Follando con el taxista de noche
Saliendo de la prepa tomo un taxi..
Todo comenzó un viernes, por fin el último día de escuela de esa semana tan agotadora, llena de exámenes y tareas. Vivo en un buen lugar, por lo que las prepa a la que voy es de un buen nivel.
Me describiré muy cortamente, soy alta, como 1.76, tengo buenas tetas y culo, eso es lo dicen mis compañeros al menos, también tengo hoyuelos y eso le gusta a la mayoría de los chicos con los que he salido.
Pero en fin, ese fin de semana en específico, mis padres iban a salir a unas mini vacaciones de fin de semana, por lo que iba a estar a cargo de la casa, al tener 16 años ya tenían más confianza en mí, y bien merecida, no salia a fiestas ni nada por el estilo.
Salí de clases a las 8 de la noche, estuve media hora esperando el taxi de ruta, pero al no pasar me empecé a preocupar, al no tener ni siquiera datos para pedir un uber, sin embargo, alguien escuchó mi plegaria y pasó un taxi libre, al cual le hice una parada.
Sin dudarlo, el taxi se paró cerca de mi, agachandome pude ver al conductor, un hombre de mediana edad, un poco velludo y con panza, me dió un poco de desconfianza pero no me importaba, estaba desesperada.
-Buenas, cuánto me cobra a —.
-Son 150 a esta hora de la noche.
-Está bien.
No sé por qué me senté en el asiento de enfrente, pero así lo hice, íbamos como a mitad del camino cuando veo que me miraba mucho de reojo, al igual que miraba mis piernas destapadas por mi falda de cuadros azul, y mi franja de pecho que dejaba a ver mi camisa escolar.
Me sentía nerviosa pero al mismo tiempo un poco excitada por su atención.
Me sonrojé y él pareció notarlo, a lo que sonrió.
-¿Quieres una botella de agua? pareces acalorada.
-Sí, gracias. Dije viéndolo tímidamente.
Me dio una botella de agua que tenia en medio de los asientos, al abrirla noté que la tapa no estaba sellada, pero no le presté mucha atención.
A los pocos minutos noté que estaba conduciendo sin rumbo pero antes de poder decir algo me ganó el sueño.
…
Lo primero que noté al abrir los ojos fué que estaba oscuro, y que estaba acostada boca abajo en el asiento trasero del auto, las luces interiores del carro estaban prendidas sin embargo todo lo demás no.
Lo segundo que noté fue que algo entraba y salía de mi.
En cuanto me di cuenta de la escena en la que estaba me quedé paralizada.
El taxista me penetraba rítmicamente, su panza pegandome en las nalgas, haciendo un ruido pegajoso y húmedo donde estábamos, mis piernas y trasero estaban fuera del carro, con mi falda levantada sobre mis nalgas y mi abdomen pegado al asiento, sus manos duras me tenian agarrada de la cadera mientras el seguia penetrandome.
-Ah, que bueno que despiertas. Lo dijo tan casual entre bufidos.
Su pene entraba y salía de mi vagina con un buen ritmo, haciendo que tuviera cosquillas en mi clítoris y en mi vientre, no tardé en mojarme más de lo que ya estaba, sinceramente no se como estaba húmeda de por si, ¿acaso me había escupido? nunca lo iba a saber.
Su pene era grande y grueso por lo que entraba y me llenaba perfectamente, mi blusa había desaparecido y mis senos estaban al desnudo, con mis pezones rozando el asiento, hacía que me dieran ganas de correrme.
Sus penetradas aumentaron y yo solté un líquido, sin embargo no me había corrido, me había hecho pis de lo relajada que me tenía, eso pareció prenderlo más, lo noté xq me apretó a él aún más.
Yo soltaba gemidos de placer cada que me penetraba.
Por mi mente pasaba el hecho de que estaba siendo usada por un hombre feo y mayor el cual se aprovechaba de mi, el simple hecho me hizo apretar mis músculos vaginales de la excitación.
Me volteó hacía arriba, el quedando entre mis piernas, y siguió penetrandome, yo sin quererlo dejar ir abrazaba sus piernas con las mías, cada que me penetraba nos moviamos con desesperación.
Su boca buscaba mis senos sensibles y les daba lamidas y succionadas como si estuviera tratando de sacarle leche.
Me hizo abrir la boca y sacar la lengua, inmediatamente se puso a lamer mi lengua, la chupaba y jugaba con ella mientras seguía penetrandome y al mismo tiempo me estimulaba mi clítoris sensible.
Solo faltaron unos cuantos roces para que yo tuviera un orgasmo increíble, mis nalgas se levantaron del asiento, buscando sus embestidas, y los músculos de mi vagina se contrajeron como 10 veces en cuestión de unos segundos, abrazando su pene, el cual al sentirme, se descargó dentro de mí, llenándome con su semen caliente.
Después de eso no hablamos mucho, yo me traté de arreglar, y el me dijo que me iba a llevar a casa, sin embargo, al estacionarse fuera de mi casa me hizo que lo cabalgara en su asiento, a lo cual accedí sin muchos peros, de por si ya estaba más que mojada.
…….
Hello, espero que les haya gustado este relato, si es así coméntamelo 🙂
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