Hice de mi novia una puta ninfómana
Las manos del hombre que iba a follar a mi novia, sin saber ella quién era él por estar tapada por un antifaz, apartaron sus glúteos, su cuerpo se estremeció mientras el hombre la penetraba, la follaba con fuerza, y se corría dentro de ella..
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Como tantos jóvenes, Maribel y yo empezamos a separarnos de nuestros amigos a los 12 años para caminar solos. Ya sabéis, pandillas de amigos de los mismos cursos, o de los cursos próximos. Yo era dos años y dos cursos superior, y ese verano nos dio la posibilidad de ir conociéndonos un poco más y el emparejarnos para juegos y paseos. Cumplió sus 13 años en las fechas cercanas a Navidades. Cuando vinieron los carnavales y se organizó un desfile en el cole por las calles adyacentes, las mismas profesoras nos emparejaron.
Nos lo pasamos muy bien, hasta nos cogimos de la mano varias veces y en un momento del desfile, nos retrasamos del resto y al girar una esquina, la abracé y la bese en la boca mientras tocaba sus tetitas. No solo no me dio una bofetada, sino que me respondió al beso. Y ese fue nuestro inicio de novietes. Aunque durante el resto del desfile, y también cuando me miraba a los ojos en los siguientes días, se ponía roja, rojísima.
En nuestra pandilla destacaban dos buenos amigos y casi vecinos, Pepe y Maruja. Pepe tenía 17 años y estaba en F.P., Maruja acababa de cumplir 15 años y era de mi curso. Pero así como Maribel era una chica algo vergonzosa y tímida, Maruja era una puta mamona de fama reconocida en todo el colegio. Habían apuestas sobre cuantas pollas habría mamado y cuantas otras habrían entrado en sus agujeros. Y eso, al pervertido Pepe le encantaba y le ponía a tope. Era el novio/amo de la mayor puta del colegio, incluyendo bachillerato. Pero solo Pepe y yo usábamos sus tres agujeros. Sí, Maruja follaba con los dos como si fuésemos sus parejas oficiales. Y Maribel lo sabía.
Físicamente, Maruja estaba más desarrollada que Maribel y sus tetas eran fantásticas, las dos chicas median 167, eran muy guapas (y lo siguen siendo) pero como os he dicho, las dos eran totalmente opuestas, fuego y agua, sol y luna. Tal y como avanzaban los meses, yo me volvía cada vez más loco por Maribel, me estaba enamorando de ella de verdad, la deseaba con locura y tenía unas ganas enormes de follarla y de verla follar con otros constantemente. Los tres amigos queríamos que fuese tan puta como Maruja. Y empezó la operación «hay que convertir a Maribel en una puta viciosa». Y la parte principal de esa misión me tocó hacerla a mí, su novio. Pero con la ayuda «desinteresada» de la depravada Maruja y sus consejos a Maribel.
Para vuestra información, Pepe y yo éramos desde muy jóvenes, unos salidos sexuales, altos, fuertes, viciosos y con muy buenas pollas, y que deseábamos casarnos con putas profesionales ¿por qué? No lo sabíamos. Solo sabíamos que necesitábamos vivir y convivir, con unas profesionales del sexo profusamente folladas y lo más viciosas posibles, para no decir jamás que NO, a nuestros vicios y los de sus clientes.
El tiempo pasa inexorablemente y no hay mejor época para la libertad sexual que las vacaciones de verano. Fui muy pesado con ella, agobiante, pero poco a poco fui consiguiendo romper la resistencia de mi novia y doblegar su moral. Ya no solo me dejaba besarla con verdadera pasión, acariciar su cuerpo por encima de la ropa, hacerle meter su mano en mi bragueta para tocar mi polla… sino que ya empecé a tocar cada poro de su piel directamente. A veces forzándola, pero ya nunca me rechazaba. Jugaba con sus tetas, pellizcaba y estiraba sus pezones, empecé a masturbarla por encima y por debajo de sus braguitas, incluso dejó de llevarlas muchas veces cuando iba con faldas.
Ya a finales de verano, Maribel empezó a jugar con mi polla con total naturalidad. La masturbaba, la mamaba cada vez más profundamente, y se tragaba hasta la última gota del semen. Incluso conseguimos que empezase a fumar (las dos son poco fumadoras, aunque los porros y los puros, las vuelven locas), y que empezase a masturbarse mutuamente con Maruja, y poco a poco a besarse con ella, incluso jugando con las lenguas. Naturalmente, todo esto lo hacía sin más testigos que yo. A Pepe le tenía miedo por su carácter fuerte, su polla más gruesa que la mía… que ya era gruesa, aunque era un excelente compañero y bromista. Y el pudor y timidez, aún estaba dentro de ella.
