Felicidades (III – Final)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Peli.
Aquel viernes 13, pertrechados de provisiones, y conducidos por nuestras dos futuras esclavas, llegamos al lugar donde se harian realidad nuestros sueños mas lujuriosos.
Viviana, que no me habia dirigido la mas minima palabra en todo el trayecto, desde que me reconocio como el jovencito con el que se habia acostado engañada, se apresuro a encerrarse en un dormitorio, supongo que bastante arrepentida de haber aceptado venir.
Lorena, incomoda por la excesiva atencion que despertaba en los cinco muchachos que la rodeaban constantemente, no se separaba de mi lado, como si yo fuera a protegerla.
Cuando en verdad era justamente lo contrario.
Despues de una cena frugal, a base de sandwichs y refrescos, que Lorena tuvo que subirle a su cabezona hermanita, dado que esta se habia encerrado en su dormitorio y no queria saber nada de nosotros, llego por fin el momento de celebrar su 24 cumpleaños.
Acompañe a Lorena hasta la alcoba principal de la casa, dejandola anonadada viendo la descomunal cama de matrimonio que alli habia. Esta era de epoca, y tan grande que en alguna ocasion nos habiamos acostado cuatro chicos a la vez sin apenas molestarnos.
Lorena, dandome un apasionado beso en la boca me dijo "que bien lo vamos a pasar" y yo, deshaciendome de su cariñoso abrazo le replique mordaz "eso espero, que te portes muy bien con todos". Ella, que aun no se habia hecho a la idea de lo que implicaban mis palabras, observo anonadada como le presentaba a uno de mis amigos, que aguardaba impaciente en la entrada del dormitorio. Luego, mientras empezaba a desabrocharle la camisa, en vista de que se habia quedado rigida como un maniqui al darse cuenta por fin de lo que iba a pasar, le susurre con cariño al oido " Felicidades, disfruta de mi regalo".
Nada mas apartarme de ella mi amigo se arrojo como una fiera sobre ella, empezando a besarla por todas partes mientras sus ansiosas manos se aferraban ya a sus maravillosos pechos expuestos, adecuadamente realzados por el escueto sujetador.
Al salir pude ver como mis otros cuatro amigos jugaban a las cartas en un dormitorio contiguo, apostando entre ellos por ver quien era el proximo afortunado en entrar.
Les recorde que debian insistir en "felicitarla por su 24 cumpleaños", siendo esta frase el saludo y grito de guerra que debian usar todos cuando hicieran el amor con ella. Les recorde que, al menos por esta noche, debian ser muy cariñosos, y procurar darle mucho placer, si querian tener una sumisa esclava de por vida. Mis amigos se mostraron muy conformes, y los rigidos bultos que delataban sus pantalones auguraban que Lorena dificilmente iba a poder olvidar esta fiesta de aniversario.
Yo, por mi parte, tenia esa noche un trabajo tan agotador como estimulante. Tenia que lograr que mi "varita magica" doblegara a la arisca Viviana cuanto antes, pues de lo contrario nos podia estropear todos los planes que habiamos trazado.
Para mi sorpresa cuando entre en su dormitorio, tras llamar a la puerta, me la encontre tumbada en la cama… totalmente desnuda. Aunque no dispuesta, pues con su voz mas despreciativa e hiriente me dijo "asi que tu eres el primero ¿no?, venga, pues hazlo ya y acaba cuanto antes". Por supuesto que lo hice, pero no como ella esperaba.
Me desnude lentamente ante Viviana, disfrutando horrores cuando vi el subito brillo de asombro y admiracion que desperto en su mirada la contemplacion de mi espectacular miembro erguido y en todo su esplendor.
Luego empece a besarla, muy delicadamente, deleitandome durante largo tiempo en el dulce sabor de sus labios y su piel. Procure que las interminables caricias que prodigue a sus divinos pechos fueran tan tiernas como enervantes, dedicandole una atencion tan especial a sus sensibles pezones que estos ya permanecieron rigidos y de punta durante el resto de la velada. Bese y acaricie su cuerpo con toda la maestria que tengo, dejando solo una parte de su cuerpo indemne a mi acoso y ataque, su adorable intimidad.
Esta permanecio intocable hasta que Viviana, incapaz de soportarlo por mas tiempo me suplico "por favor, por favor…", agarrandome de los pelos una de las veces que mi boca se deleitaba con la sensible piel de la parte superior de sus muslos, para obligarme por fin a lamer su ya chorreante intimidad. Señal inequivoca de mi nueva victoria.
