EL RINCÓN DE LAS FANTASÍAS XI.*
Una historia muy bizarra. .
Anime en tiempo fuera.
– ¡Vaya cosa que me pides. Sin duda es de las fantasías más originales que he escuchado!
Decía Adam, sonriente y asombrado a la vez. Fue muy raro que alguien se inspirará en alguno de ese tipo de videos.
– ¡Bien Regresa en una hora y tu fantasía será realidad!
Aquel joven de 25 años, no es que se considerará un otaku; más bien, su fantasía iba un poco más allá de lo acostumbrado.
Deseoso y un poco exitado, por los comentarios acerca de este ahora conocido lugar, tenía la certeza que su fantasía se cumpliría.
Adam le dio al muchacho un cronómetro para su cometido.
Estando en su habitación. Alberto. Echó a andar aquel video del cual se había inspirado.
En un abrir y cerrar de ojos, Beto se encontraba en la piscina, rodeado de las tres chicas que sacarían sus instintos.
La primera. Una chica de cabello morado. posedora de unos enormes pechos y un trasero mediano.
Quien estaba sentada a la orilla.
Las otras dos estaban disfrutando de un buen chapuzon.
Una de cabello negro, que a diferencia de la primera tenía un enorme trasero y pechos chicos.
La otra. Se podría describir con cuerpo normal, pechos y trasero medianos, cabello café.
Alberto espero a que las chicas salieran de la alberca, observando sus curvas, sus movimientos, sin repetir lo que había visto.
Cuando ya se despedía la chica de cabello café, colocándose sus anteojos. Beto saco su cronómetro para detener el tiempo y dar rienda suelta a su fantasía.
Inspeccionaba a las chicas, oliendo sus cabellos, tocando sus traseros, mirando y acariciando sus senos.
Abriendo sus bocas para meter un dedo.
La inspección era muy minuciosa según Alberto. Pero en realidad no sabía donde posaria su hambrienta polla.
Al tardar con la chica de enormes, pechos, decidió que sería la primera.
Jalandola hacia él. De un tirón sacó sus grandes pechos, apretujandolos con fuerza, separandolos para meter su cara en medio.
Le abrió la boca, sacándole la lengua, chupandola en un beso apasionado.
El contacto con la chica era tan real que no pareciese que estaba viviendo en una caricatura; solo porque todo lo veía en anime, pero el gusto y los demás sentidos eran muy reales.
Acostada sobre una alfombra, Beto disfrutaba de una rusa. Con la cabeza levantada de la chica y con la boca abierta, él disfruto aún más lo que hacía.
Con la punta del glande masajeaba los pezones rosados de la inerte chica.
Decidió llevarla con la de gran trasero, rompiendo su traje de baño, inclinandola y dando de mamadas en cada centímetro de su piel, inclusive penetró su esfiner con la lengua.
Metió su falo en la boca de la chica voluptuosa, ensalivandolo bien y metiendolo en el recto de la otra chica.
Aferrándose a sus muslos con fuerza, sus estocadas, eran fuertes.
Acercando bastante a la que yacia hincada, sacó lo más que pudo su lengua para que lo rosara en cada metida en la chica penetrada.
Al sentir que casi le llegaba la hora de tener un orgasmo, acomodo a la chica de las grandes tetas boca arriba y a la del culo amplio encima, con su cara semi hundida en sus bolas de carne.
Las levantó colocando unos flotadores bajo la cadera de la primera.
Para así alternar las perforaciones entre la vagina de la una como en el culo de la otra.
Con gran manipulación en su descarga, le lleno el culo a una y la vulva de la voluptuosa, quitando a la de encima, terminó de vaciarse en sus grandes pechos haciendo una rusa más.
Recuperando el aliento, puso a la de cabello morado sobre la de cabello negro, acomodandola de tal forma que pareciera que le está chupando las tetas.
Sacando el cronómetro para regresar el tiempo a la normalidad.
Las chicas gritaban de espanto al verse en una posición lesbica.