Pero ya desarrollándose el curso, sucedieron dos cosas: A) Pepe ¡por fin!, colocó a su novia Maruja, en una casa de putas juveniles especiales de contactos por web. Pocos clientes, muy bien pagada, y mucho vicio. B) Mi madre empezó a trabajar totalmente en el negocio de mis abuelos, y por lo tanto, después de comer volvía al trabajo y no regresaba a casa hasta las 21-21:30 horas, e incluso algunos días ya venía cenada.
Como en el curso anterior, Maruja, mi novia, y yo, nos reuníamos en mi casa por las tardes para hacer los deberes. Ahora haríamos lo mismo pero estando solos, sin mi madre vigilándonos, podríamos tener también relaciones sexuales sin problemas. Maruja venía solo un rato, follaban las dos chicas, hacía fumar a Maribel, la acostumbraba a estar desnuda, le contaba sus aventuras sexuales y perversiones con sus clientes, y terminaba yéndose a follar si tenía clientes (le mandaban mensajes por el móvil).
A mi novia no le importaba que su amiga/amante se dedicara al puterío, no solo para follar, sino también a recibir lluvia dorada y lamer culos. Mi novia empezaba a ponerse muy caliente con todo lo que le contaba Maruja de sus sesiones de sexo. Y cómo todos la pinchábamos y animábamos para ver cuando hacía ella lo mismo, su mente empezó a desear probarlo y su cuerpo a desearlo. Ya no decía que NO, solo sonreía y cambiaba la conversación.
Pasaban las semanas y empezamos a acariciarnos sin fronteras y en cualquier sitio. Jugábamos desnudos en la cama, y un día, vi a mi novia preciosa, con las piernas un poco recogidas, totalmente desnuda, con su negra mata de vello en el pubis, y maravillosamente hermosa. Como a mí me ha encantado siempre la fotografía, sin decirle nada saqué mi Canon y al igual que hice esos veranos, pero vestida, empecé a sacarle fotos ¡y ella no se negó a posar en diversas posturas y siempre sonriente! Luego las vimos juntos y me dijo cuales de ellas le gustaban más. Esas se las guardé en la máquina y borré las demás.
Pocos días después, en casa y delante de Maruja y Pepe, saqué un sobre y se lo di. Allí estaban las 11 fotografías impresas que le habían gustado. Al sacarlas y verse así desnuda ante mí y ante sus amigos, se sonrojó intensamente. Al verlas Maruja, se desnudó inmediatamente y me dijo que le sacase otras a ella. Era la primera vez que se mostraba desnuda para ser fotografiada. Yo empecé a sacarle fotos y en un momento dado, se acercó a mi novia, empezó a acariciarla, a besarla… la cogió de la mano y se la llevó al dormitorio, Pepe fue discreto y se marchó.
Minutos después entré yo y estaban las dos desnudas, tendidas en la cama y follándose intensamente. Yo no paraba de sacar fotos. Y una buena mancha en mi sábana delataba todos los orgasmos de esa ración de sexo entre ellas. Puse la cámara en video, me desnudé y me fundí con ellas. Quise follarme a mi novia, pero actuó como si se despertase de un sueño y se negó. Maruja cogió mi polla, me la mamó como nunca, me empujó a ponerme entre sus piernas y ella misma se la metió en el coño. Yo solo tuve que ayudarla, penetrarla, follármela y correrme dentro, mientras mi novia nos miraba a los dos, un poco seria, sentada en la esquina de la cama.
Cogí después el paquete de cigarrillos, pero mi novia, con una cara de mala leche brutal, se negó a fumar y empezamos a hablar Maruja y yo de lo bien que lo habíamos pasado los dos con mi preciosa polla (hoy la mía es de 22 cm gruesa, y la de Pepe de 23 cm y más gruesa) mientras mi novia guardaba silencio y nos miraba. Como se hacía tarde, Maruja se limpió rápido con una toalla húmeda, se vistió y se marchó a su casa.