Esta vez no me hice de rogar, y empece a lamer su humeda cueva con diligencia. Casi no habia empezado a degustar sus dulces labios intimos cuando una abundante descarga de fluidos, unida a unos fogosos gemidos, delato la virulencia de su primer orgasmo.
Este, en vez de calmarla, la excito aun mas, de tal modo que sus manos hasta me hacian daño tironeando de mis pelos para obligarme a continuar lamiendo su cuevecita.
No estaba dispuesto a dejar que ella tomara el mando, por lo que apartandome de ella, a pesar de sus inutiles protestas, le obligue a hacer un sesentaynueve si queria continuar.
Y vaya si queria, por poco se asfixia intentando meterse un pedazo demasiado grande de mi descomunal aparato con tal de que yo no dejara de lamer su jugoso conejito.
Era una delicia, tumbada sobre mi me la chupaba casi tan bien como su divina hermana mayor, a pesar de que su constante glotoneria hacia que la pobrecilla tuviese arcadas cada dos por tres, cuando intentaba meterse demasiada carne de golpe en la boquita.
Yo, en agradecimiento, le provoque dos nuevos orgasmos, alternando mi lengua y mis dedos en la exploracion de su encharcada gruta. La cual llego a albergar en un momento dado tres de mis dedos, escarbando furiosamente para provocarle un nuevo orgasmo.
La combinacion de su boca, su lengua y sus manos trabajando a la vez sobre mi rigida poya no podia tener otro efecto que el de una espectacular y abundante corrida. La cual, para mi sorpresa, desaparecio totalmente en el fondo de su garganta, cuando Viviana se la trago como si tal cosa. Esta loable accion merecia una recompensa, y vaya si se la di.
Tumbandola de nuevo en la cama comence a penetrarla con tanta dureza como cuidado, procurando entrar poco a poco para no hacerle daño con su tamaño. Pero Viviana me volvio a sorprender, agarrandome el culo con ambas manos para obligarme a entrar mas a fondo, mientras emitia murmullos incoherentes de los que solo pude entender "toda, la quiero toda…". Y sus deseos fueron ordenes para mi, pues se la clave hasta los huevos.
Nada mas hacerlo emitio un pequeño grito y, sin soltar mi culo, ella empezo a menear las caderas como si le fuera la vida en el empeño. Fue un polvo realmente salvaje.
Pero no fue el unico, pues durante las inolvidables horas siguientes nos acoplamos los dos de mil modos distintos, llegando a perder la cuenta de los violentos orgasmos que tuvo Viviana, los mios no les digo cuantos fueron para que no me tachen de mentiroso.
Estaba ya proximo el nuevo amanecer cuando, aprovechando la postura desmadejada y sensual de mi nueva e incansable amante, tumbada boca abajo de cualquier forma sobre la cama desecha, decidi que era el momento adecuado para doblegarla del todo.
Arrodillandome detras suya le separe las petreas nalgas, hasta dejar a la vista el estrecho e indefenso agujerito que me proponia conquistar. Cuando introduje mi dedo pulgar en el tierno orificio Viviana, agotada y casi dormida, apenas emitio una pequeña queja.
Pero, cuando nada mas sacarlo, fue mi rigido y descomunal estoque el que ocupo su lugar, se le escapo un dulce gemido, mientras musitaba "Diossss…" con voz apagada.
Aferrada a la almohada ni siquiera abrio lo ojos, limitandose a abrir la boca para jadear cada vez que mi barra de carne entraba y salia de su culito. El agotamiento que tenia yo tambien hizo que tardara bastante en correrme, y cuando por fin lo hice, afianzandome en sus hombros de marfil, me quede tumbado sobre ella, durmiendome en el acto.
Tuve el mejor despertar de mi vida, pues cuando abri los ojos lo primero que vi fue a Viviana sentada en mi regazo, empalada hasta la medula con mi descomunal rabo, y una cara de viciosa imposible de describir mientras suspiraba y se mordisqueaba el labio inferior, cabalgandome con un violento ritmo infernal. Dejandome llevar, me apodere de los firmes y descomunales globos que bamboleaban delante de mis ojos, los cuales estruje y amase como si todo lo que les hice la noche pasada hubiera sido un sueño.
