Enfermera (MamiJavi♥)
Una enfermera de treinta y cinco años que trabaja con bebés recién nacidos, vio algo que ni siquiera pudo comprender. Un niñito con un pene rico y perfecto que jamás haya visto. Ahora, ella va a ceder a sus tentaciones..
«Muy bien» Marcela se quitó el uniforme. «Estoy por salir. ¿Segura que quieres quedarte horas extras? Puedo quedarme un poco más si quieres.
María negó con la cabeza con una sonrisa. “No, puedo sola. ¡Ahora vete, además recuerda tu cita de esta noche!»
Sam suspiró. «Bueno, está bien. ¡Hasta luego!» Salió por las puertas de la guardería, dejando sola a María con todos los pequeños recién nacidos. Saludó cuando su compañera de trabajo se fue antes de volverse hacia las cunas con una sonrisa maliciosa.
«Yo también tengo una cita candente hoy».
Se acercó a las cunas que había estado observando desde ayer y que tenían un bebito durmiendo dentro. Ella rozó su mano sobre su suave mejilla color cacao. Se tomó un minuto para admirar al recién nacido dormido, sus diminutos labios suaves, su lindo sombrerito azul claro que cubría una cabeza de cabello rizado. Su forma solo estaba cubierta por el sombrero y el pañal, dándole una vista clara de sus diminutos pezones.
María retiró con cuidado el pañal de su cuerpo, no queriendo perturbar el sueño del angelito. Debajo vio un tesoro absoluto. Un pene rico y bien formado. Desde que ayer le cambió el pañal por primera vez, lo ansiaba más que nada en su vida. Desafortunadamente, no podía hacer nada al respecto con sus compañeros de trabajo a su alrededor. Pero usó su hora de almuerzo para masturbarse en un baño, imaginándose frotando su coño con el cuerpecito del pequeño bebé.
Hoy estaba preparada. Se aseguró de tener un turno extralargo en la guardería y de asegurarse de que nadie entrara durante el resto del tiempo que estuvo allí. También se olvidó de usar calzones, o mejor dicho no se los puso a propósito, lo que facilitó el acceso al pene del niñito lo antes posible.
La vista de su miembro hizo que a María se le hiciera agua la boca. Cuidadosamente extendió su mano sobre la cuna y agarró el pene en su mano. El bebé se retorció un poco, pero no había signos de consciencia, por lo que María no se detuvo. Ella movió su mano arriba y abajo de su sexo virgen y sin vellos. Se maravilló del hecho de que un bebito pudiera tener un pene tan rico, deseable y bien formado. El pene se movió levemente en su mano y no pudo resistirse a envolver sus labios alrededor de él.
María movió su cabeza a lo largo del suave pene, girando su lengua alrededor de la cabeza. Cerró los ojos en éxtasis. El bebito se agitó en sueños, soltando pequeños gemidos que hicieron que María abriera los ojos y congelara sus movimientos, con el pene todavía en la boca. Cuando miró al niñito, vio que se retorcía mucho, y luego sintió que el pene en su boca se ponía durito. Ni siquiera sabía que los bebitos pudieran ponerse duros, pero la idea la excitó aún más.
Las sensaciones parecían ser demasiado para el niñito y abrió los ojos, despierto y curioso por su entorno. Sin embargo, María no se movió, solo analizaba las reacciones del bebé. Él no lloró como ella pensó que lo haría, así que con cautela movió la cabeza arriba y abajo del pene de nuevo, sin dejar de mirar al niñito. Vio que él volvía a lloriquear, pero solo por el placer que estaba recibiendo. Se retorcía en su cuna pero no trató de alejarse de la madura. Incluso parecía querer más. Ella sonrió levemente con el tierno miembro de bebé en su boca.
‘Oh, él nació para ser mi pequeño juguete’ pensó sensualmente ella.
Ella soltó el pene con un ligero chasquido y se movió para sacarlo de la cuna. Ella lo arrulló un poco antes de colocarlo en el suelo. El bebito la miró con curiosidad mientras ella se inclinaba sobre su cuerpo. María se inclinó y besó al pequeño bebé en la boca, sin perder tiempo en insertar su lengua. Una vez más, el niño no lloró. Simplemente se quedó allí y aceptó lo que estaba sucediendo, haciendo que María gimiera contra su boca, frotando su coño desnudo contra el tierno pene del recién nacido.
María apartó su boca de la de él y finalmente hizo lo que había querido hacer todo el día. Agarró la pene del bebé y lo frotó sensualmente contra su coño. Ella gimió muy fuerte ante la sensación de plenitud. Miró al niño y vio que tenía los ojos cerrados de placer, o al menos, eso le gustaba imaginarse ella. Ella sonrió y comenzó a frotarse arriba y abajo sobre el pene, con las manos apoyadas en el suelo a ambos lados de la cabeza del bebé.
Ella no contuvo ningún gemido o grito. Decidió que si alguien apareciera, valdría la pena, Dios santo vaya que lo valía. Sabía que nunca volvería atrás en este momento, ninguna mujer en su sano juicio lo haría. Apostaría millones a que tan pronto como este bebé se fuera a casa con su madre, ni ella sería capaz de resistirse.
Ella frotó y frotó y refrotó, sin contenerse en absoluto porque sabía, en su mente, que el recién nacido debajo de ella estaba disfrutando esto. Incluso lo sintió intentar devolverle las embestidas. Le encantaba que este niñito estuviera tan ansioso por su coño de mujer.
Eventualmente, ella sucumbió a las sensaciones y se corrió sobre el bebito. El niñito dejó escapar un pequeño grito. María tenía una sonrisa aturdida en su rostro mientras se deleitaba con la sensación morbosa de soltar los jugos de su sexo sobre el cuerpecito de un bebé.
Eventualmente se levantó del pene del bebé, el vacío la hizo sentir sola. Se limpió a sí misma y al bebé y volvió a poner al niñito en su cuna. Volvió a dormirse casi al instante, haciendo que una suave sonrisa apareciera en el rostro de María. Entonces supo que nunca más volvería a querer el pene de un hombre, solo el de un bebe. Incluso si la mayoría de los recién nacidos no tenían el pene del mismo tamaño que este, la euforia de tener un bebé en el cual soltar sus jugos vaginales era una sensación de la que nunca podría regresar. Estaba feliz de ser enfermera porque ahora puede «amar» a tantos recién nacidos como quiera.
Coméntenme que les pareció y si se tocaron mientras leían, el morbo me da más ganas de seguir escribiendo.
de verdad que tus relatos son únicos y cargados de morbo y tabú, se me calienta la verga muy rico cada vez que te leo… espero sigas escribiendo muchos mas relatos con ese estilo
me gustaría verte de profesora de unos niños y niñas de primaria, donde te vistes muy provocativamente, donde te dejas manosear de todos y les enseñas muchas cositas ricas
Muchas gracias ❤, siempre intento ser lo más morbosa posible.
Me encanto tu relato 🔥
A esa edad la verga y bolas entran todas en la boca asi que adelante sii, aprovecha 🙌🏻👏🏻❤