Mi novia estaba igual de quieta que antes. Estuvo un instante mirándome a la cara con mala leche, se vistió, y se marchó sola a su casa. Casi no le hablé para que no se enfadase más, pero en esos momentos, creí que nuestras relaciones habían terminado. Aunque no sabía por qué, ya que a Maruja yo la follaba desde los 13 años y Maribel lo sabía y aprobaba ¡No habíamos hecho nada inusual!
Al día siguiente no fue a clase, y me dijo Maruja que no sabía nada de Maribel, y ahí si me puse preocupado. Sobre las 5 de la tarde, llamaron a mi casa y por el interfono conocí la voz de Maribel, le abrí con alegría y llegó, maquillada por primera vez, con una bolsa de plástico con compras. Me miró a la cara y me dio una bofetada bastante fuerte ¡ya no era de niña! Yo me acaricié la mejilla y aunque me dolía y me sentía humillado, comprendía su enfado. Con la bolsa en la mano, se fue a mi dormitorio y una vez allí, sacó su contenido, una sábana de esas de hospital impermeabilizada y otra igual pero del tamaño de una toalla de ducha Y unos zapatos con tacones de aguja de 10 cm. Se quedó mirándome y me dijo:
–La sábana grande es para no volver a manchar las sábanas y el colchón como ayer, y la pequeña, es para que me puedas follar sin miedo a que sangre y deje huella, ya que es plastificada, se puede lavar y se seca de inmediato, o bien, pasar un trapo mojado y se va todo. Y sobre todo, toma nota de que ¡si desde ahora no quiero follar contigo o hacer lo que tú quieras conmigo, tienes mi permiso para romperme la cara a puñetazos! Puedes seguir follando con Maruja, con Pepe, o quien quieras, pero «yo soy tu novia» y exijo mis derechos preferentes. Y los zapatos los iré usando aquí para acostumbrarme a ellos. Una buena puta no debe tener problemas con los tacones. Y sí, lo he decidido, voy a ser puta y trabajaré con Maruja en el mismo club.
Me quedé impresionado no solo por lo que me decía, sino por la forma categórica con la que afirmaba lo dicho ¡y encima me sonreía irónicamente la muy «casi» puta! No me pude contener y me abalancé sobre ella. La abracé, la besé, la acaricié… y ella no solo me devolvía los besos y las caricias, sino que su mano bajó mi cremallera del pantalón, penetró dentro y empezó a jugar con mi polla. Poco a poco nos fuimos desnudando.
Cada uno de nosotros se desnudaba a sí mismo y ayudaba al otro, hasta que una vez desnudos, fue más fácil para los dos, tal y como estábamos de pié, masturbar al otro mientras nos comíamos a besos. Quería que se corriese ella para poder penetrarla sin hacerle demasiado daño, y al mismo tiempo, Maribel me la quería poner tiesa, dura y lo más grande posible. Tenía hambre de polla y de poder dejar de ser virgen y saber qué era «eso» de ser follada y llenada de leche.
La tumbé sobre la cama, entre risas, le puse la pieza impermeable bajo su culo, nos miramos fijamente a los ojos, me arrodillé ante ella, le abrí las piernas, me acerqué y me incliné para meter mi lengua en su ya húmedo coño y excitar lo máximo posible su clítoris. Teníamos tiempo de sobra y deseos de obtener el mayor placer posible. Poco después, un estremecimiento de ella, un olor conocido y llenar mi boca de fluidos, me indicó que Maribel había tenido su último orgasmo virginal, a partir de ahora, sus orgasmos ya no serían de jovencita virgen, sino de mujer adulta en busca del placer y del vicio. De repente me dice:
–Sebas, no tengas miedo y fóllame duro. Trátame como a una puta, oblígame a complacerte y enséñame a complacer a los hombres en todos sus vicios, hasta en sus más bajos deseos. Sé tú siempre, el primero en hacerme lo más guarro y depravado que me puedan hacer. No dejes que mis clientes sean los primeros en nada.
Noté sus manos sobre mi cabeza y cómo sus dedos jugaban con mi pelo. Estuvimos así unos momentos, y luego, me incorporé, avancé un poco hacia ella, nos miramos fijamente a los ojos, apoyé mi glande en la entrada de su todavía virginal vagina, empujé, y poco a poco fui enterrando mi polla en su interior.