Cuando al final nos corrimos, casi a la vez, Viviana se recosto sobre mi pecho, agotada y feliz, con una sonrisa en su linda cara que evidenciaba que mi nueva esclava tambien habia sucumbido al encanto, y tamaño, de mi maravillosa "varita magica".
Deje que Viviana se diera una buena ducha en el cuarto de baño continuo y sali para preguntar a mis amigos quien era el primero que queria pasar a "enjabonarla". Apenas si termine de decirlo cuando dos de ellos se abalanzaron hacia la puerta. No me quede a ver quien era el vencedor, pues tenia mucha curiosidad por ver que tal estaba Lorena.
Mi adorable ninfa estaba espatarrada sobre la cama de cualquier manera, mientras uno de mis amigos dormia con la cabeza entre sus duros pechos, abrazandola por la cintura.
La desperte con un cariñoso beso en los labios, que todavia olian a esperma y, mientras mi amigo salia a darse una ducha le pregunte que que tal habia sido su "fiesta privada". "Divina" me contesto, con una sonrisa de oreja a oreja. Entre risitas me confeso que mis amigos eran incansables, y que el que menos habia repetido dos veces. Algo ruborizada me pregunto si no tenia alguna pomada en la casa, pues tenia el culito bastante irritado, dado que todos los chicos habian insistido en poseerla tambien por ese estrecho orificio.
Durante el desayuno me hizo gracia comprobar como ambas hermanas rehuian mirarse a la cara, sonrojandose muchisimo cuando alguno de mis amigos acariciaban sus bellos cuerpos con desparpajo, deleitandose de la practica desnudez de las muchachas.
Dado que ambas hermanas, por expreso deseo nuestro, vestian solo con unas holgadas camisetas veraniegas, sin ningun tipo de ropa interior debajo, pues asi sus cuerpos casi desnudos nos excitarian continuamente y favorecerian nuestras proximas orgias.
Despues de recoger la mesa acompañe a Lorena, junto con algunos de mis amigos, a recorrer la finca, pues asi aprovechariamos para dar de comer a los animales.
Viviana no vino porque ya estaba siendo poseida fogosamente por uno de mis amigos en el sofa del comedor, mientras otro esperaba en la salita su turno con impaciencia.
Una vez que lo vimos todo, que dimos de comer pienso a las gallinas y los conejos, y que saludamos a los tres perros pastores alemanes que cuidan el terreno, nos dirigimos a la caballeriza, pues Lorena estaba impaciente por conocer al precioso semental negro que le habiamos contado que alli guardaban los padres de mi amigo.
Este era un animal muy joven, con una estampa preciosa, y Lorena se lo paso en grande dandole de comer y acariciandolo. Era una pena que ninguno supieramos montar, pero de todas formas el solo hecho de verlo en su caballeriza ya valia la pena.
Cuando regresamos a la casa Viviana continuaba en el salon, solo que ahora estaba a cuatro patas, totalmente desnuda sobre la alfombra y mi otro amigo era el afortunado que la estaba sodomizando con frenesi, mientras el primer chico se masturbaba sentado en un sofa viendo como ella meneaba las caderas con lujuria bajo los violentos evites.
Nada mas contemplar la escena los pezones de Lorena se marcaron en la fina camiseta como si la quisieran atravesar. Los tres chavales que habian venido con nosotros a dar la vuelta enseguida empezaron a pelearse entre si por ver quien se la llevaria a la cama. No me quedo mas remedio que poner algo de orden y decirle a uno de ellos que se quedara conmigo a preparar la comida mientras los otros dos compartian a Lorena a la vez.
Esta, sin decir nada, accedio a subir con los dos chicos a su dormitorio. Y, dado que los tres llegaron bastante tarde a comer, no me cupo la menor duda de lo mucho que gozo.
De hecho, durante el resto de la tarde Lorena siempre se llevaba a mis amigos a la cama de dos en dos, mientras que su hermanita nos seguia "acogiendo" de uno en uno. Eso si, a Viviana parecia complacerle hacer el amor en cualquier sitio menos en la cama, pues era raro que se acostara dos veces en el mismo sitio. Lo mismo la veias en la cocina, que sobre la mesa del comedor, que tirada en cualquier habitacion con alguno de mis amigos subido encima de ella. Yo mismo le hice el amor en el gallinero y la sodomice mas tarde en el establo, aferrada a los barrotes del caballo, mientras gritaba como una loca y decia mil disparates que apenas podia entender. Lo unico que se me quedo grabado fue lo de "caballito descomunal" que dijo mientras miraba fijamente el desproporcionado chisme que tenia el noble bruto entre las patas. Dandome asi una idea de lo mas retorcida…
Esa noche del sabado tenia pensado hacer lo de la vispera pero a la inversa, es decir, yo me acostaria con Lorena y mis amigos se turnarian para hacerlo con Viviana. Pero uno de ellos me dijo que preferia hacerlo con Lorena, y eso motivo que cambiara los planes.