La de lentes solo quedó atónita, porque para ella todo fue muy rápido.
Al interrogar a Alberto del porque y que estaba haciendo ahí, volvió a parar el tiempo.
Se acerco a la chica de cabello café.
Abrazandola aún con humedad en su cuerpo y traje de baño, olio su cuello.
En ese mismo abrazo, acariciaba sus redondas nalgas, su parte delantera y sus pechos.
Abriendo su boca y sacando la lengua, se dio un festín con esa boquita de labios carnosos.
Al término de besar su cuello y sus hombros. Alejándose un poco acariciaba lo que prometía ser una panocha belluda, sobre su traje de baño.
La chica. Aun con la boca abierta, volvió a ser invadida, por la lengua de Beto, quien ya comenzaba a pellizcar sus nalgas y senos.
Cortó la parte baja de su traje, sacó sus senos, la acostó donde antes habían estado sus compañeras.
Se tomó tiempo para disfrutar del sabor y del aroma de esa vulva rodeada con bello púbico.
Al regresarla a la normalidad, ella intentó safarse, pero el chico fue más fuerte y la sometió.
A la fuerza mamaba sus pezones, cosa que hacia que la chica, quisiera safarse.
Otra vez detenido el tiempo.
Alberto procedió a penetrarla, de un modo un poco rudo, rompiendo el himen de la chica.
Aferrada su boca a la de ella, él no podía dejar de moverse rápido.
Sus manos llegaban a sus rodillas y de arriba abajo las acariciaba con exitación.
De nuevo activo el tiempo en la chica y está gritaba y arañaba al muchacho que ya había tomado su virginidad.
Todo intento de escape era inútil, pues Beto la tenía bien agarrada.
Señalando a sus amigas, le hizo saber que a ellas también las había hecho suyas.
Observandolas con los pechos y culo de fuera, además de estar en el suelo.
Así que siguió envistiendola hasta que volvió a desactivar el tiempo.
Que bueno que te deje al final. Tu angosta vagina me esta volviendo loco. ¡Mmmmm, uuufff!
Decía mientras al poner más velocidad a su ritmo le venía una grata descarga, activando una vez más a la chica.
Que gritaba en combinación de dolor y placer.
Alberto cayó sobre ella, besando sus pechos y aún jadeante, daba pequeñas estocadas a su sangrada e inaugurada vulva.
– En la historia original tu eras violada y ya. Pero yo te he hecho disfrutar de un orgasmo como pago por tomar tu virginidad.
La chica no comprendía lo que él le decía y de nuevo intento huir.
Al lograrlo, corrió lo más rápido que pudo, pero justo antes de llegar a la puerta se volvió a quedar inmovilizada.
Alberto la llevó con las otras chicas.
Tomó a la de gran trasero, la acomodo como si le estuviera haciendo un oral y a la otra en su seno izquierdo.
Vuelto el tiempo, él apretujaba la cara de la de cabello negro en la vulva de la recién desvirginada chica, en lo que la otra, por instinto intento defenderla en lo que la de lentes solo gritaba.
De nuevo las tres quedaron inertes.
Beto acerco a la chica con la compañera había intentado defenderlas.
Sacando su lengua, poniendola en la boca de la otra.
De nuevo volvían en sí. Y de nuevo el pánico las invadió al no saber que ocurría.
Volviendo a la inercia. Acomodo a las dos mujeres con partes voluptuosas en los senos de la última. Una de cada lado con la boca en sus pezones.
Una bella imagen la que tenía Beto.
Unas embestidas más a modo de despedida. Alberto mordía la boca de la chica.
Bastaron unos minutos más para otra gran descarga de leche dentro de aquella vagina.
Alberto se puso de pie, se limpio y se dispuso a regresar a su realidad.
Dejando al tiempo correr.
Una vez en su habitación Alberto fue a darse una ducha y ¿Cuál fue su sorpresa? Su bóxer estaba manchado de sangre. Al salir, dispuesto a descansar, otra sorpr
Anime en tiempo fuera.