Noté un pequeño estremecimiento de Maribel y un pequeño rictus en sus labios, y sospeché que había traspasado, roto, o las dos cosas, su himen. Seguí profundizando mientras seguíamos mirándonos los dos. Mi novia me iba acariciando y a la vez, sus caderas se iban moviendo y ajustándose a mis posturas. No nos decíamos nada, solo nos mirábamos con mucho cariño y sus manos recorrían mi cuerpo, mientras mi polla seguía entrando. Se la enterré hasta el fondo y cuando la tuve dentro, le sonreí y le dije:
–Ya la tienes toda dentro, ya no eres virgen, y ahora vamos a follar de verdad. Vamos a empezar tus clases de puta.
Ella me devolvió la sonrisa, yo me tumbé encima de ella procurando con mis codos no dejarme caer del todo para no pesarle en esa primera follada, y empecé a mover mis caderas adelante y atrás, metiendo y sacando la polla. Y ahí ya ninguno de los dos se estuvo tan tranquilo como antes. Empezamos realmente a follarnos y empezamos a obtener placer mutuo. Ya no estábamos solo en la posición del misionero, ya nos doblábamos hacia los lados, e incluso Maribel se encogía y mi polla penetraba hasta el fondo sin problemas.
Nuestra respiración se agitaba cada segundo más, y antes de darme cuenta, mi novia tuvo un estremecimiento antológico que incluso me paralizó un momento creyendo haberle hecho daño, pero noté como le salía un montón de líquido que me llegaba intenso a la base de mi polla. Su primer orgasmo/squirt post-no-virgen, y que me llenó de alegría, porque eso significaba que no solo no le estaba haciendo daño, sino que la estaba haciendo disfrutar del follaje.
Pero aunque antes os he dicho que no teníamos prisa, ahora, con la calentura que llevábamos, su corrida y que también yo deseaba derramarme dentro de ella, empecé a follarla con más intensidad, tanta intensidad, que dos o tres veces mi polla se salió de su coño y la tuve que volver a meter. Pero eso me dio otra idea, se la saqué, le di la vuelta, le levanté un poco el culo y la penetré vaginalmente desde atrás. A ella le gustó notar mi polla desde atrás, chocar mi estómago con sus glúteos y notar mis huevos cómo iban chocando con ella. La agarré de las tetas como si la ordeñara, empecé a pellizcarle sus pezones y ella empezó a ronronear como una gatita, y poco más tarde, me dice sin levantar la voz:
–Apriétame más las tetas cariño, haz como si me ordeñases de verdad sacándome la leche, trátame como una puta no como tu novia. Hazme daño, hazme tu puta. No sé qué me pasa Sebas pero me gusta que me aprietes fuerte, y no tengas miedo por el dolor que me hagas. Castígame, úsame y hazme puta, muy puta ¡rebájame a un simple cuerpo!
Y yo me calenté sobremanera y seguí follándola a tope, apretando y masajeando con fuerza las tetas, pellizcando sus pezones, tirando de ellos incluso con violencia, y aprendí una cosa, bueno, los dos la aprendimos. Y es que Maribel era bastante masoquista, que le gustaba el sexo duro, y que el hombre la dominase, la obligase a hacer «cosas». Seguí follándola con fuerza y la voz de mi novia ya no era de gatita ronroneante, sino de una apasionada mujer que estaba disfrutando a tope, y que empezaba a usar el mismo vocabulario de Maruja y de casi todas las mujeres en esos trances de sexo loco.
Me insultaba, me llamaba «maricón de mierda», me decía que no sabía follar a una mujer, que era un maldito hijo de puta… y muchas cosas más que jamás había oído en su boca y que no sabía que era capaz de pronunciar. Pero yo ya no aguantaba más y levantando sus caderas, le dije que me iba a correr y ella me rogó que me esperase un poco porque también ella estaba otra vez a punto de correrse. Pero yo no pude más, me corrí dentro de su recién explorado útero, y mientras seguía con su cuerpo ligeramente levantado y con mi polla aún en su interior forzando su corrida, pegó un salto, rugió como una leona, se estremeció locamente, se corrió de nuevo y se dejó caer en la cama. Su orgasmo fue tan brutal que se mareó, estaba cansada, sudada, y feliz.
Dejé que mi polla saliese dignamente de su interior después de haber cumplido su objetivo, me levanté, fui a la cocina y preparé un vaso de leche calentita con una yema de huevo y un poco de brandy, se lo di, se lo bebió todo y se relajó de tal manera que casi se quedó dormida. Yo me tumbé a su lado, la tapé, miré el reloj por si era hora de llegar mi madre, pero como aún quedaba tiempo, me abracé a ella y la cubrí de besos y caricias. Más tarde, ella misma se levantó y se fue al baño a mear, yo la seguí detrás por si me necesitaba por su anterior mareo, pero lo que necesitaba era una buena ducha, bueno, los dos la necesitábamos.