Asi que un rato despues de cenar mis cuatro amigos se llevaron a Viviana al dormitorio que habia usado su hermana mayor la noche anterior, y mi otro amigo y yo nos fuimos a uno de los dormitorios libres para ocuparnos de Lorena convenientemente.
Ni la una ni la otra se opusieron a nuestros deseos y pronto pude comprobar que Lorena se habia convertido en toda una experta en el arte de satisfacer a dos amantes a la vez.
Primero la "estimulamos" a conciencia entre los dos, besandola y acariciandola por todas partes, procurando prestar una especial atencion a la sensible pepita de su clitoris y a los puntiagudos y sabrosos pezones. Nada mas obtener su primer y largo orgasmo de esta forma fue ella la que se abalanzo sobre nosotros, lamiendo y acariciando nuestros dos rigidos aparatos con deleite. Mi amigo, algo incomodo por la diferencia de tamaño, pronto se fue detras de ella, y empezo a poseerla a cuatro patas mientras Lorena seguia lamiendo mi cipote incansablemente. El chico quizas no diera la talla, pero se meneaba con tal impetu que pronto le arranco un nuevo orgasmo. Ella, succionandome sin tregua, meneaba las caderas al compas que imprimia mi amigo, logrando asi que este eyaculara casi al mismo tiempo que yo. Lorena, inundada a la vez por sus dos boquitas tuvo un orgasmo larguisimo, o quizas dos encadenados, mientras trataba de no ahogarse con mi torrente de esperma. Este no fue el final, sino el principio de una noche larguisima.
Casi siempre me tocaba a mi estar abajo, mientras mi amigo la enculaba o se la dejaba mamar. Pero en un par de ocasiones logre que fuera el el que la poseyera mientras yo le dejaba el culito escocido a base de meterle mi largo mandoble sin descanso ni tregua.
Mi amigo fue el primero en quedarse dormido, roto de puro agotamiento, y Lorena, al acabar un frenetico e interminable polvo conmigo, se quedo dormida a su lado.
Decidi ver que tal le iba a Viviana y, con sigilo para no despertar a los durmientes, me asome al dormitorio principal. Alli vi como dos de mis amigos dormian ya extenuados, mientras los otros dos seguian luchando como jabatos con la infatigable muchacha. Ella estaba siendo rudamente sodomizada por uno, mientras se la mamaba al otro, intentando que se le pusiera lo bastante dura como para continuar dandole placer.
Esta escena me habia puesto tan cachondo que cuando regrese al dormitorio me tumbe en la cama detras de Lorena y le tapone el culito con mi enorme barra de carne. Ella ni se desperto, continuando abrazada a mi amigo, mientras yo la sodomizaba sin descanso.
Aprovechandome de su profundo sueño pude retorcerle y pellizcarle los pezones sin piedad, algo que ansiaba desde que se lo habia visto hacer al novio de su hermana. Les hice autenticas perrerias, mientras la enculaba cada vez mas violentamente, llegando al extremo de morderle los pechos, como una fiera, mientras me corria en su culo con unas interminables descargas. Luego, abrazandome a ella, me quede dormido como un bebe.
La noche habia sido tan intensa que el domingo por la mañana no nos despertamos ninguno hasta que fue casi la hora de comer, lo cual hicimos con abundancia despues de asearnos convenientemente y recuperar las fuerzas perdidas durante la "batalla".
Aun asi esa tarde estabamos todos lo suficientemente "desfogados" como para que mis amigos aceptaran mi nuevo plan con alegria y entusiasmo.
Despues de dejar que las dos adorables hermanitas durmieran la siesta tranquilamente, para recuperarse algo mas de cara a lo que les esperaba, las llevamos a la cuadra a ver de nuevo al semental, con la excusa de darle otra vez de comer.
Durante el paseo hacia el establo estuve jugando con los pechos de Lorena, pellizcando sus sensibles y rigidos pezones mientras le hacia preguntas muy intimas. Lo que ella no sabia es que yo tenia las dos manos embadurnadas con la miel que habia cogido de la cocina, y que mis caricias estaban dejando esa zona de su camisa bastante pringosa.
