El lunes, la que llego veinte minutos tarde
El coach se sacó los pantalones.
El lunes, la que llego veinte minutos tarde, fue la negrita…
Como siempre el coach interrumpió LILIANITA, HOCKEY Y SEXO
tercera parte
el entrenamiento, seguimos entrenando con la colo.
Entraron al despacho y yo pedí salir con la escusa de que me estaba cagando.
Cuando me asomé a la ventana, ella estaba completamente desnuda ¡Parecía una hermosa estatua de ébano! Tenía tetitas pequeñas, pero bien visibles y el entrenador le preguntaba si era virgen.
“Mi padrastro me la metió por el culo cuando tenía seis años” fue su respuesta.
El coach se sacó los pantalones, se sentó el hiso que sentara en su falda, le abrió los cachetes de la cola y la levantó un poco, para que la pija apoyara en su orificio.
Pude ver que la cabeza desapareció en el culo de la morocha, pero también que gritó.
Él le tapó la boca con sus dos manos y con los brazos hiso que entrara mas aún, escuchaba los gritos sordos que apenas escapaban de la boca de la niña, veía como pataleaba de desesperación, pero mientras mas pataleaba mas se hundía el pedazo en su culo.
Vi que me miraba, implorando ayuda, yo solo atiné a acariciarme la cotorra por arriba de mi calzón.
Así estuvieron algunos minutos, los gritos de la negrita ahora estaban acompañadas con un llanto desconsolado…Pude notar cuando el profe eyaculó, por su cara de satisfacción.
La levantó y de inmediato cayó un grueso hilo de semen, sobre las bolas del profe.
Le soltó la boca y la negra hablaba con voz temblorosa, “me duele, me duele muchísimo”
El profe indiferente se secó la verga con pañuelos de papel y le dijo que “por esta vez la perdonaba” que no habría sanción,
La negra apenas si podía ponerse la bombacha, caminaba trastabillando…
Yo corrí al entrenamiento, la negra al baño, demoro casi hasta el final, cuando la vimos venir a la cancha rengueaba como si tuviera roto un tobillo, ninguna le preguntó qué había pasado.
Se arrimó a mi y me dijo “¡Jamás volveré a llegar tarde!”
La colorada fue la menos discreta: “Parece que te rompieron bien el culo” le dijo con desprecio a la negra.
Las coreanas hasta ese día parecían estar totalmente fuera de este asunto…
Eran las que mejor jugaban, las que tenían mejores ropas y zapatillas, y casi no hablaban con el resto del equipo.
Las pasaban a buscar en auto y les daba tiempo de cambiarse en su casa.
Eso me dio una idea malvada, que solo compartí con la negrita.
La idea era demorarlas, pero no sabíamos cómo hacerlo…
Googleando aprendimos como con un clavo insertado de determinada manera, se podía desinflar un neumático.
Intentamos varis veces, pero todo fracasaba, hasta que el destino nos ayudó.
Ese día el auto de las coreanas tuvo un accidente, no fue nada grave pero el tramite de pasarse los seguros y eso, las demoro más de media hora.
El profe hiso su rutina cuando una alumna llega tarde y de inmediato las llevó a su despacho.
No nos queríamos perder detalle, así que la negrita y yo corrimos al pasillo, ellos recien entraban.
Profe- “Supongo que sus compañeras les habrán dicho cual es el castigo o la solución a las llegadas tardes”
Las dos dijeron a dúo que no.
Les dijo que se quitaran toda la ropa, las coreanas se negaron.
“Bueno, entonces lamento informarles que están fuera del equipo”
Ellas hablaban entre si en su idioma materno, discutían, gritaban, hasta que una de ellas se empezó a desvestir, la otra no.
El profe detuvo a la que ya solo le faltaba sacarse la bombacha y les dijo, que o lo hacían la dos o no tenía valor.
Volvieron a discutir, incluso la que estaba en calzones zamarreó a la otra gemela, prácticamente la obligó a desvestirse.
