«El Niño Debajo del Escritorio» Parte II
La Maestra Olga inicia clases particulares para Rodolfito en su casa y conoce a su hermanito..
Mis cuentos se basan en las relaciones tabú entre mujeres adultas y niños jóvencitos. Si te gustan este tipo de cuentos, ¡sigue leyendo! Si tienes alguna sugerencia o idea para un cuento, házmelo saber en los comentarios.
Imagen de portada inspirada por: Argher10
Cuento inspirado por: pocoloco14
Lea la Parte I aquí: https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/heterosexual/el-nino-debajo-del-escritorio/
La hermosa maestra de sexto grado, Olga Rodríguez, había tenido un año increíble en Hope Middle School. Sus clases de matemáticas habían dado como resultado calificaciones aprobatorias para todos sus alumnos y todos los maestros y maestras de la escuela querían aprender sus secretos. El resto de la escuela no sabía que Olga Rodríguez tenía su propia forma de enseñar, y era un método extremadamente popular entre sus alumnos varones. Aunque solo coqueteaba con todos sus alumnitos y se vestía provocativamente en la privacidad de su propio salón de clases, solo tuvo un encuentro sexual con un estudiante. Este encuentro sexual fue con Rodolfito, su gordito alumnito de once años que se había escondido debajo de su escritorio y comenzó una ola de placer que Olga nunca antes había sentido en su vida. Habían pasado meses desde aquel encuentro y su pequeñito Rodolfito se había vuelto un experto en todo lo relacionado con el sexo, e incluso había comenzado a perder peso debido a la actividad física durante las relaciones sexuales. Los padres de Rodolfito la habían contratado como tutora privada y habían acordado dejar que Olga enseñara a Rodolfito en casa a principios de verano, y en el primer día de tutoría conoció a su hermanito de nueve años, Oscarin.
«¡Rodolfito, tu hermanito también quiere ser parte de esto! Tu ya me has visto desnuda innumerables veces, pero Oscarin probablemente nunca antes había visto a una mujer desnuda en persona», le dijo Olga al niño celoso de once añitos mientras se alejó ligeramente de ellos y se levantó la falda azul, revelando su culo a los niños excitados. Lentamente bajó la falda hasta sus pies y se quedó allí con su blusa negra, tanga negra y tacones altos negros mientras se volvía hacia los niños. Rodolfito y Oscarín admiraron su figura, cada uno mirando diferentes partes de su cuerpo. A Oscarin, el más flaco y nerd de los dos niños, le encantaban sus caderas anchas y sus piernas largas, y Rodolfito estaba ansioso por ver su parte favorita de ella. Satisfecha de haber calmado a Rodolfito, se levantó la blusa por encima de la cabeza para revelar sus grandes senos a los niños sedientos que tenía delante. Se sentó en el sofá, colocó los dedos a los lados de su tanga y lentamente la avanzó poco a poco hacia sus rodillas. Levantó su pierna derecha sobre su tanga e hizo lo mismo con la otra pierna, quitándose finalmente su última prenda de vestir. Los dos peladitos disfrutaron de toda su gloria desnuda y sintieron que era hora de que ellos también se desnudaran.
«¡Ayyyy Dios, ustedes tan bien duritos! Rodolfito, ¿por qué no le muestras a tu hermanito lo que me gusta?», Olga dijo mientras movía su cuerpo de lado para recostarse en el sofá. Levantó las piernas en el aire y, con una sonrisa, Rodolfito se apresuró a subirse al sofá entre sus piernas y acarició su penecito en el montículo del coño de Olga. Sin poder contenerse más, el niño de once años entró en el resbaladizo pasaje de la mujer, haciendo que los dos gimieran al unísono mientras él entraba en ella. Oscarin acarició su penecito con furia, excitado por lo que sus ojitos jóvencitos estaban viendo en el sofá frente a él. Vio como su hermanito mayor se estaba follando a su maestra con tanta pericia y empezó a sentir celos. Vio cómo los senos de Olga rebotaban arriba y abajo por las embestidas de Rodolfito, y miró su cuerpo hacia arriba, hacia sus piernas levantadas que se balanceaban en el aire. Olga miró hacia abajo entre sus piernas y vio la pollita jovencita de Rodolfito entrando y saliendo de ella, complaciéndola de una manera que ningún hombre adulto podría jamás hacer. Oscarin se sentía triste, envidioso y excluido de la diversión, y eso hacía que su penecito se volviera flácido. Olga inclinó la cabeza hacia atrás con placer y, mientras lo hacía, notó a Oscarin, solito, acariciando su penecito lentamente y sin pasión.
