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En la mecanica parte 19

Una historia de desenfreno y aventura………..
INCISO «Debo aclarar que toda esta historia de inicio hasta el final es un invento
A partir de hoy dejare esto para aclararlo, además que aun faltan muchos capítulos. sin mas que decir.
Seguiré observando desde algún atraves de los ojos de val para poder contarles ‘En la mecanica parte 19’»

 

Noche larga. Carolina siempre tu carolina

Sin saber que decir o hacer luego de que me dijiera “Gritas mucho… interesante”, como todo un caballero me tomo de la mano y fuimos hacia donde se reunía el grupo, de lejos se dibujaban las sombras donde cuatro figuras bebían alrededor de una fogata improvisada en un bidón cortado. Las llamas bailaban en sus caras sudorosas. Uno, con cicatrices en los nudillos, me ofreció una botella de aguardiente. El chico guapo santiago -así se presentó-, me pasó un brazo por la cintura

Santiago : Relájate

Sus dedos se deslizaron bajo mi blusa, rozando la piel de mi espalda. Sonreí nerviosas y temblé. No de miedo. La crema, el alcohol, la mirada de Santiago. Un calor húmedo empezó a crecer entre mis piernas. El acerco su boca a mi oído

Santiago : ¿Qué buscabas en el cuarto?

Me preguntó, mordisqueando mi lóbulo. Su mano bajó, apretando mi trasero a través de la falda. Di un gemido. Mi ano, insensible pero abierto, palpitó bajo el roce.

Val : Algo para… el dolor.

El rió los demás me miraban sin decir nada.

Santiago : Aquí tenemos algo mejor. De su bolsillo sacó unas pequeñas pastillas rosadas, redonda como una lágrima

Santiago : Éxtasis puro. Esto te relajará

Su mano, grande y tatuada con símbolos indescifrables, la sostuvo frente a mis ojos. El grupo se cerró en un círculo silenciosamente mientras pensaba que hacer. Eran 3 hombres que cerraban el circulo a mi alrededor. Nunca supe sus nombre solo sus alias. El primero, serpo era alto almenos de 1 80 cm con hombros ángulos de piel bronceada con cicatrices de navaja por sus manos y brasos en el cuello tatuado con una serpiente que subía hasta la mandíbula, hablaba rápido pero seguro se lamía los labios agrietados. A su lado tiburón, enorme de casi 2 metros, barriga prominente brasos como troncos con tatuajes borrosos, manos callosas fuertes, sonrisa rajada le faltaba un diente lateral, el era un tanto callado fumaba un puro. Vestía pantalón y ya no tenia camisa como si estuviera preparado para pelear. Llevaba una pistola en la cintura, no era el único pero el no tenia polo y se le podia ver a simple vista. Por ultimo filo, de unos 1 65 cm flaco y con un rostro de niño, fumaba un cigarrillo con dedos amarillos de nicotina. Tenia una cicatriz curva desde la ceja izquierda a la mejilla ojos oscuros y vestía simple polo y jean. Con unas zapatillas relucientes. De todo el grupo supe que el era el mas peligroso. Se le notaba calmado. Fuera de ese grupo a una distancia estaba mirando silas el hombre de las cicatrices en los nudillos tenía ojos de reptil, fríos. Flaco 1.90 cm blanco pelo corto casi rapado. Con tatuajes en su cuerpo. Viste camiseta y pantalón. Callado solo observa. Sujetada aun por santiago, tipo de 1 90 con músculos definidos cabellos oscuro. Piel blanca sin tatuajes, del grupo era el único, joven muy hermoso. El no parecía pertenecer al grupo, los demás parecía de calle de barrio pero el se le notaba mas conservado como si de familia con dinero viniera. Escuche su nombre “santiago” resonó en mi cabeza como un tambor. Senti el mundo inclinarse. Las pastillas que me ofrecía flotaban frente a mi. La promesa de olvidar el dolor aunque ya no lo tenia. Sabia que eso era droga que mas podría ser, pero que me haría esa droga. Acaso hundirme en ese hormigueo cálido que ya me envolvía. Eso ya me lo daba la crema de don Paco, o también el aguardiente que alli tomaban, o el calor de Santiago que apoyado a mi se mantenía. El se portaba amable. Todo se mezcló en un zumbido seductor. Lo mire y una sonrisa cálida me enamoro, casi sin que me ordenara, tome una pastilla. Fue fría y lisa. La lleve a mi boca. Un sabor amargo y químico estalló en mi lengua antes de tragar. Santiago esboso, una sonrisa triunfal iluminando su rostro peligrosamente hermoso.

Santiago : Ahora sí, princesa. Nos vamos a divertir

Me atrajo hacia sí. Acerco su cara y me beso su boca, húmeda y exigente, cubrió la mía. Sabor a menta. Su lengua exploró la mía. con posesión. Me derretí contra él, el mundo se desvanecía en una niebla rosada.

Tiburón : Jefe , Vamos a un lugar más cómodo

Murmuró uno de los tipos santiago se paro de mis labios. Su mano bajó otra vez, metiéndose sin pudor bajo mi falda, rozando la piel desnuda de mi trasero, sus dedos encontrando mi ano aun dilatado y húmedo de crema. Gemí, arqueándome hacia el contacto. El éxtasis empezaba a fluir como lava por mis venas. Se acerco tiburón con un vaso grande de lo que tomaban

Tiburón : toma esto te relajara

Una sensación de alegría inundaba mi ser. Mire sonriendo a tiburón

Val : ji ji señor no bebo

Tiburón : bebe princesa, quedras estar relajada cuando yo te agarre

Sonreí estúpidamente, y me lamí los labios. Un tipo tan grande que pene tan fuerte tendrá pensé, riendo agarre el vaso y tome. Los demás tipos terminaron sus tragos y caminaron hacia unas camionetas que había alli. Santiago me guió, aun sujetándome por la cintura, hacia una camioneta negra con vidrios polarizados, aparcada junto a un montón de chatarra oxidada. La puertas trasera se abrió con un chirrido. El interior olía a cuero nuevo. Los otros 3 hombres subieron a una camioneta blanca, sus carcajadas bajas y susurrantes. El enorme se acomodó en el asiento delantero a conducir, una figura apenas visible. El flaco y el del cuello tatuado se sentaron en la segunda fila. Nosotros fuimos en la camioneta negra, silas me tomo y subió hacia el asiento de atrás, largo como un sofá. Santiago subió detrás de mi, cerrando la puerta con un golpe sordo que resonó en el silencio repentino. La oscuridad fue casi total, solo iluminada por las luces del tablero. El motor rugió, un gruñido poderoso. La camioneta avanzó lentamente por el corralon, pasando junto al carro donde José seguía inconsciente cerca a el capó donde me dio por el culo. Lo vio fugazmente, una mancha borrosa en la penumbra, en mi mente pensé “Descansa papa, lo hiciste bien”. Dentro de la camioneta rumbo a algún lugar, el éxtasis estaba ahora en pleno efecto. Una oleada de calor eléctrico me recorrió desde el estómago hasta las puntas de los dedos. El dolor había desaparecido por completo, reemplazado por una sensación de ligereza, de conexión intensa con todo. Sinti cada bache del terreno como una caricia, el roce del cuero contra mi muslo desnudo bajo la falda como algo delicioso. Santiago me acomodó sobre su regazo, de espaldas a él. Sus manos grandes exploraron mi cuerpo fueron bajando sin prisa, sobre mis pechos pequeños bajo la blusa fina, sobre mi vientre plano, bajando otra vez hacia el calor entre mis piernas. Mi rajita vaginal cerrada ya que mis labios siempre fueron pequeños y cerrados