El entrenador estaba de muy mal humor, pero hacía diferencias entre la que habia aceptado el reto con la reticente.
Detrás de mí, apareció primero la colombiana y como la colorada habia quedado sola, vino para ver que hacíamos, así que éramos un público numeroso.
El coach saco su verga y tomando la cabeza de la coreana rebelde, se la refregó por toda la cara, hilos de precum le quedaban pegados en sus mejillas.
Finalmente le puso la pija en los labios, los que mantenía cerrados, hiso un gesto como que ya no lidiaría más con ella, entonces intervino su hermana que se metió rápidamente la pija en su boca…al ver esto, la hermana finalmente cedió y compartió la pija con su hermana.
Estuvieron chupando un rato cada una, hasta que la más dócil recibió toda la descarga en su boca, la escupió en el suelo…el entrenador le indico a la otra que lo levantara chupando.
Creo que ya estaba resignada, así que empezó a absorber la pequeña lagunita de semen, hasta que no quedo nada en el piso.
Hiso que se vistieran de nuevo y nosotras volvimos corriendo a simular un partido.
Venían discutiendo en coreano, una se reía la otra no.
Ahora todas sabíamos casi todo, se volvió una competencia de quien podía hacer lo mejor.
Decidí recurrir como última carta a mi hermana. Le pregunté que era lo que mas podía satisfacer al entrenador.
Me dijo que lo que mas le gustaba, era que le lamieran, chuparan y metieran la lengua en el culo.
Descarté esa posibilidad en mi mente, era algo demasiado asqueroso en ese momento para mí.
Pero lo que no tuvimos en cuenta que, a la colombianita, le había hecho el culo, y eso parecía que lo entusiasmaba mucho mas que cualquier otra cosa, no sirven de mucho, conchitas de nenas de ocho años.
Pero, la ventaja nuestra, era que la señorita, no quería saber nada de que le vuelvan a poner algo en el ano.
Como últimamente nadie llegaba tarde, el coach nos elegía al azar o por ganas a algo en especial.
La primera era casi siempre la colorada, era a la única que se la metía de verdad, el muy maldito le hacía que trajera los condones, la pobre no le podía pedir a nadie que los compre, asi que era “la extraña nena de diez años que compraba preservativos en la farmacia”
Pero al parecer el profe se estaba aburriendo de ella, porque comenzó a variar cada vez más.
Las primeras que recuerdo fueron las coreanas, la primera vez no pudimos espiar, porque nos tocaba un examen escrito…
Pero la segunda, o sea al otro día, las cuatro estábamos pegadas a la ventana.
Solo había obligado a desnudarse a una, esta vez a la mas rebelde, su hermana tenia una poronga de goma (Por suerte no muy grande) y se la metía por el agujero de orto a su hermana, que empezó gritando de dolor y terminó gimiendo de placer, con un chorro que le salió de la concha y mojo todo lo que habia sobre el escritorio, mientras el coach se hacia una paja, pero sin acabar.
Con la negrita éramos ya amigas intimas, venía a mi casa, (aunque a mi mama no le agradaban la gente de color)
Estábamos en mi pieza y me dijo:
“¿Tendrás una banana que no este muy madura?” “Tengo pensado conquistarme al profe haciéndole una garganta profunda y tengo que ensayar”
Tenía bastantes por suerte…Peló la primera, pero solo le entraba hasta la mitad o tal vez menos, le producía arcadas y hasta vomitó en una oportunidad, pero la negrita seguía insistiendo, las bananas se terminaban desarmando y pelábamos una nueva, incluso probó una con cascara, pero le lastimaba la boca.
Se ve que mi hermana nos estuvo espiando, porque apareció con un pepino mediano, digamos que mas fino, pero mas largo que la pija del profe.
Le dijo a la negra, que lo primero era relajar los músculos, estuvo un largo rato acariciando la mandíbula y la tráquea de la negra, ¡“No te pongas tensa! Aflojá, relájate!”
