Enseño Inglés a chica universitaria
A mis 13 años fui a casa de una chica universitaria a ayudarle con tareas de Inglés y enseñarle..
Esto sucedió cuando tenía 13 años. Desde los 12 empecé a estudiar Inglés y cuando ocurrieron los hechos ya tenía un nivel intermedio.
En clase había una chica universitaria llamada Liliana, se notaba que no le gustaba el Inglés, pero lo debía estudiar por su carrera. Todo eso nos lo había comentado mientras hacíamos los trabajos grupales en el salón.
Todos los meses nos tomaban un examen final para poder avanzar de nivel. Días antes de acabar el mes, Liliana me habló cuando estaba saliendo del centro de idiomas. Ella venía caminando rápido y yo me detuve para esperarla, estábamos cerca a la puerta de salida así que me dijo para ir a fuera mientras hablábamos.
A esa hora de la tarde había bastantes alumnos saliendo y era normal ver distintos puestos de comida. Ella me invitó una hamburguesa y fuimos caminando hacia un parque que estaba a unas cuadras.
Empezó a decirme que por sus estudios no tenía tiempo para hacer las tareas del libro y mucho menos ponerse a repasar para el examen. Así que me preguntó cuanto le cobraba por hacerle todas las tareas que le faltaban en el libro y en la plataforma virtual. Me dijo que más había avanzado con las tareas de la web, así que el mayor trabajo estaba en su libro, me enseñó las tareas y muchas de ellas yo ya las había terminado, pero lo más complicado era esas prácticas donde debíamos redactar pequeños textos, ensayos y cosas así; era la primera vez que alguien me pedía ayuda con tareas de Inglés, luego de pensar un momento le dije que 15 soles por hacerle todo eso.
Ella sonrió, sacó dinero de su cartera y me entregó su libro. Yo pensaba que iba a decirme que le estaba cobrando mucho y que me pagaría luego de hacerle la tarea. Llegamos al parque y nos sentamos en una banca ubicada al centro. Pensé que luego de darme su libro nos íbamos a despedir, pero al parecer quería decirme algo más.
Me preguntó que si a parte de hacerle la tarea la podía ayudar a estudiar; que también me pagaría por eso. Yo estaba emocionado porque iba a ganar dinero, pero traté de que no se me notara. Le dije que si podía, pero que yo iba al colegio en las mañanas y tenía libre sólo las tardes porque en la noche no me dejaban salir y también debía hacer tareas.
Ella sacó su teléfono y me pidió mi número. Miró un momento su celular y me preguntó si el viernes podía ir a su casa a eso de las 5 de la tarde. Rápidamente le dije que si, al mismo tiempo que ciertas ideas empezaban a llegar a mi mente. Desde pequeño he sido un chico medio pervertido y desde los 9 años empecé a tener curiosidad por las mujeres de mas edad que yo. Me imaginaba cosas con tías, primas mayores, profesoras, etc.
Obvio yo sabía que era casi imposible que algo pasara con esa chica que me llevaba 7 años, pero el tener ese acercamiento me estaba gustando. Tras mi respuesta ella se levantó y me agradeció emocionada, yo también me levante y le dije que me mande la ubicación de su casa. Luego ella se despidió de mi con un beso en el cachete y se fue. Yo estaba algo caliente por todo lo que pensaba y ese beso me gustó mucho; pude oler su perfume y su cabello rosó mis labios.
No pude evitar verla mientras se alejaba, llevaba zapatillas, pantalón blanco muy pegado que marcaban perfectamente sus nalgas y como hacía algo de frio, llevaba chompa rosada. Ella era de mi tamaño, yo mido casi 1.57, delgado, trigueño, cabello lacio corto y como dije en otra historia; mis amigas me molestan diciendo que lo único que tengo gordo son las nalgas.
3 días después llegó el viernes y yo estaba emocionado. Se me hizo larga la mañana en el colegio y a penas llegó la hora de salir, fui rápidamente a tomar el bus para mi casa. En el camino revisé mi celular y ella ya me había mandado la ubicación de su casa, quedaba cerca de mi colegio, así que conocía la zona. Ya le había dicho a mi mamá que iba a ir a casa de una amiga a enseñarle Inglés; ella regresa del trabajo casi a las 6 de la tarde.
