En la cama de la habitación
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Ha sido una tarde larga.. Después de dejarte tumbada en mi cama, atada con mis dos pañuelos blancos, he tenido que bucear entre mis papeles y mis siempre caóticas notas durante horas sin descanso..
Algunas veces, te oia moverte en la cama.. Quizá tratando de cambiar de posición. Pese a que traté de dejarte en una postura cómoda, es normal que quisieras mover tus brazos.. O quizá simplemente tratabas de alcanzar a acariciarte, como la putita caliente que eras.. de encontrar un pliegue de las sábanas que pudieras introducir entre tus muslos para alcanzar un nuevo orgasmo, dejándolo por completo empapado…
Cuando regresé a la habitación, sin embargo, ya estabas dormida. Desnuda, a mi merced, con un resto de brillo en la piel.. Estabas tumbada de lado, con las manos bajo la cabeza, y las rodillas dobladas. Parecías una niña por el semblante tranquilo de tu cara.. Pero tus pechos llenos, tus labios entreabiertos, la visión de ese coño que me pertenece, y de tus nalgas, hablaban de todo lo contrario.. de mi putita lujuriosa, que sólo estaba en una pequeña pausa, descansando para mejor complacerme..
Me tumbé detrás de ti tras contemplarte unos segundos. No pareciste darte cuenta.. Estabas quieta, quizá demasiado quieta. Con las yemas de mis dedos perfilé tu costado; bajando hacia tus caderas, hacia tu culo que me hipnotiza, hacia tus muslos, tus rodillas… Me di cuenta de que no quería esperar más. Eres mi puta, mi objeto, un instrumento de mi placer, y quería follarte en ese mismo instante…
Coloqué la punta de mi polla directamente entre los labios de ese coño caliente que tienes.. Lo pasé por ellos un par de veces, para notar lo húmedos y calientes que estaban. Sólo esos pocos centímetros de nuestra piel se estaban tocando, y sin embargo podía sentir mi total poder sobre ti y sobre tu voluntad casi como algo físico…
Te cogí de las rodillas y las flexioné aún más. Tu seguías muy quieta. Era obvio ya que estabas tan quieta que no podías estar dormida.. Habías comprendido la intención de tu Amo de utilizarte sin contar para nada contigo, sin hablarte, sin despertarte o darte órdenes.. sólo moviéndote, penetrándote, magreándote sin compasión para aliviar su estrés y su cansancio.
En posición fetal, completamente enrollada en ti misma, con la cabeza casi entre tus rodillas te penetré sin compasión. De una vez, duro, hasta el fondo. Estabas muy húmeda ya.. quien sabe si porque llevabas más tiempo despierta del que yo pensaba, o porque eres tan puta que en tus sueños estabas viviendo ya las sensaciones que te produce sentir a tu Amo clavarte la polla hasta las entrañas.
Pronto enviaré el resto; Si te ha gustado éste relato, o quieres ponerte en contacto conmigo por cualquier razón, hablar sobre dominación, sumisión, o lo que desees, escribe sin temor
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