Santiago : Relájate, princesa

Susurró contra mi cuello, su aliento caliente mezclándose con el efecto de la droga. Deje escapar un gemido largo, arqueándose contra él. El mundo exterior se desdibujó. Solo existían sus manos que ahora tocaban mi vagina, la cual permaneció intacta por que solo me dieron sexo anal. Santiago no necesito mucho para hacerme venir grite y gemí como una puta. El roce del cuero y la música electrónica ocultaron algo el sonido, el me masturbo a un ritmo pulsante que parecía quererme hacer venir todas las veces que me tocaba, me hizo venir almenos 3 veces, el piso de la camioneta se ensucio pero no le importo. Ya lista queria coger quizás me hubiera podido coger en la camioneta pero esta se detuvo, al igual que el tocando mi caliente y humeda vagina. Santiago bajó primero, luego me tomó de la cintura y me sacó como si fuera una muñeca. Estaba frente a un edificio de departamentos moderno, anodino. Un lugar que reconocí vagamente, estaba algo cerca a mi casa. Estaba a solo dos cuadras de casa. La ironía apenas llego a mi mente nublada. Mientras ahora deberia estar dormida en casa, me cogerían cerca a ella. Santiago me sostuvo algo erguida mientras silas abría la puerta del edificio con una llave maestra. Subimos a en un ascensor silencioso hasta el cuarto piso. El departamento era espacioso, minimalista casi vacío. Piso de mármol frío bajo mis zapatillas. Sofás blancos. Una enorme ventana mostraba la ciudad iluminada.

Entramos y santiago me llevó hacia el sofá más grande.

Santiago : Aquí estaremos cómodos

Dijo, su voz un zumbido seductor. Silas no entro se quedo afuera de la puerta, los otros hombres no estaban se dispersaron, santiago fue a la cocina donde saco botellas de licor, regreso dejo las botellas en la mesa del centro se sirvió en un vaso y bebió yo estaba alegre sonriendo, al terminar de beber me acomodo suavemente sobre los cojines blancos. Se arrodilló frente a mi, separo mis piernas con firmeza. Sus ojos, miel me hipnotizaron

Santiago : Ahora, princesa

Sonrió, lo miraba estaban entre mis piernas delante de mi vagina. Sentía su respiración recorrer mi cerrada rajita. Su boca cerca donde antes sus dedos jugaron

Santiago : vamos a divertirnos de verdad.

Sus manos recorrían mis muslos, encontrando la piel desnuda bajo mi falda corta. El primer contacto fue eléctrico me hizo que gimiera, mi cuerpo respondiendo como si fuera de otro. El éxtasis fluía, borrando límites, alimentando un deseo voraz que Santiago parecía conocer mejor que yo misma. Su lengua en mi vagina era indescriptible, esa droga me hizo mas sensible y su lengua me hacia tocar el cielo retorciéndome de placer. Lamió limpiando los fluidos que chorrearon en el carro. Mi vagina rosada ahora estaba colorada. El calor era una manta húmeda envolviéndome. El me arrancó las zapatillas y medias con un rasgón brusco que hizo saltar las costuras. El aire frío del departamento rozó mi piel desnuda bajo la falda, un contraste que la hizo estremecer. Sus manos, grandes y expertas, se deslizaron hacia arriba a mi vagina, encontrándola con todo el calor húmedo. Me metía los dedos y me lamia. Arqueada de la espalda, un grito ahogado escapo de mi garganta. Val : aaaaaaaaaaa Sí, así si si si

El, con sus ojos fijos en lo suyo mientras sus dedos exploraban sin prisa, encontrando mi clítoris hinchada y sensible. Que el lamia sin control, cada roce enviaba ondas de placer eléctrico que se mezclaban con el efecto adormecedor y euforizante del éxtasis. El mundo se redujo a esas manos, a esa mirada, y al pulso acelerado de su lengua sobre mi vagina. En esa condición el clímax era continuo el placer interminable. Tanto que no sentir mucho cuando 2 dedos comenzaron a entrar a mi dilatado pero aun apretado ano, santiago no tenia reparo. Hace poco tiempo ya me habían cogido por el culo 2 hombres se descargaron dentro y aunque me limpie aun sentía la esperma dentro, esto al parecer no le importo y eso que el me vio cogiendo con papa. Su lengua bajo a mi culo y hasta se metió dentro. Gemí duro pero no se quedo alli. El se paro, me levanto quito mi poca ropa que tenia. Quede desnuda delante de el. Me dio la vuelta e hizo inclinarme contra el sofá. Sabia que queria y arque mi cintura levantando mi culo. No se que tanto estaba abierto mi culo pero esto le impresiono

Santiago : hermoso, rosado apretado

Saco su celular y tomo foto. Se puso a grabar y hasta me metió 2 dedos, guardo su celular. Mirando mi culo le dio unas palmada, me hicieron estallar. Gimiendo de placer, tomo mis nalgas y las separo. Con el ano dilatado le fue fácil y pude sentir como su lengua se adentro en mi culo. Comenzado así a culearme con su lengua. Su lengua flácida pero resbaladiza entraba y salia de mi culo era todo placer, como ame que me comieran el culo y mas como me comió el culo santiago.

Lo hizo por un largo rato hasta que se separo de mi culo

Santiago : estas lista ahora espero que me aguantes. Verga como esta no te comerás jamas

Se fue desvistiendo y voltie a verlo, se subió el ego, su pene si tenia 20 cm de largo y si con 11 cm de diámetro, era bueno. Pero para mi no era el mejor ni el mas grande que me comí hasta ahora, supongo que el pensaba que solo lo hacia con penes pequeños. Como dije su pene no estaba mal pero no era nada del otro mundo si lo comparamos con don pedro o con mi papa. De todas maneras no dije nada y mirándolo sonreí, así hubiera tenido 15 cm ya queria tenerlo dentro. Desnudo y con una erección media se acerco en mi delante yo me quede arrodillada en el sillón, apoyada de manos en el respaldar. Delante mio tomo mi cabeza y sin dejar que tome con mis manos su pene me hizo que se lo chupara lo cual hice con gusto me comí 15 cm sin problemas así. El intento hacer fuerza con su mano para hacerme comer todo pero aun no podia y me atore. No le importo y siguió sujetando mi cabeza y cogiéndome la boca con su pene, hasta que me soltó y se sentó en el sofá sin decirle nada fui a el tomando su pene y mamandolo ya no lo chupaba solamente. Mame y mame hasta que se puso duro, momento donde empezó todo. Me levanto y se echo en el sillón de lado me hizo que me echara a su lado dándole la espalda la diferencia de tallas no importo. Una pierna en el piso y la otra levantada dejo mi vagina desprotegida y a la espera, sin esperar mas coloco la punta y me la fue metiendo. El primer desconocido que me cogia en ese departamento cerca a casa. Mi pierna derecha que estaba levantada fue caendo, el la sujeto mientras empujaba su pene que se abría paso, me metió la mitad con esa primera estocada. Un orgasmo llego sentían el clímax. Mientras yo me venia el comenzó a cogerme sujetada de una pierna, era cogida en el sillón de ese departamento, 10 cm de pene entraban y salían de mi vagina. Yo en trance, gemidos salían de mi boca involuntarios. Sentía placer mire hacia abajo y pude ver como su pene entraba y salia de mi estrecha vagina, veia como mis labios vaginales se abrían devorando a ese deseado intruso los labios se abrian al entrar y se iban cerrando al salir, el me penetraba una tras otras. No estaba tan acostumbrada a coger por la vagina, sentía algo de dolor entremezclado con placer, no me di cuenta que santiago muy experimentado en cada metida me iba metiendo y metiendo un poco mas de su pene. Comenzó a doler un poquito mas y comencé a quejarme. Luego de 10 minutos de penetración vaginal, santiago ya me lograba meter ¾ de su pene sin problemas. Aceleraba y yo gritaba, lo hacia lento y yo gemía. Pero en una de esas donde me daba rápido y profundo intento meterme todo su pene, pero yo lo evite moviéndome. Fue brusco y apesar de que me moví siguió cogiéndome intentando entrar mas, aguante cada pujada por que dolia, hasta que senti como se descargo dentro de mi vagina. Su pene duro y palpitante brotaba chorros dentro de mi. Senti como su pene palpitaba esa rica sensación. Me la dejo dentro presionado hasta que termino. Grite y gemí de placer, me fue soltando y me la saco. Semen broto de mi vagina, mis labios vaginales cerrados y ya rojos por el esfuerzo escurrían su espesa esperma. Se paro me acomodo inclinada como una perra, levanto mi culo y echo mi pecho al sillón. Luego me penetro sin mas, por la posición lo lubricada que estaba y la fuerza que hizo. Logro meterme en 2 pujadas todo su pene, sus huevos chocaron en mi vagina. Grite fuerte, me levante intentando quitármelo. Apesar de que estaba drogada , excitada y algo mareada. Me dolio, el no decia nada yo me quejaba