Llegó la hora de salir de mi casa, eran las 4:30 de la tarde. Ese día hacía un poco de calor así que estaba vestido con ropa deportiva: zapatillas negras, buzo azul oscuro y polo rojo. Llegué casi 10 minutos antes de las 5, me sentía muy nervioso; todo me temblaba y estaba sudando.
Ya estaba frente a la casa, era color crema de 3 pisos; saqué mi celular para escribirle, pero antes de poder hacerlo, la escucho gritarme desde arriba:
__Liliana: David ya bajo…
Abrió la puerta y ahí estaba, llevaba sandalias rosadas, short celeste floreado y blusa blanca. Mis nervios y calentura se elevaron al instante. Me invitó a pasar y pidió de favor que cierre la puerta. La seguí hasta llegar a su mesa; ella se sentó y me señaló la silla a su lado para que haga lo mismo. Le mostré el libro con lo que había avanzado; casi estaba todo completo. Lo que no había podido avanzar eran las actividades de la web, ella me dijo que estaba perfecto porque así le podía ir explicando mientras las resolvía. Se levantó y me dijo que la acompañe a su cuarto.
Yo la seguí y en las escaleras disfrutaba la vista de su trasero que se marcada muy bien con ese short apretado. En todo ese rato no había escuchado a nadie en la casa, al parecer estábamos solos. Finalmente llegamos a su cuarto en el tercer piso; al entras ella encendió su computadora y acercó una silla para sentarme. Así lo hice y Liliana se quedó de pie a mi lado. Al terminar de encender la computadora, ella se inclinó hacia adelante para abrir la web e ingresar sus datos de acceso. Yo estaba impactado mirando tan de cerca su trasero, al parecer estaba tardando un poco en abrir la página; lo que hizo que estuviera en esa posición por bastantes segundos.
Ya en la web empecé a mostrarle las actividades y le iba explicando los ejercicios, en su mayoría eran para completar oraciones usando la forma correcta de los verbos en diferentes tiempos. Pasaran cerca de 20 minutos en esa situación hasta que llegamos a las actividades de Listening; se trataba de un video de 5 minutos y tras verlo debíamos responder las preguntas.
Le dije que si gustaba ella podía sentase para que vea bien y yo me quedaba de pie. Liliana aceptó y yo saqué mi cuaderno para ir anotando datos importantes del video. Ahora yo estaba inclinado dejándole ver mi trasero mientras tomaba apuntes. Estaba sudando, pero era por la calentura de toda la situación; de pronto ella me dijo que me apoye en una de sus piernas. Me quedé un momento sin hacer ni decir nada, pero finalmente lo hice.
Me acomodé sobre su pierna izquierda, ella movió la silla más adelante y mi trasero quedó sobre su muslo; le pedí que me avise si se le adormecía la pierna. Mientras escribía ella me decía que estaba bien flaquito, que no pesaba mucho; yo respondí que a pesar de comer y comer no engordaba y aproveché para agradecerle por la hamburguesa del otro día.
Al terminar el video me levanté y ella me pidió que le ayude a responder las preguntas. Volví a sentarme y Liliana nuevamente estaba a mi lado de pie. Yo le iba leyendo las preguntas y le decía que elija la respuesta correcta, casi en todas tuve que indicarle cuál era; lo cierto es que yo no había prestado atención al video, pero esa actividad ya la había hecho y recortaba las respuestas.
Estábamos por acabar con las actividades, Liliana se dirigió hacia la puerta y la cerró.
__Liliana: Está empezando a hacer frio. Dijo mientras regresaba a mi lado.
__David: Si se siente un poco de frio, gracias por cerrarla.
Ahora la actividad era mirar imágenes y escuchar los audios para posteriormente elegir la que mejor se relacione con la situación o conversación. Liliana emocionada tomó mi mano y dijo que la dejarla hacer a ella esa actividad. Le respondí que si y antes de levantarme ella rápidamente se acomodó en mis piernas. A diferencia de hace rato, ella no estaba en una de mis piernas, sino sobre las 2; yo las tenía juntas y sentí como Liliana acomodaba su trasero sobre mi. Yo estaba muy excitado y mi pene estaba duro desde antes de entrar a su casa; ahora sentía sus nalga y mi miembro entre ellas.
