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Dominación Mujeres, Fantasías / Parodias, Sexo con Madur@s

El Gato y el Ratón #1

Catwoman acuna a un joven niño en su guarida después de un aparatoso encuentro… Tendrá que lidiar con él aunque no tenga idea de lo que significa cuidar de niños.
Selina Kyle, mejor conocida como Catwoman, salió del banco con una sonrisa de satisfacción Pero llena de adrenalina… Esta noche acababa de atracar ese banco

Llevaba en su mano una abultada bolsa de terciopelo negro, llena con las gemas que acababa de robar de la bóveda del banco… Su curvilínea figura estaba vestida en su característico traje de látex negro, ceñido al cuerpo, que dejaba poco a la imaginación… El ajustado atuendo se ajustaba a cada curva de su cuerpo femenino y atlético… Sus pechos se tensaban contra la prenda con cada respiración, rebotando ligeramente al moverse… El mono acentuaba su estrecha y tonificada cintura y la tentadora curva de sus caderas y culo… Usaba unas botas altas de cuero negro con tacones que adornaban sus largas y poderosas piernas, impulsándola hacia adelante con una velocidad y agilidad felinas…

Se encontraba huyendo del lugar, se suponía que no habría alarmas esta vez… miraba por encima del hombro los gritos distantes y las sirenas de la policía que se acercaban mientras corría por las estrechas calles de los barrios más bajos de Gotham

Catwoman corrió por un callejón, con el corazón latiéndole con fuerza en los oídos… Podía oír los ladridos lejanos de los perros policía cada vez más fuerte, tras ella. Tenía que despejarse de ellos cuanto antes
Mientras corría por el callejón tenuemente iluminado, su mirada penetrante se posó en una pequeña figura acurrucada contra la pared… Era un niño pequeño, de no más de 8 años al parecer, con el pelo maltratado y la ropa hecha jirones que le colgaba de su delgado cuerpo… Asustado la miró con sus grandes ojos azules mientras ella se acercaba

La mujer se detuvo de golpe frente al niño, jadeando levemente para recuperar aire. Miró hacia atrás, oyendo el sonido de la policía acercándose… Necesitaba un lugar donde esconderse, y rápido. Su mirada se posó en el refugio improvisado del pequeño, estaba construido con cajas de cartón y una lona rota casi como una casa de campaña

-Escucha, chico-

Dijo en voz baja y urgente mientras se agachaba a su altura… El pequeño seguía acostado pero se sentó ahí mismo

-Ah… Que?- respondió el niño

-Estoy en un aprieto. Necesito esconderme unos minutos hasta que pase la policía… Déjame entrar-

Sin más, Selina apartó al chico de su propio «hogar» para entrar ahí adentro, no había suficiente espacio para los dos por lo qué dejó al niño afuera… se acurrucó en la oscuridad del lugar, conteniendo la respiración mientras la policía y sus perros invadían el callejón… Observó a través de una pequeña grieta en el cartón cómo un agente se acercaba al chico. El niño miró la imponente figura con ojos muy abiertos y asustados

-Oye, chico, ¿has visto a una mujer corriendo por aquí? Lleva un ridículo traje de gata… Es peligrosa, así que si la has visto, tienes que decírmelo-

Exigió el agente con brusquedad… El niño negó con la cabeza con una gota de sudor cayendo en la frente

-N-no, señor. No he visto a nadie así…-

El agente suspiró, pasándose una mano por la cabeza, ya casi calva… Para Selina fué una buena estrategia usar a un niño de la calle como escudo, nadie sospecharía de alguien en situación de calle

-Maldita sea… esta ciudad se está yendo al infierno. Robos, corrupción, niños sin hogar… A dónde vamos a parar?-

Dijo el policía con una mueca de desprecio lanzada al aire para después irse, Selina sintió una extraña punzada en el pecho… Siempre había sido egoísta, siempre buscando su propio beneficio…
Selina emergió de su escondite. El niño la miró con esos ojos asustadizos e inocentes, y por un instante, Selina sintió un cambio en su interior cuando lo miró directamente a los ojos… ver a este niño, tan joven y vulnerable, viviendo en la calle… Le recordó su propia difícil niñez

-¿Como te llamas, niño?