Como el dia anterior los tres enormes perros vinieron junto a nosotros nada mas vernos salir de la casa, dispuestos a jugar con nosotros… y nunca mejor dicho.
El semental no se lo penso dos veces cuando todos entramos en su cercado y Lorena se acerco a acariciarle confiadamente la cabeza; y, sacando su gigantesca lengua rosada, le pego un largo lameton a la camisa, a la altura de sus firmes pechos, dando de lleno en sus puntiagudos pezones. Lorena, a pesar del sobresalto, no reacciono, dejando asi que el noble bruto continuara lamiendo la camisa, y los sensibles pechos que esta cobijaba, y que cada vez se marcaban mas en el fino tejido que iba humedeciendose.
Todos nos dimos cuenta de que Lorena, a pesar del intenso rubor de sus mejillas, estaba disfrutando de la inusual experiencia. Por lo que, sin burlarnos en ningun momento, la dejamos gozar tranquila, apartandose mis amigos para que yo pudiera acercar a Viviana hasta el lugar. Esta, que contemplaba con los ojos abiertos como platos los tremendos lengüetazos que el insaciable animal prodigaba a los duros pechos de su hermana, ahora totalmente visibles en la prenda, se dejo poner junto a ella sin oponerse lo mas minimo.
Solo hizo una pequeña muestra de rebeldia cuando vio que yo empezaba a desabotonar su camisa, pero se quedo quietecita cuando le dije unas palabras tranquilizadoras al oido
Volvi a untar mis manos de miel a sus espaldas, para extenderla generosamente por sus pezones y buena parte de sus pechos antes de dejarlos al aire. Si Viviana se dio cuenta o no de mi maniobra es algo que no tiene ninguna importancia, pues cuando el goloso animal empezo a lamer sus maravillosos y espectaculares globos desnudos, el gemido de placer que se le escapo a la chica fue musical celestial para nuestros oidos.
Todos permaneciamos absortos viendo como la gigantesca lengua se desplazaba de un enorme monticulo a otro con exquisita suavidad, degustando mas de medio seno de una sola lamida. No me pude contener y, desde atras, empece a masturbarla con dos dedos, logrando asi que sus suspiros y gemidos encendieran aun mas nuestra sangre.
No pude por menos que sorprenderme cuando note que Lorena tironeaba de mi camisa, suplicando "por favor, yo tambien…". La expresion viciosa de su rostro sudoroso era un reclamo imposible de rechazar, por lo que deje a uno de mis amigos masturbando a su hermana y me apresure a despojarla de la camisa, dejandola desnuda ante todos.
Esta vez puse autenticos pegotes de miel en sus rigidos pezones y, incapaz de resistir la tentacion, empece a masturbarla furiosamente desde atras con toda mi mano.
Pero la sorpresa nos la llevamos nosotros, pues el animal, despues de darle un par de soberbios lametones a sus pezones, bajo de repente la cabeza, y se puso a lamer su coño.
Luego caimos en la cuenta de que la miel que aun chorreaba por mi mano, unido a los fluidos que rezumaban su gruta debieron de haber sido un reclamo imposible de evitar.
Pero en ese momento solo vimos como le endiñaba unos lametones que le obligaron a morderse la mano para no gritar de placer. Yo, despues de apartar mi mano, separe las piernas de Lorena todo lo que pude, para que la lengua profundizara al maximo en su dulce intimidad. Dejando que ella se apoyara en mi para que sus espasmos de placer no la derribaran al suelo. Les puedo asegurar que era un espectaculo digno de ver.
Estabamos todos tan pendientes de las lamidas del semental que nos habiamos olvidado de Viviana, hasta que esta, cuando no pudo mas, le suplico a mi amigo que continuara.
Sus palabras, al romper el hechizo que tenia nuestros ojos hipnotizados por el continuo lamer del jamelgo, hicieron que reparasemos en otra espectacular novedad.
Fue uno de mis amigos el que exclamo "¡que burrada!" al ver el descomunal miembro que el caballo estaba exhibiendo ante nosotros. El olor, o el sabor, de Lorena lo habia excitado, y asomaba entre sus patas algo gigantesco que daba hasta pavor.
La inspiracion fue repentina, y enseguida sujete el brazo de mi amigo para que dejara de masturbar a Viviana. Tambien aparte a Lorena del animal y, cuando ambas hermanas me miraron con expresion insatisfecha, les dedique una sonrisa de lo mas cinica.
