Espose a mi esposa
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola: soy de Argentina, y hace 25 años que estoy casado con Lucia.
Fui el único hombre que ella tuvo.
Nos pusimos de novios muy jóvenes y nos casamos tras 5 años de noviazgo.
Ella es muy católica y desde el principio no acepto relaciones sexuales abiertas, es decir nada de sexo oral, ni posiciones raras.
Mucho menos hablar de sexo anal.
La única manera de desahogarme era con ocasionales amantes, donde daba rienda suelta a mis fantasías.
Con mi esposa solo sexo por demás tradicional: algunas caricias y besos, y luego la penetración siempre en la misma formo: yo arriba de ella.
Muy rara vez tocaba mi pene.
(ni que hablar de chupármelo).
Hace unos mese, cansado y con intención de salvar mi matrimonio, fui ideando una estrategia.
Perdido por perdido, pues la separación casi era un hecho (nuestros hijos ya eran grandes) y yo no quería seguir frustandome en el tema sexual.
Teniendo este panorama, planifique lo que hice.
Si salia mal, igual pensaba separarme.
Si salia bien, lograríamos salvar el matrimonio.
Fui a una casa de sex shop y compre algunos artículos: unas esposas, un antifaz, un dilatador anal y lubricantes.
Espere hasta una noche que nuestros hijos no estuvieran, guarde todos los juguetes debajo de la cama.
Fuimos a acostarnos, ella con su tradicional piyama una camisola y su ropa interior debajo.
Yo me puse a leer mientras ella miraba televisión.
Espere un buen rato hasta que casi se duerme con la tele prendida y ahí aproveche para tomar las esposas y con un movimiento rápido espose una de sus muñecas, pase las esposas por detrás del barrote del respaldar de la cama y coloque la otra esposa en su muñeca restante.
Ella media dormida y sorprendida atino a decir: Que haces?
Sin darle tiempo coloque un pañuelo en su boca para que no pudiera hablar.
Ella muerta de miedo, jalaba de las esposas y emitía quejidos ahogados por el pañuelo.
Ya con la situación dominada, le dije al oido: Tranquila, solo voy a cogerte como nunca me dejaste!!!
Los ojos de ella se agrandaron con un signo de terror en su cara.
Apague la tele, apague la luz, dejando que solo iluminara el cuarto la tenue luz que venia de la calle, suficiente para ver perfectamente bien.
Luchaba con lo unico que tenia libre: sus piernas.
Pero con mi peso fue facil dominarla.
Me tire sobre las misma, coloque mis axilas sobre sus muslos y por mas que hiciera fuerza, nada podia hacer.
La deje forcejear hasta que exahusta dejo de insistir.
Tome una tijera que habia llevado y levantandole la camisola, corte su bombacha y la retire (ahi intento nuevamente mover las piernas, pero no pudo).
A mi vista quedo su vagina, nunca tan cerca en 25 años de casados.
Lentamente fui besando sus muslos (intento nuevamente luchar conlas piernas, moviendo las caderas) pero mis besos continuaron.
Hasta que llegue a su conchita, suavemente la fui besando, pasando mi lengua por todo su largo.
Estuve como 20 minutos chupando su concha, hasta que le note su humedad y finalmente tuvo un orgasmo.
Segui chupando hasta calentarla nuevamente y la pajeaba con mis dedos.
Ella daba gemidos de placer, ya no luchaba.
Pude darla vuelta y quedo boca abajo, con sus brazos cruzado por las esposas.
Subi sus piernas y la deje en cuatro.
Ya no luchaba.
Le chupe nuevamente la concha un rato y cuando vi que estaba lista, la penetre suavemente para comenzar el traqueteo con mas intensidad.
Sentia como sus jugos salian de la concha.
Aproveche en esa posicion para jugar con mis dedos en sus ano, previamente habiendolos untados en lubricantes.
Ella movia las caderas como loca.
En un momento dos de mis dedos entaban en su ano.
Ya era hora de colocarle el dilatador anal.
Lo hcie suavemente, dio un repingo, pero mi dedos de la otra mano masajeaban su clitoris y mi pija la penetraba, por lo que su excitacion estaba a full.
No aguante mas y descargue mi leche en su interior.
Descanse unos segundos y luego segui jugando con mis dedos y el dilatador.
A los pocos minutos mi pija estaba dura de nuevo y entonces cambien el dilatador por mi pija.
Creo que al principio algo le dolio, pero gracias a la pericia de mis dedos, paso pronto.
La cogi muy lindo por el culo y senti en mis dedos como la guacha acababa.
No tarde mucho mas en llenarle los intestinos de leche.
De mas esta decir que no nos separamos.
Hoy en dia es una adicta al sexo oral, se traga mi leche y siempre me pide que me la coja por el culo.
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