Preguntó un poco bruscamente, intentando que su voz sonara suave… El niño dudó antes de responder con una voz tímida

-M-Max, señora… Señorita-

Selina asintió, mirándolo. Sabía que debía escabullirse, desaparecer en la noche como siempre hacía y resguardar su botín… Pero se sintió incapaz de dejar al chico allí, solo y desprotegido, por un momento pensó regalarle una de sus joyas para que pudiera conseguir algo de dinero, que idea tan absurda si quería que Max fuese investigado y llevado a la comisaría por tener un diamante de Miles de dólares… Pensó en algo mejor

-Escucha, Max-

Se agachó en cuclillas, su latex rechinó y tensó contra su piel formando una figura aún más sexy… Era como una muñeca de porcelana color negro

-No puedes seguir viviendo en la calle. No es seguro. Conozco un lugar donde puedes quedarte… Al menos está noche, mañana te encontraré una mejor situación dónde puedas estar, ¿Me oyes, niño?-

Max asintió, con los ojos abiertos de esperanza y gratitud… Selina se levantó y le ofreció una mano para dirigirlo a su propio hogar

-No me pierdas el paso o te quedarás de nuevo en la calle-

Catwoman era severa y honesta, intimidaba a Max, Pero más era la alegría del chico por haber tenido esta oportunidad… Aunque Selina de vez en cuando lo miraba con una cara de fastidio mientras andaban por las oscuras calles…

Con un salto rápido y experto, Catwoman alcanzó la escalera de incendios de un edificio abandonado, con Max aferrado a su espalda… Subió las viejas escaleras metálicas, flexionando sus músculos bajo su traje… Los ojos del niño estaban abiertos de par en par, maravillados y con un toque de miedo, mientras se dirigían al ático oculto qué Selina tenía como hogar

Finalmente, llegaron arriba y entraron al edificio por una ventana… Selina empujó una puerta oculta, revelando un espacioso ático que contrastaba mucho con el viejo exterior del edificio… El espacio estaba lleno de tesoros robados: diamantes y rubíes brillaban en vitrinas, esculturas antiguas se alzaban sobre pedestales pulidos y trofeos dorados adornaban las paredes… Trofeos que por supuesto no eran de ella… Era un hogar completo, era la guarida de Catwoman

-Wow!!!-

Exclamó Max mientras Selina soltó aquella bolsa con sus cosas robadas en una esquina como si no fuese nada…

-Bienvenido, niño… Ahora escucha-

La mujer se giró hacía él con las manos en las caderas…
Las tenues luces del ático proyectaban largas sombras sobre los tesoros robados mientras Selina se cernía sobre el pequeño Max… Posó con una mezcla de autoridad, orgullo y algo más suave que ella intentaba reprimir con todas sus fuerzas

-Estás aquí porque me apetecía… Y no se te ocurra tocar nada de esto o esta noche pasarás frío… Solo hay una cama y es mía, puedes dormir en la alfombra-

Max dijo que si con la cabeza, recorriendo la habitación con la mirada, asombrado… El lugar era sorprendentemente acogedor a pesar de estar lleno de objetos robados

-Yo… yo no tocaré nada, señora-

Tartamudeó el niño en voz baja mientras tragaba saliva

Un destello de culpa se cruzó en el corazón de Selina al ver cómo los hombros del chico se hundían ante la idea de dormir en el duro suelo… Dejó escapar un suspiro de irritación

-Mierda… Está bien, Max… Puedes quedarte con la cama. Pero no te hagas ilusiones, esto es para una sola vez!!-

Se giró hacia la pequeña cocina, sus tacones resonaron en el suelo de madera… La cocina estaba sorprendentemente bien equipada, con electrodomésticos modernos… Catwoman abrió su refrigerador, habían montones de filas de botellas de leche… Tenía una extraña obsesión con la leche, el aire frío acarició su cuerpo

-Necesito algo para relajarme…-

Murmuró para sí misma mientras tomaba una botella. Normalmente, la prefería caliente o tibia. Pero esa noche, no tenía paciencia… Desenroscó el tapón con un fuerte giro y se llevó la botella a los labios… Mientras bebía, sintió la temperatura de la leche en su garganta haciendo que se relaje provocándole un escalofrío… Un poco del líquido se le escapó por la comisura de la boca, resbalándole por la barbilla y manchando el látex negro de su traje…

Selina terminó de beber dejando la botella a un lado con un suspiro de satisfacción…. Notó que Max la observaba. El chico parecía hambriento, su estómago probablemente rugía con la misma intensidad que su joven pene en los pantalones mientras admiraba sus curvas, Pero eso era algo que ni Max sabía…

-Toma, niño-

dijo Selina lanzándole una sopa de ramen instantáneo de la alacena

-Hay un microondas ahí. Calientalo…-

Selina se apoyó en la encimera, cruzando los brazos bajo sus generosos pechos, observándolo con severidad… A pesar de sus palabras, había una chispa de preocupación… Ver al chico flacucho y desnutrido despertó en ella un sentimiento protector, por mucho que intentara reprimirlo… Era Catwoman, una criminal egoísta. No era buena persona. Pero tal vez podría hacer una excepción… sólo por esta vez