«Oscarin, no te preocupes, ¡ya tendrás tu turno! ¿Por qué no vienes aquí y te sientas a horcajadas sobre mi estómago y te mostraré dónde puedes poner tu pollita?», arrulló Olga mientras le indicaba a Oscarin que se acercara. Oscarin se levantó emocionado en el sofá y se sentó a horcajadas sobre el tonificado estómago de Olga y ella comenzó a acariciar su penecito, apuntándolo entre el valle de su escote. Olga usó un poco de su saliva para lubricar su escote para que a Oscarin le resultara más fácil empujar entre sus senos. Colocó su pollita entre sus grandes senos mientras ella los apretaba para el niño. Oscarin observó cómo su penecito estaba envuelto entre ellos, lo que hizo que él entrara y saliera lentamente de sus senos mientras ella tiraba y frotaba sus pezones. Oscarin gimió fuertemente mientras empujaba entre ellos, haciendo que su pollita se endureciera con cada embestida. Colocó sus pequeñas manitas sobre sus senos y los apretó, permitiendo que Olga liberara sus manos. Rodolfito, que estaba pasando el mejor momento de su vida entre las piernas de Olga, pudo ver lo que hacía su hermanito menor frente a él y eso hizo que se metiera más rápido en el coño de Olga.
«¡Mmmm oh! ¡Ah! ¡Ah! ¡Olga! ¡Sí! ¡Me encanta follarte así!» Rodolfito gimió fuertemente mientras bombeaba rápidamente su coño. El niño de once años siguió y siguió, y Olga se sorprendió de su resistencia en comparación con la primera vez que estuvo con ella. Mientras tanto, Oscarin lentamente tomó ritmo mientras se metía entre los senos de Olga. La cabezita de su penecito estaba roja como una remolacha por la fricción de sus embestidas, y con cada embestida, podía sentir algo nuevo creciendo dentro de él y se preguntaba si tenía que orinar. Olga gimió mientras apoyaba su cabeza en el reposabrazos del sofá y cerraba los ojos para saborear el placer que los dos pequeñitos le estaban dando. Pensó en las edades de ambos niños y las sumó, y encontró excitante que ella todavía fuera mayor que sus edades combinadas. Rodolfito gimió mientras la bombeaba erráticamente. Él le dio su último, lento y profundo empujón antes de que sus compuertas se abrieran y estallaran dentro de su coño. Olga podía sentir el calor de su lechita brotando en las paredes de su vagina, cubriéndolas con su pegajoso néctar. Rodolfito inclinó la cabeza hacia atrás por el placer que invadió su cuerpo mientras vaciaba sus bolitas en ella.
«¡Oh! ¡Oh sí, Rodolfito! ¡Corre dentro de mí, bebécito! ¡Llena mi coño! ¡Oscarin, quiero que tú también te corras!» Olga gimió mientras apretaba su coño alrededor de la pollita de Rodolfito para ordeñarlo. Sintió los últimos espasmos de la pollita de Rodolfito mientras él vaciaba toda su lechita en ella, y parte de su lechita comenzaba a salir de su coño. Sintió que su pollita se volvía más suave y flácida, y se preguntó si Oscarin sería capaz de hacer lo mismo por ella en sus senos. Ella gimió mientras miraba la pollita entre su escote, y luego miró a quién le pertenecía ese penecito. Oscarin le estaba dando todo lo que tenía y, aunque era extremadamente joven, tenía la pasión de un hombre adulto en sus ojos. Olga no podía esperar a tener más encuentros con el niño de nueve años y esperaba inculcarle la misma experiencia que Rodolfito había adquirido. Oscarin comenzó a empujarse más rápido y, mientras lo hacía, Olga miró hacia abajo entre su escote y le encantó cómo la cabecita de su penecito aparecía y desaparecía con cada uno de sus golpes. Al ver esto, Olga tuvo una idea que sabía que llevaría a Oscarin al límite.
