El inicio de una puta 2 (El primer sábado)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por inocent1967.
Afortunadamente los sábados son los días en que mis padres salen a visitar a los suyos, ahora que soy mayor no necesito acompañarlos todo el tiempo y puedo quedarme en casa.
A las 3:45 de la tarde, salí a la banca en que me habían ordenado estar a las 4, me puse un pants y una playera. A las 4:05 llegaron los borrachos a la luz del día se veían peor que sin luz, ambos hombres de aproximadamente 45 a 50 años, morenos y se notaba que venían de trabajar, llegaron a la banca y se sentaron como si no me conocieran, sólo me dijeron sin siquiera voltearme a ver, pinche puta que pinches trapos son esos que traes, vete a cambiar tienes 10 minutos ponte una faldita y una playerita de tirantes sin calzones y sin brassier órale puta que tenemos prisa.
Sin más me levanté y corrí a la casa, me puse una faldita blanca y una playera negra, me quité los tenis y me puse unas sandalias y regresé a la banca.
Cuando me senté uno de ellos dijo, fíjate puta en ese centro comercial al fondo hay unos baños que casi nadie utiliza, nos vamos a adelantar unos pasos y tu nos sigues como 5 metros atrás, apúrate que estamos bien calientes.
Sin decir más se levantaron como si nada sucediera, esperé unos segundos y los seguí, efectivamente en ese centro comercial estaban esos baños que no conocía pareciera ser de empleados o algo así, pasando por un pasillo bastante obscuro. Al entrar me dijo uno de ellos cierra la puerta con seguro puta, y obedecí de inmediato, mi panocha empezaba a palpitar sólo de pensar en qué podría sucederle.
Acto seguido uno de ellos me tomó por el cabello llevándome frente a los lavamanos poniéndome frente al espejo y pegándose a mí por detrás frotando su pito erecto contra mi culo, diciendo mírate pinche puta ya te ves bien caliente, me ví en el reflejo ya estaba ruborizada y sólo asentí con la cabeza.
El día de hoy vamos a jugar un jueguito perrita, cada que me tengas que contestar algo me vas a decir si señor, por cada infracción que cometas te voy a dar un golpe estamos? – a lo que respondí Sí señor. Muy bien pinche perra. A ver socio tráete los juguetitos.
El otro salió de uno de los cubículos del baño con una bolsa, quítate la blusa perra –sí señor respondí mientras me la quitaba – mmmmm que buenas tetas tienes la otra noche no las pude apreciar bien, ahora apoya tus manos en el lavamanos y deja que cuelguen esas ricas tetas. Pero… dije yo, una bofetada cruzó mi cara, que te dije puta, sollozando respondí si señor y me coloqué en la posición ordenada.
Mis tetas colgaban él se colocó tras de mí y con sus callosas manos empezó a masajear fuertemente mis tetas, mis pezones se empezaron a levantar, así mero perra eso es lo que busco, a ver socio dame las ligas, el otro pasó dos ligas pequeñas éste las tomó estiró uno de mis pezones y sin decir más me colocó la liga en él para hacer lo mismo con el otro pezón. Ambos dolían, me preguntó que si dolían y respondí Sí señor.
Perfecto dijo mientras me daba un manotazo en cada una de mis tetas, así me gusta que te duela, ahora socio dame la cuerda, yo me empecé a poner nerviosa pero me aguanté, el hombre me ató en la base de las tetas apretando bastante y luego empezó a rodear mis tetas con las cuerdas apretando la cuerda mientras preguntaba, te duele? Sí señor respondía yo.
Una vez atadas mis tetas me dijo ahora enderézate y vete en el espejo, mis tetas se empezaban a poner moraditas, me dolían bastante y le dije señor pero esto para qué? Y de nuevo me golpeó ahora en las nalgas, diciendo no hagas preguntas estúpidas y cállate, ahora vamos a ver que tan caliente andas y sin decir más empezó a tocar mi panocha la cual estaba bastante mojada. A lo que comentó, vaya puta estás que ardes mira socio toca su panocha que mojadota está, el otro hizo lo que le pidieron y dijo MMMM…. Que rica si que está bien mojadita.
Ahora puta ponte la playera de nuevo y síguenos. Yo simplemente obedecí. Salimos del baño, mis tetas a través de la playera parecían unos melones, ya estaban bien duras por la falta de circulación. Salimos del centro comercial y nos fuimos por la parte de atrás lugar que yo no conocía. Dos cuadras más adelante había una pulquería a la cual se metieron, yo como siempre iba a tras me quedé afuera por lo que El Señor se asomó y me dijo, órale puta entra. Sí señor, respondí y entré, el lugar apestaba, se veía que era la hora de relajarse pues el lugar estaba lleno de borrachos, al entrar todos me voltearon a ver y sus ojos casi se salían de las cuencas.
Tuerto, tráeme un refresco para esta puta y dos curados para nosotros, el mesero fue por el pedido, desocuparon una mesa y nos fuimos a sentar allá, el señor decidió en que asiento me iba yo a sentar y ahí me senté. Ahora puta, voltea la silla hacia la vista de todos y abre las patas. Sin más obedecí, habiendo tanto hombre quién sabe que podría pasarme.
Los ojos de todos iban directo a mi panocha, yo quería cerrar las piernas pero me dijeron que no lo hiciera, francamente no entendía que era lo que querían cuando en eso el señor dijo a viva voz, órale pendejos que es lo que miran a poco se les antoja, alguien quiere darle una probadita a esta panochita jugosa?