Con mi lenguaje mas vulgar les pregunte que si querian ser folladas, y ambas, aunque ruborizandose, asintieron lentamente. Yo, disfrutando de un poder que hasta hacia poco jamas hubiera soñado con poseer, les señale el precio que debian pagar si querian joder.
Ambas miraron el descomunal cipote del caballo con expresion horrorizada, pero fue Viviana la que me dijo "¿tu estas loco? ¡eso es imposible!". No deje que continuara con sus logicas quejas, y le dije que no era justo que un noble animal que les habia dado tanto placer se quedara con las ganas, y que ellas tenian "en sus manos la solucion".
A buen entendedor pocas palabras bastan, y Lorena, tras meditarlo solo unos segundos, se agacho junto al animal, usando ambas manos para poder rodear el gigantesco cilindro de carne negra que alli palpitaba. Luego empezo a masturbarlo, con muchisimo cuidado, resbalando sus manos adelante y atras con maestria.
Era algo increible, verla alli, desnuda y sudorosa, haciendo de mamporrera como si no hubiera hecho otra cosa en su vida. Todos mirabamos, absortos y alucinados, como esa chica, educada y señorial, se rebajaba a lo que hiciera falta con tal de poder follar.
Viviana permanecia tan petrificada como nosotros, hasta que su hermana le dijo "¿y tu a que esperas?". Enseguida se termino de desabrochar la camiseta, agachandose al otro lado del caballo tan desnuda como Lorena.
Ahora eran cuatro las manitas que manejaban la monstruosa manguera negra, y seis los chicos que no daban credito a sus ojos. Pero yo quise saber hasta donde podian llegar.
Asi que me arrodille junto a Lorena y le susurre al oido "restriegatelo". Ella, sudorosa y muy concentrada en la tarea no se lo penso dos veces, y aferrando el gigantesco extremo ( algo mayor que mi puño cerrado ) lo deslizo por sus senos, suspirando cuando rozaron la sensible punta de sus rigidos y sensibles pezones. Luego siguio bombeando como si nada, al igual que habia estado haciendo su hermanita, que no habia parado en ningun momento, aunque miro la torrida escena con los ojos desencajados.
Luego me acerque a Viviana, y agarrandole las enormes tetas desde atras con ambas manos le dije "usalas". Ahora fue su hermana la que contemplo estupefacta la habilidad que tenia la dotada jovencita para hacer "las cubanas", como yo y alguno de mis amigos ya sabiamos por experiencia propia. Aunque era dificil que el propietario del enorme tubo negro que la chica deslizaba entre sus dos fantasticas colinas apreciara en su justo valor la entrega con que la muchacha estrujaba sus pechos para hacerle sentir mas.
Mis amigos, incapaces de contenerse mas, empezaron a jalear sus nombres, y a decirles groserias y deseos obscenos. Para mi sorpresa ellas o bien no los oian o les estimulaban, porque siguieron masturbando al animal con mas impetu aun si cabe. Ahora se pasaban el extremo de una a la otra continuamente, restregandolo por sus pechos todo el tiempo.
En un momento dado Lorena le dio un gran beso en la punta, siendo enseguida silbada y animada por mis amigos. La replica de su hermanita fue darle una lengüetada, que nos puso a todos cardiacos. Nos quedamos sin saber cual iba a ser la respuesta de Lorena, porque justo cuando se llevaba el extremo hacia la cara este solto un autentico diluvio de semen, que cubrio su cara y sus pechos con una autentica nube de esperma.
A pesar del logico sobresalto Viviana siguio bombeando, quizas por reflejo, haciendo que la leche continuara fluyendo sobre su hermana mayor como si fuera una manguera.
Esto provoco que se le escapara la risa, a la que todos hicimos coro enseguida, pues ver a Lorena practicamente bañada en semen era algo a la vez estrambotico y divertido.
Pero a ella no le hizo gracia la burla, y su vengativa reaccion fue abrazarse a Viviana, la cual no pudo evitarlo por seguir todavia de rodillas. Cuando quiso darse cuenta una gran parte del semen que cubria a su hermana la tapaba tambien a ella.
Nosotros salimos de alli a escape, pues estabamos viendo que de continuar junto a las chicas ibamos a terminar todos de semen hasta las orejas. Por suerte alli mismo habia una manguera, y ambas pudieron asearse en condiciones… antes de continuar.
