El Profesor De Historia
Cuando el profesor nuevo se presento mi libido se exalto .
Era otra aburrida mañana en el colegio en la materia de lengua, mis amigos gritaban y jugaban. Yo solo quería dormir como en todas las materias, pero al tocar la campana del recreo salí corriendo del salón para ir al baño. corriendo por las ganas de ir al baño me choque con un señor de mediana edad de como unos sesenta o cincuenta. El hombre me pide disculpas y sigue su camino.
al terminar de hacer pis me lavo las manos y me voy a mi salón cuando entro veo al mismo señor parado al lado del pizarrón tratando de saludar a mis compañeros de clase, pero ninguno de mis compañeros prestaba atención, el profesor hablaba y no le importaba si escuchaban o no, el daba su clase hasta que en un momento pego un grito que me hizo poner los pelos de punta.
-cállense.
saco la silla que estaba debajo del escritorio y la puso en medio del salón y se sentó en ella. Abrió sus piernas y se posiciono en su brazo izquierdo clavando su mirada en mis compañeros. recorrió con la mirada a todos mis compañeros hasta que se encontró con mi mirada
Su voz ronca y su postura me hizo mojar, mi amiga me pateaba por debajo de la mesa para que deje de babear, me hizo bromas por ver al profesor de esa forma, pero mi debilidad eran los hombres mayores. al terminar la clase el profesor me llamo y me pregunto mi nombre a lo cual respondí que era Bianca. Luego de responderle el solo asintió y me mando a que vaya al recreo.
Un día estaba lloviendo demasiado entonces no habían asistido casi nadie de mis compañeros de clase, como solo habían asistido solo cuatro compañeros, nos reunimos en un grupo y hablábamos hasta que se vino la hora de historia. Esta vuelta el profesor saludo y se sentó en su escritorio sacando sus libros, pero como éramos solo cinco nos dio hora libre.
Me pare y tome una silla que la arrastre para sentarme enfrente suyo, cuando me senté lo salude y él me respondió muy secamente asi que lancé un comentario “uh que humorcito tienes”, cuando me di cuenta tenía sus ojos clavados en mi cara. Gracias a dios la campana me salvo y cuando me estaba por levantar me dijo “siéntate”, a lo cual me quedé en mi lugar.
Mis compañeros Salieron del curso y al último que salió el profesor le dio la orden de que cierre la puerta.
-Bianca, te gusta molestar a la gente? Pregunto mi profesor
me dejo perpleja, él se acercó y apretó mis brazos que estaban apoyados en mis piernas. Me apretó tan fuerte que lance un gemido ahogado, al soltarme, mi brazo tenía su mano marcada y cada vez se veía más rojo.
- te gusta no? –
no supe que decirle, sin más me tomo de la cara y metió su lengua, pasando por toda mi cavidad bucal, me agarro del cuello y siguió besándome, hasta que toco la campana cuando me soltó y él se reincorporo a su asiento y yo volví a mi pupitre. Hicimos como si no pasó nada y asi continuo la otra hora. Cuando salgo del colegio suelo irme caminando ya que no es tan lejos, me queda a unas veinte cuadras.
Al día siguiente me levanté como de costumbre a las cinco de mañana y me estaba yendo hacia el colegio, pero de tras empecé a oír unos bocinazos que venían de un auto, cuando baja la ventanilla era el profe de historia
- ¿Qué haces caminando sola a esta hora?
Y yo le expliqué que me estaba yendo al colegio y él me ofreció acercarme allí ya que íbamos al mismo lugar, cuando me subí al auto él se acercó a mí y sentí como mi corazón empezó a latir sin parar, pero solo me dio un beso en el cachete y se echó a reír.
- Es muy temprano linda para andar esperando más
Pude sentir mi cara roja de vergüenza, cuando estábamos por llegar al colegio el detuvo el auto unas cuadras antes. Tiro el asiento hacia atrás y me subió arriba de su regazo donde coloco sus manos en mis muslos apretándolos con fuerza y apoyándome su bulto en mi intimidad que ya se encontraba húmeda, él se frotaba contra mí y yo movía mis caderas al ritmo que él dirigía, mientras me seguía frotando contra su bulto el me tomo por el cuello y me embistió la garganta con su lengua.
Una ola de placer me inundo y caí agotada sobre su hombro y el lanzo un breve gemido ronco.
Nos reincorporamos a los asientos y cuando estábamos por seguir camino me queje de que se me había arrugado la camisa a lo que él dijo
- eres tú la que me jodes poniéndome asi.
Temblé ante su respuesta, pero preferí callar y seguir viendo por la ventana hasta llegar al estacionamiento del colegio. Cuando llegamos el me abrió la puerta y me beso en la mejilla dejándome perpleja a lo que me dice
- Bianca si nos ven juntos sospecharan que venimos juntos.
Asentí y me fui por otro camino, cuando entre al colegio el día se me paso volando, a la salida como de costumbre me iba caminando a mi casa, pero oí el tan famoso bocinazo del profesor que me hizo parar, el bajo la ventanilla y me invito a subir lo cual asentí.
- Vamos a ir a mi casa.
Le dije que sí y cuando llegamos el me dio una orden
- Vas a desnudarte y yo voy a disfrutar de esto.
Él se sentó en el borde de la cama mientras yo empezaba a desnudarme y la respiración de el comenzó a agitarse y eso hacía eco en mis oídos, estiro su mano y me tomo por la cintura haciendo seña de que me arrodillase para chupársela, él se abrió la bragueta de su pantalón y libero su verga que estaba palpitando la cual comencé a frotársela, mientras lamia el tronco a la par que bajaba y subía mi mano, me tomo del pelo y me hizo tragármela entera y cuando acabo me lo bebí todo sin derramar nada, el profesor giro los ojos del placer y yo me senté arriba de el para que me la metiese
- ¿lo disfrutas?
Fue la pregunta que hizo antes de clavármela sin piedad, sentí como me perforaba en mis adentros.
- ¿Te gusta lo que hago y como te pongo?
Intente asentir, pero mi cabeza ya se encontraba en otro lugar
- Contéstame – susurro en mi oído
- ¡Si!
- Si ¿qué?
- Si, profesor
Me la metía tan duro que la habitación se llenó de gemidos, me puso en cuatro y sujeto mis manos dejándome inmóvil en ese instante por mis piernas comenzó a correr un líquido.
- Creo que me oriné- dije sin mas
Y el poniéndome boca arriba me mostro que lo que había hecho era un squirt por el placer. Luego me apretó el cuello intensificando el ritmo de las embestidas
- ¡joder, Mírame! – exigió
Cuando me apretó más a él y nos corrimos juntos.
Quedamos dormidos toda la tarde y cuando me desperté yo estaba aferrada a él, que me mantenía en sus brazos mientras dormía, no lo desperté jamás y seguí durmiendo junto a él ….
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