojo, el estar ahí siendo sodomizada era mi culpa por ser tan bonita. Recordé las veces que los hombres en la calle me gritan de cosas, las dos veces que el dueño de la tienda me ha dado una nalgada, mi cuerpo y mis piernas temblorosas se retorcieron en un placentero escalofrió cuando recordé la mano rasposa de aquel hombre con trabajo en fabrica.
-jejeje bien perra jejej así se hace – me dijo mi padrastro porque con el placentero escalofrió mi culito se apretó.
No le hice caso; aprete los ojos concentrada en aguantar lo más que pudiera sin desmayarme. En un momento de delirio, sentí raposa la mano de mi padrastro que sujetaba mi cadera, fue extraño porque él es de manos finas y delicadas por su trabajo en oficina, pero en ese momento, el delirio me hizo imaginar que era una mano diferente, como pude abrí los ojos y como pude, traté de mirarlo desde mi posición. Efectivamente, era mi padrastro, con una sonrisa de triunfo y placer que era provocado por mi cuerpo. Ahí fue cuando reafirme la idea de que los hombres y sobre todo los hombres maduros es lo que buscan en mí, buscan tomar mi cuerpo para su placer, y el que yo con tan solo 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 años provocara esos instintos hizo que me sintiera orgullosa. Aprete de nuevo los ojos y los abrí para estar segura de lo que estaba viendo.
Mi padrastro, un hombre guapo, con cuerpo musculoso y estético, con un gran trabajo que le deja mucho dinero, seguro a parte de mi madre, muchas mujeres lo buscan, pero ahí estaba yo, desnuda en mi cama con el culo parado y el desnudo, metiéndomela por detrás. Sus ojos y su sonrisa eran de triunfo, sus gemidos eran de profundo placer, un placer que yo lo provocaba, un placer que todas las demás no le daban. Cerré los ojos sintiéndome toda una mujer, mucha más mujer que todas las demás, mucha más mujer que todas aquellas mujeres que su hombre prefieren mirarme a mí que a ellas, me sentía orgullosa de ser capas que un hombre como mi padrastro encontrara placer en mi cuerpo, me sentía la mejor mujer del mundo. Me sentía orgullosa de ser el centro de atención de todos los hombres maduros que me ven.
-Eso es perra –me dice él con una nalgada- ya te está gustando, yo lo sabía, solo eres una puta- Mis pujidos de dolor poco a poco se convirtieron en pujidos de placer combinados con gemidos de amor por todo este sentimiento que tenía en ese momento. Yo solo le respondí abriendo ligeramente mis labios para dejar que escapara más cómodamente mis gemidos al mismo tiempo que se dibujaba una sonrisa en mi rostro combinado con las ultimas lágrimas en mi rostro.
El soltó mis manos, para tomar con más dominio mi cadera y aumentar poco a poco sus embestidas. Sus entradas y salidas se prolongaron por varios minutos, los cuales al pasar solo hacía que mis gemidos de placer fueran más intensos, porque sí, el placer que estaba sintiendo era brutal.
Sentí que pasaba una de sus manos por debajo de mi cuerpo y con la punta de sus dedos, comenzó a frotar mi clítoris con delicadeza. Solté un grito de placer absoluto mientras mi cuerpo comenzaba a temblar como gelatina, ese par de caricias de sus dedos hizo que mi cuerpo llegara al sol y regresara a la tierra en un orgasmo explosivo. Mi cuerpo se puso rígido entre temblores mientras mi visión se nublaba y salían de mis labios un solo gemido largo, suplicante y profundo. Todos mis músculos se tensaron, se apretaron, mi culito apretó la verga de mi padrastro que en ese momento lo tenía hasta el fondo, y sin más sentí como su leche salía dispara de su cuerpo invadiendo el mío, caliente, espesa, chorro tras chorro acompañados de un gemido varonil lo que hizo que otro orgasmo inmediato y más fuerte que el primero dominara toda mi existencia para llevarme al cielo y perderme ahí, envuelta en placer líquido.
Mientras mi alma regresa, mi cuerpo desnudo este tendido en medio de mi cama, los últimos rayos de sol se cuelan por la comisura de las cortinas de mi ventana, algunas gotas de sudor me hacen cosquillas al recorrer mi frente y mejilla. Mi padrastro esta recostado a un lado de mí, aun desnudo recargado en uno de sus codos mientras que con la otra mano acaricia mi culito como si acariciara a una perrita; bueno, es que, si lo soy, soy su perra que recibe con una sonrisa en la cara las caricias cariñosas en mi culito. Al abrir los ojos, y entre mechones de pelo, veo a mi dueño sintiendo como de mi culito sale su leche, su amor líquido que derramo dentro de mi culito. Su leche sale lentamente de mi trasero bajando por mi cuerpo bañando y haciendo cosquillas mi vagina para terminar manchando mi cama; en ese momento pensé que sería fabuloso que esa leche que salir de mi culito y bajaba hasta mi vagina, en lugar de perderse en mi cama se metiera en mi vagina, en ese momento quería sentirme llega de aquel amor liquido de mi dueño.
-Te dolió, pero te gusto –no era una pregunta, era una afirmación- Feliz cumpleaños putita.
-jjijiji gracias
-¿Gracias? ¿por qué? ¿Por el cumpleaños o por estrenar tu culito y hacerte una mujer completa?
-jijijij gracias papito, gracias por las dos cosas.
-Te amo mi niña
-Yo también te amo papito le respondí sonriendo, feliz de ser la mujer que le da todo ese placer.
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