– ¡Vaya cosa que me pides. Sin duda es de las fantasías más originales que he escuchado!
Decía Adam, sonriente y asombrado a la vez. Fue muy raro que alguien se inspirará en alguno de ese tipo de videos.
– ¡Bien Regresa en una hora y tu fantasía será realidad!
Aquel joven de 25 años, no es que se considerará un otaku; más bien, su fantasía iba un poco más allá de lo acostumbrado.
Deseoso y un poco exitado, por los comentarios acerca de este ahora conocido lugar, tenía la certeza que su fantasía se cumpliría.
Adam le dio al muchacho un cronómetro para su cometido.
Estando en su habitación. Alberto. Echó a andar aquel video del cual se había inspirado.
En un abrir y cerrar de ojos, Beto se encontraba en la piscina, rodeado de las tres chicas que sacarían sus instintos.
La primera. Una chica de cabello morado. posedora de unos enormes pechos y un trasero mediano.
Quien estaba sentada a la orilla.
Las otras dos estaban disfrutando de un buen chapuzon.
Una de cabello negro, que a diferencia de la primera tenía un enorme trasero y pechos chicos.
La otra. Se podría describir con cuerpo normal, pechos y trasero medianos, cabello café.
Alberto espero a que las chicas salieran de la alberca, observando sus curvas, sus movimientos, sin repetir lo que había visto.
Cuando ya se despedía la chica de cabello café, colocándose sus anteojos. Beto saco su cronómetro para detener el tiempo y dar rienda suelta a su fantasía.
Inspeccionaba a las chicas, oliendo sus cabellos, tocando sus traseros, mirando y acariciando sus senos.
Abriendo sus bocas para meter un dedo.
La inspección era muy minuciosa según Alberto. Pero en realidad no sabía donde posaria su hambrienta polla.
Al tardar con la chica de enormes, pechos, decidió que sería la primera.
Jalandola hacia él. De un tirón sacó sus grandes pechos, apretujandolos con fuerza, separandolos para meter su cara en medio.
Le abrió la boca, sacándole la lengua, chupandola en un beso apasionado.
El contacto con la chica era tan real que no pareciese que estaba viviendo en una caricatura; solo porque todo lo veía en anime, pero el gusto y los demás sentidos eran muy reales.
Acostada sobre una alfombra, Beto disfrutaba de una rusa. Con la cabeza levantada de la chica y con la boca abierta, él disfruto aún más lo que hacía.
Con la punta del glande masajeaba los pezones rosados de la inerte chica.
Decidió llevarla con la de gran trasero, rompiendo su traje de baño, inclinandola y dando de mamadas en cada centímetro de su piel, inclusive penetró su esfiner con la lengua.
Metió su falo en la boca de la chica voluptuosa, ensalivandolo bien y metiendolo en el recto de la otra chica.
Aferrándose a sus muslos con fuerza, sus estocadas, eran fuertes.
Acercando bastante a la que yacia hincada, sacó lo más que pudo su lengua para que lo rosara en cada metida en la chica penetrada.
Al sentir que casi le llegaba la hora de tener un orgasmo, acomodo a la chica de las grandes tetas boca arriba y a la del culo amplio encima, con su cara semi hundida en sus bolas de carne.
Las levantó colocando unos flotadores bajo la cadera de la primera.
Para así alternar las perforaciones entre la vagina de la una como en el culo de la otra.
Con gran manipulación en su descarga, le lleno el culo a una y la vulva de la voluptuosa, quitando a la de encima, terminó de vaciarse en sus grandes pechos haciendo una rusa más.
Recuperando el aliento, puso a la de cabello morado sobre la de cabello negro, acomodandola de tal forma que pareciera que le está chupando las tetas.
Sacando el cronómetro para regresar el tiempo a la normalidad.
Las chicas gritaban de espanto al verse en una posición lesbica.
La de lentes solo quedó atónita, porque para ella todo fue muy rápido.
Al interrogar a Alberto del porque y que estaba haciendo ahí, volvió a parar el tiempo.
Se acerco a la chica de cabello café.