Nos duchamos conjuntamente, nos secamos, nos vestimos, acompañé a Maribel a su casa fuertemente cogidos de las manos, nos miramos fijamente a los ojos, Maribel me acarició el brazo y en voz baja me dijo:
–Sebas, ahora ya puedes hacer conmigo lo que quieras y prestarme a tus amigos para que me entrenen y me follen, pero con dos condiciones: a) No quiero saber con quién me acuesto mientras me inicio, tiene que hacerse en una habitación a oscuras para que no les vea yo, y b) no quiero que me hablen, no deseo saber quien me folla. Ellos pueden saber que me están follando a mí, pero yo soy incapaz ahora de poder mirarles a la cara mientras me follan, o de que me hablen y reconozca la voz del amigo que me folla, o de que me folle un desconocido y un día reconozca su voz en un bar o en la calle. Y otra cosa, solo será follar. Ni besos en la boca, ni caricias, ni nada de todo eso. Sexo y solo sexo.
*** Por ahora, no quiero que me folle nadie fuera de lo que he dicho, ni siquiera Pepe. Y pueden follarme sin condón, porque si a ti no te importa que me quede preñada de un hombre desconocido que me haga madre ¿por qué me tiene que importar a mí? Pero ya te diré cuando, por ahora solo sexo entre nosotros dos. Y también quiero sexo anal. Voy a ser puta, muy puta, no me preguntes por qué, quiero ser extraordinariamente viciosa, pero yo marcaré siempre mis reglas de inicio.
Y dicho esto, sin darnos un solo beso, se dio la vuelta, entró en su portal y cerró tras ella. En pocas semanas había madurado mucho, siendo adolescente se había hecho mayor, adulta… no solo habían crecido sus preciosas tetas. Al volver a mi casa, feliz, contento y satisfecho por la tarde pasada y por la aceptación de mi novia de ser follada por quien yo quisiera, como primer paso para hacerla puta profesional, recordé que mi habitación estaba hecha unos zorros y que en mi cama, estaba la prueba del follaje entre Maribel y yo. Y no solo eso, sino que entre todos los restos de los flujos de mi novia y de mi esperma, estaba el charquito sonrosado de su primera sangre derramada.
La verdad es que al verlo antes de salir, casi me asusté por la cantidad y la intensidad del color, pero mi novia me dijo unos días antes, que había ido a la ginecóloga de Maruja y esta ya le había advertido, que la primera vez podría ser dolorosa y sangrante por las venas y no sé qué del tejido de su himen. Así que aceleré el paso para llegar antes que mi madre y que no lo viese.
No lo conseguí. Pero tampoco entró mi madre. Por una parte, en mi casa se respetaba mucho la privacidad de cada persona, y por otra parte, mi madre acababa de llegar y se estaba cambiando. Cerré la habitación, ayudé a mi madre en la cocina (me enseñó a cocinar y además me gusta hacerlo) y cuando faltaba poco para terminar de hacer la cena, llegó mi padre. Nos dio un beso a los dos como siempre, dejó la chaqueta en el perchero del recibidor, y nos ayudó a mi madre y a mi a poner la mesa, terminar la ensalada y aderezarla, y cenamos tranquilamente mientras hablábamos del día pasado.
Yo me encerré después en mi habitación con la excusa de estudiar, pero lo que hice fue arreglar aquello, llevarme el tejido impermeabilizado al baño y lo limpié completamente. Efectivamente no había traspasado el tejido. Volví a mi habitación, arreglé un poco la cama para acostarme luego y me puse a estudiar de verdad.
Al día siguiente, nos encontramos Maruja y yo unos metros antes de llegar al cole. Había hablado con Maribel y nos dimos un beso en los labios para sorpresa de nuestros compañeros. Y ya una vez dentro del vallado, vimos a Maribel, muy contenta que se acercó a nosotros y nos dio un beso en la boca a los dos, y además, se cogió de mi mano y de la de su amiga. De esa manera y para todos, éramos ya novios, pero ¿cómo explicar que seamos novios y los dos nos besemos con Maruja? Todos comprenderéis que hay problemas matemáticos más fáciles de resolver que el tener yo una novia y que esta se bese conmigo y también con una amiga, que también tiene novio ¿serían lesbianas las dos, o bisexuales, o chicas muy modernas?