-Si… Si señorita…-

Dijo el niño tartamudeando con la sopa en las manos acercándose a la cocina para seguir las instrucciones de como calentar su sopa, leyó con cuidado acercando mucho el texto a su vista… Pues era evidente que necesitaba lentes

-¿Que? ¿No sabes leer?-

Se burló un poco Selina yéndose del lugar hacía su habitación, necesitaba ponerse cómoda… Caminó dejando solo a Max y cerró la puerta detrás de ella
En la intimidad de su habitación, Selina se quitó el ajustado traje con una cremallera a lo largo de su cuello hasta su entrepierna… Su cuerpo estaba reluciente de sudor, llevaba por supuesto ropa interior que ahora estaba empapada por ese sudor, puso los ojos en blanco culpando al caluroso latex… Ahora necesitaba ducharse…
Después de unos minutos y tomar una ducha, ahora lucía unos shorts cortos negros y una top de tirantes que dejaba al descubierto su vientre, una pequeña cintura adornada con un abdomen definido… Todo su cuerpo era una combinación de fragilidad y elegancia con fuerza y disciplina …

La suave tela se ajustaba a sus curvas justo donde debía mientras regresaba a la zona principal del ático… Max estaba sentado a la mesita, devorando su sopa… Sus ojos estaban fijos en un objeto brillante que llevaba en la mano: el batarang de Batman! Esa arma metálica reflejó la luz en sus ojos inocentes

-Oye! ¿Qué te dije sobre tocar mis cosas?-

Espetó la mujer, acercándose a él. Pero antes de que pudiera arrebatandole el batarang

-Yo… Lo siento, señorita, lo encontré entre los cubiertos cuando buscaba un tenedor…. Y Batman es mi héroe favorito! Lucha contra los malos, el es muy genial-

-¿Genial? Un hombre vestido de un animal que se escabulle en la oscuridad no es genial… Es casi ridículo-

Se burló y Max baja la mirada sin saberle que responder a la mujer vestida de animal que se escabulle en la oscuridad… Selina lo mira sintiéndose un poco mal, así que prefiere dejarle en claro las cosas antes de que se malinterpreten sus intenciones

-Niño, ¿esto podría ser peligroso, okay? Y llámame Selina, Catwoman es un apodo con el que la gente de afuera me llama-

El chico suspiró sintiéndose culpable… no quería decepcionarla… la observó en silencio… sin máscara ni capucha, solo los rasgos afilados de esa mujer, Su cabello oscuro le enmarcaba el rostro en ondas desordenadas, y sus ojos tenían un brillo gatuno… Era innegablemente hermosa

-Si, gracias de nuevo, Selina…-

Más tarde esa noche, ambos se encontraban sentados en un sofá tan suave que ni Max se pudiera imaginar que una textura así existiera… tanto tiempo duermiendo en cartón sobre el frío suelo le hizo olvidar lo que es la compdidad… El ático estaba en silencio, salvo por el lejano murmullo de la ciudad y la plática que estaba teniendo el niño con la anti-heroina…
Selina le preguntó sobre su pasado, cómo había acabado solo en la calle, sobre sus padres y detalles personales… a Max le temblaba la voz en cada respuesta, el joven huérfano, había soportado una vida llena de dificultades desde el momento en que fue abandonado en el orfanato cuando era un bebé… El lugar que debería haber sido un refugio se convirtió en una pesadilla cuando los villanos lo atacaron hace aproximadamente un año… El caos y la destrucción lo dejaron sin hogar, sin familia y sin nadie a quien recurrir, no hubo nisiquiera presencia del estado
Se vio obligado a valerse por sí mismo en las calles de Gotham, aprendiendo a sobrevivir con sobras de comida… Su pequeño cuerpo era un testimonio de la desnutrición que había sufrido, y su ropa era poco más que harapos

Selina escuchaba atentamente, con una expresión que mezclaba compasión y coraje…

-Mmm… Mierda, esa no es vida para un niño, pero eres duro, Max…-

Murmuró la mujer, extendió la mano y la posó suavemente sobre el hombro de Max, una muestra de ternura casi imposible de alguien como Catwoman… El chico en busca de más calidez inclinó su rostro para pegar su mejilla con la mano de Selina

-Y tú, Selina? Cómo te convertiste en Catwoman?-

Una repentina consciencia recorrió el cuerpo de Selina ante la inocente pregunta de Max…. Había bajado la guardia, se había permitido acercarse demasiado a este chico, a este niño vulnerable e indefenso…. Era peligroso, para ambos incluso