Val : aaaa san san tiago . Sacala sacacalaaaaaa

No me hizo caso, en ves hizo mas presion. Tomo mi cabeza y la empujo contra el sillon para luego volver a coger sacando y metiendo ahora todo su pene en mi vagina, grite y grite el dolor no pasaba a placer o almenos a mi. Santiago se veia que disfrutaba, intente aguantar y por 10 minutos me dio duro sus huevos chocaron en cada momento contra mi vagina. Y asi como me la metio me la saco. Se limpio creo que hasta sangre había le manche el pene, seguía callado. Deje caer mi cuerpo echada ahora a un lado cansada cuando note que pasaba algo raro, cuando santiago me cogia me dolia a horrores. Pero cuando dejo de hacerlo, ya no. Osea luego de esa dura cogida debió seguir doliendo mi vagina por el esfuerzo y hasta el sangrado, pero no. En cambio me picaba y queria mas, senti esa sensación de falta. Esa sensación de que sacaron algo de mi.

Santiago : ahora princesa. Veras lo que es coger por el culo

El me tomo de las nalgas y me volvió a colocar, ahora arrodillada en el sillón con las piernas separadas y mi cabeza apoyada en un cojín. De esa posición podia ver su cuerpo completo. Tomo su aun duro pene y esta ves me la metió por el culo, alli si me dejo ir de una sola todo su pene. El cual entro sin cuidado dando presión pero sintiéndose tan rico, gemí duro y comenzó sin demora a darle una tras otra.

Santiago : no eres nueva no puta, mejor. Asi aguantaras

Mi culo ajustaba a su pene el hasta comenzó a pujar en cada metida. Cerre lo ojos y disfrute, por varios minutos me cogió de asi, detrás metiendo y sacando su pene. Las penetradas fueron mas rápidas y profundas a cada momento. El subio una pierna al sofa y puso sus manos contra el respaldar de este. De esa forma aumento y acelero las penetradas, grite y grite de placer. Luego puso su pie en mi cabeza para martillarme el culo con su pene el cual me entro completamente. Como una campeona aguante cada centimetro entrando y saliendo. Siguio penetrándome ahora se subió al sofa y encima de mi con las piernas abierta continuo dándome por el culo sin compasión aguante todo lo que pude hasta que ya no pude y deje caer mi cuerpo al sofa, tuve un momento de descanso y alivio pero no por mucho. Quede echada boca arriba sudada cansada, el me tomo de las piernas las abrió, tomo su pene y me volvió a penetrar, una tras otras fueran las penetradas. La posición era exquisita, gemí y grite como puta. Desde esa posición entraba y salia de mi ano, primero me cogio parado en el piso, luego se subió al sillón sin dejar de penetrarme aun inclinado y yo echada me siguió cogiendo.

Santiago : toma toma puta asi nunca te cogieron puta toma toma

Val : aayy aaa aayyy aaaaa

Sometida a su placer sujeto mis piernas uniéndolas, se puso de pie y me levanto. Apoyada sobre mi espalda sujetada por las piernas unidas y el martillandome el culo con su pene, fueron 15 duras metidas, me hicieron estallar tanto de placer como de dolor. Grite en todo momento, no para que pare si no para que escuche como disfruto. Nunca se vino en todo este rato y yo estaba chorreando desde el primer centimetro que me metió. Sin soltarme se echo en el sillón, me penetro completamente y sin sacarme el pene, cai con el y como cuando me cogía por la vagina, quedamos echados pero ahora con mis piernas cerradas. En esa posición me la siguió metiendo por el culo, era rico. Yo sonreía estaba como loca y pedía mas. Mi culo se amoldo a su pene y era facil entrar y salir, por la pose no me podia meter todo el pene pero si una buena parte me la dejo ir. Al darme por el culo no tubo cuidado, aunque no lo tubo tampoco con mi vagina. En cambio ahora desde un inicio fue rudo y duro, no me cogía. Me martillaba el culo con su pene en cada penetrada, me cogió con las piernas cerradas. Tomo mi pierna derecha y pensé que queria cogerme como con mi vagina con la pierna levantada. Pero en cambio tomo mi pierna y jalándola se fue metiendo debajo de mi. Entendí y me monte sobre el aun con su pene en mi culo. Me sujeto por las costillas le seguía dando la espalda. No espero a que me acomodara y volvió a meter y sacar su pene, la sensación mas rica. Un rio de placer salia de mi ano, sentía tan rico entrar y salir cada centímetro, no se necesito meterme todo su pene. Con lo que pudo era suficiente para gritar y gemir de placer, por un buen rato lo monte así. Hasta que se detuvo, supongo por cansancio cosa que no me importo. Ahora era yo que comenze a moverme sobre su pene en mi culo, ahora sacando y metiendo una pequeña parte de su pene en mi ano. Para continuar con el placer que me daba, el me sujeto y se salio de mi culo. Creo que ya se iba a venir, asi que me baje y rápido volvi a chuparle el pene y a masturbarlo. Queria tragarme su esperma. Levante la cabeza y el miraba como lo hacia, lo mire y sonreí poseida de placer. Al parecer no se iba a venir por que masturbe su pene por un rato y nada. Sabiendo eso no lo desaprovecharía, me pare para subirme al sillon y luego ponerme sobre el pero ahora quedando frente a frente, mirándonos. Me pare sobre su pene me fui sentando nuestras miradas se fueron uniendo mientras tome su pene y me lo metia en por el culo. Me comi centimetro a centimetro hasta tener todo su pene dentro, mi propio peso ayudo, quede sentada completamente rellena con su pene en el fondo de mi culo presionado por mi ano. Cerre los ojos al estar rellena y grite de placer. Abrí los ojos y lo mire sonriendo gozosa la mejor sensación de mi vida, lo mire sonriendo el también sonrió. No espere nada y comencé a brincar sobre su duro pene sacando y metiéndomelo a mi placer. Gritando y riendo como una loca poseída. Mire hacia abajo mi cuerpo revotaba y podría decir que hasta vi que mis aun medianos pechos revotaban mientras me comía 20 cm de pene por mi culo. Brinque y brinque el puso sus manos en mis pechos los presiono, ya no tenia orgasmos. Solo la misma sensación de tenerlos pero continua a cada momento. Aunque esto solo pasaba cuando tenia un pene dentro de mi. Monte por un buen rato su pene dentro de mi culo con los ojos cerrados y al abrirlos el tenia los brasos cruzados bajo su cabeza. No entendía que por que, hasta que mire hacia la puerta y el grupo de hombre estaba entrando mirando y riendo. No me importo tanto mas bien me dio alas y lo monte mas duro. Sentir que me miraban hacia que saltara mas rápido, hasta que el me toma por la cintura y me comienza a dar duras penetradas, el volvio a descargarse pero ahora en mi culo. Presiono y dejo caer mi cuerpo contra el, teniendo todo su pene dentro de mi culo. El se descargo al igual que antes. No espero mucho y despues de descargarse en mi culo me lo fue sacando, su semen fue brotando de mi ano, se paro y limpio. Quede echada en el sillón esperma brotaba de mi culo, la esperma que queria tragar. Se lo trago mi culo, todo era placer. El se fue caminando al baño. Sudada al igual que el me quede en sillón echada. Mientras veia que los tipos hablaban algo, por un buen rato santiago me cogio rico y duro. Aun echada sentia su pene dentro de mi. El grupo de amigos me miraba hasta que serpo se acercó, con una botella de tequila en la mano. Se arrodilló junto al sofá, sus ojos brillando con avidez.

