Esclavizando a la novia de mi hijo (I)
Historia de como poco a poco he conseguido esclavizar a la novia de mi hijo.
Me presento, me llamo Raúl soy un padre de familia de 48 años, mi mujer Alba tiene 46 y nuestro peque Alex acaba de cumplir 15.
Todo esto comenzó el verano del 2022, aproximadamente en el mes de Agosto. A principio de verano, nuestro hijo comenzó a salir con una amiga de su clase, Nerea. No era la primera novia que tenía pero si es (porque aún siguen siendo novios) la relación más formal que había tenido hasta la fecha.
Era un día caluroso de verano, de esos que solo deseas estar en casa debajo del aire acondicionado o en la piscina. Recuerdo que Alex nos pidió permiso para que viniera Nerea a casa, sería la segunda o tercera vez que la invitaba. Como las otras veces, no le pusimos ninguna objeción. Eran jóvenes y tenían que disfrutar, ya que la mayoría de sus amigos se habían ido de vacaciones y estaban prácticamente solos.
Mi mujer esos días trabajaba y hasta muy tarde no volvía a casa y yo estaba de vacaciones. Aunque no era lo mejor, porque no coincidíamos casi nunca, tampoco nos preocupaba demasiado ya que entre su trabajo y el mío nos podíamos permitir una buena casa con todo tipo de lujos. En mi caso, como os comento, estaba de vacaciones y solo deseaba que llegase la noche y poder disfrutar de nuevo de ver un partido de futbol, acababan de empezar la pretemporada los equipos y justo ese día jugaba el Real Madrid.
Sería las 8 o 9 de la tarde cuando Alex entró en el salón:
– Papi, ¿puedes llevar a Nerea a su casa? Es que se ha hecho tarde y ya no pasan autobuses.
– Hijo, ¿no ves que empieza el partido en un rato? ¿No habría ninguna manera de que le acompañes tu a su casa? si todavía es de día
– Es que come llegue tarde no la dejarán salir más en todo el verano
– ¿No lo has podido pensar antes? Si me lo hubieras dicho un poco antes, sin problema la hubiera podido llevar a su casa, pero ahora…
– Anda porfa, si quieres te grabo el partido y así lo puedes ver cuando vuelvas.
– Bueno, me visto rápido y la llevo en moto, así tardo menos. Dile que se baje ya al garaje.
– Gracias papi, muchas gracias de verdad.
Me puse lo primero que pillé, cogí las llaves de la moto y me fui para el garaje. Allí ya me estaba esperando Nerea. Aunque la conocía de antes nunca me había fijado bien en ella. Es una chica alta para su edad, delgada, castaña con los ojos verdoso, la piel blanca. Bastante dulce, muy simpática y educada.
– Hola señor Raúl, gracias por llevarme a casa, es que se nos ha hecho muy tarde.
– No te preocupes Nerea, te llevo enseguida. Por cierto ¿has montado alguna vez en moto?
– No, nunca.
– Bueno, no pasa nada, coge el casco de Alex y monta.
Se montó, y encendí la moto. Salimos del garaje y nos pusimos dirección a su casa. En el primer semáforo que paramos escuche de un bar que estaba al lado como cantaban gol.
– Maldita sea, ya ha empezado el partido y acaban de meter gol. Agárrate a ver si no me pierdo mucho del partido.
Aceleré a fondo y noté como Nerea se agarraba fuerte a mi cintura y se echaba hacia adelante para no caerse. En ese momento noté en mi espalda sus pequeños pechos y sus manos agarrándome con fuerza. Fue una de las sensaciones más excitantes que sentí en mucho tiempo. A los pocos minutos llegamos a su casa y nos despedimos.
– Gracias señor Raúl por traerme.
– No hay de qué, hasta la próxima Nerea.
Volví a casa, aparqué la moto y subí al piso. Al entrar estaba puesta la tele y como me prometió Alex, se estaba grabando el partido, aunque justo se encontraba en el descanso. Fui al cuarto de mi hijo para decirle que ya había vuelto y al entrar noté el olor de Nerea. Esto hizo que me excitara aún más. Y antes de que se reanudara el partido me fui al baño a descargar toda esta tensión. Recuerdo que fue unas de las mejores pajas que me hacía en mucho tiempo.
Pasaron varios días hasta que volvió Nerea a casa.
– Papi, ¿hoy también hay futbol?
– Si Alex, ¿hay que llevar otra vez a Nerea a casa?
– Si la puedes llevar, mejor, que con todo el calor que hace en la calle…
– Vale, pero dile que nos vamos un poco antes, así puedo ver el partido tranquilamente.
– Gracias papi, ahora se lo digo
A las 6 bajé al garaje y como el otro día estaba Nerea allí esperándome. No sé si fue por lo del día anterior o que, pero hoy la encontré especialmente guapa. Iba vestida con un vestido de flores, un poco corto, y unas sandalias planas. No me quise fijar demasiado, pero juraría que no llevaba sujetador porque se le notaba el pecho un poco suelto.
– Buenas Nerea, ¿que tal, como te lo has pasado hoy?
– Buenas señor Raúl, pues muy bien, hemos estado en la piscina todo el día, con este calor.
– Por cierto Nerea, no te asústate el otro día cuando te llevé en moto, ¿verdad?
– Pues la verdad que un poco, como le dije, era mi primera vez, nunca me había montado en una.
– Lo siento, como hoy vamos más temprano y tenemos tiempo, si quieres podemos ir al polígono y te la dejo probar. Ya verás lo guay que es.
– No sé señor Raúl, me da cosa de que se me pueda caer o algo.
– No te preocupes, no vamos a salir a carretera, así te quitas un poco más el miedo.
-¡Bueno vale!
Puse dirección al polígono, se que a esas horas y en verano no había casi nadie, otros días había ido con Alex y también se la había dejado.
– Bueno Nerea, ya hemos llegado. Ponte delante, yo me pongo atrás para indicarte pero no toques nada hasta que te diga, ¿vale?
– Vale, no se preocupe.
Nos cambiamos las posiciones y yo me puse detrás. Le indique lo básico y le dije como empezar la marcha. Cuando empezó a andar la moto, me agarré a ella, sujetando sus muslos, que quedaron al descubierto con el vestido que llevaba. No lo hacía mal y se le daba bastante bien para ser la primera vez. Me acerque un poco más a ella para hablarle y decirle que es lo que tenía que hacer. Con el morbo y todo, me empecé a excitar de nuevo y me empecé a empalmar. Con lo pegado que estábamos, mi polla le golpeaba en su culo. Estaba que iba a reventar.
– Bueno Nerea, lo has hecho muy bien, para ser tu primera vez has estado muy bien.
– Gracias, y yo pensando que nos íbamos a caer.
– Bueno baja, y te llevo a casa antes que sea más tarde.
La dejé en su casa y volví a la mia, dispuesto a pajearme como la última vez.
En el baño, mientras me la estaba machacando, recibí un mensaje en mi móvil:
– «Esta fotito para que se te ponga tan dura como en la moto»
La abrí y vi a Nerea con el vestido levantado enseñando sus bragas.
– «El próximo día te las dejo en casa por todo lo que haces por mi»
Si la anterior paja fue bestial, está la superó con creces
Continuará…
Ya v estoy exitada deseo continuar leyendoo
Ya lo he escrito, se está publicando