-Basta de preguntas… Estás aquí porque me apetecía, no para una conversación íntima…. Ahora vete duerme en el sofá-

Dijo apartando su mano de Max con una voz fría y dura… Se levantó y le dió la espalda y caminó hacia su habitación… Las luces de la ciudad proyectaban su silueta con un brillo intenso, haciéndola parecer aún más imponente para azotar la puerta y dejar solo a Max

Max estaba sentado en el sofá, su pequeño cuerpo encorvado, con la confusión y la culpa reflejadas en su rostro… Miraba fijamente la puerta cerrada, con la mente llena de pensamientos. ¿Había dicho algo mal? ¿Se había pasado de la raya?

Al otro lado de la puerta, Selina yacía en su cama, mirando al techo… El corazón le latía con fuerza en el pecho, una mezcla de nerviosismo y autodesprecio… Era Catwoman, una ladrona, una criminal, no una figura materna! Pero algo en los ojos abiertos e inocentes de Max y su voz temblorosa la había conmovido como no lo había sentido en años… Se giró de lado, hundiendo la cara en la almohada

-Maldita sea!!!-

La noche se alargó, llena de pensamientos inquietos y un silencio incómodo… Cuando por fin llegó la mañana, la luz del sol se filtraba entre las cortinas, proyectando un cálido resplandor sobre el ático
Max apenas había dormido, aún con la mente llena de pensamientos sobre el repentino cambio de actitud de Selina… El niño estaba sentado en el sofá, con el pelo alborotado y los ojos cargados de cansancio

Unos minutos después, Selina salió de su habitación… Se había puesto un sencillo camisón negro corto dejando ver mucho sus tonificadas piernas… A Max se le aceleró el corazón al verla.

-Se… señorita, Selina, Estoy listo para volver a la calle, eso acordamos-

Un breve destello de algo parecido al dolor cruzó el rostro de Selina antes de disimularlo con su característica sonrisa arrogante… Se acercó al sofá

-Espera, niño… He cambiado de opinión, Cuidaré de ti… mientras busco un nuevo orfanato o algo, no estás en condiciones de valerte por ti mismo ahí fuera-

Dijo cruzando los brazos bajo el pecho… En realidad, la idea de enviar a Max de vuelta a las calles le revolvía el estómago…

-Y no te hagas ilusiones! Esto no es una obra de caridad. Solo estoy… haciendo lo correcto, ahora lávate la cara para que busques que desayunar-

Se dirigieron al pequeño baño, donde el espacio se sentía aún más estrecho con los dos dentro… Max se puso de puntillas junto al lavabo, salpicándose la cara con agua fría, mientras Selina se inclinaba sobre el lavabo, cepillándose los dientes… El camisón corto se le subía por los muslos con cada movimiento, permitiéndole a Max ver sus piernas y cómo la tela se ceñía a sus firmes glúteos… Se sonrojó y apartó la mirada rápidamente

-Yo… no tengo cepillo de dientes, Selina-

Dijo el niño sintiendo una punzada de vergüenza… Selina escupió la pasta de dientes, sus ojos se encontraron con los de Max en el espejo

-No soy tu madre, niño…-

-Pero… pero, creo que…-

Selina dejó escapar un suspiro irritado mientras seguía cepillandose los dientes impaciente… Agarró la barbilla de Max con la mano libre, firme pero sin dolor… Antes de que él pudiera reaccionar, Selina se inclinó y escupió el bocado de pasta de dientes espumosa directamente en la boca abierta del niño

-Listo! Ya basta, eso es suficiente para enjuagarte-

Dijo la mujer con una risita engreída, soltándole la barbilla y secándose la mano con una toalla cercana

-Límpiate y nos vemos en la cocina-

Dicho esto, se dio la vuelta y salió del baño, balanceando las caderas a cada paso… Max se quedó allí, aturdido, con el sabor a pasta de dientes a menta llenándole la boca. Aún podía sentir el calor de la mano de Selina en su barbilla, una extraña mezcla de miedo y… algo más que no podía identificar

De vuelta en la zona principal del ático, Selina ya estaba en la cocina preparándose un Café…
Max finalmente salió del baño, todavía con aspecto algo aturdido… Sus ojos buscaron de inmediato a Selina, y no pudo evitar notar cómo la luz de la mañana le daba un brillo radiante a la figura de la mujer… El niño se acercó moviendo las manos nerviosamente