Serpo : Quiero probar

Dijo con su voz nasal. El levantó la botella y vertió un chorro frío de tequila sobre mi vientre. El líquido resbaló por mi piel, mezclándose con el sudor. Sin esperar bajó la cabeza y lamió el trago que corría hacia mi ombligo y fue bajando. Su lengua, caliente y áspera, siguió el camino del alcohol hasta llegar a mi cerrada vagina. Di un jadeó, mis caderas empujando involuntariamente contra su boca. Él sonrió contra su piel, antes de meter su lengua junto con sus dedos con un ritmo acelerado

Serpo : Está lista

Anunció, levantando la vista. Se paro y desabrochándose el cinturón saco su pene. 18 cm de largo y 11 de diámetro. Lo espere, ya jadeando y temblando sobre el sofá, queria mas sexo. Mis piernas las abrí esperando, mi cuerpo brillando bajo la luz fría. El se colocó entre mis piernas, sus manos ásperas agarrando mis caderas. Cerró los ojos, el éxtasis convirtiendo el miedo en anticipación, la vulnerabilidad en deseo ciego. Era el segundo desconocido que me penetraría esa noche en ese lugar cerca de mi casa. El primer empujón fue brutal, llenándome de golpe. Di un gritó, un sonido largo y rasgado, mientras sus manos buscaban algo a qué aferrarse en el sofá resbaladizo. El comenzó a moverse con fuerza, cada embestida sacudiendo todo mi cuerpo contra los cojines. El dolor era apenas un lejano recordatorio, ahogado por la droga y la oleada de sensaciones contradictorias. El diametro grosor de su pene dentro, la invasión, el roce áspero, el calor que crecía otra vez en mi vientre. Abrí los ojos mire hacia mi cintura y veia como el cuerpo de serpo se movia penetrándome con una rudeza, voltie a ver al lado. Tiburon se había levantado y se acercaba, desabrochándose los pantalones. Su mirada estaba fija en mi rostro. Filo miraba de seguro esperaba su turno, una sonrisa torcida en su rostro marcado mirando como desnuda con las piernas abierta serpo me penetraba echada en el sillón y yo sin queja ni objeción dejaba cogerme a placer. Santiago salio del baño y observaba desde lejos, sus ojos como miel derramada recorriendo mi cuerpo sometido. El ritmo del serpo se volvió frenético, sus gruñidos mezclándose con mis jadeos. Senti que algo se tensaba dentro de mi, un cohete a punto de estallar. Mire al lado y tiburon llegó junto al sofá, su enorme mano agarrando mi pelo, tirando de mi cabeza hacia el.

Tiburon : Ábreme esa boca, putita

Gruñó. Obedecí, abriendo mi boca en un jadeo que se convirtió en un grito ahogado cuando tomo su pene y me la metió dentro de la boca, profundo, golpeando mi garganta. Su pene de 22 cm y con 12 de diámetro era todo un reto, pero al igual que con papa. Lo metí y comencé a chupar. Su pene venoso daba razón de lo grande y fuerte que este tipo era. Serpo gemía, sus embestidas cada vez más cortas y rápidas. Hasta que sinti el calor de su orgasmo inundándome justo cuando el enorme empezó a moverse dentro de mi boca. El mundo explotó en blanco. El placer me atravesó como un rayo, sacudiéndola de pies a cabeza, mezclándose con la asfixia y la invasión. Sus músculos se tensaron, luego cedieron. El flaco se retiró bruscamente, dejándome vacía temblorosa y chorreando la nueva esperma depositada. La segunda esperma dentro de mi vagina, Tiburon siguió usando mi boca unos segundos más antes de retirarse también, dejándome jadeando, con babas y lágrimas corriendo mi cara.

Tiburón : Mi turno

Dijo, agarrando mis caderas y girándola bruscamente sobre el sofá, de cara al respaldo. Su mano se posó sobre mi culo aún dilatado e insensible aun por la crema.

Tiburon : Por aquí

Algo aliviada me deje hacer, no sabia como podría soportar ese pene por la vagina. Senti la punta dura y fría presionando mi ano abierto. No hubo preparación. Solo un empujón brutal que me atravesó. Grite contra el cuero del sofá, pero el dolor fue breve, un grosor ya conocido y sobre todo ya me había culeado mi papa con un pene mas grueso haciendo camino a todo lo que podría venir. El tercer desconocido que me penetraba. La sensación la ahogue un instante por el éxtasis que aún latía fuerte en mi sangre, convirtiendo el sexo en una sensación extraña, intensa, placentera en su brutalidad. Tiburón comenzó a moverse con fuerza, cada embestida haciendo que mi cuerpo golpeara contra el sofá. Aguantaba la cogida con esa gruesa verga cuando se acerco filo, se acercó por el frente, mi rostro peligrosamente cerca del suyo

Filo : Te gusta, ¿verdad, princesa?

Susurró, su mano bajando para frotar mi clítoris sensible otra vez mientras el otro hombre la poseía por detrás. No pude responder. Solo gemir, perdida en el torbellino de sensaciones, de manos, de cuerpos, de la droga que borraba los límites entre el horror y el éxtasis. Filo volvió a acercarse, pero ahora saco su pene erecto de unos 17 cm y 10 de diametro, rozando sus labios.

Filo : Abre

Ordenó. Atrapada entre los dos hombres, obediente y drogada, abri la boca otra vez. Tiburon gruñó, pujando todo lo que podia su grueso pene, deteniendo sus brutales embestidas.

Tiburon : Está demasiado apretada aquí atrás

Sus dedos, marcados por cicatrices profundas como cordones, se clavaron en mis caderas mientras intentaba penetrarme completamente por el ano solo la mitad me pudo meter. Gemí, una mezcla de dolor residual y placer distorsionado por el éxtasis. Santiago, observando desde el sofá contiguo con una copa de whisky en mano, soltó una risa baja.