Todas las tardes, Maribel y yo, tal y como hacíamos antes, nos íbamos a mi casa «a estudiar», pero Maruja ya venía pocas veces porque su fama profesional de puta aumentaba y con esa fama, también aumentaba el número de sus clientes y el de sus horas ocupadas (esas semanas las notas bajaron para los tres). Primero follaban las chicas mientras yo las grababa, luego yo me unía a ellas y follaba con las dos. Primero con Maruja para que se marchase y nos dejara solos, y luego, ya los dos solos, follaba con Maribel.
Unos días más tarde la penetré analmente y empezamos, Maruja y yo, a educarla en diversas formas de follar, de mamar pollas y coños, e incluso a practicar con ella la lluvia dorada con la boca abierta. Nunca me puso ningún reparo, al revés, ella misma se separaba los glúteos para que la penetrara en cualquier agujero desde atrás, y en las sesiones de lluvia dorada, abría golosamente la boca para beber la mayor cantidad posible de líquido cálido y dorado. Incluso directamente del coño de su amiga.
El tiempo pasaba con gran rapidez. Le gustaba meterse mi polla en la boca y a dejarme orinar directamente dentro y descargar en ella toda mi vejiga. Unos días más tarde tuve que ir al baño a defecar, y pocos minutos después entró ella diciéndome que deseaba limpiarme el culo con su boca y lengua. Yo estaba enormemente sorprendido de la rapidez con que avanzaba en su perversión y puse mi culo a su disposición.
Noté como sus manos temblaban al separarme los glúteos, pero su lengua me limpió el ano perfectamente y penetró varias veces dentro. Ya nunca se negó a ninguna práctica escatológica, al revés, lo que estábamos haciendo lo disfrutaba con pasión y cada día se entregaba más a todos los placeres, fuesen los que fuesen. Días más tarde, lo hizo con una sorprendida Maruja. Y al poco tiempo, empezó a colocarse con Meta y Ketamina y beber licores fuertes. Empezaba a emputecerse sin haberse hecho puta todavía.
Tres meses más tarde de la primera follada y después de una maravillosa sesión de sexo vaginal y anal, me dijo que consideraba que ya estaba psicológicamente preparada para que otros la penetrasen y se derramasen dentro de ella. Me recordó, que ella no quería ver con quien follaba, ni tampoco oír la voz de su follador para no reconocerle. Y que solo quería penetraciones vaginales y anales, nada de mamadas, lluvia dorada, ni lamer culos, como hacía conmigo y con Maruja. Sus aventuras sexuales las habían convertido ya en auténticas e inseparables amantes, y en dos mujeres llenas de deseos sexuales viciosos y depravados, y cuyos consejos para ser cada día más puta y pervertida, mi novia los aceptaba y aplicaba.
Las dos se hicieron íntimas para siempre. Pero yo no tenía la posibilidad de una habitación totalmente oscura, a no ser que fuese de noche y ningún vecino encendiese luces, porque por mi ventana entraba luz a pesar de la persiana. Pepe me dio la solución, él entraría en un sex-shop y compraría un antifaz para sesiones masoquistas, así Maribel no podría ver quien se la follaba y su follador disfrutaría plenamente del placer de su cuerpo y de la visión del mismo. Se lo dije a Maribel, sonrió y aceptó.
–De acuerdo -nos dijo- pero sin besos en la boca.
Y se fijó el día y la hora. El próximo sábado a las 17 horas. Maribel estaría ya en mi casa, su follador tocaría tres veces el timbre de la portería, yo le abriría la puerta, entraría el desconocido en casa, Maribel le estaría esperando desnuda con el antifaz puesto y sus tacones que ya dominaba a la perfección, Maruja estaría allí como amiga y para ayudarnos y por supuesto, decidimos, entre Maruja y yo, que su primer follador sería su propio novio, Pepe. Y para que no le reconociese, como Pepe fumaba negro, ese día fumaría rubio para que el olor de su boca no fuese el habitual.
A las 16:15, Maribel y Maruja subieron a mi casa. Las dos estaban nerviosas. Maribel porque ese día un desconocido iba a follarla delante de su novio y de su mejor amiga. La primera polla que iba a entrar y correrse dentro de ella después de la mía. Y Maruja, porque deseaba que Maribel no solo soportase eso, sino que disfrutase del follador “desconocido” para experimentarlo muchas veces, y además, en esta ocasión, porque quien se iba a follar a su mejor amiga, era Pepe, su propio novio, el que la hizo una puta viciosa, como yo intentaba hacer con la mía.
