Entrevistando a una zorra 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sumisa-rebelde.
Tras la primera entrevista, Carla presentó a la editorial un primer borrador de lo que la chica le había contado. Quedaron encantados y como no, querían más, así que Carla concertó una segunda entrevista con la chica para que siguiera contándole su vida sexual pues ya le dejó claro que había mucho más…
Volvieron a quedar en el mismo bar de la primera vez a pesar de que la chica insistió en quedar en su casa. Carla ya sospechó la primera vez de que la chica tenía intenciones de algo más que seguir contándole su vida sexual y como ella siempre había sido muy tímida no estaba segura de poder pararla si se le insinuaba así que decidió que en el bar estaría más segura.
— Hola Carla, me alegró que mi historia del otro día haya gustado en tu editorial, sinceramente creí que no volvería a saber de ti.
— Huy, les entusiasmó, tendría un problema si no tuvieras más que contarme, le contestó Carla.
— La verdad es que recordar todo eso me está resultando de lo más excitante, si ya sé lo que debes pensar, “me excita pensar en como fui violada” pero créeme también tuvo su parte buena, o quizá es que simplemente soy una tarada viciosa, le dijo la chica riendo nerviosamente.
— Yo solo transcribo lo que me cuentas, no entro a juzgarte en ningún momento así que tranquila. Y bueno, ¿qué más tienes que contarme?
— Sinceramente después de ese día pasé varios días angustiada por lo que me había dicho la chica que me desató, a ellos no volvía a verlos… Tenía miedo de haberme metido en algo peligroso. Y desafortunadamente terminó siéndolo para mí.
— ¿Qué ocurrió cielo? Le preguntó Carla con dulzura.
— Pues… una tarde al volver del trabajo me encontré con que mi novio me había hecho las maletas para que me fuera de casa… Había recibido una copia de la grabación en la que se me veía follando con los cuatro tíos, me echó de casa, no me dejó ni explicarme. Por supuesto lo primero que hice fue mandarle un whatsapp al chico con el que contacté por internet.
— ¿Cómo te has atrevido a mandarle la grabación a mi novio? ¡Eres un cabrón! ¡No tenías ningún derecho!
— Desde que te dejaste violar como una fulana barata tengo todo el derecho. Además ni te folla como a ti te gusta.
— ¡Menudo cerdo! Dijo Carla.
— Si, pues eso no fue nada, cuando al día siguiente llegué al trabajo también habían recibido una copia de la grabación y cómo puedes imaginar me despidieron. Yo estaba cabreadísima y totalmente hundida. Ya no sabía si decirle algo al tío pues parecía que cada vez que le recriminaba su actitud, se vengaba actuando contra mí pero no podía permitir que me chantajeara, así que le volvía a escribir.
— ¿Pero tú de qué vas tío? Por tu culpa me han despedido. ¿Qué cojones pretendes?
— Darte una lección, puta, que aprendas de una vez tu papel en la vida.
— Yo ya tenía un papel en mi vida y ahora tú me la has jodido, estoy sin trabajo y sin casa, mi novio me ha echado.
— Tranquila puta que mis amigos y yo te daremos trabajo y alojamiento, vivirás y trabajarás en nuestro negocio.
— ¿Y qué clase de negocio es?
— Digamos que es un negocio de entretenimiento para caballeros…
— ¡¡¡¡¡Y UNA MIERDA!!!!! ¡No pienso prostituirme! ¡¡¡¡Olvídalo!!!! ¡¡¡Ni hablar!!!!
— Bueno, tú misma, intenta reorganizar la mierda de vida que te ha quedado y cada vez que lo intentes, mandaré el video. Estas atrapada, so puta. Además… Te gusta que te usen, ¿qué más dará que lo hagas por dinero?
— ¡Tengo dignidad! ¡Además yo follo solo con quien yo decido!
— ¿Dignidad? No tenías mucha cuando te ponías cachonda cuando te estaban estrangulando, jajajajajaja Y eres de esas putas que les da igual quién se las folle con tal de sentir el coño lleno
— Pero…No quiero hacerlo… ¿Que quieres? ¿Que te suplique que me dejes reconstruir mi vida?
— Lo que quiero es que me supliques que te use, que te prostituya, que te viole, que te entregue a quien me salga de los huevos.
— Déjame en paz por favor.
