enseñando fisting a Alicia (otra de jonh.o.ann)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por DomPeri.
"Se buscan actrices jóvenes para film erótico (temática anal). No se requiere experiencia previa. Se necesita buen cuerpo y disposición a aceptar cualquier cosa solicitada."
Alice lo leyó varias veces con detenimiento, preguntándose si ella podría conseguir ese trabajo.
A ella no le importaría mostrar su cuerpo ante la cámara. Y estaba convencida de poseer juventud y belleza de sobra.
Se puso un vestido ligero de verano, sin sujetador para permitir que sus hermosos senos se agitaran con sus pasos.
En la oficina, Joan, la secretaria, la observó de arriba abajo con un gesto de aprobación.
-Sí. Puedes muy bien ser lo que está buscando Wanda. A ver, levántate el vestido para que te vea bien las piernas.
Alice obedeció nerviosa pero como una buena chica, complacida con la atención que despertaba en la otra mujer.
-Vamos, hasta arriba. Déjame ver de que color llevas las bragas. Ahora date media vuelta y enséñame el trasero. ¿Oh! ¡Precioso Ahora levántatelo un poco más e inclínate hacia delante.
Alice casi no podía creer que esto estuviera sucediendo, pero obedientemente se subió el vestido hasta la cintura y se inclinó, avanzando el trasero hacia la desconocida.
-Esto es grande. Tienes un culo perfecto, Alice. Dame tus datos personales y pronto podrás pasar a ver a Wanda. Wanda es una directora famosa. Hace películas porno con montones de chicas (solo chicas) y tiene una fijación especial con los culos. Es conocida como el culo más loco de Hollywood. En esta película puede ser necesario que te sodomices a ti misma con un consolador o que permitas que otra chica te administre un enema y después te folle el culo con un buen dildo sujeto a la cintura. ¿Tienes algún problema con eso?
-Bueno… Supongo que no. ¿Pagarán bien?
-Eso dalo por hecho. Y si le gustas a Wanda te utilizará en muchas más películas. Y yo creo que tienes madera para eso. Con un culo unos pechos como esos, querrá usarte una y otra vez. Anda, corazón, sácate el vestido para que pueda hecharles un buen vistazo a tus tetas.
Alice dudó un poco, pero lentamente llevó sus manos hasta el bajo de su vestido.
-Vamos, bonita, no tenemos todo el día. Déjame ver un poco de carne.
Alice estaba un poco embarazada, pero rápidamente se deshizo de su vestido.
-Preciosos pechos. Haz que los pezones se pongan erectos. Vamos, juega con tus tetas y déjame ver como de grandes puedes hacer tus pezones. Me gustan los pezones gordos.
A Alice estaba empezando a gustarle eshibirse ante esta mujer tan dominante. Retorció y pellizcó sus pezones como solía hacer cuando se estaba aproximando al orgasmo. Podía pellizcarlos con fuerza entre sus dedos y luego tirar de ellos hacia fuera tan lejos como podían ir.
En este punto, con Alice retorciendo y estirando sus pezones, la puerta se abrió y una hermosa mujer madura –Wanda- entró por ella. Echó una breve mirada a la escena que se desarrollaba ante ella y sonrió.
-Parece que esta es la candidata ideal.
-Sí, siéntate aquí conmigo y quédate a ver como Alice nos muestra su culo.
-Sí, bájate las braguitas, Alice, e inclínate hacia delante. Quiero ver tu agujero del culo forzado a abrirse para mí. Y Joan también quiere ver tu ano, ¿no es verdad?
-¡Oh, sí! Vamos, Alice, muéstranos tu precioso culito.
Alice estaba en trance. Ella nunca se había expuesto antes ante ninguna mujer (aunque había fantaseado acerca de ello) y ahora se estaba quitando las bragas en orden a mostrarles su culo a dos mujeres. Se dio media vuelta y separó bien las piernas. Entonces se inclinó hacia delante, ofreciéndoles una buena vista a ambas.
-Ábrete el ano para nosotras, Alice, quiero ver ese aujero del culo bien dilatado. Eso es, sepárate bien las nalgas. Ahora empuja un dedo en tu agujero del culo, como una buena chica, y fóllate el ano para nosotras.
Alice lamió uno de sus dedos y lo deslizó lentamente en su recto. Entró con facilidad puesto que Alice jodía con regularidad su propio culo con objetos mucho más grandes que su dedo. La cosa mayor que había embutido en su culo era un pepino de buenas dimensiones. Lo había hecho una noche que estaba muy bebida y quería probar como se sentía (había estado escocida por días y no lo había intentado de nuevo desde entonces).
-Pon otro dedo en tu culo, cariño, y aflójalo por mí.