Las dos se desnudaron, Maribel se puso sus tacones de 10 cm que había comprado tiempo antes para acostumbrarse, como dijo ella. Y para que no viésemos la cara que tenía por la vergüenza y los nervios que a pesar de todo denotaba, se puso ya el antifaz que le impedía ver, y mientras esperaba ser follada, se fumó tres cigarrillos, algo inhabitual en ella. Y mientras, iba preguntando varias veces qué hora era.
A las 17 horas en punto, sonó tres veces el timbre de la puerta. Maribel dio un salto brutal en el sofá, enrojeció, y Maruja la acarició y besó mientras yo iba a abrir la puerta. Pepe venía, sonriente, con zapatos en lugar de deportivas para ser menos reconocido y un cigarrillo rubio humeante en su mano. Maruja también sonreía mientras miraba a su novio y a Maribel, y esta preguntó al recién llegado con voz nerviosa:
–¿Dónde quieres follarme?
–Apóyate en esa mesa, túmbate sobre ella y ábrete de piernas! (hablaba yo por el acuerdo que llegamos de la voz del follador)
Maribel se sorprendió, esperaba follar en la cama de forma clásica, pero Pepe quería disfrutar de ella, ya hacía más de un año que quería follársela, como yo me follaba a su novia. Maribel hizo caso, se giró lentamente, Maruja la llevó de la mano hasta la mesa. Se apoyó en la misma con los brazos abiertos para sujetarse bien y se tumbó sobre ella ofreciéndole todo su hermoso culo. Yo me puse al otro lado de la mesa, frente a ella. La miré y le pregunté si ya estaba preparada. Ella levantó su cabeza como si pudiese verme, y nos dijo:
–Cuando queráis.
Pepe ya se había quitado los pantalones, y su novia, Maruja le había mamado la polla para que la tuviese bien dura. Era un momento excitante, no solo iba a ver yo cómo se follaban a mi novia por primera vez, sino que aunque nadie lo supiese hasta años más tarde, los cuatro amigos íbamos a estar desde ahora íntimamente unidos, y las dos novias, nuestras amigas, iban a ser las esposas de los dos novios.
Se acercó a Maribel, se pegó a ella pasando su polla por entre sus piernas para que notase bien todo lo que iba a meter dentro de ella en pocos minutos. Acarició su espalda, la fue besando suavemente, también sus glúteos fueron acariciados y besados y como podéis suponer, Maribel, con todo su miedo y su inexperiencia, no era de piedra y empezó a calentarse, a excitarse, y más aún, cuando totalmente pegada a ella desde atrás, Pepe puso sus manos en sus pechos y empezó a jugar con ellos y sus pezones, tal y como su puta novia, le había dicho que hiciese para darle el mayor placer posible. Y en pocos minutos, Maribel tuvo un orgasmo increíble y tuvo que agarrarse fuerte en la mesa para no dejarse caer. Pero aún tuvo fuerzas para decir:
–¡Venga cabrón, fóllame como quieras, pero métemela y córrete de una puta vez!
Pepe nos sonreía. Maruja se estaba fumando uno de los puros que mi padre tenía y se acercó a su amiga para entre las dos, fumarse ese puro a los que se estaban acostumbrando, mientras acariciaba el culo de su novio, que a su vez se estaba follando a la amiga. Tres o cuatro veces, Pepe le clavó la polla en la entrada de su vagina, pero con una sonrisa enorme, se la sacaba y la dejaba así bastantes segundos. Mi novia no pudo aguantar más sus nervios y dijo:
–¡Vamos, cabrón de mierda, vamos, fóllame duro de una puta vez y déjame preñada! Sebas -me dijo- desde ayer no tomo anticonceptivos. Tengo unas ganas locas de quedarme preñada por mis folladores y ponerte los primeros grandes cuernos de tu vida. No serás tú quien me preñe el primero.
Esa frase de quedarse preñada, de no tomar anticonceptivos, era muy sorpresiva para todos, ya que ella era una miedosa del sexo, precisamente porque podía quedarse preñada a su edad, y a eso le tenía auténtico pánico, y en parte lo tomamos a broma. Pero como Maruja se había quedado preñada 8 meses antes y había abortado sin problemas, posiblemente eso animaba a mi novia a decirlo, pero quise saberlo y le pregunté:
–¿De veras te gustaría quedarte preñada antes de terminar la secundaria… solo por ponerme unos cuernos, puta?
