El principio con mi prima (Parte 2)
Continúo relatando mis inocentes juegos de niño, son completamente ciertos. Esto ocurrió con otra prima un poco mayor..
Tenía 6, quizá 7 años más o menos, los juegos sexuales con mi prima Lety habían comenzado.
Mi prima Clara tendría 12 o 13 y una vez que estaba sola en su casa, donde vivía con mi abuelita, fui a visitarlas. Hubo un rato que nos quedamos solos y yo creo que andaba caliente, porque me metió a su habitación y me dijo que si quería chuparle las chichis.
Yo estaba un poco dudoso, no sabía si decirle que yo jugaba a eso con Lety, pero no hubo necesidad de que confesara, me dijo: me pongo miel, hay una muy rica de mi mamá en un frasquito.
Por supuesto acepté, fue por el frasco de miel, se desabrochó la blusa y se sacó una teta. Era muy hermosa, grandota, blanca. Se untó miel en el pezón y me dijo: chúpala.
Sin hacerme del rogar, mamé su teta y ella estaba feliz, no paraba de sonreír. Me sujeté a ella y chupaba y chupaba. No duró mucho el juego, pero ella quedó contenta. Me quitó de su pecho y se abrochó la blusa. Desde luego, me ordenó que no debía decirle a nadie.
Me dijo que si quería, podíamos jugar un poco más un par de días después, cuando le tocaba bañarse. Que la buscara a cierta hora cuando ya se hubiera bañado. Estuve de acuerdo.
En la primera oportunidad, se lo platiqué a Lety a la hora de estar jugando a “la casita” en la versión perversa inventada por ella. Quiso saber si le platiqué de nuestros juegos y le dejé claro que no había yo hablado de eso. Entonces para mi sorpresa, me confesó que ella también le había chupado las tetas en las mismas condiciones, pero que no se había puesto miel y que seguramente así sabían más rico, pero que de todos modos le había gustado. Me agradó saberlo.
Regresé a buscar a Clara cuando me dijo y estaba de nuevo sola. Me metió a su recámara y me dijo que si quería chupar de nuevo, obviamente respondí que sí. Pero ahora quería en otro lado y que también se pondría miel. Trajo el frasco y se encueró.
Me encantó verla así, con sus chichotas tan lindas, piernuda y nalgona de piel tan blanca, y le pregunté si quería que me quitara yo también la ropa, pero me dijo que no. Se puso un poco de miel en la almejita, que ya tenía pelitos y me dijo que chupara. Como yo ya jugaba así con Lety, sabía cómo hacerlo y me puse a lamerla. Me gustó muchísimo y quizá un poco más que la de Lety, olía riquísimo y con la miel que se puso, sabía aún más rica. A ella también le gustó mucho. Me pidió que también le chupara las tetas y yo la complací.
Este juego se repitió solo un par de veces más. Con quien duró por meses fue con Lety. Pronto les seguiré contando.
Agradezco sus comentarios y como mencioné, son anécdotas completamente reales.
Qué delicioso!
Gracias! Sí que lo fue.