— Desengáñate, estás condenada a ser una fulana sometida y lo peor es que te gusta. Imagina, follada o violada constantemente.
— ¿Constantemente? Ay no… Así no.
Aquí reconozco que la entrepierna me traicionó, añadió la chica riéndose nerviosamente.
— Jajajajajajajajajaja, tu coño te ha vuelto a traicionar, no te hagas la remilgada
— ¿Podría escoger los clientes?
— Y una mierda Te follará quien yo quiera.
— Pero los tíos que van de putas son asquerosos.
— Hay de todo, je je Y lo único que ha de importarte es que puedan follarte.
— Pero siempre con condón ¿eh?
— Eso también lo decidiré yo, puta, que ya se ha visto que eres incapaz de conducirte por la vida.
— ¿Y qué cosas tendría que hacer? Me gusta follar pero cosas raras no
— Harás lo que yo te diga… Sé lo que te gusta.
— ¿Puedo pensarlo?
Aunque te parezca increíble dudaba si hacerlo o no, además tenía miedo de sus amenazas de joderme la vida cada vez que me fuera medianamente bien.
— Sabes las opciones que tienes.
— Aun puedo intentar reorganizar mi vida sin que tú te metas. Mañana tengo una entrevista de trabajo, si consigo trabajo podré volver a ser yo misma.
En ese momento me llamó la dueña de la pensión donde estaba hospedada mientras encontraba un sitio donde vivir después de que mi novio me echara de casa. El muy hijo de puto le mandó una copia de la cinta, No sé ni cómo llegó a saber que yo estaba en esa pensión. En ese momento me asusté mucho pues era evidente que me tenía vigilada y conocía todos mis movimientos.
— ¡¡¡Has mandado el vídeo a la dueña de la pensión donde estoy!!! ¡Eres un cerdo! Por tu culpa estoy en la calle en plena noche y está lloviendo.
— Para que veas que voy en serio. Aquí tengo un rincón para una puta cerda, si es que quieres…
— Esa noche la pasé rondando por la ciudad muerta de miedo y sin saber que hacer, poco podía imaginar que la mañana siguiente al llegar a la entrevista de trabajo me dirían que lo sentían pero que habían recibido cierta información sobre mí que me hacía no apta para su empresa, me temí lo peor y efectivamente me mostraron el video.
Le escribí desesperada.
— No me vas a dejar rehacer mi vida, ¿verdad?
— Si… La reharás como fulana a mí servicio.
— Me rindo, no lo soporto más.
— ¿Por fin vas a admitir tu derrota?
— No me queda otra
— Así me gusta, que reconozcas que no eres más que una golfa calentona, jajaja
— ¿Puedes venir a recogerme donde me recogiste el otro día? Por favor… Llevo vagando por la ciudad toda la noche, tengo hambre y frío.
— No. Por haberte resistido. Toma mi dirección, aquí te espero y en cuanto abra la puerta deberás arrodillarte y suplicar que te acoja.
— Pero no tengo dinero para ir hasta ahí.
— Pues ven andando… O haces un par de mamadas y así consigues dinero para el taxi, jajajajajaja
— ¡Si hombre! ¡No voy a ofrecerme a cualquiera! Tendré que venir andando.
— Tú misma, jajajajajaja
En ese momento empecé a andar pero sin dejar de intentar convencerle.
— Por favor ven a recogerme, te lo suplico.
— No se… Todavía no veo en ti a una zorra humillada.
— ¿No es bastante humillación tener que trabajar de puta para ti? Si vienes a buscarme iré mamándotela todo el camino de vuelta.
— Bien… Pero más humilde, así parece que estés haciendo un trato cuando debes suplicar. La humillación me pone… Y a tí también, ya verás.
— ¿Suplicar? Ya te he suplicado que vinieras a recogerme
— Incluye lo último que me has dicho, zorra
— Buffff. Por favor ven a recogerme, te lo suplico, iré mamándotela todo camino de vuelta.
Pasaban los minutos y no me contestaba.
— Por favor, ven ya… Está anocheciendo.
Andando poco a poco llegué al local, era el típico puticlub de carretera, entré y pregunté por él, una chica me llevó a un reservado y me dijo que esperase.
— Ah, ya estás aquí, puta ¿Qué quieres?
— Que me acojas.
— ¿Cómo se piden las cosas, zorra?
— Acógeme por favor.
— Humíllate.
— ¿Cómo? No sé hacerlo.