Alice lamió otro dedo y deslizó ambos fácilmente en su propio ano. Estaba ya muy caliente y podía notar su esfínter distendiéndose muy rápidamente. Era a este punto cuando ella solía necesitar algo mucho mayor rellenando su culo. Aún así, obedientemente usó sólo dos dedos, como Wanda le había dicho, pero al poco pidió gimiente:
-¡Necesito algo más grande en mi culo! ¿Puedo meterme otro dedo, por favor?
-Esta bien –dijo Wanda- putita, pon otro dedo en tu culo si eso es lo que deseas. Y ahora empújalos bien adentro, quiero ver los nudillos desaparecer.
Alice añadió otro dedo con urgencia y empezó a meterlos hacia dentro tan a fondo como podían llegar. Pero aún quería más –su ano necesitaba ser estirado completamente o bien ella no estaría satisfecha.
Dándose cuenta de esto, Joan se ensalivó sus propios dedos minuciosamente y, acercándose a ella, empujó los dedos de Alice fuera y los reemplazó con los suyos propios. Dos dedos de cada mano. Joan introdujo lentamente los dedos a fondo hasta los nudillos y entonces empujo de ellos hacia ambos lados, estirando el músculo del esfínter hasta sus límites. Alice gimió y sintió que le flojeaban las piernas mientras un gran aujero negro aparecía entre los dedos de Joan. Su ano estaba dilatado al límite, justo como a ella le gustaba. Joan metió y sacó sus dedos una y otra vez, tratando cada vez de separarlos tanto como fuera posible, tratando de estirar el aujero del culo aún más, aunque pareciera imposible. De todas formas era claro que ella era una experta. Añadió un tercer dedo de cada mano –ahora tenía seis dedos dentro del culo de Alice. De nuevo los empujó hacia dentro tan lejos como era posible llegar y entonces tiró de ellos para apartarlos tanto como podía. Esta vez el negro aujero era enorme, casi como para dejar entrar una pelota de golf.
-¡Maravilloso, chicas! Mantener ese culo así, abierto de par en par. Quiero grabar un vídeo de esto.
Wanda trajo una videocámara y grabó un primer plano del ampliamente abierto aujero del culo de Alice.
-¡Vamos! Quiero ver el interior de su culo. Toma un poso de lubricante para ayudar. ¿Tú crees que puedes hacerlo mayor?
-Sí, pienso que sí. Esta puta tiene un bonito aujero del culo y me da la impresión de que este es sometido a una buena dilatación al menos una vez al día. ¿No estoy en lo cierto, cariño?
Alice era incapaz de hablar, pero jadeó quedamente y afirmó con la cabeza.
Joan sacó del culo los dedos de su mano derecha y tomó la botella de lubricante que le ofrecía Wanda. Insertó el cuello de la botella en el culo de Alice y presionó el frasco, bombeando el aceitoso líquido al interior. Entonces volvió a meter los dedos. Empujó y tiró de sus dedos dentro y hacia los lados del distendido esfínter, todo el tiempo forzando con sus manos cada vez más aparte. Wanda había puesto ahora el flash de la cámara y estaba grabando muy cerca de la acción de forma que pudiera ver el interior del culo de Alice.
-Es hermoso. Ahora empuja tus dedos aparte y déjame ver bien dentro.
Joan abrió el aujero del culo de Alice tanto como sus fuerzas le permitían mientras Wanda apuntaba la cámara a la abusivamente deformada cavidad. Alice sintió su orgasmo creciendo y buscó sus propios pezones para pinzarlos con salvajismo. Tan pronto como hizo esto estallo. Venía y venía, el más largo y profundo orgasmo que ella nunca había tenido.
Joan sintió los espasmos del esfínter contra sus dedos.
-Se esta corriendo. Realmente le gusta que le abramos el culo de esta forma. ¡Vaya putona!
Dejaba que las paredes del recto se cerraran un poco bajo la fuerza de los espasmos para luego estirar de nuevo de ellas, así hasta que el orgasmo remitió al fin.
-¿Crees que puedes poner algo aún mayor en su culo? Yo pienso que podrías poner todo tu puño ahí dentro si lo intentaras.
Joan extrajo sus dedos del exhausto ano y cubrió toda su mano derecha con lubricante. Entonces emplazó su puño a la entrada del boqueante aujero del culo.
-Ábrete bien, pequeña putita. Ahora voy a sumergir mi mano en tu culo.
-¡Oh Dios! Nunca he tomado nada tan grande como eso en mi culo antes. Por favor, ve despacito –suplicó Alice.
-Tú culo se tragará mi puño. No habrá problema en eso. Puede que no hayas engullido nada tan grande antes, pero aprendes rápido, cariño. Y tu curva de aprendizaje ha de proseguir aún bastante más lejos, si yo puedo hacer algo a ese respecto.
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