Abrazandola aún con humedad en su cuerpo y traje de baño, olio su cuello.
En ese mismo abrazo, acariciaba sus redondas nalgas, su parte delantera y sus pechos.
Abriendo su boca y sacando la lengua, se dio un festín con esa boquita de labios carnosos.
Al término de besar su cuello y sus hombros. Alejándose un poco acariciaba lo que prometía ser una panocha belluda, sobre su traje de baño.
La chica. Aun con la boca abierta, volvió a ser invadida, por la lengua de Beto, quien ya comenzaba a pellizcar sus nalgas y senos.
Cortó la parte baja de su traje, sacó sus senos, la acostó donde antes habían estado sus compañeras.
Se tomó tiempo para disfrutar del sabor y del aroma de esa vulva rodeada con bello púbico.
Al regresarla a la normalidad, ella intentó safarse, pero el chico fue más fuerte y la sometió.
A la fuerza mamaba sus pezones, cosa que hacia que la chica, quisiera safarse.
Otra vez detenido el tiempo.
Alberto procedió a penetrarla, de un modo un poco rudo, rompiendo el himen de la chica.
Aferrada su boca a la de ella, él no podía dejar de moverse rápido.
Sus manos llegaban a sus rodillas y de arriba abajo las acariciaba con exitación.
De nuevo activo el tiempo en la chica y está gritaba y arañaba al muchacho que ya había tomado su virginidad.
Todo intento de escape era inútil, pues Beto la tenía bien agarrada.
Señalando a sus amigas, le hizo saber que a ellas también las había hecho suyas.
Observandolas con los pechos y culo de fuera, además de estar en el suelo.
Así que siguió envistiendola hasta que volvió a desactivar el tiempo.
Que bueno que te deje al final. Tu angosta vagina me esta volviendo loco. ¡Mmmmm, uuufff!
Decía mientras al poner más velocidad a su ritmo le venía una grata descarga, activando una vez más a la chica.
Que gritaba en combinación de dolor y placer.
Alberto cayó sobre ella, besando sus pechos y aún jadeante, daba pequeñas estocadas a su sangrada e inaugurada vulva.
– En la historia original tu eras violada y ya. Pero yo te he hecho disfrutar de un orgasmo como pago por tomar tu virginidad.
La chica no comprendía lo que él le decía y de nuevo intento huir.
Al lograrlo, corrió lo más rápido que pudo, pero justo antes de llegar a la puerta se volvió a quedar inmovilizada.
Alberto la llevó con las otras chicas.
Tomó a la de gran trasero, la acomodo como si le estuviera haciendo un oral y a la otra en su seno izquierdo.
Vuelto el tiempo, él apretujaba la cara de la de cabello negro en la vulva de la recién desvirginada chica, en lo que la otra, por instinto intento defenderla en lo que la de lentes solo gritaba.
De nuevo las tres quedaron inertes.
Beto acerco a la chica con la compañera había intentado defenderlas.
Sacando su lengua, poniendola en la boca de la otra.
De nuevo volvían en sí. Y de nuevo el pánico las invadió al no saber que ocurría.
Volviendo a la inercia. Acomodo a las dos mujeres con partes voluptuosas en los senos de la última. Una de cada lado con la boca en sus pezones.
Una bella imagen la que tenía Beto.
Unas embestidas más a modo de despedida. Alberto mordía la boca de la chica.
Bastaron unos minutos más para otra gran descarga de leche dentro de aquella vagina.
Alberto se puso de pie, se limpio y se dispuso a regresar a su realidad.
Dejando al tiempo correr.
Una vez en su habitación Alberto fue a darse una ducha y ¿Cuál fue su sorpresa? Su bóxer estaba manchado de sangre. Al salir, dispuesto a descansar, otra sorpresa más. Los lentes de la chica del cabello café.
esa más. Los lentes de la chica del cabello café.
Me doy cuenta que no fue un sueño.
Gracias «RINCÓN DE LAS FANTASÍAS» .
Vladimir escritor
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