Quería moverme, sentía ganas de frotarme en su trasero, de apretar sus nalgas con mis manos, sus piernas, todo lo que ella me dejara tocar. No me percaté que si me estaba meneando, pero Liliana lo hacía también; movía su trasero hacia adelante y atrás, lo levantaba un poco y se dejaba caer, se meneaba de un lado a otro. ¡Esto se siente muy rico!, decía en mi mente.
La pantalla se apagó y quedamos casi a oscuras, debían ser poco más de las 6 de la tarde. Liliana se levanta y toma mi mano derecha; me pongo de pie y nos abrazamos, ella me empieza a dar besos en el cachete y poco a poco llega a mis labios. Yo acariciaba su cabello, fui bajando mis manos por su espalda y finalmente tenía sus nalgas una en cada mano. Frotaba las palmas de las manos de arriba hacia abajo, en círculos, deslizaba mis dedos entre sus nalgas sobre la tela suave de su short; todo su trasero se sentía calientito, me encantaba sentirlo.
Liliana empieza a empujarme hacia atrás, nos topamos con la silla pero la hicimos a un lado, retrocedimos un poco más hasta que mis piernas chocaron con su cama. Liliana dejó caer su cuerpo sobre mi provocando que ambos caigamos sobre la cama. La sensación de tenerla encima era increíble, me besaba los labios, cachetes, frente y todo mi rostro estaba cubierto por sus besos y su cabello ondulado, además que su perfume me encantaba.
Yo continuaba con mis manos explorando todo su trasero, me encantaba sentir como se movia producto de lo que ella hacía sobre mi. No pasó mucho tiempo para que sus movimientos empezaran a hacer sonar la cama, había dejado de besarme para quedar sentada sobre mi mientras seguía meneando sus caderas. Yo habría y cerraba mis manos apretando sus nalgas, Liliana empezó a subir mi polo hasta el pecho y acariciar toda mi piel, incluso llegó a hacerme pequeños rasguños que no dolían, sino, me provocaban mayor excitación.
Liliana tomó mis manos y las dirigió hacia sus senos, me sorprendí mucho al sentir a través de su blusa que no llevaba sostén. Era la primera vez que podía tocar esa parte de una mujer con toda libertad, empecé a mover mis manos en círculos, deslizar mis dedos entre sus tetas y luego de unos segundos me atreví a meter las manos bajo su blusa. Liliana empezó a respirar más fuerte y apretar mis manos contra su pecho, mientras sus movimientos me hacían saltar en su cama. En ese momento no aguanté más y una gran cantidad de semen salió mojando mi abdomen y deslizándose por el costado empapando la cama. Liliana respiró y escuché un suave, pero largo gemido para posteriormente caer sobre mi; al parecer ella también había acabado.
Nos quedamos unos momentos en la cama, Liliana secaba el sudor de mi frente con sus manos mientras me daba besos en los labios. Finalmente nos levantamos, empecé a acomodarme la ropa, mi buzo se había bajado un poco dejando ver mi calzoncillo color amarillo; me acomodé también el polo, pero aun sentía mi abdomen y mi ropa interior mojada. Liliana se acercó y tomó mi mano, salimos del cuarto y fuimos bajando las escaleras con cuidado ya que estaba todo oscuro.
Nuevamente estábamos en su mesa, Liliana encendió la luz, tomó su bolso y sacó un billete de 50 soles; me lo dio y me dijo que llamaría un taxi para que vaya a mi casa.
__Liliana: Espera voy a pedir el taxi por la aplicación, no te preocupes yo lo pago.
__David: Gracias…
Afuera estaba haciendo frio, pensé que eso era perfecto para que se termine de secar el sudor en mi rostro y cuello. Finalmente llegó el taxi, me despedí de Liliana con un beso en el cachete y subí al carro. Una mujer estaba conduciendo, creo que no me había topado antes con una mujer taxista. Mi mente pervertida se estaba activando otra vez.
__Taxista: Buenas noches jovencito, de aquí a unas cuadras voy a desviarme para echar gasolina; no se vaya a asustar…
Nada mejor que la primera vez sea con una mujer mayor. Lo mísmo que pasa con la primera experiencia de las mujeres. Exoeriencia al servicio del otro.