— Al suelo, y descríbete en los términos más bajos y humillantes que se te ocurran porque sabes que no mereces que te acoja.
Estaba avergonzadísima, me senté en el suelo.
— Acógeme por favor, he sido una estúpida que se dejó llevar por el coño montándome en un coche con 4 desconocidos y me dejé violar por ellos y acabé disfrutándolo.
— ¿Buscas a quien piense por ti, porque tú no sabes?
— Yo solo sé pensar con el coño.
— Muy bien puta y se rio a carcajadas. Me dijiste que me la mamarías…
Sin mediar palabra, me arrodillé, le abrí la bragueta del pantalón, le saqué la polla y empecé a mamársela.
— Si, sigue zorra sigue, puta mamona.
Yo estaba empezando a calentarte la verdad, ya te lo dije el otro día, siempre me pierde la entrepierna, le dijo la chica a Carla riéndose.
Me la metía entera en la boca y le masajeaba los huevos, se me escapa los gemidos
— Así, traga puta, atragántate ¿Como tienes el coño?
En ese momento me metió mano y se dio cuenta de que mi coño estaba mojado.
— ¿Ves como eres una cerda? Me dijo riéndose.
Entonces se apartó de mí y me tiró al suelo.
— Quita puta, tienes que ganarte la estancia.
Entró un tío viejo y le dio 5 euros, yo ya sabía lo que eso significaba…
— No por favor. Y volví a engancharme a él.
Pero el viejo me cogió de los pelos y me arrastró a un sofá, se sentó y se sacó la polla. Era repugnante.
— Venga, chúpamela puta, me dijo el viejo.
Yo me resistía y entre los dos me abofetearon y el viejo acabó metiéndomela en la boca hasta el fondo de mi garganta mientras el que ya era mi chulo me tapaba la nariz.
— Noooooffggg Aaaasgggghh. No quiero, es asqueroso.
Yo intentaba dar manotazos pero no me soltaban, al contrario, mi chulo movía mi cabeza haciendo que esa asquerosa polla entrase toda.
El viejo gruñía y gemía de gusto, follándome la boca y el otro me azotaba el culo y me ató las manos a la espalda.
— Joder qué gusto me da esta puta. Que bien que esté de oferta, dijo el viejo.
— Es la oferta de prueba Señor Gómez, se trata de nuestra mas nueva adquisición Y por tratarse de usted, la oferta incluye una corrida en su boca.
— Noooooooffffg
— ¡¡¡Calla puta!!!
Yo intenté soltarme por todos los medios
— Joder con la potrilla. Te voy a escupir mi lefa en esa boquita.
Cada vez me metía la polla más deprisa y más hondo. Estaba muy excitado.
De repente noté su asquerosa lefa. En ese momento sentí muchísimo asco. Era espesa, caliente, viscosa…Y abundante. Me llenaba la boca y por si fuera poco me taparon la nariz para que la tragase.
— ¡Toma lefa puta! Hacia días que no me corría y tengo mucha para ti, dijo el viejo.
Yo me resistía a tragarla, me daba muchísimo asco el semen de ese asqueroso viejo y el otro tío estaba muy cabreado.
— TRAGA LA LEFA DEL SEÑOR, me gritó.
Muerta de asco terminé tragándola, por fin me soltaron y caí al suelo entre arcadas y toses.
— A ver como tiene ahora el chumino, dijo el viejo que se puso a hurgar entre mis ropas. Lo olió. Hummmmmm Que chochito tan apetecible. Está muy mojado.
— No no no no no, era lo único que acertaba a decir yo.
— Hasta el asco la excita, le dijo el viejo al otro.
— ¿Ve? Esta puta aguanta lo que le echen, ya se lo dije Sr. Gómez.
— ¿Quieres que te follen verdad? Quiero reservarla un día a la semana dijo el viejo.
— Sabía que le iba a gustar, es el tipo de degenerada que le va, le contestó el otro riéndose.
— ¿Qué haces? Me dijo el viejo.
A pesar del asco yo estaba excitadísima y sin casi darme cuenta me empecé a pajear. Yo gemía mientras ellos me observaban.
— ¡Aparta esa mano puta! Me gritó el viejo y dándome un manotazo.
Yo volví a gemir
— ¿Te gusta que te traten mal eh puta degenerada?
Entonces le dio 20 euros más a mi chulo por pegarme.