–No solo por ponerte unos cuernos cabrón. Sino porque en el futuro yo seré quien decida cuando quiero tener una hija. E incluso podré decidir quién será su padre. Y si mi preñez es por ser puta, el padre será cualquiera de mis clientes. ¿no hablas de ser yo una puta pervertida y de tener tú cuernos? Pues esos cuernos los llevarás toda la vida con tu apellido en mis hijas, y tendrás que trabajar para alimentar a esas hijas de puta, porque lo único que tendrás seguro, es que esas hijas serán mías, y solo mías. Y lo repito, ¡cabrón de mierda, solo mías y de quién me haya preñado, sea quién sea! Incluso quiero una hija de nuestro amigo Pepe ¿Lo oyes Maruja? Y si hace falta, tú Sebas, preñaras a Maruja para empatar ¿No es esa la mejor forma de crear una amistad inquebrantable?
***Tú me estás haciendo puta y lo seré, viciosa, pervertida, borracha, drogata, sin moral alguna… pero yo te someteré a ti a todos los cuernos posibles sin esconderme, y serás uno de los mayores cornudos conocidos. Los dos estaremos sometidos el uno al otro. Tú me haces puta y yo te haré cornudo.
Nos puso tan calientes esas frases de mi novia, que Maruja empezó a masturbarse y meterse sus dedos profundamente en su coño mientras el puro colgaba de su boca. Yo me empecé a masturbar como un loco, y Pepe, separando los glúteos de Maribel y aprovechando la humedad de su vagina por su corrida, le enterró toda su gruesa polla en solo dos empujones ¡qué ganas tenía de hacerlo! Mi novia también se volvió loca y empezó a mover su culo compulsivamente teniendo otra gran corrida. Y unos minutos más tarde, Pepe vació totalmente sus huevos dentro del coño de Maribel.
Pero Maruja se dio cuenta que Maribel estaba agarrotada por esa más de media hora agarrada a la mesa y tumbada sobre ella. Se acercó a mi novia, empezó a besarla mientras su mano, totalmente llena del semen de Pepe y de los fluidos que en gran cantidad expulsó Maribel, la masturbaba frenéticamente. Y de repente, Maribel, eliminado ya su miedo, estalló en un gran grito, se dejó caer sobre la mesa y su cuerpo empezó a deslizarse hacia el suelo. La agarré con la ayuda de Maruja, y la llevamos hasta el sofá.
Pepe ya se había vestido y se había marchado, tal y como quedamos. Maruja le sirvió una llena copa de anís dulce a mi novia que se la bebió entera, mientras yo le quitaba el gran antifaz. La tapamos con una manta y nos sentamos a su lado mirándonos los dos sin entender muchas cosas. Ahora, el resto del puro nos lo pasábamos los dos mientras bebíamos vodka directamente de la botella. Maribel empezó a despejarse, nos miró a los dos y entre los tres, en silencio, compartimos el cigarro y una botella de vodka. Unos instantes después, Maribel, con voz muy clara y en un tono muy normal y segura de lo que decía, nos dijo:
–Lo que he dicho antes no ha sido por los nervios, es la realidad de mi pensamiento. Me habéis convencido totalmente para que me entregue a un mundo de sexo sin fronteras morales. Seré puta y me especializaré en orgías, gang-bangs y scat. Me quedaré preñada cuantas veces quiera y no siempre abortaré, porque puedo vender para adopción los hijos que no desee para mí. Y puedo empezar a hacerlo ahora, con este hijo que nacerá de estas folladas que me estáis organizando, porque estoy segura que me quedaré preñada estas semanas. Y tú Sebas, hasta que me quede preñada me follarás con condón incluso por el culo, no quiero ahora un hijo tuyo… ¡y en el futuro, quiero tener un hijo con Pepe! Y tal y como he dicho, seré yo y nadie más, quien tome las riendas de mi cuerpo y de mis vicios ¿alguien de vosotros está en contra?
Y mientras nos miraba desafiante a los dos, sorprendidos pero aceptando sus deseos, Maribel sonrió y se llevó de nuevo el puro a la boca ¡Ya era puta!
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MUY, MUY BUENO!!! 👏🏻👏🏻👏🏻._
Sacando q no me van las chicas y lo del embarazo, me gustó
Yo quiero un novio así