«¡Olga, Oscarin no puede correrse! ¡Es un estúpido!» dijo el niño mayor, ganándose un ceño fruncido por parte de la mujer mayor y de Oscarin. Satisfecho, Rodolfito sacó su penecito de su coño y, con él, un glóbulo de su lechita goteó hasta el sofá de cuero debajo de ellos. Mientras se levantaba del sofá, Olga relajó las piernas en el apoyabrazos del sofá cuando Rodolfito las soltó. Oscarin parecía visualmente frustrado cuando empujó su pollita demasiado lejos, provocando que se saliera de los senos de Olga. Frustrado consigo mismo, Oscarin se volvió fláccido y trató de relajarse para poder endurecer nuevamente su penecito y volver a colocarlo rápidamente entre los senos de Olga. Olga sabía que el comentario de su hermanito mayor le había hecho perder la concentración y, para ayudar a Oscarin, empezó a jugar con sus senos, amasándolos con movimientos circulares para Oscarin. Besó sus senos y chupó sus pezones, dándole al niño de nueve años una imagen que lo volvería a poner duro. Oscarin gimió mientras comenzaba a acariciarse, concentrándose en la nueva sensación en su ingle. Cuando volvió a ponerse duro, colocó su penecito nuevamente en el escote de Olga, apretando sus senos una vez más y comenzó a acariciarse entre Olga más rápido, haciéndola gemir fuertemente. Luego, Olga abordó el comentario de Rodolfito.
«Lo que dijiste no estuvo bien, Rodolfito. ¡Apuesto a que Oscarin se correrá más que tú! Te correrás por mí, ¿verdad, cariño?» Olga le dijo a Oscarin mientras se acercaba el coño y se frotaba el clítoris con furia. Ella todavía no había tenido un orgasmo, y la idea de que un niño de nueve años le follara los senos la estaba volviendo loca. Rodolfito se sintió herido cuando Olga le dijo eso y se preguntó qué había hecho mal. Vio a su maestra en el sofá, totalmente concentrada en su hermanito menor, y empezó a sentir celos. Escuchó las palabras de aliento que Olga le estaba gimiendo a Oscarin, rogándole que se corriera sobre ella mientras veía a su hermanito menor empujarse lentamente entre sus senos. Verlos desde este ángulo hizo que Rodolfito se endureciera nuevamente, y comenzó a acariciar su penecito mojado y pegajoso, instantáneamente endureciéndose y listo para más. Mientras tanto, las embestidas de Oscarin se hacían cada vez más lentas, y podía sentir que algo salía del centro de su ingle, y se preguntaba si era el mismo líquido que veía saliendo del coño de Olga. Oscarin miró el rostro de Olga y con confianza en su voz le aseguró algo.
«¡Sí Señorita Olga! Me voy a correr mucho para ti. ¡Más que Rodolfito!» Oscarin gimió mientras empujaba erráticamente entre sus senos. La extraña sensación en su ingle iba aumentando en intensidad y sentía que podía explotar en cualquier momento.
«¡Oh cariño, sé que lo harás! ¡Muéstrale a tu malvado hermano que vas a disparar tu lechita de niño sobre mí!» Olga gimió mientras implementaba su idea. Mientras Oscarin empujaba hacia abajo, Olga abrió la boca y esperó su empuje hacia arriba, y cuando completó su empuje, Oscarin sintió algo cálido y húmedo en la cabezita de su penecito. Miró hacia abajo para ver qué era y se sorprendió al ver su penecito empujando la boca abierta de Olga con cada uno de sus movimientos ascendentes. Esa imagen había llevado a Oscarin al límite y había despertado algo en él que había estado dormido desde su nacimiento. Oscarin colocó sus manitas en el reposabrazos del sofá mientras se empujaba rápidamente dentro de la boca de Olga, haciendo que la mujer adulta gimiera de placer por su repentina penetración. Continuó frotando su clítoris con furia, y con la otra mano insertó sus dedos dentro de su coño y disfrutó de la follada bucal que le estaba dando Oscarin.