— Quiero ver si es capaz de correrse solo con el dolor.
Me quitó toda la ropa y empezó a azotarme las tetas y el coño. Mis gemidos de placer se entremezclaban con mis gritos. Me daba cada vez más fuerte, Me mordía los pezones. El dolor y el escozor, eran casi insoportables pero yo me masturbaba con más furia.
— ¡¡¡¡Toma cerda!!!!! ¿Te gusta que te den palizas, puta? Me decía el viejo.
Me azotaba muy fuerte. Era muy sádico.
— Otro día quiero una sesión sado-maso con esta perra, le dijo a mi chulo.
— Aaaaahhhh siiiii hazme daño viejo asqueroso.
— ¿Que me has llamado puta? ¡¡¡¡Toma, en todo el coño!!!!
— Aun está por educar como sumisa Señor Gómez, pero cuente con esa sesión, le dijo mi chulo.
Yo me pajeaba con furia, la misma con que él me azotaba y acabé estallando de placer revolcándome por el suelo.
— Te has corrido sin permiso perra insolente, me gritó el viejo en ese momento mientras me ponía de pie cogiéndome del pelo, Las manos detrás de la cabeza, puta. Abre las piernas Te voy a azotar el chochete, ese chochete desobediente.
— Basta ya por favor dije llorando.
— ¿Ahora lloras? Me dijo mi chulo riéndose. Vamos a terminar de romperla, le dijo al viejo.
Entonces los dos se pusieron a azotarme. Yo me doblaba de dolor.
— Ni se te ocurra caer al suelo fulana, me dijo el viejo.
Pronto las piernas empezaron a temblarme.
— Basta por favor dije mirando a mi chulo buscando algo de compasión, me costaba mantenerme en pie, sus azotes eran muy duros. Por entonces yo era novata en la sumisión, y no entendía porque me azotaban de ese modo.
— Has de aprender a soportar lo que te hagamos, pedazo de puerca. Además sigues mojada, me dijo el viejo.
Los azotes llegaban sin aviso, cada picotazo era una agonía pero aun así mi coño maltratado y escocido se empapaba más y más. Entonces caí al suelo derrotada.
— ¡Levanta cerda! Me gritó el viejo mientras me daba patadas.
Yo lo intentaba pero no podía y me puso él en pie del mismo modo que lo había hecho antes, agarrándome del pelo.
— Se le ve muy experto en esto Señor Gómez, le dijo mi chulo.
— Ha educado bastantes perras y me gustaría encargarme personalmente de ésta.
— Bueno, todo es cuestión de llegar a un acuerdo económico…
— Alquílamela durante un mes y te la devolveré suave como un guante.
— ¡¡¡¡Yo no estoy en alquiler!!!! Protesté
— No sé, me gustaría domarla personalmente, le contestó mi chulo.
— El dinero no es problema ya lo sabes. O si no inclúyeme en su doma, la quiero tener una vez por semana en la mazmorra
— Si, eso me gusta más.
Yo asistía atónita a la negociación.
— No soy ningún animal para que nadie me dome ni un objeto para alquilar.
— ¡¡¡Calla puta!!! Me gritó mi chulo abofeteándome. Te va a dar tanto gusto en el chocho que aceptarás lo que sea, so guarra.
— Vas a necesitar mano dura con esta perra, bueno, vamos a necesitar mano dura, je je. Anda déjame colaborar en su doma que soy cliente de hace tiempo, dijo el viejo.
Yo seguía protestando y entonces el viejo se sacó un pañuelo y me lo metió en la boca.
— Las perras se callan mientras los señores hablan so cerda y me volvió a abofetear.
— Bien hecho, dijo mi chulo riéndose.
Yo estaba en el suelo con las manos atadas a la espalda.
— Mmmmmfffghggg Aaaaaasffgggffgfff
— Mírala cómo se retuerce la muy estúpida… Pronto comprenderá que esa es su postura natural, dijo el viejo.
— Y si no lo comprende peor para ella, contestó mi chulo riéndose a carcajadas.
— ¿Tiene el culo estrenado ya? Le preguntó el viejo a mi chulo.
— No lo sé, explorémosla aunque si es cierto lo que dice, si lo debe de tener estrenado.
Yo seguía resistiéndome pero a la fuerza me pusieron a 4 patas.
— ¡¡¡¡Quieta perra!!!! Me gritó el viejo.