Sebastian : Paciencia, tiburon. Veras como le entra

Se levantó con elegancia felina y abrió un cajón en una mesita de acero. Sacó un gran pote de lubricante transparente.

Sebastian : los problemas de tener una verga gorda ja ja ja. Salte

El se acercó, el pote abierto. Sumergió dos dedos en la gelatina fría y brillante. Con gesto posesivo, apartó a tiburón. Sus dedos lubricados encontraron mi ano dilatado, aún insensible por la crema pero visiblemente abierto. Grite cuando los introdujo sin ceremonia, llenándola con la sustancia espesa.

Sebastian : Relájate, princesa

Su otra mano masajeando mi clítoris con precisión cruel. El contraste era demencial: la penetración fría y profunda por detrás en mi culo, el calor abrasador creciendo entre mis piernas por la masturbada de mi clítoris. Me retorció, no para escapar, sino para buscar más. Su risa se convirtió en un gemido largo, animal. Tiburón, impaciente, me agarró del pelo quito a filo y forzó mi cabeza hacia abajo.

Tiburón : Chúpame mientras lubrican

Filo : que diablos haces

Tiburón : callate

Escupió mi cara, metiendo su miembro erecto en mi boca babosa. Santiago empujó más fuerte sus dedos dentro de su ano, preparándome.

Sebastian : Ahora sí

Dijo eso y Tiburón, volvió a ocupar su lugar detrás de mi al igual que filo. La embestida inicial fue un golpe seco que me hizo gritar contra la polla en mi boca. Santiago sonrió, bebiendo su whisky mientras observaba cómo mi cuerpo pequeño se sacudía entre los dos hombres, ahogada en sensaciones, en droga, en sumisión. Lubricado y anestesiado mi ano se abrió de par en par para mi nuevo amante. El ritmo de tiburón era implacable. Cada empuje profundo en mi ano dilatado hacía que me ahogara en la polla de filo, que seguía usando mi boca. La saliva y las lágrimas corrían por mi rostro. El placer era una avalancha: el roce constante de Santiago sobre mi clítoris me dejaron con ganas de sexo y de aguantar la dura cogida de tiburón, la invasión brutal por detrás, la asfixia por delante. Mi vagina, ignorada, palpitaba vacía, caliente. Un dolor agudo, apenas perceptible bajo el éxtasis, surgió cuando Tiburón apretó mis caderas con fuerza desmedida.

Tiburón : Casi!

Gritó él, sus movimientos acelerándose martillando mi culo, penetrando mi ano que se abrió para darle paso a su descomunal y venoso pene. Filo también gruñó, sacando su polla babosa de mi boca. Filo : Ábrela toda, puta

Obedecí, la boca abierta, jadeante. Tiburón se retiró bruscamente de mi culo y ambos hombres, casi al unísono, eyacularon sobre mi rostro y con la lengua extendida. Chorros cálidos y espesos me golpearon. Cerre los ojos, saboreando la salinidad, tragando vorazmente mientras las últimas gotas caían sobre sus labios hinchados. Un gemido profundo, casi de satisfacción, salió de mi garganta mientras lamía mis propios labios. Queria desde hace rato esperma, aunque algo amarga queria tragarla, termine de lamer mis labios y me acerque a sus penes a limpiarlos de todo. Antes de que pudiera respirar, Santiago estaba sobre mi otra ves. Su cuerpo musculoso brillando bajo la luz. Ademas serpo, también estaba desnudo, una sonrisa lasciva en su rostro juvenil. Serpo me empujó de espaldas sobre el sofá blanco ya manchado. Agarró el lubricante otra vez. Esta vez, sus dedos resbaladizos encontraron su vagina caliente y hambrienta.

Serpo : Aquí te duele menos, ¿verdad?

Murmuró, introduciendo dos dedos sin piedad. Grite, arqueándome. La penetración fue un alivio ardiente después de la brutalidad anal. Santiago agarró mis piernas, abriéndolas más. Serpo se colocó entre ellas, su miembro erecto presionando contra mi entrada lubricada, llenándola de un solo movimiento profundo. Grite, mis uñas clavándose en el cuero del sofá. El ritmo fue rápido, duro desde el principio. Cada embestida me golpeaba contra el respaldo. Santiago se inclinó, mordiendo mi cuello mientras sus manos manoseaban mis pequeños pechos. La sensación era abrumadora: el roce interno profundo, los dientes en mi piel, las manos en mis pezones. El éxtasis multiplicaba todo, la penetración completa sus huevos chocando con mi piel otra ves. Serpo jadeaba, sus músculos tensos, me martillo poco antes de venirse.

Serpo : Voy a…!

Gritó, sacando bruscamente su pene chorreante. Apuntaron a mi rostro. Chorros calientes de semen salpicaron mis mejillas, mi frente, mis labios entreabiertos. Abrió los ojos, mirándolos con una mezcla de agotamiento y éxtasis. Extendí la lengua, y como a los otros me meti el pene lamiendo lentamente el esperma que quedaba, saboreando cada gota antes de tragar con un suspiro profundo y satisfecho. Mi cuerpo, magullado y usado, se hundió en el sofá blanco ahora irreconocible. Cansada pero satisfecha. Santiago rió,

Santiago : ¿Te diviertes? , Feliz, princesa

Sonriendo lamiéndome los labios Asentí, mi sonrisa borrosa en mi rostro cubierto de fluidos. El éxtasis fluía como lava en mis venas, convirtiendo cada dolor residual en un cosquilleo placentero. Se acerco a mi silas estaba parado, aún vestido pero con la camisa desabrochada revelando un torso tatuado, se acercó silenciosamente. Santiago hizo un gesto con la cabeza.

Santiago : Llévala a la recámara, que descanse.

Serpo : que buena puta encontraste santiago, mas seguro que pedirla a los tres soles.

Filo : no hables mucho serpo.

Santiago : solo hacemos negocios serpo, Ese idiota hoy debió darnos los disco, mañana iras a traerlos. Y tu filo los entregaras en el lugar acordado.

No entendía nada de lo que digiero, islas con sus manos grandes como palas, me levantó como si fuera pluma. Me deje llevar, mis brazos flácidos colgando, mi cabeza apoyada contra su pecho ancho. Silas me llevó por un pasillo estrecho hacia una habitación oscura. Me dejo sobre una cama grande con sábanas negras de seda. El contraste frío de la tela contra mi piel sudorosa me hizo estremecer. Mire a silas con deseo, el aun no me cogía, me acomode quedando frente a el echada boca arriba le ofrecí mi cuerpo, abrí mis piernas y le mostré mi humeda colorada y aun cerrada vagina. Mientras reia y lo miraba seductoramente. Su respuesta solo fue

Silas : Descansa, pequeña

Murmuró con voz grave antes de salir, cerrando la puerta tras de sí luego cai dormida. Desperté afuera, las risas y el tintineo de botellas seguían. Me revolqué, busque mi reloj para ver la hora pero ya no estaba ni recuerdo donde lo deje. Las sábanas negras eran suaves, senti la suavidad como una caricia. El éxtasis no cedía; cada roce del tejido contra sus muslos desnudos era una delicia. Me toque el vientre, luego baje hacia mi vagina aún palpitante. Estaba hinchada, sensible, pero el dolor era solo un eco lejano bajo el velo químico. Una risa burbujeante escapó de mis labios.