Ya le entraba mucho más, pero terminaba en arcadas igual, yo probé una sola vez y me di cuenta que no era lo mío…Entonces mi hermana tomó otro pepino sin usar, era un poco más grueso y más largo, y nos dijo que miráramos.
Lo fue poniendo muy lentamente y empujando con tres dedos dentro de su boca, cada vez mas adentro, cuando llegó a la mitad, sentí un cosquilleo entre mis piernas, verla hacer eso, imaginarme que era una pija, me estaba haciendo calentar.
Se lo metió casi todo, lo sacó, carraspeo un poco, mucha saliva se le caía por las comisuras de sus labios y se lo volvió a meter, solo le lagrimeaban un poco los ojos, pero el pepino ya había pasado por sus amígdalas, creo que lo podría haber metido más adentro, sin problemas.
Viendo esto, la negrita siguió con su prueba…estuvimos mas de cuatro horas insistiendo, hasta que dejó de tener arcadas e incluso probo con el pepino más grande…
Mi hermana se había retirado y yo mientras miraba mi amiga, me acariciaba mi tajo…
Al día siguiente me eligió a mi…yo tenia mi acto estudiado, pero el profe quería algo mas que ponerme la pija entre las piernas, sin penetración, tampoco quería una paja…insinuó metérmela por el culo, cuando le dije rotundamente que no, estaba enfurecido…Recordé las palabras de mi hermana y le dije con mi voz más infantil.
“Profe…me dejaría probar algo que tengo ganas? Si no le gusta me lo dice”
“A ver de que se trata?” me dijo de mal humor.
Le pedí que se desvistiera del todo, le empecé a acariciar los cachetes del culo y las bolas, yo estaba en la parte de atrás.
Se dejó acariciar lentamente preguntando “¿Eso es todo?” le dije que tuviera paciencia y continué.
Le fui pasando mi dedo índice, desde el huesito dulce hasta donde empiezan las bolas, cada vez que pasaba por el agujero del culo, sentía que daba un respingo.
Empecé a besarle los cachetes (tenían unos cuantos granos) mis besos iban cada vez mas al centro, abriendo sus cantos, podía tocar con la punta de mi lengua su ano.
Cuando sintió la primera lengüetada, se abrió de piernas y paró su cola.
Apoye mis labios, haciendo fuerza para que entrara toda mi cara entre sus nalgas y comencé a chupar, solo fue un momento de sabor amargo (a mierda) pero se pasó enseguida, chupaba, lamia e intercalaba metiendo mi dedo índice hasta la mitad…
Sentir que jadeaba cada vez más, que las piernas le temblaban, así que aceleré mis embestidas, en el momento que estaba succionando su agujero, sentí como su esfínter se agrandaba y achicaba como si ti viera una descarga eléctrica y el ruido del semen chocando contra la madera del escritorio y cayendo al piso. Seguí chupando solamente, hasta que se dio vuelta y me dijo
“Nenita ¡Como se nota que sos hermana de Priscila!” y se empezó a vestir…
Yo… estaba ultra caliente, lo que me había dado asco de solo pensarlo, ahora lo haría de puro placer…Me quité la bombacha, el profe asombrado “¿Qué hacés?”
Me levante la pollera cuidando que no se manchara con el semen que habia arriba del escritorio y me senté sobre su acabada, refregaba mi culo para que se embadurnara con la leche, abrí mis piernas y solo lo miré a los ojos con cara de desesperada.
Se arrodilló lentamente, puso una mano en cada una de mis rodillas y me abrió las piernas, fue besando mis muslos, hasta que llego a mi vagina, ¡me hizo una divina chupada de concha!
Aunque para poder gozar, cerraba mis ojos, podía ver mis compañeras con sus bocas abiertas, admirando la escena, hasta me las imaginaba metiéndose sus dedos por la calentura que tenían.
¡ESCRIBEME!
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