Me abrieron las nalgas y vieron como mi ano se abría.
— ¡Joder! ¡A esta le han dado por culo más que a todas las putas de este local juntas! Dijo el viejo.
— Sí, mire, le meto un dedo y casi ni se entera, dijo mi chulo riéndose.
— A ver deja que le meta yo otro, dijo el viejo.
Yo que tenía dos dedos en el culo, lo movía y gruñía.
— Eh, parece que le gusta, ¿no? le dijo el viejo a mi chulo. ¿Te gusta puta?
— Mmmmnffffmmmggf.
— Parece que sí, mira la que decía que no se vendía, le petas el culo y se le olvida su dignidad. Metamos cada uno un dedo más, dijo mi chulo.
— Mmmmfffmmngggg
— Hostia que bien entran, dijo el viejo.
— Y sin lubricar, menuda puerca. A esta se la han follado pero bien. A estas que son tan sueltas hay que controlarlas Que si no, se meten en líos porque piensan con los agujeros. Dijo mi chulo
— ¿Otro dedo? Preguntó el viejo.
— ¡Venga otro! Contestó mi chulo riéndose.
— Ahora empieza a costar un poco pero vamos, este culo ha visto mucha polla, dijo el viejo.
— Mmmmffgggmmmggg
Manipulaban mi ano a su antojo. Los dedos entraban y salían. Estaba en sus manos y sinceramente me gustaba sentir que no tenía el control, sentía mi coño chorrear. Entonces el viejo vio unas gotas en el suelo.
— ¿Qué cojones es esto? Y al mirar vio mi coño como goteaba. – ¡¡¡¡Serás marrana!!!! Estas ensuciando el suelo con tus flujos de cerda en celo.
— Vamos a seguir domándola, siga poseyendo su ojete Señor Gómez que yo voy a azotarle el coño. A ver si así sigue chorreando la tía cerda, dijo mi chulo.
— ¡Que cachondo me ha puesto otra vez la tía guarra esta! ¿Cuanto quieres por que le dé por culo? Dijo el viejo.
— ¿Por un culo tan usado? 5 euros. Esta es de las baratas, además, le enseñará humildad, contestó mi chulo.
Se los dio y me la metió de golpe por el culo y empezó a follarme con fuerza.
— Joder que dado de si está este culo, casi no lo noto. ¡Cierra el culo cerda! ¡¡¡Aprieta!!!!!
Yo lloraba y a la vez movía el culo.
— Esta puta necesita un tronco, pero aun así me está dando mucho gusto. ¡¡¡Sigue apretando!!! ¡Oh si como contrae el culo! ¿Te gusta eh puta? Deberías pagarme tú a mí con el gusto que te estoy dando.
— Aaaggggggg Mmmmmmffffmmm
— Sácale el pañuelo de la boca que parece estar mas dócil… le dijo el viejo a mi chulo.
— Aaaahhhh siiii dame por culo viejo verde Aaaaaahhhh
— Ya no estás tan rebelde ¿eh puta? Me dijo el viejo. Toma puta, toma ¿Ves como eres un pedazo de puta?
— Si si si si si Aaaaaahhhh Maaaaassss Soy una puta.
— Repítelo, no me canso de oírlo. Verás cómo te gusta que te prostituyan, me dijo mi chulo.
— Soy una puta Siiiiii Aaaaaahhh.
— Que gusto por sólo 5 euros de mierda, dijo el viejo riéndose.
No dejaba de azotarme las nalgas mientras me follaba. Yo movía el culo como una posesa.
— Menuda potrilla, así, muévete zorra.
Yo movía el culo y apretaba y soltaba su polla en mi ano.
— Oooohhhh siiii me voy a correr en tu culo guarra.
De pronto sentí un chorro caliente que me inundaba el recto.
— Aaaaahhhhh Siii lefa en mi culo ¡Escúpela toda, viejo!
— ¡Ese lenguaje zorra! Me dijo el viejo. Habrá que enseñarte respeto.
Después de correrse me empezó a azotar el coño mientras mi chulo le sustituyó en mi ano. Pero de repente la sacó y el viejo dejó de azotarme. La falta de estímulo me volvía loca.
— Eh nooooo ¡Dadme más joder! Quiero polla. Venga viejo sigue dándome.
Ellos no hacían nada, solo me observaban arrastrándome por la habitación.
