El monstruo
Un monstruo se hace con una pequeña..
Está es la historia de un monstruo.
El monstruo en cuestión estaba sentado en el cuarto de su pequeña de 3 años, en el patio yacía el cuerpo de madre asesinada por este monstruo 5 meses atrás.
La mujer encontró al monstruo con su dedo índice alojado en el culito de la nena, lamía sus partes y tapaba su boca sofocando el llanto. La madre se abalanzó sobre el monstruo tratando de liberar a su hija. El monstruo de un manotazo arrojo a la mujer que chocó con la esquina de la pesada mesa de madera muriendo instantáneamente.
El monstruo enterró a la madre en el patio trasero y regreso a terminar lo que había iniciado.
Ya sin nada que preocuparse se dedicó a lamer la tierna vagina de la nena y a jugar con su año metiendo y sacando su dedo de infantil ano.
A partir de esa noche y por los siguientes meses el hombre se ha dedicado a tocar, besar y lamer a la pequeña por todos lados.
Está noche no sería distinta.
Tomó a la pequeña en brazos y la llevó a su cuarto, la colocó en su cama boca abajo sobre una almohada, saco el tuvo de anestesia que utilizaba todos los días, se baño el dedo con el contenido y sin importarle mucho comenzó a jugar con el año y vagina de la nena.
La anestesia hacia su trabajo y la nena no sentía nada, el monstruo había aprendido a ir poco a poco y preparar los orificios de la pequeña que a estas alturas recibían hasta dos dedos sin que la nena apenas se queje.
Para el monstruo esto era un afrodisíaco, metía y sacaba sus dedos de la vagina y ano de 3 años, con su otra mano sobaba su erecto miembro, con sus ojos de monstruo observaba a la pequeña que acostumbrada a su presencia sonreía.
Al no sentor dolor si no una ligera molestia la nena sonreía a su abusador que le respondía la sonrisa mientras se masturbaba y penetraban a la nena.
Cuando el monstruo sentía que era el momento, posicionaba su pene sobre la boca de la nena que acostumbrada abría grande permitiendo la entrada del glande.
La inocente nena sonreía mientras succionaba inocentemente el miembro que la violentaba.
Para el monstruo esto era el paraíso, un paraíso que inicio hace 2 años y medio, cuando aquella mujer toco a su puerta pidiendo un techo, una cama y comida a cambio de trabajo y placeres sexuales.
El monstruo aceptó a la mujer con su bebé relamiéndose los labios al pensar que podría disfrutar de la madre, aunque su objetivo fue el bebé de brazos.
La inocente y agradecida mujer se esforzaba en atender la casa del monstruo además de satisfacerlo sexualmente todas las noches que el hombre la llamaba.
Lamentablemente la mujer no sabía que cada vez que dejaba al monstruo a solas con la bebé, este abusaba de ella, la forzaba a succionar su grueso pene como si el seno de siadee se tratará, le tocaba sus partes causándole incomodidad y llanto, pero lo peor era que forzaba a la pequeña a beber su esperma.
La muerte de la madre fue la segunda venida para el monstruo, pues ahora se podia dedica en cuerpo y alma a entrenar a la pequeña, para los 5 años se comerá mi verga por su añito, a los 6 su puchita se va a llenar con su leche vertida directo en el fondo de su infantil útero.
Todos los días le daba su ración de dedo y leche, la cuál, al no conocer nada más en el mundo, aceptaba de mala gana entre incomodidad y una sonrisa.
En el cumpleaños 5 de la nena el monstruo la colocó boca abajo, la pequeña pensaba que se trataba de lo de siempre, metería un par de dedos, alguna zanahoria o calabaza y después verteria su semen dentro de su recto como otras veces había hecho, por suerte la pequeña ya tenía su año bien entrenado en materias de dilatación y aceptaba los intrusos sin problema, el resultado de un duro entrenamiento por más de cuatro años.
Pero está vez sería diferente, el monstruo metió dos de sus gruesos dedos embarrados en lubricante, con ayuda de los mismos baño el interior del recto y sin avisarle a la pequeña el monstruo colocó su glande en el ano de la pequeña que con la presión suficiente cedió ante el nuevo intruso.
La chiquilla gruño cuando aquel nuevo invasor conquistó sus entrañas, más allá de eso, nada. Se quedó ahí, acostada recibiendo aquel grueso pene en su ano, 8 centímetros adentro y 10 más por entrar.
Las grotescas manos del monstruo abarcaban todo el cuerpo de la pequeña, la sujetaba con firmeza y empujaba arrancando más gruñidos de la nena que seguía sin moverse, soportando los embistes del monstruo que gemía extasiado por el placer que sentía.