Todos dudaron pero no faltó una voz que dijera sí, todos se sorprendieron, el señor dijo acércate y un hombre gordo, viejo y sudoroso se acercó, el señor le dijo que quieres hacerle a esta panochita, el gordo respondió me la quiero comer, órale pero te va a costar veinte pesos por cinco minutos de mamadas te parece? El hombre no lo podía creer aceptó pagó los veinte pesos el señor me dijo recuéstate en la mesa para que mi amigo se pueda sentar a comer tu panocha, yo asustada obedecí, me subí a la mesa dejando mi panocha a la orilla y colgando las piernas. Todos se empezaban a arremolinar alrededor del gordo para ver.
Sin más el borracho me abrió las piernas y empezó a lamer mi panocha, ésta al sentir el contacto con su lengua en apenas unos segundos se empapó, luego me empezó a meter la lengua con fuerza. Yo cada vez estaba más caliente, ni del dolor de tetas me acordaba en eso el señor decidió quitarme la blusa frente a todos enseñando mis tetas moradas amarradas todos lanzaron una exclamación a lo que el señor dijo quien las quiere tocar ya saben que todo tiene un precio varios hicieron fila, el que me comía la panocha ya casi hacía que me viniera tres hombres me estrujaban las tetas yo me volvía loca de lo caliente.
En ese momento el señor se bajó la bragueta sacando su verga y ordenándome que me la comiera, sin decir más lo empecé a hacer hacía un calor horrible todos esos hombres a mi alrededor, sólo hacía que el aire apestara a hormonas, en eso me corrí de la comida de panocha que me estaba dando el hombre se tragaba toda mi corrida, otro preguntó si podía poner su verga entre mis tetas, pagando a mi socio dijo el señor y acto seguido mientras le comía la verga al señor, otro me ponía la verga entre las tetas, el socio cobraba y cobraba a todos por cualquier cosa que quisieran hacer excepto meterme la verga.
Tantas manos sobre mí solo hacía que me calentara más y quisiera más, el señor dijo al que estaba en mi panocha, a ver cabrón ya estuvo que me toca, socio dale a comer tu verga, el señor se puso frente a la mesa, el socio me metió la verga en la boca mientras el señor me dejaba ir toda su vergota de jalón en mi panocha, arfggggg alcancé a decir mientras me comía la verga del socio y un manotazo fue a aterrizar a mis tetas, que no digas nada puta, te gusta mi verga? Con trabajo pude contestar si señor, quieres más pinche perra callejera? Sí señor respondí, pues ahí te va puta de mierda y me empezó a bombear la panocha bien duro, yo ya no podía me corrí y pocos segundos después el señor aventó toda su leche en mí, mientras el socio hacía lo propio en mi boca, los otros hombres se habían sacado las vergas y se las masajeaban y varios se corrieron.
Ahora pinche puta dijo el señor siéntate que te voy a soltar las tetas, obedecí, mis tetas parecía que iban a explotar no sé si por el tiempo que estuvieron amarradas o por la excitación. Pero al soltarlas me dolieron a más no poder, sensación que me gustó pues acababa de correrme.
A ver puta siéntate ahora en la silla que mis amigos varios ya terminaron y necesitan llegar con sus vergas bien limpias a su casa, ustedes hagan fila para que mi perra les limpie las vergas, yo estaba muy cansada pero sabía que si no obedecía me iba a ir muy mal así que uno a uno los fui limpiando con mi lengua eso era un asco tantas vergas, tanta leche diferente pero cada vez me gustaba más.
Al final el señor y el socio tomaron su turno para ser limpiados, cuando acabé me dijo el señor, tómate tu refresco puta y lárgate de aquí ya sabes el sábado que viene a la misma hora. Miguel escóltala hasta el parque no queremos que la puta acabe muerta verdad? El tal Miguel obedeció, salimos de ahí cuando entramos al centro comercial le dije que ahí estaba bien que podía seguir sola, él aceptó decidí ir al baño para limpiarme un poco entré y mientras me limpiaba el tal Miguel entró también y sin más se abalanzó sobre mí yo quise gritar pero me tapó la boca y me dijo, mira puta tomé fotos del desmadre así que mejor afloja y ay de ti si le dices a tu señor lo que pase aquí.
Está bien respondí, sin más Miguel me quitó la blusa y se pegó desesperado a mis tetas adoloridas, me mordía los pezones con desesperación mientras con uno de sus dedos me iba abriendo el culo, a ver puta voltéate que te voy a coger ese culo, por favor señor no respondí un buen jalón de pelos me quitó las ganas de estar respondiendo me volteó y poco a poco me fue encajando la verga en el culo, casi me desmayo del dolor me dijo aguanta puta aguanta, esto solo te va a doler al principio, mientras me iba dejando ir la verga rompiendo mi culito me apretaba las tetas como si las quisiera arrancar. Poco a poco yo empecé a sentir rico una vez que el dolor pasó, te gusta? Preguntó si respondí, quieres más verga? Si por favor y acto seguido me empezó a bombear más duro hasta que sentí sus huevos rozando la entrada de mi culo.
Finalmente explotó en mi culo llenándolo de leche, ahora límpiame la verga putita yo obedecí y una vez terminando sin decir más se fue, mis piernas apenas me sostenían, me enjuagué como pude y me fui a mi casa, al llegar me metí a bañar y me fui a dormir, sin embargo he de confesar que toda la noche me la pasé soñando una y otra vez todo lo que había acontecido ese día.
Que suerte, menos lo del culo
En el baño sería mejor sin traba
Faltó cojida