— Qué ridícula estás, me dijo mi chulo y se rió. Hasta que no muestres respeto te quedarás ahí sin gozar.
— Aaaaahhh Yo gritaba de impotencia. — Por favor, dije llorando.
— ¿Por favor qué? Me preguntó mi chulo.
— Polla por favor, contesté yo masturbándome, estaba como loca.
— ¡Nada de tocarse cerda! Me gritó el viejo atándome las manos a la espalda.
— Aaaaaahhhh Nooooooo.
— Lo tienes muy fácil, puta, solo tienes que tratarnos con el debido respeto y le daremos gusto a tus agujeros, me dijo el viejo.
— Dadme polla por favor, dije llorando.
— ¿Y por qué tendríamos que darte polla? Me preguntó el viejo.
— Porque soy una guarra que necesita polla a todas horas, contesté yo, en ese momento estaba dispuesta a todo con tal de que me dieran placer.
— ¿Entonces aceptas que eres una fulana que necesita que la controlen? Me preguntó mi chulo.
— Siiiii, contesté llorando desesperada.
— ¿Te quedarás aquí bajo mi dominio, puta?
— Si, cuida que no me meta en problemas por favor, le contesté, no estaba muy convencida de ello pero sabía que era lo que él quería oír…
— Muy bien, perrita, ponte en posición.
En ese momento, dudé, no sabía muy bien en que posición debía ponerme.
— ¡Como las perras, estúpida! me gritó mi chulo.
— Si, y me puse a cuatro patas.
— Mira, no es tan tonta, le dijo el viejo a mi chulo.
Mi chulo empezó a azotarme y después me folló con violencia.
— Dale duro y hasta el fondo que te sienta bien dentro y bien poseída, le dijo el viejo.
Yo gritaba y gemía de placer y movía el culo como una loca.
— Más, más, más, más
— Qué, zorra, ¿te gusta eh? ¿Ves como gozas más cuando te someten? Me dijo mi chulo.
— Mira cómo mueve el culo la tía cerda, dijo el viejo mientras me estrujaba las tetas.
— ¡Aaaaaaahhhh! Duele.
— Calla puta y sigue moviendo el culo que tu dueño no tenga que esforzarse para follarte, ¡¡¡¡Venga!!!!!
— ¡El no es mi dueño! ¡Yo no tengo dueño! Protesté
Entonces el viejo tiró fuerte de mis pezones.
–¿Quieres que te dejemos otra vez sin polla, marrana? ¡Claro que es tu dueño, no eres capaz de vivir sin alguien que piense por ti!
— No sin polla no por favor, dije llorando y gimiendo a la vez sin parar de mover el culo.
— ¡Entonces no digas gilipolleces, puta estúpida! A partir de este momento él controla tu mente y tus agujeros, cerda. Te dará más placer que nunca, que es lo que más deseas en la vida, y a cambio solo pide anular tu voluntad.
— Siiii quiero placer y polla en todos mis agujeros Aaaaaaahhhhhh
Yo sentía mi coño encharcado y se oía el chapoteo que provocaba la polla de mi chulo entrando y saliendo de él.
— Toma puta, di que soy tu dueño y que tus agujeros son míos. Que entrará en ellos lo que me salga de los putos huevos, me dijo mi chulo mientras seguía follándome.
— Eres… Eres mi… Dueño. Mis agujeros son… son tu…tu…yos. Aaaaaaahhhhhhhhh.
— Mira como se somete la muy puta con tal de tener polla dijo el viejo riendo.
— ¡Oooooohhhhhh si! Me encanta escucharlo, dijo mi chulo.
— Aaaahhhh siiii. Que gusto.
— ¿Te gusta, perra? Ese es tu sitio, a cuatro patas y recibiendo, me dijo mi chulo.
— Pero… Aaaaahhhh yo, yo quiero… Aaaaaahhhh follar, follar… Aaaaaaahhhhhh de más, de más maneras, aaaaaaaaaaahhhhhhh.
— Pídemelo, suplícamelo, zorra. Pero de momento solo recibirás así para que aprendas cuál es tu lugar.
— Por favor, aaaaahhh quiero follar, aaaahhh de, de to… Aaaaaahhhh de todas las maneras, aaaaaaaaahhhhh siiii más follame maaaaassss.
— Ya no aguanto más, zorra, me voy a derramar en tu puto chumino. Pero tranquila, que van a seguir montándote. Dijo mi chulo al borde del orgasmo.