Val : Tan rico tan rico

Murmure para mi misma, acariciándose suavemente el clítoris todavía duro. Un escalofrío de placer me recorrió. Quería más. Necesitaba más. La puerta se abrió de golpe. Santiago entró primero, completamente desnudo, su erección imponente. Detrás, los otros 3 hombres, también desnudos, sus cuerpos mostrando cicatrices y tatuajes bajo la tenue luz que entraba por la puerta abierta. Todos estaban erectos, sus miradas fijas en ella como depredadores.

Santiago : ¿Lista para la segunda ronda, princesa?

Preguntó Santiago, acercándose a la cama. Me incorpore sobre mis codos, una sonrisa borracha de droga y deseo.

Val : Sí… sí.

Mi voz era un susurro ronco. Serpo fue el primero en saltar sobre la cama.

Serpo : ¡Yo primero esta vez!

Me empujó de espaldas y se colocó entre sus piernas. Su penetración fue rápida, sin preliminares. Grite, pero no de dolor, puro placer. Mis manos se aferraron a sus hombros delgados mientras él se movía con fuerza.

Val : ¡Más fuerte!

Le ordene, arqueando la espalda. Él obedeció, acelerando el ritmo. Cerre los ojos, perdida en la sensación cruda. Cuando terminó, eyaculando sobre mi vientre, Señale a tiburón

Val : Tú… por detrás otra ves… ahora

El sonrió, serpo se salio y tomo un vaso de wisky que tomaban, me levante y me puse de rodillas delante de tiburón, me incline y le deje todo mi culo. Mi entrada anal, aún lubricada y dilatada a su disposición, si esperar nada la entrada fue violenta, sacándome un gemido de placer, me daba duro su pene totalmente duro se metía sin problemas por mi culo, era tan rico que comencé a empujar mis caderas hacia atrás contra sus embestidas para que entrara mas. Me queria acostumbrar ya que queria montarlo a el también. Como lo hice con santiago

Val : ¡Así! ¡Más!

Me dio bien duro hasta que terminó, descargando su esperma en mi culo. Me volteó y mire directamente a santiago

Val : Quiero… encima de ti

Mi voz temblaba de excitación, ahora lo montare ojala y no vuelva a doler. Santiago se recostó en la cama. Me monte sobre él, guiando su enorme miembro hacia mi vagina ya usada. Baje lentamente, gimiendo al sentir la plenitud. Comenze a moverme arriba, controlando el ritmo, mis manos en su propio pecho mientras cabalgaba. Gritos de placer llenaron la habitación. Los otros hombres observaban, bebiendo whisky, sus erecciones aún firmes mientras esperaban su turno bajo las mis órdenes aun la ya extasiada y dominante, logre montarlo y comerme completamente su pene. Tocando mis labios vaginales su piel, era increíble la sensación del clímax no dejaba de llegar por cada segundo, mientras su pene se mantenía dentro. Después cai en el éxtasis no recuerdo mucho pero se que todos pasaron por segunda vez, fue raro pero no me dieron una doble penetración en todo el rato. La habitación olía a sexo, sudor y alcohol. Quede en el centro de la cama negra, mi cuerpo brillante bajo una fina capa de sudor y semen. Reía sin control, las pupilas dilatadas como lunas negras. Santiago se acercó con dos copas de whisky. Me dio una a ella.

Santiago : Toma, guerrera.

Se acerco mi cara aun con restos de fluidos y me beso. Me incorpore, aceptando la copa con manos temblorosas. Bebí un trago largo, el líquido ardiente mezclándose con el sabor salado en mis labios. Los hombres se sentaron alrededor de la cama, desnudos, riendo y fumando. Filo señaló las marcas rojas en sus caderas.

Filo : Mira cómo me arañaste, fiera.

Reí más fuerte, orgullosa.

Val : Te gustó

El asintió, admirando su cuerpo magullado.

Tiburón : Nunca vi una que aguante tanto y pida más.

Halagos para mi, cuando el éxtasis aún palpitaba en mis venas, convirtiendo cada mirada, cada roce, en electricidad pura. Mire a serpo, quien fumaba en silencio al pie de la cama.

Valeria : Tú… otra vez

Le dije, señalando su entrepierna.

Valeria : Pero ahora quiero… en cuatro por mi culito. ¿no lo has probado?.

El levantó una ceja, una sonrisa lenta apareciendo en su rostro. Apagó el cigarrillo. Los otros hombres aplaudieron y animaron mientras él se acercaba. me gire, ofreciendo mi culo dilatado y brillante. Sintió sus manos ásperas en mis caderas, luego la punta fría de su miembro presionando. Se preparó para el dolor-placer que sabía que vendría. Afuera, la ciudad dormía. Adentro, la fiesta apenas comenzaba. Perdí la noción del tiempo. Solo existían los cuerpos sobre mi, dentro de mi, alrededor de mi. Primero serpo y filo juntos: uno en mi boca, el otro en mi culo. Aunque eso termino rápido ya que serpo se vino muy rápido otra ves.

Val : tu por atrás

Le dije a filo, que tampoco me había cogido por el culo, el tampoco duro mucho. Y se descargo aunque ya no tenia semen

Filo : aaaaaa, que apretada. Como tiburón entra

El éxtasis se mantenía el clímax no bajaba por lo drogada solo necesitaba tener un pene dentro. Busque con la mirada a tiburón, ahora yo lo montaría por mi culo. Y luego que me penetren por la vagina y por el culo. Santiago y tiburón. Lo busque lo llame pero no estaba y grite

Val : ¡Más!

Exigí y vi que poco a poco, los hombres empezaron a caer exhaustos. Tiburón se habia ido , tras de el filo, después serpo. Solo quedo Santiago.

Santiago : sonrió. Solo quedamos nosotros, princesa.
El me llevó de vuelta a la cama negra. Sus manos trazaron los contornos de mis moretones.

Santiago : Eres increíble

Susurró. Me deje caer sobre las sábanas arrugadas.

Val : Todavía… quiero.

Él asintió, deslizándose entre mis piernas. Pero algo raro paso, ya que esta vez, cuando me penetró por la vagina esta dolió mucho. Lo detuve con una mano en el pecho.

Val : No espera

Una sensación recorrió mi cuerpo, comenzó a doler. El efecto del éxtasis se desvanecía, el alcohol no era suficiente adormecedor, queria mas sexo. Pense rápido y me hice la boba

Val : por ahí no.

Gire sobre mi vientre, levantando las caderas

Santiago : Por aquí

Ofrecí mi ano dilatado, aún brillante de lubricante pero sobre todo anestesiado, la crema aun surtía efecto. Santiago gruñó de aprobación. Empujó sin ceremonias, llenándome con un solo movimiento profundo. Enterre el rostro en las sábanas, un gemido largo escapando de su garganta. El dolor era agudo bajo los efectos menguantes del éxtasis, la crema ayudaba pero santiago me dejaba ir todo su pene, excitada transforme eso en combustible.

Val : ¡Más fuerte! Aaaaaaaa

Exigí, empujando hacia atrás contra sus embestidas. La idea era hacerlo acabar rápido. Pero no fue asi, del grupo santiago era el mas resistente. No podia echarme para atrás y terminar despues de los halagos y sobre todo de las ganas que tenia. Sin previo aviso, me volteó bruscamente. Santiago, sorprendido, quedó de espaldas sobre la cama. Me monte sobre él, guiando su miembro otra vez hacia su ano abierto.

Val : aaaaa, Así… yo mando ahoraaaaaaa.

Baje lentamente, controlando cada centímetro de penetración. Sus manos se aferraron a mis pecho mientras comenzaba a cabalgar, un ritmo lento y profundo que me hacía jadear. Santiago gruñó, sus manos agarrando mis caderas magulladas.