«Señorita… ¡ahhh Olga! ¡Voy a… creo que voy a hacerlo!» gimió Oscarin mientras sacaba su pollita de la boca de Olga, incapaz de controlar los espasmos de su cuerpo mientras frotaba su penecito en su cara. Ella pensó que él iba a disparar largas hebras de lechita en su cara como Rodolfito, pero el niño de nueve años disparó pequeñas hebras de un líquido cálido y claro en su cara que parecía pre-semen. Aun así, solo pensar que este niño de nueve años tuvo su primer orgasmo frente a ella y en su cara la envió al límite cuando dejó de frotar su clítoris, dejando que su propio orgasmo inundara su cuerpo, paralizándola, haciéndola temblar y gemir fuerte. Mientras se recuperaba de su propio orgasmo, notó la expresión de extrema felicidad en el rostro del jovencito mientras se desplomaba encima de ella.
«No pensé que sería capaz de correrse a su edad», Olga pensó mientras calmaba la nuca de Oscarin. Después de unos momentos, Oscarin había comenzado a chupar los senos que había estado follando momentos atrás, y en ese momento, Olga le susurró al oído, diciéndole que hizo un buen trabajo y que en el futuro podrá fóllarla igual que su hermanito mayor. Rodolfito, celoso por la atención que le estaba dando a su hermanito menor, apuntó su penecito cerca de la boca de Olga y ella lo apartó, y le dio al niño mayor un gesto de desaprobación. Confundido, Rodolfito dio un paso atrás y miró fijamente a su hermanito menor, sintiendo envidia de él mientras se vestía. Olga estaba en el cielo en ese momento. Había conquistado con éxito a su segundo niño y se preguntaba cuántos más podría disfrutar en el futuro.
Si tienes alguna sugerencia o idea para un cuento, házmelo saber en los comentarios a continuación. ¡Gracias por leer!
Me encantan tus historias y la forma de relatarlas
me gustaria una historia con un a mujer q vista con lenceria a un niño para jugar con ella!!!!!!!!
¡Gracias! ¡Escribiré algo gracias a esta idea!
Buenas tardes.
Antes que nada me gustaría felicitarte por tus 2 relatos. Son muy entretenidos de leer. Ojalá y sigas escribiendo más.
Con el tema de sugerencias yo tendría una. El tema de mujer «mayores» con niños es muy interesante y hasta cierto punto tierno si es que la palabra cabe ya que por lo general siempre la mujer en las historias es la que lleva la batuta en la relación. Mi idea o sugerencia será, ¿Qué pasa si fuera al revés? Me refiero a que la maestra Olga en un descuido mientras le daba una mamada a Rodolfito en la escuela, es grabada por el niño bullying. Y este comienza a chantajear a la maestra con que tiene que hacer todo lo que le diga sino subirá el video a Internet y seria el final para la maestra. Entonces la maestra comienza a aceptar las órdenes del niño que comienzan desde que use ropas más sexys para ir a la escuela, abrirse de piernas delante de la clase «accidentalmente» y use vibradores a control remoto que el niño estará manipulando mientras da sus clases, que sea una tipo de degradación paulatina en el cual Olga tal vez en un principio no le gustaba pero conforme pasa el tiempo, le agarra el gusto a ser dominada y convertida en una esclava sexual por un niño. Así hasta terminar en lo esperando, teniendo sexo ambos y porque no, que el niño la comience a compartir con otros amigos de la escuela o de otros lados.
¡Saludos!
¡Gracias! ¡Escribiré algo gracias a esta idea!
Muy bueno, me alegra que hayas seguido la historia. Mucho morbo me encanto felicitaciones
¡Gracias!
Un poco bajitos para tener 11 y 9, un niño de 11 ya le llega a una adulta al hombro
¡Gracias por leer! Haré un mejor trabajo al retratar las medidas de manera más realista según la altura promedio por edad.
Muy bien relatado, espero sigas escribiendo más. Estaría interesante una historia de una mujer en sus veites, la cual cuida a su vecinita de once años y por alguna razón terminan en la ducha juntos y pasas algunas cosas mas
¡Gracias por leer! Sólo escribo cuentos de mujeres y niños.
Felicidades muy excitante vídeo cómo unos niños llegan a poner así a una adulta espero más