Pues a pesar del agua fria las dos hermanas seguian estando muy calientes, y ambas se morian de ganas porque cumplieramos nuestra palabra y aplacaramos su "necesidad".
Lo que ellas no podian ni imaginar era el modo en que lo ibamos a hacer.
Despues de secarlas amorosamente con sus propias camisas las llevamos a la entrada de la cuadra, donde habiamos extendidos dos mantas, haciendo que se arrodillaran la una en frente de la otra mientras nos repartiamos a su alrededor para acariciarlas por todas partes. En cuanto las tuvimos a cuatro patas empezamos a masturbarlas freneticamente, procurando que separaran sus lindas piernas lo suficiente como para dejarnos "trabajar" con comodidad. Cuando consideramos que ya estaban "a punto" trajimos la "sorpresa".
Eran tres sorpresas en realidad, eran tres lozanos y grandotes pastores alemanes que se volvieron medio locos con tan solo oler los maravillosos "efluvios" que emanaban de entre las piernas abiertas de las dos hermanas. Estas, con las caras pegadas a la manta, posiblemente para no verse mutuamente, tardaron bastante rato en darse cuenta de que no eramos nosotros los que les estabamos lamiendo las almejas con tanto deleite.
Lorena fue la primera en notarlo, posiblemente porque todavia tenia fresca la sensacion desde lo que le paso con el chucho de mi madre. Pero tambien puede que ese fuera el motivo por el que no reacciono, dejandole lamer su encharcada cueva sin decir ni pio, limitandose a suspirar y gemir tiernamente. A diferencia de su hermana pequeña.
Pues Viviana, cuando se dio cuenta de que animal la estaba lamiendo con tantas ganas, intento levantarse e irse de la cuadra. Tuvimos que aplicar todos los esfuerzos de cuatro de nosotros para evitar que la fierecilla se escapara. Solo cuando el animal la trinco con sus patas delanteras y empezo a violarla dejo de debatirse, aunque siguio llorando todo el tiempo que duro la penetracion. A pesar de lo cual se corrio al menos tres veces.
Lorena, sin tantos complejos, estaba gozando de lo lindo con su nuevo amante perruno, gimiendo como una posesa con el frenetico ritmo que imprimia el animal en el acto.
Tan bien se lo paso que cuando el bicho termino, y se salio de su interior, acepto que el otro perro ocupara su lugar sin decir ni mu. A diferencia de su hermana, que en cuanto acabo su semental no suplico que la dejaramos marchar. Asi lo hicimos, dejando que se fuera a la casa a darse un buen baño, aunque dos de mis amigos la acompañaron, pues despues de todo lo visto estaba locos por "enjabonarla" en condiciones.
El resto nos quedamos en el establo, pues ver a Lorena a cuatro patas sobre la manta, dejandose poseer por cualquiera de lo perros, era un espectaculo increible e irrepetible.
Ahora que se habia marchado su hermana se dejaba llevar por la pasion, gritando como si la estuvieran matando, y murmurando palabras sin sentido. Yo aproveche el resto que quedaba en el tarro y unte sus pezones con miel, para que los dos perros que rondaban a su alrededor, esperando que acabara el galan de turno para ocupar su lugar, tuvieran en que entretenerse. Fue una idea magnifica, pues sus sensibles y rigidos pezones, duros a mas no poder, fueron lamidos sin descanso por todos los perros. Uno de ellos le cogio tanto gusto a la cosa que siguio lamiendolos incluso cuando ya no quedaba ni el mas minimo rastro de la miel en ellos. Rebañe el tarro como mejor pude para untar con ese resto el abultado y sensible clitoris de Lorena. No hizo falta animar mucho al bicho, pues de inmediato metio el hocico entre las piernas de la chica para lamer a conciencia lo que su fogoso compañero estaba penetrando con un ritmo inimitable. El resultado fue un orgasmo inmediato de Lorena que la hizo gritar como una loca. Durante el resto de la tarde ambos perros se fueron turnando para poseerla una y otra vez, dado que el tercero, desde que habia descubierto sus pezones, solo estaba interesado en lamerselos sin parar.
Cuando sus amantes perrunos por fin se rindieron tuvimos que ayudarla a levantarse, y llevarla poco menos que en brazos hasta la casa entre todos, dado que Lorena estaba tan cansada que apenas si podia andar. Aunque despues de un buen baño relajante, y una opipara cena, la joven estaba de nuevo radiante y en forma para el asalto final.