Santiago : «¡Sí, cabrona, así!.

Dolia sensación de placer/dolor surgíam tenia que terminarlo ya, acelere, levantándome y cayendo con fuerza, usando mi peso para clavar cada vez más hondo aunque doliera. El placer/dolor era una daga caliente. Mis músculos abdominales temblaban, pero no me detenía. Cada movimiento era un desafío, una reivindicación. Santiago cerró los ojos, su respiración entrecortada.

Santiago : ¡Voy a…!

Apretó mis músculos internos deliberadamente, provocando un rugido gutural de él mientras me llenaba por dentro. Me derrumbe sobre su pecho, sintiendo las últimas contracciones dentro de mi cuerpo usado. La habitación quedó en silencio, solo roto por jadeos. El éxtasis comenzaba a ceder, dejando un zumbido agotado en mis huesos. Senti el peso de cada moretón, cada arañazo, cada músculo sobrecargado. Santiago acarició mi espalda sudorosa con una mano floja. Me sali de el

Santiago : «Nadie… como tú».

No respondió. Mi mente, nublada durante horas, empezaba a aclararse. Recordó fragmentos: manos ásperas, órdenes gritadas, mi propia voz pidiendo más. Un escalofrío repentino me recorrió, ajeno al calor residual. Mire alrededor. La habitación era un campo de batalla: sábanas arrugadas y manchadas, botellas vacías. El olor a sexo y sudor era denso, casi tangible. Senti el semen seco en sus muslos, el dolor punzante en su sexo, la quemazón anal. Santiago roncaba suavemente bajo. Me deslice fuera de la cama, mis piernas temblorosas amenazando con ceder. Camine hacia el baño cerca, cada paso un recordatorio de lo que había ocurrido. Al pasar frente al espejo de cuerpo entero, me detuve. Mi reflejo me confrontó: ojos hundidos cansados, labios hinchados, marcas de mordiscos en los hombros, el torso cruzado por arañazos rojos, el pelo enmarañado y pegajoso. Me tocó una mejilla donde el semen se había secado formando una costra blanquecina. La euforia química se había evaporado. Solo quedaba el vacío. Me queria duchar, la vagina la sentía adolorida, con poco efecto del éxtasis queria sacarme todo ese olor a sexo. Abrió la ducha de mármol negro al máximo. El agua caliente cayó como un castigo bendito sobre mi piel. Me frote con furia, usando un jabón fuerte que olía a pino. Las manos me temblaban mientras raspaba el semen de mi vientre, entre mis piernas, de mis muslos, mi vagina y mi culo. El agua corrió turbia por el desagüe. Me enjabone el pelo una y otra vez, intentando borrar el olor a sexo , whisky y humo. El calor aliviaba mis músculos doloridos, pero también hacía más visibles las marcas: los morados violáceos en mis caderas donde santiago y los otros me habían sujetado con fuerza, las líneas rojas en mis senos de los toques ásperos mi piel blanca delicada, maltratada. Para mi suerte se podia cubrir con la ropa estas marcas. Me toque el ano, aún sensible pero ya no insensible gracias a la crema de don paco. Un dolor sordo persistía. Recordé las órdenes que había dado, los gritos, la forma en que me había ofrecido, las ideas que aun tenia pensadas y no pude completar. La vergüenza llegó como un puñetazo al estómago. ¿Que estaba haciendo? Baje la cabeza bajo el chorro, dejando que el agua ahogara un sollozo ahogado. “Estúpida, Estúpida, Estúpidaaaaaa», grite contra las baldosas frías. ¿Qué hiciste?. Con mi mente ya lucida, ya que el agua no solo alivio los dolores de la piel si no limpio los efectos del éxtasis. Senti todo el peso del remordimiento, ¿que estaba haciendo? Por que me deje llevar por mis instintos por que acepte esa droga. Ahora deberia estar en casa descansando en mi cama, no aquí en casa de un desconocido, con la vagina reventada, el culo bien reventado y con la barriga llena de esperma de diferentes hombres. La vergüenza y lo peor que, provoque y deje que mi papa me culeara. Tuve semen de mi papa. Dentro de mi ano. Y ¿por que? Por lujuria por deseo ¿por que?, 4 tipos me cogieron a gusto y placer en el sillón en la cama. Mi boca , mi vagina y mi culo utilizados por placer, apunto de llorar reflexionaba hasta que la cortina de la ducha se abrió de golpe. Santiago entró desnudo, su mirada borrosa pero llena de intención.

Santiago : No te escapas tan fácil, princesa

Me empujó contra la pared húmeda antes de que pudiera reaccionar. Su boca cubrió la mía, un beso húmedo y exigente. Intente apartarse, pero sus manos ya recorrían mis caderas magulladas.

Val : No ya no. estoy cansada

Proteste débilmente. Él ignoró mis palabras. Su erección presionó contra su muslo.

Santiago : Una última

Sin preámbulos, me levantó y me metio entre mis piernas, las cuales quedaron colgando alrededor de su cintura. La penetración fue brutal contra el mármol frío. Grite, mis uñas clavándose en sus hombros mientras él me la empujaba rítmicamente contra la pared penetrando mi adolorida vagina. El agua caliente caía sobre ambos, mezclándose con gemidos. No fue rápido, no se cuanto duro me cogio duro como animal. El tiempo paso y yo aguante hasta que con un gruñido de su boca y la esperma de su orgasmo inundo dentro de mi. Cerró los ojos, sintiendo el semen caliente mezclarse con el agua que corría por mis muslos, consiente en todo momento senti dolor mas que placer. Reloj digital en la repisa. 3:07 AM. Santiago me bajó, jadeante, dejándola apoyada contra la baldosa húmeda. El agua seguía cayendo, arrastrando rastros blancos por sus muslos.

Santiago : Ahora te puedes ir , dile a tu padre que la deuda esta saldada

Val : ¿mi padre?

Santiago : hicimos un trato, el me dijo que te encontraría cerca. Por eso que ya no se apareció

Val : paco, me utilizo como moneda de cambio

Santiago : no te obligamos a nada puta. El trato era que me dejaría vía libre y tu sólita abriste el culo

Val : de que es la deuda

Santiago : de negocios, puta. De negocios

Murmuró él con voz ronca mientras dejaba un papel doblado en el lavadero del baño. Un número telefónico escrito con bolígrafo azul.

Santiago : Llámame cuando quieras repetir. Puedes traer a alison, nos divertiríamos. Carolina sabe mucho de eso ja ja ja

Quede helada, ¿como santiago sabia de nosotras? ¿que estaba pasando?

Val : santiago. Espera, como sabes de nosotras.

Santiago : tu papa putita tu papa.

Val : don paco, no es mi padre

El me miro y sonrió, y camino a la salida

Val : espera

Santiago : que

Val : ¿me darías mas de esa pastilla?

Santiago : la primera es gratis putita quieres mas, trae a alison. La quiero conocer.