Por suerte para la nena, la tortura no duró mucho gracias a lo ajustado de su año, el monstruo no duró más de 8 minutos antes de gruñir de placer e inundar su cavidad anal con su semen.
El siguiente año de vida de la pequeña aprendió a sonreír mientras la penetraban analmente con 15 centímetros de pene que acostumbrados a lo ajustado ahora duraban hasta 20 minutos penetrando antes de vertir su semen en la cavidad anal, a meter mas allá de sus límites el grueso pene del monstruo en su boca aunque le dieran ganas de vomitar y seguir sintiendo cada vez que usaban su boca como si fuera su ano para darse placer y tragar todo el semen que depositaban directo a su esófago, la pequeña había aprendido a recibir pequeños pepinos en su vagina que se dilataba grotescamente cuando la invadían, pero lo más importante, la pequeña aprendió a sonreír mientras eso pasaba.
En su cumpleaños número 6, la pequeña estaba acostada boca arriba sobre un columpio que el monstruo había construido, se trataba de una máquina que podía subir y bajar a placer para ajustar la altura y así facilitar la penetración.
Esta máquina había sido testigo como 4 noches atrás el anito de la pequeña se había comido por primera vez los 18 centímetros de grueso pene ante los gritos de placer, satisfacción y victoria del monstruo.
Pero eso fue hace 4 días, hoy sería testigo de algo más fuerte, pues el monstruo cometería un error de cálculo que le daría más placer y por primera vez, le causaría dolor a la pequeña de 6 años, que a esta altura de la historia vale la pena decir, respondía al nombre de puta.
Estaba la nena colgada en su columpio, su vaginita estaba a la altura del monstruo que devoraba con vehemencia la pequeña vagina que se comería. Cantidades asquerosas de semen inundaron la inmadura vagina. Cuando el monstruo estuvo satisfecho ajusto el columpio de la pequeña quedando la vagina a la altura de su pene.
La nena sintió pavor, sabía que podía aguantar todo eso por su culito, pero los pepinos que le metían en su puchita, eran la mitad de gruesos que la verga del monstruo, y sin embargo, la pequeña no se movió ni protestó, se quedó quieta mientras sonreía ante lo que se venía.
A ese nivel habia entrenado a la pequeña el monstruo, lo curioso aquí es que la nena no le tenía miedo, al contrario, lo amaba, le decía matador, así la habían enseñado y así lo hacía.
El monstruo se posicionó en la entrada de la vulva que escurría saliva, jugó un poco con su glande recogiendo el vital lubricante que se había derramado y sin avisarle, sujeto la base de su pene ligeramente enterrado en la inmadura vagina, sujeto sus nalguitas y con fuerza penetró en el tierno chocho de la nena.
Aquí estaba el error de cálculo del monstruo, su pene logro penetrar 8 brutales centímetros que rompieron a la pequeña por la violencia con qué entró, la nena sangraba y por primera vez perdió la sonrisa y lloraba a todo pulmón por el ardor que le causó semejante ariete al romper su puchita.
Pero lectores, hablamos del monstruo, a quien sin importarle el sufrimiento de la nena cerraba con fuerza los ojos disfrutando lo apretado de la puchita que recién había roto y que ahora se disponía a bombear hasta eyacular dentro.
Le pequeña berreaba de dolor ante los movimientos de su violador, 4 centímetros afuera, 4 centímetros adentro, el ritmo era suave pero constante sin pausas, de nueva cuenta la pequeña corrió con suerte, pues 5 minutos después el monstruo gruñía depositando su esperma en lo profundo de la nena quien al sentir el calor del semen, sabía todo había terminado.
1 año ha pasado, la pequeña ahora tiene 7 años, el trauma de su violación vaginal había quedado en el pasado y el día de hoy, su 7mo cumpleaños, la nena saltaba sobre la verga de su matador clavada hasta el fondo de su culito mientras recibía una delgada zanahoria por su puchita simulando una doble penetración a sus 7 tiernos añitos..
Continuará, solo si veo buena recepción.
Uff que excitante una crianza así, dolorosa pero al final con gusto y placer, de casualidad hubo paseos excitantes a un centro comercial o parque infantil con la putita? Algo de exhibicionismo?
Tengo que preguntarle al monstruo… Pero lo que sí se, es que hubo trío, vídeo y un futuro embarazo.
que buen relato, espero la continuación gracias por el aporte
Gracias
Seria genial un embarazo de la nena alos 8 anos y que el monstruo estrene
Ala bebe