Despues de todo lo que habiamos visto esa tarde estabamos tan excitados que apenas si descansamos un poco despues de los postres antes de llevarnos a las ninfas al sacrificio.
Llevamos a las hermanas al dormitorio principal, donde pronto la cama se convirtio en un autentico lio de piernas y brazos. Ellas estaban encantadas, y se dejaron hacer de todo, y por todos, disfrutando casi tanto como nosotros.
Que les puedo contar que no se imaginen ustedes, seis chicos jovenes y muy ansiosos con las dos esclavas mas bellas y apetecibles que ningun jeque arabe pudo soñar.
Durante las primeras horas lo dificil era encontrar un agujero que taponar, pues todos se taponaban con una facilidad inaudita. Lo mismo veias a Lorena boca arriba entre dos, que a Viviana boca abajo dando placer a tres a la vez. Era una orgia inenarrable.
Pero conforme fueron pasando las horas los chicos fueron cayendo poco a poco, como es logico. Llegando al momento cumbre, el que recordare toda mi vida con nostalgia.
Estaba yo sentado mas o menos en mitad de la cama, con Lorena lamiendome el cipote con gula y veneracion, mientras uno de mis amigos la enculaba con energia, cuando su hermanita se deshizo de los dos chicos con los que habia estado haciendo un sandwich, dejandolos agotados en un rincon de la cama. Viviana, al ver lo bien que se lo estaba pasando su hermana mayor, se acerco a nuestro lado, y empezo a compartir con ella mi rigido y descomunal aparato, chupando y lamiendo con su mismo frenesi.
Uno de mis amigos, ya repuesto de su cansancio, se acerco por detras, y poniendole el trasero en posicion sodomizo a Viviana como si le fuera la vida en ello.
Yo, estrujando sus melones penduleantes a manos llenas, estaba en el nirvana, como ya supondran. Y decidi que debia hacer que ese momento fuera aun mas especial.
Asi que me arrodille entre las dos y las obligue a apoyarse en sus codos, dejando que el peso de sus cuerpos descansara en ellos, para que sus manos pudieran hacer lo que tenia en mente. Luego, sin que dejaran de chuparme el miembro en ningun momento, hice que Viviana estirara su brazo, hasta apoderarse de uno de los pechos de su hermana. En cuanto se dio cuenta de que era lo que tenia en la mano empezo a manosearlo con placer haciendo mucho mas facil que Lorena estirara una de sus manos para hacer lo mismo.
En pocos minutos ambas usaban sus manos para estrujar los pechos de su hermana con frenesi y deleite. Y yo, cogiendolas firmemente por el cuello, decidia en que boquita sepultar la punta de mi rigido estoque, dejando que la dulce lengua de la otra me lamiera mientras esperaba su turno. Aunque ambas se hacian de todo, habitualmente Viviana se dedicaba mas a juguetear con los erectos pezones de su hermana, mientras que Lorena amasaba y estrujaba los grandes pechos de su hermanita como si quisiera arrancarselos.
Cuando vi que llegaba el momento final junte sus cabezas al maximo, obligandolas a entrechocar sus lenguas si querian lamerme. Lamiendose la una a la otra sin querer.
Justo en ese momento el afortunado jinete de Lorena se corrio, provocandole a ella un nuevo orgasmo, que la dejo sin fuerzas. Por lo que empuje mi rigido aparato en la boca de su hermana y me empece a correr con mi violencia y abundancia habitual. Viviana, como siempre, empezo a tragarselo todo, hasta que le susurre al oido "guarda algo".
Ella me obedecio, aunque sin saber porque, hasta que se dio cuenta de que yo la estaba ayudando a acercarse a la boca de Lorena, que seguia jadeando aun de su orgasmo. Fue el beso mas tierno y sensual que halla visto en mi vida, y el saber que era mi esperma lo que ambas compartian dentro de su boca lo convirtio en algo inolvidable.
El resto de la noche fue mas o menos igual, una orgia interminable que solo concluyo cuando todos nos quedamos totalmente agotados, al borde casi de la extenuacion.
La mañana del lunes fue de reposo y relax. Nos dedicamos a recogerlo todo y volver a casa. Aunque las dos fatigadas hermanas se fueron a la de sus padres para reposar antes de regresar con sus respectivos cornudos. Lo que haran posiblemente el martes.
Asi que a partir del miercoles….
Autor: Peli (yopeli@hotmail.com)
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