Salio del cuarto sin mas, no sabia que pasaba solo sabia que debia irme. El salio dejándome sola bajo el chorro implacable. Cansada hasta la médula pero extrañamente satisfecha, termine de lavarme con movimientos mecánicos. Cada jabonada me recordaba las manos que me habían tocado, los cuerpos que la habían usado. La vergüenza regresó en oleadas, mezclada con un eco lejano de placer químico pero ahora con lagrimas que se deslizaban por mi rostro, no se por que pedi mas pastillas. Quizás por que me ayudaban a aliviarme o por que queria tener esa sensación otra ves, no lo se solo mis instintos hablaron otra ves. Sali del baño al lavadero, cogi el numero sin mirarlo, apretando el papel hasta formar una bola minúscula en mi palma, este numero lo guarde. Recordé que pol también me dio su numero quizás guardado entre mis bolsillos. No lo recordaba, desnuda aun salí, encontré mi ropa amontonada en el suelo del dormitorio. Y sobre ella una bolsita con 20 pastillas. Me vestí con lo que pudo rescatar y guarde las pastillas, Santiago ya no estaba solo la cama manchada. En la sala, silas esperaba inmóvil junto a la puerta. Su silueta enorme proyectaba una sombra alargada bajo la luz del pasillo. Ni una palabra. Ni un gesto. Solo abrió la puerta y señaló el exterior con la cabeza. Lo sigui, sintiendo su presencia como una amenaza tangible. Bajamos por las escaleras de servicio, oscuras y frías. En el estacionamiento, él abrió la puerta trasera de la camioneta negra. Subí encogida en el asiento mientras arrancaban. Por el espejo retrovisor, sus ojos fríos la observaban. Aparte la mirada, clavándola en las calles vacías. Las 3:17 AM brillaban en el tablero. El trayecto fue un silencio espeso, roto solo por el motor. Cuando paramos frente a mi casa, el ni se inmuto. Pregunte

Val : ¿Como sabes donde vivo?

Silas : bájese del auto, muchacha

Val : ¿quienes son y como saben tanto de nosotras?

Silas : no la conozco, solo sigo ordenes

Val : ¿por que no me cogió, en el departamento? Cuando se lo ofreci

Silas : solo hago mi trabajo, paloma. Ahora bájese

Val : no me llamo palo

Silas : bajate ya

Con un grito furioso sin voltear, hizo que baje rápido, sintiendo el pavimento frío bajo mis pies. No entendía nada todo era confuso. Voltie a verlo el seguía sin expresiones

Val : señor. Gracias

No hubo respuesta el vehículo se alejó sin prisa, perdiéndose en la oscuridad de la madrugada. Confundida todo era raro y no tenia sentido, me asuste un poco. Santiago sabia mucho de nosotras y sobre todo ¿como conoce a carolina?. El papel que me dio lo mire y apreté en mi puño antes de meterla en el bolsillo, tendría que buscar respuestas. Camine adolorida aun a mi casa, cautelosa y en silencio me acerque. Vi una luz prendida dentro, busque la llave escondida, Mi mano temblaba tanto que casi la dejo. Trague saliva, mirando hacia la puerta principal. La luz del farol de la calle apenas iluminaba el porche. Con cuidado, gire la manija. No hubo resistencia. La puerta cedió con un leve crujido, abriéndose hacia adentro. Esta no tenia seguro, esteba abierta. La sorpresa me dejó inmóvil un instante. El silencio que debía haber dentro no existía. Gritos conocidos dentro, entre deslizándome, no queria ser vista cerrando la puerta tras de mi con el mínimo ruido. Gritos de placer y pujidos ahogados de dentro. ¿Quizás papa llego y ahora se cogía a carolina?. Aunque un olor familiar a limpio y comida se mezclaba ahora con algo más: un aroma dulzón y ácido a la vez, como alcohol derramado y humo de cigarro. La sala estaba oscura, solo iluminada por la tenue luz que se filtraba de la calle. A mi izquierda, la puerta del cuarto principal de papa y carolina, estaba entreabierta. A mi derecha, cruzando la sala donde apenas se distinguían las siluetas de los muebles, la puerta de mi alison, también entreabierta. Y de allí, de la habitación, venía el murmullo mas fuerte. Un jadeo ronco, un gemido ahogado, el crujido de un colchón. ¿Que pasaba en el cuarto de alison? Me pegue a la pared, deslizándome como una sombra hacia la puerta de mi hermana. El corazón me golpeaba las costillas. Desde el umbral, la escena era clara bajo la luz de una lámpara de pie caída: Alison, desnuda y brillante de sudor, sentada sobre un hombre piel negra penetrada por la vagina y sobre ella otro hombre de piel negra flaco penetrándola por el culo, empujaba con fuerza, el agarrando sus caderas mientras su grueso pene entraba y salía de su culo con un sonido húmedo. Otro, más delgado quieto pero penetrándola completamente. Alison gemía y pujaba con cada estocada. Dentro del cuarto botellas de alcohol vacías rodaban por el suelo. Un humo dulzón, a marihuana, flotaba en el aire. Alison gimió, un sonido profundo de placer cuando el hombre de atrás hundió una embestida más profunda.

Alison : Sí. duro aaaa aaaa aaaa

Murmuró, su voz ronca, distorsionada. El de abajo sonrió, enredando los dedos en su pelo para guiar el ritmo a la ves que la hizo voltear a ver una cámara sobre una repisa que grababa todo lo que pasaba. No había resistencia de mi hermana, solo entrega borracha y drogada sin duda. Senti un escalofrío. Y la pregunta apareció ¿Que estaba pasando?¿como paso todo esto?. La pregunta flotó un instante antes de ahogarse en otra oleada de mi propio dolor y la humedad entre mis muslos. Mi sorpresa se corto de un golpe cuando, desde el cuarto principal, cruzando la sala oscura, llegaron los gritos. Agudos, desgarrados, pero llenos de éxtasis.

Carolina : «¡Más, Mike! ¡Dámelo todo!»

Era la voz de Carolina, inconfundible, rasgando la noche. ¿También ella? La casa entera parecía un burdel improvisado. Me pare ya sin cautela y camine junto al sofá dejando atrás a mi hermana mientras la seguían cogiendo esos 2 tipos negros. En una pequeña mesa en el centro de los sillones, polvo blanco en lineas al igual que bolsitas de plástico pequeñas tiradas en el piso. Pase y me acercarse a la puerta entreabierta de mis padres. Sin vergüenza ni respeto la abrí. La luz era tenue y se ilumino mas cuando abrí la puerta, la iluminación era suficiente. Carolina dentro, estaba de perrito sobre su cama, sus pechos pegados contra la cama, al igual que su rostro mientras gritaba y gemía como una perra, detrás de ella mike de pie penetrándola con furia. Mike se percato de mi, volteo a verme mientras aun por detrás de carolina se la metía por el culo, su mirada con una sonrisa burlona mientras sus manos le agarraban las caderas, ayudando en el ritmo salvaje.

Mike : Grita, puta. Que tus hijas te escuchen grita

Le ordeno mike, y carolina obedeció

Carolina : aaaa duro mike duro aaaaa

El grito estridente que resonó en las paredes. En el cuarto vi una botella de tequila casi vacía sobre la mesita de noche, con cigarros apagados. Todo hablaba de un plan, de una fiesta perversa. La duda asomó: ¿Como carolina permitió que pasara esto? La imagen de alison siendo usada por dos extraños borró el pensamiento y otra pregunta ¿carolina dejo que se cojan a alison? ¿que esta pasando?. Mike se salio de carolina la cual suspiro de alivio, el se dirijio a mi, tenia el pene erecto bien duro, lo mire mi cara sin gestos. El se acerco riendo

Mike : pasa. Vamos a jugar los 3

Me tomo del brazo jalandome hacia dentro para despues cerrar la puerta.

22 Lecturas/1 noviembre, 2025/0 Comentarios/por ermil
Etiquetas: amigos, anal, baño, cogiendo, hermana, padre, papa, sexo
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