— No, no en el coño no, que no quiero quedarme embarazada, no por favor, dije yo intentando soltarme de él.
— Sujétela Señor Gómez que voy a descargar toda mi lefa directamente en su útero, a ver si tenemos una puta preñada.
— Noooooo, noooooo
El viejo me sujetaba las caderas, pero estaba tan enrabiada que no logró contenerme y logré soltarme.
— ¡¡¡¡Ven aquí zorra!!!!! Me gritó mi chulo.
Me volvieron a poner a 4 patas y me sujetaron fuertemente entre los dos.
— Venga préñala le dijo el viejo a mi chulo que las perras preñadas valen mucho mas.
— No por favor te lo suplico, imploraba yo desesperada.
— ¿Ahora suplicas, puta de mierda? Por rebelarte contra tu dueño, ahora el Señor Gómez también intentará preñarte, no sabrás quién es el padre si te quedas preñada, aunque eso es lo normal en las perras callejeras como tú, me dijo mi chulo burlándose de mí.
Entonces él soltó toda su lefa en mi interior y cuando salió de mí y antes de que me la metiera el viejo, intenté escapar pero fue inútil, mi chulo me puso a 4 patas, la cabeza contra el suelo y me sujetaba con todo su cuerpo. Cuando quise darme cuenta el viejo ya me estaba follando.
— Noooo nooooo noooo
— ¡Qué fulana más patética eres! A ver si sirves de hembra de cría. Prostituida, humillada follada y preñada, me dijo mi chulo mientras seguía sujetándome con fuerza.
— Ooooohhhh puta que cachondo me pones decía el viejo mientras me follaba. Ya viene mi lefa, ya vieneeeeeee Aaaaaaaahhhhhh siiiiiiii puta toma lefa.
Yo solo podía llorar. Por segunda vez noté el chorro caliente en mi coño e incomprensiblemente no podía dejar de mover el culo. Después de haber descargado el viejo en mi interior me soltaron y me dejaron tirada en el suelo y se fueron pero por una mirilla secreta veían que me estaba pajeando sin parar de gimotear. Yo lo sabía pues oía sus voces.
— Joder, vaya cerda que te has agenciado, le gusta que la usen contra su voluntad, le dijo el viejo a mi chulo.
— Dejémosla que se pajee, debe resultarle muy humillante, le contestó mi chulo riéndose.
Yo me quedé en el suelo sin poder parar de pajearme recordando todo lo ocurrido.
— ¡Vaya! Cada historia que me cuentas es más intensa que la anterior, le dijo Carla a la chica.
— Ya te dije el primer día que ese anuncio había cambiado mi vida.
— ¡Pero te tenían retenida contra tu voluntad! ¡Y la otra vez te violaron! ¿Nunca lo denunciaste?
— Por extraño que te parezca, una parte de mi disfrutaba y sigue disfrutando de esos abusos, no sé, quizá estoy loca…
— ¿Has dicho que sigues disfrutando? ¿Aun sigues con ese sinvergüenza? Preguntó Carla alucinada.
— Perdona pero no es ningún sinvergüenza, contestó la chica algo ofendida, es mi Amo, y desde que estoy con él disfruto como nunca lo había hecho.
— Pero… dijo Carla.
— ¡Tú no puedes entenderlo! Hay que ser muy abierto de mente para poder entender la relación entre un Amo y su sumisa.
— Bueno, bueno, no te enfades, dijo Carla viendo que la chica estaba muy ofendida por su comentario. Hoy mismo transcribiré la segunda parte de tu historia y ya te diré algo, le dijo levantándose de la silla despidiéndose de ella.
— Si, crees que puedes ser capaz de respetar a mi Amo, puedo contarte más, le dijo la chica.
Carla que ya se había levantado, volvió a sentarse.
— ¿Ah si? Preguntó Carla.
— ¿Vas a respetar a mi Amo? Le preguntó la chica.
— Está bien, perdona si te he ofendido con mi comentario, me cuesta entender que alguien disfrute de algo así.
— Pero por el pastón de dinero que vas a ganar con mis historias podrías hacer un esfuerzo por entenderlo ¿verdad? Le dijo la chica con una media sonrisa.
— Te llamaré cuando pueda volver a reunirme contigo, le dijo Carla sintiéndose avergonzada.
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