-Puedes prepararte lo que quieras… Hay huevos por alguna parte de ahí-

-Yo… no sé cocinar-

Admitió en voz baja, Selina lo miró frunciendo el ceño

-Bueno, vas a aprender… No voy a ser tu chef-

Agarró una sartén y se la puso en las manos,
con un movimiento rápido, Selina deslizó un pequeño y taburete hacia Max… Lo colocó justo delante de la estufa para ordeñarle a Max que suba y así lo hizo, su pequeño cuerpo estaba ahora a una altura más adecuada para alcanzar la estufa.. Selina puso entonces un bol de huevos, un recipiente con sal y una botella de aceite a su alcance… Le sujetó las manos con firmeza, pero con cuidado. Era como si lo tratara como a un títere, moviendo sus brazos exactamente como ella quería… Al inclinarse más cerca por detrás, presionando su cuerpo contra la espalda del niño, Max sintió una descarga eléctrica que lo recorrió… sus pechos, suaves y cálidos, rozaban la nuca de Max con cada leve movimiento
El perfume de la mujer le inundó la nariz, y se le aceleró el corazón

-Sujeta la sartén con firmeza, así!-

Le indicó en voz baja y cerca de su oído… El aceite chisporroteaba en la sartén mientras ella le mostraba cómo romper los huevos y vertirlos en el sartén

-Y una pizca de sal…-

El rostro de Max estaba rojo como un tómate, una mezcla de vergüenza y una extraña y nueva sensación.. Podía sentir el aliento de Selina en su cuello, y el calor de su cuerpo contra el suyo era a la vez reconfortante e inquietante

En medio de su aturdimiento, la mano de Max resbaló y su dedo rozó la sartén caliente… Un agudo chillido escapó de sus labios al sentir un dolor intenso en el dedo… Selina entrecerró los ojos al instante

-Ayyy!!-

Max gritó, retirando la mano sacudiendola en el aire… Sin dudarlo un instante, Selina le dió un coscorrón al niño

-Presta atención, pequeño tonto! Estoy intentando enseñarte algo!-

Los ojos de Max se llenaron de lágrimas, Selina se dió la vuelta… se agachó, y su camisón se subió aún más mientras rebuscaba en los cajones inferiores de la cocina… Max abrió mucho los ojos, y todo recuerdo de su dedo quemado se desvaneció de su mente…. Podía ver la suave piel de sus muslos y la curva donde se unían sus nalgas, se le secó la boca y el corazón le latía con fuerza en el pecho

De repente, Selina se giró bruscamente, sorprendiendo a Max en el acto… La mujer dejó escapar un largo y cansado suspiro y puso los ojos en blanco… «Chicos…» Pensó para si misma negando con la cabeza…. Se acercó a él, con la curita que había encontrado en y le agarró el dedo lastimado con fuerza colocando la bandita en su herida

Selina empujó suavemente a Max hacia el comedor

-Ve a sentarte… Yo me encargaré de la comida antes de que lo incendies todo-

La mayor no pudo evitar pensar en lo diferente que había sido su vida en tan poco tiempo… No era una figura maternal. Era Catwoman, una gata solitaria! Y, sin embargo, allí estaba, cuidando a un niño asustado que había entrado en su mundo

La mañana transcurrió en un silencio algo tenso… Max no dejaba de mirarla de reojo, con una mezcla de miedo y admiración… Selina era muy consciente del efecto que tenía en el chico, y una parte de ella lo encontraba divertido, este pequeño juego de poder… Pero por el momento no era algo que le importara

Mientras el sol se ocultaba, la Gata desapareció en su dormitorio…. Unos minutos después, salió de este con su atuendo completo de Catwoman, el ajustado traje pegadito a cada curva de su cuerpo, la máscara ocultando su identidad, sus peligrosos gadgets..

-Escucha, niño, no toques nada. No abras la puerta, no hagas mucho ruido. Y por Dios, no prendas fuego! Y más te vale estar dormido cuando yo regrese-

Max asintió con la cabeza sintiéndose presionado por ella… El traje la hacía parecer aún más imponente, más poderosa… Podía ver los músculos de sus piernas flexionándose mientras caminaba hacia el balcón y saltaba de él

-FIN, capitulo 1-

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579 Lecturas/3 septiembre, 2025/1 Comentario/por ElrincondeFATIMA
Etiquetas: baño, chico, culo, joven, leche, madre, mayor, mujer
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1 comentario
  1. Texcit Dice:
    4 septiembre, 2025 en 1:05 pm

    Hola, me encanto tu relato, es raro ver una chica dominante sobre un menor pero es grato ver algo nuevo, bajo el tema de Catwoman simpre me ha encantado amiga Holly, ojala algun dia puedas explorarla de manera hertero como esta

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